domingo, 18 de enero de 2015

10 - Los peligros del pueblo de Dios: La falta de fe o incredulidad.

Sermón de David Rivero predicado en la IBAO el 18 de Enero de 2015.
Título: 10 - Los peligros del pueblo de Dios: La falta de fe o incredulidad.
Lecturas:  Lucas 1:5-25
Enlace al sermón en Audio.

Apuntes:


Zacarías era sacerdote, pero no era sólo un "religioso profesional" como los sacerdotes de Bet-El que oficiaban en los altares "alternativos". De Zacarías se dice mucho más (y de su esposa), porque se dice que eran personas piadosas.

Aunque todo parecía bueno, la tragedia sucede mientras Zacarías ofrecía el incienso en el Santuario del Señor ya que le tocaba hacerlo por turnos a los sacerdotes. El incensario y la mesa con el pan de la proposición estaban en el "lugar santo" del templo y un sacerdote entraba cada día para renovar las ofrendas como parte del rito del templo como parte de la ofrenda del pueblo de Dios.

Lo que le sucedió a Zacarías (v11) es que se le apareció un ángel del Señor (Gabriel, según el v.19) en ese lugar Santo.

Del pasaje de hoy vamos a extraer 3 lecciones (puntos 1,2 y 4), y veremos un punto más relacionado con el texto:

• El anuncio que da Gabriel
• La respuesta de a Zacarías
• Otras personas que respondieron de la misma forma que lo hizo Zacarías
• El peligro de la incredulidad.

• El anuncio que da Gabriel

Gabriel viene a dar la maravillosa noticia de la venida del Mesías, del Salvador.

El mensaje del ángel tiene dos partes: una personal, en la que se le anuncia el nacimiento de un hijo a Zacarías, y una segunda parte que tiene que ver con el ministerio de ese hijo en relación a la venida del Mesías.

• La respuesta de a Zacarías

Vemos en el v.18 que Zacarías no responde con gozo, sino que responde con una pregunta, y esa pregunta denota que Zacarías no tenía fe en que lo que se le había anunciado se cumpliría. Así vemos a una persona que era piadosa, pero que en el momento de la verdad se mostró incrédulo. ¿Pudo ser el shock, o el sentimiento de indignidad, u otra cosa lo que provocó esta reacción? No, porque Zacarías tenía muchas y buebas razones para creer.

Zacarías estaba ofreciendo incienso en el lugar Santo y se le apareció un ángel del Señor que le dió un mensaje de parte del Señor. Además, Zacarías y su mujer habían estado orando por un hijo, pero por su reacción, ahora parece que estaban orando por algo que no esperaban recibir.

Ademásn de esto había precedentes históricos reflejados en el A.T. y qeu Zacarías conocía perfectamente, porque toda la nación de Israel salió de una pareja que tuvo un hijo siendo ambos muy mayores (Heb 11:12). Pero el Señor cumplió su promesa de dar descendencia a Abraham y Sara en circunstancias muy similares a las de Zacarías (Gen 18:1-15)

Zacarías conocía esto, pero sus circunstancias personales estuvieron por encima de lo que conocía.

Y no podemos considerar la respuesta de Zacarías sin compararla respuesta con la de María, la cual estuvo ante otro anuncio similar, pero mucho más impactante, porque tenía que ver con la concepción milagrosa de Cristo en ella (Luk 1:26 ss), y vemos que hay similitudes en las respuestas, pero también hay diferencias.

El mensaje de Gabriel a María la puso en situación semejante a Zacarías al anunciarles a ambos que sucedería algo aparentemente imposible, pero sin embargo, a la vez sus situaciones eran diferentes, ya que María no tenía referencias como las que tenía Zacarías en el A.T., y además la respuesta de María fue totalmente diferente a la de Zacarías, ya que aceptó con fe el anuncio del ángel.

Y ¿Cuáles son los resultados de la incredulidad de Zacarías? Gabriel no deja pasar el asunto como algo sin importancia, sino que reclama la veracidad de sus palabras, y deja en Zacarías una señal que duraría hasta el nacimiento de su hijo. Las últimas palabras que escuchó Zacarías de su propia boca fueron palabras de incredulidad. Y tras reflexionar 9 meses, al recuperar la voz, su discurso fue totalmente diferente (Luk 1:67-79). ¿De donde sacó Zacarías esta información? De su larga reflexión acerca de lo sucedido en el pasaje que estamos repasando hoy.

• Otras personas que respondieron de la misma forma que lo hizo Zacarías

La Biblia nos da otros ejemplos de personas que respondieron con incredulidad ante los anuncios dados por Dios:

— Tomás: se negó a creer que Jesús había resucitado de la tumba, a pesar del  testimonio de los otros creyentes (Joh 20:25). Tomás, como Zacarías, tenía razones para creer, como los anuncios del propio Cristo de que resucitaría al tercer día justo antes de la entrada triunfal en Jerusalem (Mat 16:21, Mat 17, Mat 20:17...), y también tenía lo que había visto con sus propios ojos y sus consecuencias (La resurrección de Lázaro ocurrida poco antes, en Joh 11:14, la hija de Jairo o el hijo de la viuda de Nahím en Luk 7:16-17). Aún así cayó en la incredulidad, todo esto no fue suficiente.

— Los dos discípulos en el camino de Emaús.son llamados insensatos y tardos de corazón, porque los profetas ya habían dado testimonio de que Cristo resucitaría (Luk 24:25)

• El peligro de la incredulidad

Nosotros no recibimos la palabra de Dios de boca de un ángel, sino que tenemos la propia verdad revelada de Dios, y como Zacarías, tenemos pruebas suficientes de que esta Palabra es cierta, por lo que las similitudes entre nuestra propia experiencia y la de Zacarías es notable.

A pesar de tener la Palabra de Dios, muchas veces rehusamos creer en ella, y este es un asunto de grados de fe. Como Zacarías, podemos ser hombres rectos, pero a veces nos creemos sólo ciertas cosas de las escrituras, aceptando algunas partes, y permitiéndonos el lujo de poner en duda otras partes: somos creyentes selectivos, creyendo lo que nos gusta, y dejando de creer ciertas cosas que no nos gustan.

Zacarías nos anima a que creamos totalmente y absolutamente en la Palabra de Dios, aunque parezca ilógico o poco razonable. Si creemos absolutamente en la Palabra, nuestro gozo y esperanza serán absolutas, pero si creemos de forma limitada, ¿como serán nuestro gozo y esperanza?


Despues de pasar 9 meses mudo, Zacarías ahora nos dice a nosotros: "Cree, no seas incrédulo".

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