domingo, 25 de octubre de 2020

El Siervo del Señor (Isa. 49:1-50:11)


Sermón de David Rivero. 25/10/2020

Título: Nuevos Cánticos del Siervo.

Lectura: Isa. 49:1-50:11

Aclaración: Estas notas han sido recogidas “sobre la marcha”, por lo que pueden contener algún error de transcripción. Ante cualquier duda, acudir al sermón original publicado en la página web de la Iglesia Bautista Alameda de Osuna: http://www.ibao.es


Introducción.

Lectura: Isa. 49:1-50:11.

Esta porción comienza una nueva sección de la profecía de Isaías. La anterior comenzaba en el cap. 40 hasta el 48 y en ella se habla de Ciro como el Siervo del Señor que salvaría al pueblo de Dios del cautiverio en Babilonia.

En esta sección que llega al cap. 58 va más allá. En el primer cántico del Siervo en el Isa. 42:1-7 se habla del siervo de Dios que sería escogido por Dios, que sería investido del ES, que establecería un pacto con el pueblo de Dios y se da un avance de que vendría a servir, no sólo a Israel, sino también a los gentiles. 

En el cap. 49 entramos en el segundo Cántico del Siervo. Tras dar la identidad del siervo y su preparación, ahora nos muestra cuál es la misión del Siervo.

Así que, con esto en mente, hoy vamos a ver los siguientes puntos, que representan la enseñanza de Dios contenida en este mensaje:

  1. El Siervo del Señor.
  2. El Salvador de los gentiles.
  3. La Jerusalén de arriba.
  4. Certidumbre en medio de las dudas.
  5. Tercer “Cántico del Siervo”.
  6. El Evangelio invita y advierte.


1. El Siervo del Señor.

Isa. 49:1-7. Aquí se hace un llamamiento a larga distancia para que se preste atención a Jesús. Este no es un mensaje sólo para Israel. El Señor viene diciendo durante toda la profecía de Isaías que es el creador de toda la Tierra, y por tanto este llamamiento es para toda la Tierra.

Y lo primero que se dice es qeu este Siervo, el que hace esta convocatoria, sería un hombre (cf Isa. 7:1 ss y Gen. 1:1 ss)

Pero cuál es la misión de este Siervo del Señor. Su misión de detalla a continuación: Vendrá a salvar a los elegidos y condenar a los que no lo son. En el v.2 dice que el Siervo del Señor viene como un predicador y la gente se opondría a él. Por lo tanto viene a soportar una inmensa oposición y por eso el Señor le equipa con saeta y espada.

Ahora se le identifica a Jesús, que es el siervo que habrá de venir, con su pueblo. Hasta tal punto que se le da el mismo nombre. Jesús es Israel. Dios creó a la humanidad para ser Su Pueblo, pero como Israel rechazamos a Dios. Pero viene Jesús, el verdadero Israel, en el cual el Israel pecaminoso se convertirá en el Israel ideal. Por eso Jesús, cuando va a la cruz, va como rescate por muchos, es decir, por todo el pueblo de Dios.

Pero Jesús sería rechazado. El propio Isaías en el cap. 6, cuando el Señor lo llama, dice que aquí está, y el Señor le dice que va a ser recibido por un pueblo sordo y ciego, que le rechazará. Esto mismo ocurriría con Jesús. Por eso dice en el v.4 “Pero yo dije: Por demás he trabajado, en vano y sin provecho he consumido mis fuerzas; pero mi causa está delante de Jehová, y mi recompensa con mi Dios.”.

Vemos que aunque van a enfrentar rechazo, habría recompensa. Por eso en el v.5 pone la auténtica misión del Siervo del Señor: convertir a pecadores en seguidores de Dios, y congregarlos a su alrededor. Y para ello también los equipa, tal y como dice al final del v.5: “el Dios mío será mi fuerza”.

En Jn 12:41 se menciona este capítulo al hablar de la gloria y de la misión de Cristo.

Y esto nos lleva al v.7, que representa un gran consuelo para Isaías. El Señor enviará al siervo que hará esto posible, esta restauración para todas las naciones de la Tierra (cf. Isa. 49:6b, “te di por luz de las naciones).

¿Vale pues la pena? Sí, porque el Siervo del Señor viene para todas las naciones, no sólo para el Israel étnico.


2. El Salvador de los gentiles.

¿Como sucedió esto concretamente? Vamos a ver 9 señales de que Jesús estaba cumpliendo estas profecías y para eso vamos a comparar la misión del siervo y cómo, Mateo, escribió la misión de Cristo en referencia a esta misión dada por Isaías.
  1. Mat. 12:17 dice que lo que va a mencionar es lo que decía Isaías. Recordemos que Mateo escribe a Judíos.
  2. En la genealogía del propio Cristo se incluyen dos mujeres que son gentiles y que no solamente forman parte del pueblo escogido, sino que son parte de la genealogía de Cristo.
  3. Los primeros que reconocen al Señor como Siervo del Señor son gentiles sabios de oriente.
  4. El ministerio del Señor comienza en Galilea ... de los gentiles.
  5. Mat. 8 habla del centurión gentil que viene reconociendo el señoría del Siervo del Señor.
  6. En Mat. 8 también se habla de los gentiles que vendrían del oriente y occidente para sentarse con los patriarcas.
  7. Se habla después de la mujer Cananea que reconocía a Cristo como el hijo de David.
  8. En el Mat. 21:42 se habla de Cristo como la piedra angular, rechazada por los Judíos y aceptada por los gentiles.
  9. ¿Cuál es la gran comisión que se da a los discípulos? Hacer discípulos de todas las naciones.
Es interesante que Pablo, un siervo de los siervos del Señor, cuando habla de su ministerio, siendo Judío, reconoce que el Señor lo ha llamado a predicar a los gentiles. Su comisión era esa, y así habló ante la iglesia de Antioquía de Pisidia: Act. 13:47 (... citando Isa. 49:6)


3. La Jerusalén de arriba.

A Isaías le gusta usar imágenes gráficas, y ahora hace una comparación de la misión de este Siervo con la misión de otros Siervos que el pueblo ya conocían. Es comparación entre Josué o Moises con Jesús habla cómo Dios ha liberado numerosas veces a su pueblo del trabajo de la esclavitud para ser llevado a la Tierra Prometida.

¿A qué está apuntando esto entonces? ¿Hacia dónde se dirige nuestra mirada? Hacia la tierra prometida, pero no la Canaan física, sino a la Jerusalén de arriba, la cual es nuestra gran aspiración. 

La aspiración de todos los creyentes no es la restauración de Israel, sino la creación de un pueblo de Dios que vivirán en una nueva Jerusalén construida por el Señor para los creyentes de todas las naciones: Heb. 4:1-2.

Esto no es sólo para darnos conocimiento de los propósitos de Dios, sino que Dios quiere que entremos en esa Tierra. Al avanzar en el cap. 4 de Heb. (Heb. 4:8) se habla de que los que entraron en la tierra prometida no tuvieron reposo, pero sí alcanzarán reposo los creyentes.

Hay 4 promesas que se dan al Siervo.
  •   El Señor dará respuesta.
  •   El Señor le equipará con lo que necesita para la misión.
  •   Dios estará con ÉL
  •   El Siervo será un pacto entre Dios y su nación.
De este pacto que se menciona aquí en Isaías de forma tangencial, se habla mucho más en profundidad en otros profetas: Jer. 31:31-38 (cf. Heb. 8).

Así que la vuelta del pueblo del Señor a Jerusalén sólo es el anuncio de lo que Cristo conseguirá para TODO el pueblo de Dios, de todas las partes de la Tierra (Isa. 49:9-10). ¡Esta es la esperanza que nosotros también albergamos!.

Fijémonos que en este lenguaje de éxodo, de salida, de dejar la esclavitud atrás, el pueblo del Señor tenía el ejemplo del éxodo de Egipto y también la vuelta del pueblo del Señor a Jerusalén del exilio en Babilonia, pero ¿Cuál era la extensión de esta vuelta? Se ve claramente que aquellos a los que va a llegar el alcance de la llamada a los habitantes del Reino de Dios, llega hasta Sinim, que se refiere a tierras muy lejanas (puede que Assuan, o, como aseguran otros, probablemente China). 

Así, en el v.10 se habla de los presos que están dispersos por todo el mundo y serán rescatados. Estos mismos versículos se referencian en Ap. 7:16-17. 

Aquí no se está animando al pueblo del Señor a volver a Jerusalén y reconstruir los muros de la ciudad y el Templo del Señor. Con la muerte del Siervo, el Templo quedó obsoleto (cf. Gal 4:25-27)
 

4. Certidumbre en medio de las dudas.

El pueblo del Señor está lleno de dudas. Isaías va contestando estas dudas a su Pueblo dando la respuesta del Señor a todo esto.

1ª duda) El Señor les ha abandonado (Isa. 49:14). El pueblo siente como que parece que ha abandonado a su pueblo, pero el Señor contesta en Isa. 49:15-18 que Dios no se olvida de Su pueblo. No sólo no se olvida de este pueblo que está medio de la tribulación, sino que Dios confirma que está atento a Su pueblo. Nosotros nos podemos olvidar de El, pero no al revés.

2ª duda) ¿Cómo es posible que subsistamos si somos pocos? Dios contesta en Isa. 49:19- . El pueblo del Señor será abundante y de todas las naciones vendrán (es el mismo lenguaje que usa Zacarías en Zac. 2:4). En cada momento estamos exactamente aquellos que el Señor ha querido redimir. Y aunque ahora parece que vivimos en un desierto y que estamos sólos, estamos reunidos con aquellos que el Señor ha querido que sean Salvos, y también promete que al final habrá tanta gente que no se cabrá.

3ª duda) ¿Cómo podemos sobrevivir si el enemigo es muy poderoso? (v.24) Ya había dicho el Señor que los enemigos del pueblo del Señor serán vencidos por el propio Señor (Ap. 20:7-10). Dios es el Dios de la historia y es el único que puede decir que no hay enemigo demasiado grande para Él o que pueda vencer Su poder (cf. Isa. 50:2-3).

Ya se demostró en Egipto, pueblo poderoso sin igual, pero el Señor trató con ellos y venció, y al final el pueblo de Dios fue rescatado de la esclavitud a la que estaban sometidos. Y la mano del Señor no se ha acortado para bendecir. 

Hoy en día, las iglesias fieles al Señor parecen pequeñas y débiles, y el enemigo parece muy poderoso: la sociedad, la influencia de las ideologías mundanas, etc.... Pero Dios es poderoso y promete dar libertad a Su pueblo. Dios ya ha tenido todo esto en cuenta y no hay nada demasiado grande para Él.

4ª duda) ¿Realmente Dios quiere hacer esto? ¿Dios es fiel a su pacto? Isa. 50:1 da la respuesta.

En Gen. 1 Dios creó el matrimonio, pero por la dureza del corazón de los hombres si un hombre deja a una mujer, le dará carta de divorcio (Deut. 24:1). El caso es que aunque sea una práctica originada por la dureza del corazón de los hombres, era una práctica que se hacía entre el pueblo del Señor, pero ahora Dios dice: ¿Cuándo me he divorciado de tí, Judá?

Es curioso que a las 10 tribus de Israel (del Reino del Norte) sí que les dio carta de divorcio (Jer. 3:8). Ahora le pregunta a Judá, ¿dónde está tu carta de divorcio? 

Y por si alguno creía que la entrega del pueblo a esclavitud a Babilonia era por cumplir el pago de alguna deuda que tuviera Dios con Babilonia, Dios aclara que no tiene acreedores de los cuales ellos sean el pago.

Su esclavitud viene por su rebeldía, pero hay un pacto eterno que se materializará en el Siervo auténtico y eterno de Dios: Cristo. Esa es la promesa de fidelidad de Dios para con su Pueblo. De hecho, cuando el Señor nos compra nos saca del “mercado de esclavos”, y nos rescata de una forma definitiva.


5. Tercer “Cántico del Siervo”.

Este cántico se encuentra en Isa. 50:4-9. Este es un lenguaje similar al encontrado en el Psa. 22 y en el Psa. 23, así como el Psa. 69. ¿A qué apuntan esos salmos? A la cruz. La cruz es imprescindible para que todo esto sea una realidad. La confirmación del pacto no tenían otra garantía que no fuera la muerte del Siervo. Por eso ahora, en este tercer cántico, se presenta el coste de la salvación de Dios.

El Siervo de Dios sabía a que venía y sabía que “en los asuntos de su Padre es donde debía estar”. Pero llegado el momento para el que había venido, no dudo en ir a cumplir con ese propósito (Luk. 9:51)

Y, ¿De qué cosas nos habla este tercer cántico?
  1. Del ministerio profético que se le ha dado al Siervo (v.4). El Siervo hablaría como los sabios (Jn. 7:46). Cuando Cristo hablaba, la gente se asombraba de lo que decía, y esa verdad serían palabras para el cansado, lo que nos recuerda a Mt. 11:28. 
  2. Ese Siervo escucharía el mensaje de Dios, porque sus oídos  se abrirían, como vemos en v.5 (cf. Jn. 14:16), y su servicio a Dios sería voluntario.
  3. Lo que escucharía sería que tendría que ir al calvario a morir (v.5), y el Siervo no dudó en andar ese camino, que era su propósito y su misión.
  4. Y por el camino hacia la muerte sería repudiado y vejado (v.6). Y este siervo perfecto reclamaría ¿Quién hay que le condene? (v.9). ¿Quién puede preguntar esto sino el Siervo perfecto de Dios?

6. El Evangelio invita y advierte.

Todo esto demanda una respuesta de nosotros. Ahora Isaías llama a su audiencia a oír y a poner atención a lo que el Señor está hablando.

¿Quién está hoy escuchando? ¿Quién es el que recibe hoy estas palabras? Jesús es la luz del mundo, pero hay muchos hombres que andan en tinieblas. Y estos que andan en tinieblas, a los que rehusan escuchar la palabra del Señor, sólo les espera la destrucción. Pero luego están los que escuchan. ¿Pensamos que Dios se ha olvidado de nosotros? (Isa. 40:27)

Es una realidad que el Cristiano, por dejar de mirar a Dios, no pierde la seguridad de la salvación, la cual es cierta e inamovible, pero sí que pierde la certidumbre, esto es el convencimiento, de que esta salvación será real y cierta. A veces dudamos, y Dios nos dice: Confiad, Yo no cambio.

No deben extrañarnos nuestras dudas, pero sí debe extrañarnos si no dudamos. Algunos tienen sombras de duda respecto a la fidelidad del Señor, pero este pasaje nos da la clave para disipar esas dudas: Contemplar al Siervo de Dios, a Cristo, en su enseñanza (Isa. 50:4).

Si estas cansado y fatigado, ve al Señor y pide que Él te haga descansar por su enseñanza. Y miremos también su servicio voluntario y cómo sufrió para cumplir el propósito de Dios. Pues el que lo dio todo para salvarnos, ¿cómo no nos cuidará hoy? Dios no se olvida de sus Hijos.

Sin embargo, los que no escuchan, recibirán el castigo por ello: Isa. 50:11. Si tú eres el que te provees de tu propia luz y de tu propio calor a través de tu propio fuego (una tea), si te crees tan inteligente para pensar que puedes proveer de estas cosas para ti mismo, Dios asegura que su fin será el ser sepultados en dolor (Isa. 66:24).

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