jueves, 13 de marzo de 2014

Una Espiritualidad Defectuosa

Hay muchos temas que no son pacíficos entre las iglesias cristianas, pero hay uno que parece que destaca sobre el resto. Se trata del asunto de los dones del Espíritu Santo. 

Muchas veces, el error se deriva de  interpretaciones de ciertos pasajes que no son correctas, y otras veces es sólo fruto de ese sentimiento tan común en la gente de hoy en día que se basa en "seguir la corriente" sin que se note mucho nuestra presencia.

En un intento de arrojar algo de luz en este asunto y con el fin de dar base bíblica a la postura cesacionista, la cual comparto, el sermón del día 2 de Marzo en la IBAO se centró en el pasaje de 1 Corintios 12:4-11, parte de la introducción a un capítulo donde se va a tratar extensamente el tema de los dones. Aquí Pablo explica algunos principios generales que deberíamos tener en cuenta siempre que tratemos de este asunto. ¡No en vano el apóstol empieza por aclarar estos conceptos!

Como siempre, os dejo un enlace a la web de la IBAO donde econtraréis la predicación completa en audio:

http://ibao.es/sermones/?sermon_id=308 

A continuación os dejo mis apuntes. Espero que os sirvan para sacar lo esencial del mensaje y como guia de estudio.

--------------------------------------------------------------

Título: Una espiritualidad defectuosa
Lectura: 1 Corintios 12:4-11

Todos hemos pensado alguna vez que hay dos tipos de cristianos que nos dan preocupación: los que son poco espirituales, y los que son demasiado espirituales. Es cierto que nunca se es demasiado espiritual, pero hay algunas personas que tienen ataques de santidad, y cuando esto ocurre suele tener impacto en los que pilla cerca, porque claro, los de alrededor no han tenido esa misma "llamarada" del Espíritu, y los "espirtualizados" tratan con pocas palabras de arrastrar a los que hay alrededor.

El problema es cuando llevados por una falsa espiritualidad tenemos un ataque de estos y queremos arrastrar a los de alrededor a nuestro mismo estado. Este problema que ya tenían los Corintios es común en nuestros días.

En Corinto había muchos atrapados en las garras de una pseudo-espiritualidad y el debate acerca de cuál era la verdadera espiritualidad era una guerra abierta, hasta el punto de que la manifestación de la verdadera espiritualidad había creado una división. Por esta razón escriben a Pablo y Pablo les responde a través de esta carta.

Pablo empieza su respuesta con una expresión que en nuestra traducción incluye la palabra "dones", pero en el original griego esta palabra no aparece.

En el original símplemente habla de "espirituales", por eso entendemos que el asunto no trata exclusivamente de los dones espirituales, sino más bien de la espiritualidad en general y sus diferentes niveles.

Hoy vamos a ver primero un enfoque negativo acerca de la espiritualidad y los dones, y luego, en respuesta, veremos 3 aspectos correctores a esa interpretación:

  • Hay diversidad en la obra del Espíritu
  • El bien de la iglesia es la prioridad
  • El Espíritu es Soberano.

-------------------------------------------------

1.- Una espiritualidad defectuosa.

Por el contexto de este capítulo y de los siguientes vemos que había 7 aspectos o características erróneas que tenían los corintios.

  • Las emociones están por encima de la mente. Cuanto más fuerte era la emoción más espiritualidad.
  • Este aspecto anterior nos llevaba a evolucionar desde Cristo a algo más elevado: el Espíritu.
  • Todos los cristianos verdaderamente espirituales manifestarían su espiritualidad de la misma manera.
  • Ciertos dones te conferían un estatus especial.
  • Ciertos pasos logran ciertos dones.
  • El individuo está por encima de la congregación.
  • Esta espiritualidad defectuosa colocaba a los dones del Espíritu por encima de las gracias del Espíritu.
2.- Tres aspectos correctores.

Siendo esta la situación, el Apóstol debe dar principios correctores para esta serie de errores. Para los dos primeros puntos, el apóstol usa los 2 principios correctores vistos en el pasaje anterior (Sermón: Jesús es el Señor), que son: a) las emociones no son un criterio sólido (porque a veces nos conducen a los ídolos) y b) El Espíritu glorifica a Cristo (no está por encima, sino que está para dar la gloria a Cristo - v.3)

En los versículos que tenemos ante nosotros el apóstol va a continuar con el desmantelamiento de este sistema pseudo-espiritual, y para ello va a hablar de:
  • Hay diversidad en la obra del Espíritu
  • El bien de la iglesia es la prioridad
  • El Espíritu es Soberano.

