Acudir allí e intentar exponer el texto de forma clara, sencilla e inteligible para la gente que acudió al estudio supuso un auténtico reto para mi.
A continuación os dejo los apuntes que usé en mi exposición, con el ánimo de que puedan ser de ayuda y bendición a aquellos que lo lean.
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Título: Plenitud de vida en Cristo.
Texto Bíblico: Colosenses 2:8-23.
Buenas tardes, hermanos,
¿Alguien
me puede decir cuál es el propósito de la carta de Pablo a los Colosenses?
Como la mayoría de las epístolas, el
objeto de la misma es resolver alguna duda o solventar algún problema provocado
generalmente por una mala interpretación de las escrituras, por no saber cómo
llevar las enseñanzas de Cristo a la práctica, o por influencia de una mala
doctrina externa. ¿cuál era el caso de los colosenses?, en este caso, el propósito
de la carta es evitar que la iglesia de Colosas se desviara fruto de la
influencia de algunos falsos maestros y de sus falsas doctrinas.
Pero
básicamente, lo que ha hecho Pablo hasta ahora es ir estableciendo unas bases
firmes, afirmando y confirmando aquellas cosas en las que se suponía que creían
los creyentes de Colosas. Hasta este momento, mientras alababa y alentaba a los
Colosenses, el apóstol sólo ha insinuado el error que amenazaba a la iglesia.
Tras
liberar la gloriosa majestad de Cristo y revelar los inagotables recursos del
cristiano, está a punto de indicar el error y atacarlo, haciendo volver
constantemente a sus lectores a la gran verdad: Cristo.
Hoy
empezaremos a ver el problema...
LECTURA (Colosenses 2:8 – 10).
“Mirad que nadie
os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo. Porque en él habita
corporalmente toda la plenitud de la Deidad, y vosotros estáis completos en
él, que es la cabeza de todo principado
y potestad.”
Podemos pensar que el apóstol debería haber
empezado por aquí ¿verdad?. Si la iglesia de Colosas tenía un problema y
preguntó al apóstol por él, ¿por qué no atacarlo directamente?. Curiosamente la
pedagogía de Pablo, inspirado por el Espíritu, es perfecta, porque ¿cuántas
veces queremos librar del mal o el error a alguien que aún no es consciente de
su presencia? Y ¿qué consecuencias tiene esto? El orden en
el que las cosas suelen suceder es el siguiente:
·
Contacto y conocimiento de la Palabra (1:3-14),
·
Reconocimiento de Cristo como nuestro Señor (1:15-20),
·
Aplicación de la redención por la muerte de
Cristo (1:21-29),
·
Conciencia de la plenitud de vida en Cristo (2:1-3:4),
·
y por último, como última consecuencia,
cambio de vida en el creyente (3:5-4:6),
Estos pasos están claros para nosotros y para
Pablo, pero ¿Termina ahí la cosa? ¿Es este el punto final del proceso? Hermanos,
tengo que deciros que el proceso no acaba cuando vemos algún cambio en nuestras
vidas. De hecho, no solo no termina, sino que es ahí donde empieza, donde
empieza lo más difícil.
A veces, empezamos fuerte, haciendo cambios drásticos en
nuestras vidas, pero el cristiano se va acomodando y su firmeza se va
relajando. Ya no se preocupa tanto de algunos puntos flacos en su forma de
vida, justifica actitudes que no agradan a Dios, y en definitiva, dejan entrar
en su vida influencias que terminan apartándole de la verdad, como les estaba
ocurriendo a los Colosenses.
Es
por esto, que las verdades contenidas en el pasaje que vamos a ver hoy, y los
que iréis viendo en sucesivos estudios, a pesar de ser previas al cambio de
vida en el creyente, son verdades que vamos a tener que estar recordando
continuamente después de empezar con ese cambio de vida, y que, a la vez, nos
ayudarán a perseverar hasta el fin en dicha actitud.
Fijaros
que Pablo comienza previniéndonos de las falsas enseñanzas. Y la primera
palabra que usa es: “Mirad”. Esta expresión nos indica que
debemos estar atentos, concentrados, alerta.
“Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y
huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los
rudimentos del mundo y no según Cristo”.
Estamos
rodeados de ataques, de falsas creencias y de cosas atractivas que llaman
nuestra atención y nos desvían de la auténtica verdad. Ya en el versículo 4 de
este mismo capítulo, Pablo decía: “Y esto lo digo para que nadie os
engañe con palabras persuasivas.” Cuando pedía por sabiduría y
conocimiento para los colosenses.
