Hoy publico por fin los apuntes del sermón del pasado domingo. En esta ocasión el Pastor David Rivero expuso otra de las suposiciones peligrosas que podemos hacer como cristianos y que tienen unas consecuencias catastróficas: A Dios se le puede racionalizar.
Este peligro es antiguo y ya aparecen algunos ejemplos en la Biblia de personajes que cayeron en este error. Uno de Ellos fue Amasías, y su historia se nos narra en Amós 7:10-17.
Junto con la historia de Amasías se nos cuentan también las consecuencias que tuvo que sufrir por su decisión de no creer a Dios ni a los mensajeros que Dios enviaba.
Como siempre os dejo un enlace al sermón completo en audio, el cual está disponible en la web de la Iglesia Bautista de Alameda de Osuna:
Por lo demás, a continuación podéis leer los apuntes del sermón con lo más esencial del mismo.
Espero que nos ayude a reflexionar acerca de nuestra propia postura ante ciertos aspectos del evangelio.
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Título: "Suposiciones peligrosas: A Dios se le puede racionalizar"
Lectura: Amós 7:10-17
En la historia de hoy aparece Jeroboam, que realmente es el que conocemos como Jeroboam II (790 - 750 a.C.). Es conveniente recordar que Amós ministra cerca del final del reinado de Jeroboam II (unos 150 años después de la muerte de Jeroboam I).
También en el texto de hoy vemos a Amasías, el cual es un sacerdote de Bet-el. No debemos confundir a este sacerdote de Bet-el con los sacerdotes de la tribu de Leví (los que comúnmente se les llama sacerdotes "a secas"), porque no son lo mismo.
Bet-el era un lugar en el que el primer Jeroboam (Jeroboam I) había establecido la adoración a unos becerros de oro ( 1 Reyes 12:28 ). Y en el texto de hoy comprobamos que la adoración idolátrica al becerro de oro se encontraba en pleno auge. De hecho parecía que el tiempo estaba dando la razón a los que pusieron ese altar, ya que parecía que el pueblo estaba pasando por una época de prosperidad (cosa que vemos por los indicios que encontramos en los versículos siguientes: Amos 3:12, Amos 3:15, Amos 4:1, Amos 6:4-6). Y esa prosperidad no sólo era en el ámbito social y material, sino que también en el ámbito religioso el culto a los becerros de oro, y el sistema sacerdotal que se creó en torno a ese culto, parecía que iba viento en popa (Amos 4:4, Amos 5:5, Amos 5:21-23, Amos 8:8 y 10, ...)
Nota del autor.------------------------------------
Lectura: Amós 7:10-17
En la historia de hoy aparece Jeroboam, que realmente es el que conocemos como Jeroboam II (790 - 750 a.C.). Es conveniente recordar que Amós ministra cerca del final del reinado de Jeroboam II (unos 150 años después de la muerte de Jeroboam I).
También en el texto de hoy vemos a Amasías, el cual es un sacerdote de Bet-el. No debemos confundir a este sacerdote de Bet-el con los sacerdotes de la tribu de Leví (los que comúnmente se les llama sacerdotes "a secas"), porque no son lo mismo.
Bet-el era un lugar en el que el primer Jeroboam (Jeroboam I) había establecido la adoración a unos becerros de oro ( 1 Reyes 12:28 ). Y en el texto de hoy comprobamos que la adoración idolátrica al becerro de oro se encontraba en pleno auge. De hecho parecía que el tiempo estaba dando la razón a los que pusieron ese altar, ya que parecía que el pueblo estaba pasando por una época de prosperidad (cosa que vemos por los indicios que encontramos en los versículos siguientes: Amos 3:12, Amos 3:15, Amos 4:1, Amos 6:4-6). Y esa prosperidad no sólo era en el ámbito social y material, sino que también en el ámbito religioso el culto a los becerros de oro, y el sistema sacerdotal que se creó en torno a ese culto, parecía que iba viento en popa (Amos 4:4, Amos 5:5, Amos 5:21-23, Amos 8:8 y 10, ...)
Nota del autor.------------------------------------
Curiosamente hoy sucede algo parecido. Tenemos entre nosotros religiones que han sido establecidas hace apenas 200 años y que en su origen tenían cierto parecido con el cristianismo. Hoy en día nos hemos acostrumbrado a ellas y se considera que estas religiones llevan entre nosotros desde siempre, por lo que les damos la misma credibilidad y autoridad que al propio cristianismo, anulando o modificando parte del mensaje dado por Dios a través del Evangelio original.