• Hay diversidad en la obra del Espíritu

Pablo usa tres palabras para desmontar el siguiente punto erróneo: charismata (variedad de dones), diakonía (variedad de servicios) y energemata (variedades de energías o poderes). Así pues hay diversidad de dones, hay diversidad de servicios, y además somos empujados con poder para poner a trabajar esos dones.

En el v. 4 vemos que es Jesús el que reparte los dones, vemos que es el Espíritu el que capacita para el servicio, y es Dios el Padre el que dinamiza y pone esos dones a trabajar. Vemos que hay diversidad en la deidad y vemos que hay diversidad en la forma en la que se capacita a los diferentes cristianos para el servicio.

Estas tres palabras de Pablo (charismata, diakonía y energemata) son suficientes para convencernos de la diversidad que hay en el Espíritu, por lo que no debemos pensar que el Espíritu sólo se puede manifestar de una forma, de forma monolítica, de forma única. Por esta razón el apóstol da una lista de hasta 9 dones diferentes que el Señor concede a la Iglesia, aunque como es habitual, esta lista no debe considerarse exhaustiva, sino que debe ser tratada como una lista de ejemplo.

Esto nos lleva al segundo punto

• El bien de la iglesia es la prioridad

Ya que hay tantos dones, podemos preguntarnos ¿para que se da tal diversidad de dones?. El v.7 aclara que debe ser para provecho, pero no es para provecho personal, sino para provecho de la Iglesia, tal y como deducimos de pasajes como 1 Corintios 6:12, 1 Corintios 7:35, 1 Corintios 10:23, 1 Corintios 10:33....

Así, entendemos que el provecho que menciona el apóstol al respecto de los dones, es el provecho común, se centra en la edificación de la iglesia. Como los dones han sido dados para provecho de la Iglesia, cuando los usamos para provecho propio no sólo ofendemos a Dios sino que ofendemos a nuestros hermanos (Charles Hodge).

Esto tiene una aplicación tremenda hoy en día, porque la iglesia ha aceptado el principio de individualidad que el mundo promulga, y esto hace mucho daño a la iglesia y al resto de los hermanos. Has oído a alguien decir cosas como "no hago esto porque no tengo tiempo", o "no voy a la iglesia porque ya no saco nada de allí" o quizá "no doy ofrendas porque mi criterio para el uso del dinero es diferente de la Iglesia".

Cada vez más encontramos a cristianos del tipo "Juan Palomo", que crean sus propios ministerios, sin contar si lo que defienden es Bíblico o no. Debemos buscar el bien de la iglesia, el bien del prójimo, por delante de nuestro propio bien.

Es tiempo de dejar de preguntarse "qué puede darme la iglesia a mi" para pasar a preguntarse "qué puedo hacer yo por la Iglesia"


• El Espíritu es Soberano.

Pablo continua diciendo que el Espíritu reparte los dones como él quiere. Esto tumba de golpe dos errores que tenían los Corintios:

— Todos los cristianos deben tener los mismos dones.
— Hay que dar ciertos pasos para alcanzar ciertos dones.

El Señor controla la distribución de dones, por lo que eso de reclamar por fe un don, o suplicar por un don esperando que Dios nos lo conceda es cláramente erroneo.

Otro principio que aprendemos es que como Dios da los dones como él quiere, e igual que los da los puede quitar, por lo que los dones pueden ser concedidos por un tiempo limitado para hacer una labor determinada. Esto va en contra de la creencia de que todos los dones son operativos en todas las épocas. No podemos forzar al Espíritu por el mero hecho de que hemos visto un determinado don obrando en un determinado momento.

Además si alguien manifiesta un don, este no tiene que permanecer para siempre. Esto implica que puede haber dones que hayan cesado y también que alguien puede manifestar un don durante un tiempo limitado.

Cuando establecemos que la manifestación de un cierto don es algo necesario para ser un cristiano espiritual, solemos forzar a muchos a "imitar" la manifestación de ciertos dones, lo cual produce primero un sentimiento de codicia en la gente por el ansia de poseerlos. También un uso incorrecto de los dones..... y el mal entendimiento del asunto de los dones, sólo conduce a la división, tal y como lo produjo en la Iglesia de Corinto y tal y como hoy sigue ocurriendo.

Consideremos entonces, a modo de conclusión, que los dones que Dios nos pueda conceder deberán ser para su gloria, para beneficio de la Iglesia y su consecuencia inmediata será la unidad y no la división de la Iglesia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario