viernes, 28 de febrero de 2014

Principio universal: Jesús es el Señor.

Este domingo pasado hemos reflexionado acerca del texto de 1 Corintios 12 que sirve de introducción al tema de los dones espirituales.

Como este es un tema controvertido, lo que se ha hecho es establecer unos principios básicos que servirán a modo de introducción como base para poder luego entender bien este asunto de los dones.

Como siempre, podéis escuchar el sermón completo en la página de la IBAO o a través de este enlace que os dejo aquí:

A continuación os dejo mis notas con lo esencial de este mensaje.

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Título: Jesús es el Señor
Lectura: 1 Corintios 12:1-3

Este pasaje da comienzo a una sección muy amplia en donde se tratan los dones espirituales.

Por lo que leemos, entendemos que en la iglesia de los Corintios  había dudas y discusiones al respecto de los dones espirituales y concretamente respecto al don de hablar en lenguas. 

Hoy en día tenemos estos mismos problemas y las iglesias se dividen por estos asuntos, porque muchas veces tenemos preguntas del tipo ¿Cuáles son los dones espirituales? ¿Todos los cristianos tenemos algún don? ¿Qué función tienen los dones? etc….

Tratar este asunto es algo difícil, por ellos, para dar respuestas a preguntas del tipo de las que nos planteamos hoy, en 1 Tesalonicenses 5:12 ss se exponen dos principios básicos en paralelo: (v. 19) no apagar al espíritu y (v. 21) examinarlo todo.

Estos dos principios también los tendremos que tener en cuenta para tratar el asunto concreto del tema de los dones, y para hacerlo, veremos lo siguiente:
  1. Primer principio: No apaguemos al espíritu
  2. Segundo principio: examinarlo todo.
  3. No debemos fiarnos de nuestras emociones.
  4. Principio inamovible: Cristo es el Señor.
  5. Tres pruebas para saber que un mensaje viene de Dios


1. Primer principio: No apaguemos al espíritu.

Apagar el espíritu es negar o suprimir algo que realmente es de Dios. Estas realidades que negamos y que son de Dios se convierten en algo cotidiano en muchos cristianos. Pero ¿por qué es relevante? Por la situación que estamos viviendo. La iglesia del Señor está en una situación lamentable. Hay muchos cristianos rezando fervientemente por un avivamiento espiritual, y como tenemos tanto celo por ello, cualquier cosa que parezca venir del espíritu, lo incorporamos. 

A la vez vemos que la Iglesia no tiene un impacto en la sociedad, más bien, los cristianos nos mimetizamos con el Mundo y apenas nos diferenciamos del resto de la gente. Hablamos igual, vestimos igual, sufrimos las mismas crisis que ellos…. Vemos también que el compromiso con la iglesia está en "horas bajas"

La Iglesia está en decadencia. No hay más que ver la asistencia a los cultos, que para muchos miembros supone una carga, o peor, un problema. Falta movimiento del espíritu en nosotros y por ellos recurrimos a hacer actividades y eventos, y clamamos por un avivamiento.

Gracias a Dios hay personas que tienen más que un compromiso superficial. Podemos tener la mejor teología pero parece que eso no nos afecta y por eso la mundanalidad entra en la Iglesia. Lo último que queremos es apagar el espíritu de Dios, y por eso, cuando pasa algún movimiento por la Iglesia que parezca venir del Espíritu, pensamos que cualquier cosa es mejor que nada y lo adoptamos sin discernimiento, sin preguntarnos si viene del Señor. Este problema también lo tenían en las iglesias del primer Siglo.


2. Segundo principio: Examinarlo todo.

La enseñanza anterior, hay que ponerla en tandem con el principio de examinarlo todo. Así se evitarán esos volantazos que nos sacarán del camino de Cristo. 

Examinarlo todo quiere decir que tenemos que no debemos dejarnos llegar por las apariencias, debemos estar alerta y ser juiciosos ( 1 Juan 4:1 ), tenemos que ver cuál es el origen de las cosas y de los movimientos que pasan por la Iglesia, porque cualquier sentimiento o hecho que venga "en el nombre de Dios" no debe ser considerado como si fuera correcto, verdadero y genuíno. Cualquier cosa no vale, y siempre hay personas tan ingenuas que piensan que cualquier sentimiento espiritual viene de Dios.