Entre otras, podemos encontrarnos con las siguientes: Mormones o Iglesia de los Santos de los últimos días (primavera de 1820 – Joseph Smith), Adventistas del séptimo día (1863 – Ellen White), Testigos de Jehová (1878 – Charles Taze Russell). También las hay basadas en el sincretismo religioso, como la Iglesia de la Nueva Era (mediados del S. XIX – Precursores: Sociedad Teosófica y Helena Blavatsky) o la Iglesia de la Cienciología (1953 – Ron Hubbard).
Fin de la nota del autor.--------------------------
Volviendo al texto, vemos que la “religión de Bet-el”, aun siendo una religión falsa, había conseguido la apariencia de ser una religión genuína, porque la gente se basó en el criterio de “que todo parecía ir bien y además perduraba en el tiempo”.
Pero cuando todo parecía ir “viento en popa”, aparece en escena un pastor de bueyes del reino del Sur, el cual viene "en nombre de Dios" con un mensaje sorprendente y perturbador.
El mensaje que traía Amós era que aunque la apariencia de lo que hacían era buena y la gente estaba conforme con ello, Dios estaba airado y era contrario a todo aquel sistema pseudo-religioso, y no sólo estaba airado sino que destruiría al pueblo por causa de sus abominaciones y serían llevados en cautividad a una tierra extranjera ( Amós 3:13-15, Amós 5:27 y Amós 6:7 ). ¿Cómo pensamos que le sentaría esto a un pueblo que estaba acomodado y que se las prometía muy felices?
Cuando el mensaje llega a oídos de Amasías, lo encuentra perturbador y lo que hace es ir primero al Rey a "chivarse" y luego va al propio Amós para decirle que no le gusta su mensaje ( Amós 7:10-13 ), pero no se para a reflexionar si él tenía algo que cambiar en su vida.
Hoy vamos e ver 5 lecciones que aprendemos de esta historia:
• La suposición de Amasías.
• Las evidencias que tenía Amós de que su mensaje era de parte de Dios.
• La ceguera de Amasías.
• La tragedia que eso trajo a la vida de Amasías.
• Los "Amasías" de nuestro tiempo.
• La suposición de Amasías.
¿Cuál fue la suposición que hizo Amasías y que le llevó a desestimar el mensaje de Amos?
¿Cuál fue la suposición que hizo Amasías y que le llevó a desestimar el mensaje de Amos?
Para Amasías cláramente el origen del mensaje no era Dios, sino que él lo consideraba un mensaje de un hombre. Como tal, no tenía autoridad y podía rechazarse por el mero hecho de ser impopular ( Amos 7:10). El pluralismo (el derecho de cada cual a pensar lo que quiera) también estaba vigente en aquella época ( Amós 7:12 ), así que Amasías reaccionó como cuando hoy hablamos de Dios con alguien y nos contestan: "Si eso te vale a ti, está bien, pero eso a mí no me vale. Déjame pensar lo que yo quiera".
Por eso Amós responde firmemente, diciendo que el no es sacerdote, sino que cuando estaba ocupado en sus tareas cotidianas, Dios lo tomó y le mandó lejos de su casa a dar ese mensaje. No es su profesión, no vive de ello, sino que lo que hace lo hace por mandato de Dios, y además yo no ha estado filosofando largo tiempo acerca de lo que iba a decir, sino que se limitaba a transmitir el mensaje que viene de Dios.
Para que Amasías le creyera, Amós disponía de algunas evidencias de que su mensaje venía realmente de Dios. Veamos cuales eran …
• …Las evidencias que tenía Amós de que su mensaje era de parte de Dios.
Amós revela las pruebas de que lo que dice no es de su cosecha, sino que es un mensaje de Dios. Para ello usa 3 tipos de evidencia:
— La evidencia de la Ley de Moisés ( Deuteronomio 4:26-28, Deuteronomio 6:13-15, Deuteronomio 8:19-20, Deuteronomio 30:17-18 ). Dios condena a los que no escuchan la voz de Dios y adoran a otros dioses. A esto, Amasías y el pueblo podrían replicar aludiendo a la "estabilidad" del sistema religioso: ¿por qué Dios no ha mandado ya el juicio siendo que hace tanto tiempo que estámos haciendo mal?. Pero al pueblo se le olvidaba que Dios es tardo para la ira, y que el heho de que extienda su longanimidad no es óbice para que pensemos que aprueba nuestro mal hacer. Si no cambiamos y perseveramos ignorando las advertencias de Dios, Dios mandará juicio.
— La evidencia de los antepasados ( Éxodo 32:27-28 ). Los antepasados de este pueblo ya había adorado a becerros (al pie del monte Sinaí), ... y habían sufrido las consecuencias. El pueblo lo sabía, pero prefería obviar esa parte de la historia.
— La evidencia de la gente de su propio tiempo ( Amós 4:6-11 ). Al pueblo le pasaba algo que nos pasa a los hombres a menudo: Cuando las cosas van bien, se nos olvida lo mal que lo hemos pasado en el pasado. De hecho el pueblo había olvidado aún el castigo de Dios que habían sufrido ellos mismos, el cual no sólo no valió para que se volvieran a Dios, sino que les llevó a buscar excusas y razonamientos para justificar aquello y no arrepentirse.
• La ceguera de Amasías.
A pesar de toda aquella evidencia dada por Amós vemos que la respuesta de Amasías demuestra que estaba tan enamorado de su "pequeño mundo" que rechazó la evidencia que traía Amós y su mensaje de destrucción y juicio. Sus ojos estaban ciegos al santuario celestial por causa del santuario terrenal que los hombres habían construído.
• La tragedia que eso trajo a la vida de Amasías.
Podemos pensar que todo esto es exagerado por parte de Dios, porque Amasías ni siquiera era responsable de todo aquello. El responsable, si acaso sería Jeroboam I, el cual instauró todo ese sistema religioso. Pero puesto que Amasías, en primera persona, en su ceguera, no entendió el mensaje ni creyó al mensajero que Dios le había mandado, Dios le hizo pagar las consecuencias de un mensaje de destrucción personal ( Amós 7:17 )
• Los "Amasías" de nuestro tiempo.
Hoy en Día tenemos un mensaje de parte de Dios: El evangelio. Un mensaje que no es agradable y que no nos resulta cómodo. Es un mensaje acerca de un Dios Santo que no tolera el pecado y que está airado contra los que no se vuelven hacia él. El mensaje del evangelio es que si no nos arrepentimos de nuestros pecados y nos volvemos a Dios, sufriremos destrucción. Pero si nos volvemos a Dios, la ira de Dios será aplacada a través de la muerte de Cristo en la cruz, porque toda la justicia de Dios por los pecados de los que creen en Cristo es satisfecha a través de la muerte del propio Cristo.
Podemos pensar que todo esto es exagerado por parte de Dios, porque Amasías ni siquiera era responsable de todo aquello. El responsable, si acaso sería Jeroboam I, el cual instauró todo ese sistema religioso. Pero puesto que Amasías, en primera persona, en su ceguera, no entendió el mensaje ni creyó al mensajero que Dios le había mandado, Dios le hizo pagar las consecuencias de un mensaje de destrucción personal ( Amós 7:17 )
• Los "Amasías" de nuestro tiempo.
Hoy en Día tenemos un mensaje de parte de Dios: El evangelio. Un mensaje que no es agradable y que no nos resulta cómodo. Es un mensaje acerca de un Dios Santo que no tolera el pecado y que está airado contra los que no se vuelven hacia él. El mensaje del evangelio es que si no nos arrepentimos de nuestros pecados y nos volvemos a Dios, sufriremos destrucción. Pero si nos volvemos a Dios, la ira de Dios será aplacada a través de la muerte de Cristo en la cruz, porque toda la justicia de Dios por los pecados de los que creen en Cristo es satisfecha a través de la muerte del propio Cristo.
Como Amasías, tenemos las evidencias de la Historia Bíblica, las evidencias de nuestros antepasados, y aún las evidencias de personas de nuestra época, pero .... ¿Rechazamos nosotros ese mensaje de destrucción por parte de Dios asumiendo sus consecuencias, como hizo Amasías? ¿Querremos seguir con nuestra vida "aparentemente buena" a pesar de las consecuencias finales que Dios nos dice que sucederán si no cambiamos?
A veces el problema es que no creemos que el mensaje sea de Dios y no creemos a sus mensajeros, y por eso negamos su autoridad y nos permitimos ponerlo en duda. Pero, el que nosotros rechacemos la evidencias no anula la validez del mensaje, aunque tenemos que recordar que seguiremos acumulando ira para el día de la ira.
Amasías sufrió las consecuencias de su decisión, y la buena noticia para nosotros es que aún estamos a tiempo de cambiar y aceptar el mensaje de Dios tal como él lo dio. Dejemos pues cualquier otra filosofía y abracemos el mensaje del evangelio en su totalidad.
A veces el problema es que no creemos que el mensaje sea de Dios y no creemos a sus mensajeros, y por eso negamos su autoridad y nos permitimos ponerlo en duda. Pero, el que nosotros rechacemos la evidencias no anula la validez del mensaje, aunque tenemos que recordar que seguiremos acumulando ira para el día de la ira.
Amasías sufrió las consecuencias de su decisión, y la buena noticia para nosotros es que aún estamos a tiempo de cambiar y aceptar el mensaje de Dios tal como él lo dio. Dejemos pues cualquier otra filosofía y abracemos el mensaje del evangelio en su totalidad.
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