domingo, 11 de octubre de 2020

Ciro, el ungido de Dios (Isa. 45:1-25)




Ciro, el ungido de Dios

Notas del Sermón de David Rivero. 11/10/2020

Lectura: Isa. 45:1-25

Aclaración: Estas notas han sido recogidas “sobre la marcha”, por lo que pueden contener algún error de transcripción. Ante cualquier duda, acudir al sermón original publicado en la página web de la Iglesia Bautista Alameda de Osuna: http://www.ibao.es


Introducción.

Lectura: Isa. 45:1-25.

En Isa. 44:28 ya mencionaba a Ciro, y viéndolo en el contexto del libro de Isaías, entendemos que es un personaje relevante que merece la pena estudiar en detalle.

Así que, con esto en mente, hoy vamos a ver los siguientes puntos, que representan la enseñanza de Dios contenida en este mensaje:

1. Ciro en la historia.

2. El cumplimiento de la profecía.

3. La falta de fe de Israel.

4. Un futuro glorioso.

5. La oferta gratuita del Evangelio.

   5.1. La voluntad decretiva de Dios.

   5.2. La voluntad preceptiva de Dios.


1. Ciro en la historia.

Lo que se habla de Ciro, se profetizó 150 años antes de que ocurriera, y sucedió exactamente como estaba escrito. Eso demuestra que Dios es Dios y establece lo que habrá de suceder en la historia.

Ciro nace en el 580 aC en un territorio occidental de Lan. Cuando nació su territorio estaba ocupado por los medos, aunque él venía de una familia real que no reinaba por estar sometidos a otro pueblo.

Fue educado en la cultura meda y a la muerte de su padre, subió al poder y atacó a Astiages el Medo (familia de su madre), y venciéndole atacó a los Babilonios y los venció, uniendo así a los pueblos Medo y Persa. De todo esto hablaría Daniel, el cual también predijo la venida de Ciro en Dan. 2:39 y Dan. 7:5. Estas referencias son más cercanas a Ciro pero se refieren a la caída de los Babilonios a manos de los Medos.

Así que ahora tenemos aquí una mención a lo que sucedería 150 años después, pero lo interesante es que todo esto nos sirve para que nos demos cuenta de que es Dios el que ha dispuesto todo esto, lo cual habla del Poder de Dios: Isa. 41:2-3, y ahora en Isa. 45:1-3 se vuelve a hacer la referencia a que es Dios el que ha dispuesto a Ciro y ha permitido su ascenso y poder, de forma que no es mérito de Ciro, sino que es el consejo y voluntad de Dios: Isa. 46:11, e Isa. 48:14.


2. El cumplimiento de la profecía.

De Ciro se dice todo lo que el Señor dispuso que sucediera a través de él. En Isa. 44:28 hemos visto que Dios profetiza que Ciro emitiría un edicto que permitiría reedificar el templo, y esto sucedió cuando el templo aún no había sido destruido, sino que es algo qeu sucedería más de 100 años después, tras la caída de Jerusalén y el Exilio del pueblo de Dios a Babilonia. 

Así que el decreto que se menciona es el que escribiría Ciro para permitir la vuelta de los Judíos a Jerusalén a reconstruir los muros y el templo de Dios. En Esdras y Nehemías vemos que fue Artajerjes el que dio las ordenes y proveyó de los medios económicos para reconstruir el templo (Esd. 4:11-16,21). En este contexto es en el que Nehemías está decaído, porque conoce la situación del pueblo de Dios (Neh. 2:3), lo que provocó que aprovechando la confianza que tenía con el Rey para pedirle que le concediera el permiso para poder enmaderar las puertas y el muro según la voluntad de Dios (Neh. 2:4-8)

Más adelante Darío también permitiría a los Judíos que rindieran culto a Dios. 

Así, comenzando con Ciro, fueron varios gobernantes Persas los que intervinieran en la reconstrucción de los muros y del templo de Jerusalén. 

Pero esto no sucedió por voluntad de estos gobernantes, sino por la voluntad y dirección de Dios (Prov. 21:1). Dios es el soberano que dirige a los distintos reyes que, uno tras otro, van cumpliendo la voluntad de Dios a lo largo de la historia.

A estos hombres impíos y sanguinarios se les llama “mi siervo” o “siervo de Dios”, como por ejemplo en Jer. 25:9 o 1 Kin. 19:15. Todos están en las manos del Señor.

¿Cómo es que Dios llama a Ciro con todos estos nombres? ¿Acaso fue un creyente? Se le llama “mi pastor” en el cap. 44, en el cap. 41 se le llama “el justo” o “el que reina en justicia”, o en Isa. 48:14 se dice que Jehová le amó, y también se le llama “mesías”, “el ungido” en este capítulo (Isa. 45:1), siendo esta una palabra que se usa para hablar de Cristo (Psa. 2:2 o Dan. 9:25). Por eso algunos han llegado a cuestionar si Ciro llegó a ser creyente. Pero en Isa. 45:4 aclara que Ciro no le conoció.

En Esd. 1:2 se usa un lenguaje curioso. ¿Qué palabras se ponen en boca de Ciro? O mejor dicho ¿Bajo qué párrafo puso su firma Ciro? Seguramente este decreto fue redactado por Daniel, y Ciro sólo lo firmó.

En el cilindro de Ciro se describe la batalla en la que Ciro conquistó Babilonia. Y al relatar estos hechos, Ciro atribuye su victoria a 3 dioses de Babilonia. Hay que recordar que Ciro era politeísta. De hecho, este decreto que emitió para Jerusalén, también fue emitido para otros pueblos que eran cautivos de Babilonia.

De hecho, Josefo comenta que probablemente Ciro conocía la profecía de Isaías (contada por Daniel) y por orgullo, para intentar ponerse por encima de Dios, cumplió con lo que estaba escrito, como diciendo: “Hasta el Dios de los Judíos habla de mí”.

Así Ciro se convirtió en un anticipo, en un antitipo de Cristo, pero siendo instrumento de Dios, y tipo de Cristo, no conoció a Dios.

Pero, aunque hablemos mucho de Ciro, ¿Qué es lo que quiere resaltar la escritura al mencionar a este hombre? El énfasis está en el Dios soberano que dirigió todo esto: Isa. 41:2, 25. Dios es el que pone reyes y gobiernos, el que los quita y el que dirige las normas y leyes por ellos dictadas, para que Su voluntad soberana se cumpla. Dios es soberano, está en control de las cosas Isa. 45:5-7 y nosotros sólo debemos creerlo. 

Dios siempre es soberano. Ese es el gran contraste que podemos ver al final del cap. anterior, entre el Rey soberano que siempre gobierna y hace su voluntad, frente a las otras cosas en las cuales nosotros ponemos nuestra confianza (Isa. 44:25).

Si esto fue escrito después de que sucediera, tal y como sostienen algunos liberales, ¿Cómo podría ser un consuelo para su pueblo? El propio propósito del texto habla de su autenticidad.


3. La falta de fe de Israel.

¿Cómo reacciona el pueblo? ¿Confía en Dios? No, su reacción es cuestionar, discutir y pleitear contra Dios (Isa. 45:9-11). 

Este es nuestro problema hoy: Escuchamos lo que Dios ha hecho por nosotros, lo que Dios es y cómo es soberano, pero ¿Cómo reaccionamos? Con incredulidad, con rebelión y dureza de corazón. Dios no descansa y no ignora nuestras debilidades, tal como ya se dijo en Isa. 40:26. Dios da fuerzas a los que miran hacia él. 

Si estamos fatigados y cansados es porque no descansamos en el Señor, sino que estamos discutiendo contra él. Pero aunque el pueblo no mire hacia Él, Dios tiene un plan maravilloso para ellos.


4. Un futuro glorioso.

La previsión de Dios no va sólo 150 años más adelante, sino más de 700 años después. El Señor anuncia que su provisión llegaría en el día de Pentecostés.

Así que este mensaje tiene estas dos vertientes: Un cumplimiento para el propio pueblo de Israel a “corto-medio” plazo, recogido en Isa. 45:14-19, y un cumplimiento a más largo plazo para todos los habitantes de la tierra Isa. 45:20-25.

Lo que vive el pueblo de Judá es por culpa de su pecado, por haberse alejado de Él. Pero Dios en su misericordia los restaurará y los pondrá en el lugar donde él habita.


5. La oferta gratuita del Evangelio.

   5.1. La voluntad decretiva de Dios.

Pero Dios es Dios para toda la tierra, y por eso hace la llamada que se recoge a partir del v.20, pero sobre todo en el v. 22, “Mirad a mí, y sed salvos, todos los términos de la tierra, porque yo soy Dios, y no hay más”.

Aquí se mencionan a todas las naciones viniendo a los pies de Dios y diciéndole a los propios Judíos que Dios estaba con ellos. 

Y todo esto sucederá por la voluntad de Dios.

Dios es el Dios que salva y es el Dios que promete bendiciones a su pueblo, y esto es lo que trae consuelo a Su pueblo: Isa. 44:6 e Isa. 45:23.

¿Qué tenemos que hacer? Isa. 45:22, “Mirad a mi, y sed salvos, todos los términos de la tierra, porque yo soy Dios , y no hay más”. Dios nos dice que no confiemos en nada más que en él.

Esto lo dice Dios por 2 razones (v. 18): a) Porque Dios es el único Dios que hay, y b) Porque Él es el que salva. 

   5.2. La voluntad preceptiva de Dios.

Este llamamiento es universal. Dios nos llama a acercarnos a él, pero vallamos o no vallamos a él Dios nos dice que compareceremos ante él y comprobaremos que Dios es Dios y es el único que salva.





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