Hace
tiempo, hablando con una compañera del trabajo acerca de un desastre natural
que asoló Haiti, salió el tema de Dios y de cómo podía un Dios permitir
semejantes cosas. Después de hablar un rato con ella, me dijo:
- “Si
alguien es malísimo toda su vida (un asesino, por ejemplo), y justo antes de
morir cree en Cristo, ¿se salva?, y una persona que ha sido buena toda su vida,
pero que es de otra religión y cree, por ejemplo en Alá, ¿no se salva?”
-
“Así
es”, contesté.
-
“Entonces,
los Musulmanes van a ir todos al infierno y tú no ,¿verdad?”
-
“No lo
se” - dije yo – “Es probable, si no creen en Cristo.”
- Y ella
replicó “Eso mismo piensan ellos, que vas a ser tú el que vas a ir al
infierno”. ¡ESO NO TIENE SENTIDO!.
Esta
claro que no hay nada que sea más convincente para el hombre que lo que es
“razonable”, lo que encaja con sus esquemas mentales, “lo que tiene sentido”. Y
es por eso, que cuando alguien viene con argumentos razonados y racionales, con
un argumento lógico, llega a convencernos, y no sólo eso, sino que como que es
un razonamiento que “nos encaja”, lo tomamos como cierto, sin indagar demasiado
en sus fuentes. Se convierte para nosotros en una verdad absoluta, razonable.
Desde
los albores de la historia conocida, el hombre se ha cuestionado acerca de su
realidad última. Ha buscado explicación para los sucesos del universo que lo
rodea y el significado de su propia existencia. Preguntas como ¿Quién soy? ¿Por
qué estoy aquí? ¿A donde voy? Han sido una constante en toda la humanidad. Y
las filosofías del mundo han intentado responder desde la razón a estas
profundas interrogantes.
Sin
embargo, la verdad absoluta no está sustentada en lo que es razonable, o en lo
que a mí me encaja en mis esquemas mentales, porque mi percepción de la
realidad es muy parcial, muy limitada. La verdad absoluta debe reposar en algo
inmutable, en el creador de todas las cosas, en alguien que esté por encima de
las leyes de este mundo y que no se esté limitado por él. Esto es: en Dios.
El
término “filosofía” literalmente quiere decir “amor por la sabiduría”, pero el
estudio del pensamiento de hombres que no han sido regenerados en su
desesperada búsqueda de la verdad absoluta aparte de Dios, resultó ser una
experiencia muy frustrante. Según Francis Schaeffer, la rebelión del hombre
contra Dios lo ha llevado al borde de la desesperación. Y en palabras del
propio apóstol Pablo podemos ver lo que escribe en Rom. 1:21-22.
A
todo lo largo de su existencia la iglesia ha tenido que batallar para mantener
su pureza doctrinal. La preocupación de Pablo era que los Colosenses lo
hicieran, y es por eso que el capítulo 2, versículos 8-23 se convierten
en el corazón de la epístola.
Desconocemos
cuál es la herejía específica que amenazaba a los colosenses, pero de la
defensa que hace Pablo a partir de aquí, sabemos que contenía elementos de
filosofía (8-15), de legalismo (16-17), de misticismo (18-19)
y de ascetismo (20-23) que afectaban a la conducta de los colosenses,
pero además contenía elementos de una forma primitiva de gnosticismo según la
cual Cristo no era Dios, ni era la fuente de toda sabiduría.
“Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y
huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los
rudimentos del mundo y no según Cristo. Porque en él habita corporalmente toda la
plenitud de la Deidad, y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y
potestad.”
Pablo
hace hincapié en 2 aspectos principales para ayudar a los Colosenses.
¿Los reconocéis? Estos dos aspectos son:
- La deficiencia de la filosofía
- La suficiencia de Cristo
Estudiémoslo
a fondo:
1.
La
deficiencia de la filosofía
“Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y
huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los
rudimentos del mundo y no según Cristo”
A
Pablo le interesaba que quienes habían pasado del dominio de Satanás al reino
de Cristo, nunca volvieran a someterse al yugo de esclavitud. La iglesia se
enfrenta constantemente a la amenaza de los falsos maestros. Los apóstoles
también advirtieron a la iglesia contra los falsos maestros, pero ahora Pablo,
de manera específica, amonesta a que nadie los “engañe”. La palabra
traducida por “engañe” en su sentido textual significa “secuestrar” o
“capturar como presa o botín de guerra”.
Así
es como se encontraban los colosenses, con riesgo de ser “secuestrados”. A lo
largo de la historia, muchos han caído victimas del engaño por falsas doctrinas
que aparentaban ser verdaderas, por eso, uno de los deberes primordiales de los
líderes de la iglesia es proteger el rebaño de los lobos y los hombres
perversos que atacan al rebaño para
arrastrarlos y llevarlos cautivos (Hechos 20:28-30).
¿Y qué medios usan los falsos maestros para engañar a los
colosenses? Pablo
es claro en mencionarlos: las filosofías y huecas sutilezas. La filosofía, ya
hemos visto que es “el amor por la sabiduría”, y cubre todo lo relacionado con
las teorías acerca de Dios, del mundo y del significado de la vida humana. Pero
Pablo no dice que no se deben dejar engañar por “la filosofía” en términos
generales. El uso de un artículo definido junto con la palabra “filosofías” (en
plural) indica que Pablo se refería aquí a unas en concreto, o sea, a las
creencias específicas de los herejes colosenses. Lo más probable es que se
refiera al conocimiento superior y trascendental que ellos pretendían alcanzar
mediante la experiencia mística.
Pablo
prosigue con la expresión traducida por “y huecas sutilezas”. En la
traducción parece que pueda estarse refiriendo a cosas diferentes, pero en el
original, la ausencia tanto de la preposición como del artículo en la segunda
cláusula, señala que esta expresión describe y califica al sustantivo
“filosofía” (según explica Lightfoot, en “Epístolas de S. Pablo a los
colosenses y a Filemón. Grand Rapids: Zondervan, 1959, reimpresión, p.178).
Así pues, como indicó el propio Lightfoot, podríamos leer esta frase para que no fuera tan ambigua de la siguiente forma: “a través de su filosofía que es un fraude hueco”.
Así pues, como indicó el propio Lightfoot, podríamos leer esta frase para que no fuera tan ambigua de la siguiente forma: “a través de su filosofía que es un fraude hueco”.
La
filosofía de los falsos maestros de Colosas no era lo que parecía ser. Era un
fraude, un artificio, un engaño. Sonaba bien y seducía la mente de aquellos a
quienes engañaba, pero era una mera ilusión insulsa.
Pablo
menciona dos fuentes de las cuales brotan las “huecas sutilezas”. La primera
es: Las tradiciones de los hombres.
Pero...
La tradición no es mala en sí misma. Una tradición es únicamente algo que ha
ido pasando de boca en boca hasta nosotros. Pero el mero hecho de que las
personas hayan creído en algo transmitiéndolo a través de los años, no
significa que sea verdad. Lo que da validez a una tradición es su origen. El
cristianismo se basa en tradiciones cuyo origen es Dios mismo o una revelación
de Dios a alguno de sus profetas. Sin embargo, como indica Pablo en estos
versículos, las tradiciones de los falsos maestros son tradiciones de hombres,
que tienen su origen en los hombres y no en Dios. Esto invalida su veracidad.
Una
segunda fuente de la que bebe esta falsa filosofía se encuentra en los
rudimentos del mundo. Esta frase representa una seria dificultad interpretativa,
porque es muy complicado poder reconstruir el sentido exacto que la frase
original podía tener para los creyentes en Colosas.
La
palabra traducida por “rudimentos” se refiere en su sentido más simple a las
letras del alfabeto. Textualmente significaría “cosas en serie”.
Basándonos
en esto, una posible interpretación de estos rudimentos podría ser que se
refiriera a términos y principios elementales (algo como un ABC). Sería un
conocimiento básico que haría que los colosenses abandonaran la rica y
multiforme verdad bíblica para abrazar una filosofía hueca, sería como regresar
a preescolar tras haber alcanzado un doctorado. Esta interpretación podría
estar respaldada en el hecho de que en Gálatas 4:3 se usa la misma
expresión aludiendo también allí al mismo elemento de inmadurez.
Hay
un segundo sentido posible para “rudimentos”, aunque es menos probable. Podría
referirse a espíritus elementales; ya sean emanaciones de Dios o seres
espirituales que las personas de la antigüedad relacionaban con las estrellas y
los planetas. Hay un hecho que es, que las personas que creían en la
astrología, caían en las garras de un determinismo rígido, porque el movimiento
de los astros determinaba su destino, ... a menos que tuvieran el conocimiento
oculto necesario para escapar de su control. Y ese conocimiento secreto sería
el que pretendían poseer los falsos maestros.
Sea
cual fuere su interpretación para los colosenses, lo que los herejes ofrecían
no era un progreso en el conocimiento espiritual, sino un retroceso a un estado
espiritual pueril y a una sencilla doctrina de demonios (1 Tim. 4:1)
2.
La
suficiencia de Cristo
Tras
poner de manifiesto la deficiencia de la filosofía en la que los colosenses
estaban creyendo, Pablo pasa a reafirmar la majestad gloriosa de la persona de
Cristo y su completa suficiencia. Este es uno de los pasajes más benditos de
todas las escrituras. De hecho el v.9 constituye quizá la declaración
más contundente de la deidad de Cristo que se encuentra en las epístolas.
Resulta
obvio que los herejes de Colosas negaban que Cristo fuera Dios. La palabra
“plenitud” ya la usó Pablo en esta epístola en 1:19. Pablo usa esta
palabra porque era un término utilizado por los herejes colosenses. Ellos
creían que la “plenitud” divina estaba dividida en su manifestación a través de
diferentes emanaciones y que cada una tenía su parte según su posición dentro
de una escalera descendente que iba de lo bueno a lo malo.
Pablo
afirma aquí que toda la plenitud de la deidad, no una parte de ella, está en
Cristo, y además lo dice usando un término (“habita”) que significa
literalmente “radicar o estar en casa”. Además el tiempo presente utilizado
indica que la esencia de la deidad habita continuamente en
Cristo.
Por tanto, con esta expresión, Pablo afirma que Cristo es Dios en toda su dimensión, y que lo es para siempre. Y siendo quien posee toda la plenitud de la deidad, Cristo es colocado como cabeza de todo principado y potestad.
Por tanto, con esta expresión, Pablo afirma que Cristo es Dios en toda su dimensión, y que lo es para siempre. Y siendo quien posee toda la plenitud de la deidad, Cristo es colocado como cabeza de todo principado y potestad.
Es
curiosa la referencia que hace Pablo a que Cristo también es la cabeza de todo
principado y potestad. ¿A que pensáis se refiere Pablo con esta
expresión?
Acudamos
a Efesios, capítulo 6 y leamos el versículo 12: “Porque no tenemos
lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra
los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de
maldad en las regiones celestes”.
Cuando
Pablo nos dice que estamos en guerra y va a hablar de la armadura de Dios, nos
previene de nuestro enemigo y nos dice que luchamos “contra principados,
contra potestades, contra huestes espirituales de maldad en las regiones
celestes”.
Por este pasaje, entre otros, entendemos que los principados y las potestades, son categorías o rangos en los que se dividen las huestes demoníacas, los ángeles que cayeron del cielo junto con Satanás. Estos son contra los que luchamos, y Pablo ahora afirma que Cristo está por encima de ellos, que es superior a ellos, que es cabeza de ellos.
Por este pasaje, entre otros, entendemos que los principados y las potestades, son categorías o rangos en los que se dividen las huestes demoníacas, los ángeles que cayeron del cielo junto con Satanás. Estos son contra los que luchamos, y Pablo ahora afirma que Cristo está por encima de ellos, que es superior a ellos, que es cabeza de ellos.
Por
tanto, esas fuerzas demoníacas que están detrás de las filosofías y huecas
sutilezas que pretenden desviarnos de seguir a Cristo, esas fuerzas demoníacas
que pretenden hacer volver a los creyentes a ser esclavos de leyes pecaminosas
del mundo, en lugar de disfrutar de la libertad en Cristo, realmente están bajo
la autoridad del propio Cristo.
Vemos
que Cristo, no es uno más de nosotros, no es una emanación más que procede de
Dios, sino que es Dios mismo, y como tal, la Cabeza (o autoridad) sobre todo
reino espiritual o físico.
Además,
los falsos maestros de Colosas, también defendían la falsa doctrina de que el
espíritu era bueno y la materia mala (doctrina pre-gnóstica). Por esto para
ellos era impensable que Dios habitara en un cuerpo humano. Pablo refuta
también esta falsa doctrina señalando que toda la plenitud de la deidad habita en
Cristo corporalmente.
Para
finalizar, Pablo nos recuerda que puesto que Cristo es quien es, nosotros
estamos completos en él. Es una pena que en la traducción se pierda el juego de
palabras que usa Pablo aquí, ya que la palabra que traducimos “estar completos”
tiene la misma raíz que el sustantivo traducido por “plenitud”. Por
tanto el juego de palabras sería que Cristo es la “plenitud” de Dios y
nosotros estamos en “plenitud” de él, y que esta plenitud que hemos
recibido es eterna.
Después
de la caída, el hombre está incompleto. Incompleto espiritualmente,
porque se encuentra en total separación de Dios, sin posibilidad de comunión
con él. Incompleto moralmente, porque vive fuera de la voluntad de Dios.
Incompleto mentalmente porque desconoce la verdad suprema.
Al
experimentar la salvación, los creyentes participan de la naturaleza divina (2
P. 1:4) y por tanto están completos. Están espiritualmente completos
porque tienen comunión con Dios. Moralmente completos porque reconocen
la autoridad de la voluntad de Dios. Mentalmente completos porque ahora
la verdad les ha sido revelada.
Sostener
que quienes están completos carecen de algo, como lo hicieron los herejes
colosenses, resulta inadmisible. Todos los creyentes verdaderos estamos
completos en Cristo y no necesitamos enseñanza alguna de falsos maestros o de
falsos cultos.
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