Hay 2 verdades que debemos tener en cuenta: 
  • En el mundo hay muchos espíritus obrando ( Efesios 6 : Nuestra lucha no es contra personas, es contra los espíritus… )
  • Satanás es el gran falsificador, mostrándonos cosas muy parecidas a la realidad, pero falsas.... Y a veces nos consigue engañar e impactar en el testimonio del Evangelio.
En Corinto estaban muy entusiasmados con las cosas que estaban experimentando, como el hablar en lenguas (2 Corintios 11:13-14). Habían caído en la trampa y aceptaban todo lo que se hacía y decía en el nombre de Dios. Por ello era necesario decirles que examinaran aquellas cosas, porque el propio Satanás puede llevar a los hombres a falsear el evangelio.

Así, si el Señor nos dice que debemos examinarlo todo, tenemos 3 opciones:
  1. Considerar que todo lo que se dice que viene de Dios, realmente viene de Dios. En este caso tendremos que resolver el problema de las contradicciones entre los mensajes dados por los diferentes mensajeros que supuestamente vienen de Dios.
  2. Nada de lo que se dice que viene de Dios, realmente vienen de Él. Así nada puede venir de Dios y llegamos a la postura agnóstica. Muchos son hoy los que dicen "no creer en nada".
  3. Algunas cosas son de Dios y otras no ( 1 Juan 4:1 ). Esta es la opción buena, pero claro, tenemos que saber discernir. ¿Cómo podemos determinar quién viene de parte de Dios y quién no?
En Corinto, sabemos por el contexto que discernían lo que venía de Dios y lo que no en función de la apariencia que tenía, en función de las emociones y de lo que sentían o se veían movidos a hacer. Con esto llegamos al tercer punto

3. No debemos fiarnos de nuestras emociones.

El apóstol nos previene de usar las emociones como criterio para considerar que algo viene de parte de Dios. Esto es una realidad incluso para nosotros, porque muchas veces "sentimos" que algo es cierto. El hecho de que algo nos hace sentir bien no lo hace correcto ni cierto. Muchos paganos sienten numerosas emociones en sus ritos, y esto no los hace provenir de Dios. Dios nos dice que tenemos que anteponer la razón y el conocimiento a las emociones.

Muchos en Corinto venían del paganismo, y esto es algo que les recuerda el apóstol (1 Corintios 12:2). Y va más allá, haciéndoles notar que en aquel momento estaban sumergidos en emociones placenteras y sin embargo aquellas emociones les arrastraban lejos de Dios (1 Corintios 10:9). Estaban tan sumergidos en las emociones, que no se daban cuenta de que eran arrastrados a lugares donde no querían estar, porque detrás de los ídolos, quienes estaban eran los demonios, no era Dios.

¡No nos dejemos llevar por la corriente de las emociones! Satanás es capaz de producir grandes emociones en nosotros, y esto nos aleja de Dios.

Por esto tenemos que establecer un criterio fiable, lo que nos lleva al cuarto punto del estudio de hoy


4. Principio inamovible: Cristo es el Señor.

Si hemos de determinar que es de Dios y qué no lo es, necesitamos "El Criterio", el cual aparece en el v. 3. Aquí está la esencia del mensaje Cristiano. El criterio es reconocer que Jesús es el Señor. La clave de esta frase es que Jesús es el nombre del “hombre”, y Señor es el título que hace mención a su soberanía y “divinidad”. Vemos que este es el mismo principio que encontramos en ( 1 Juan 4:2-3 ). En torno a esto debe girar toda nuestra teología.

El problema es que a algunos les cuesta mucho aceptar estas dos verdades: por un lado aceptan la realidad histórica de Jesús, pero por otro se niegan a aceptar su divinidad. Lo consideran un gran maestro, pero no lo reconocen como Dios. O por el contrario, aceptan la divinidad de Jesús, pero no su humanidad, llamando anatema a Jesús, como hacían los pre-gnósticos.

Cuando nosotros analizamos lo que viene de Dios y lo que no, tenemos que tener siempre presente que Jesús es el Señor. Los hijos de Dios nunca maldicen a Dios, ni a Jesús

Juan 16:13-14 afirma que el Espíritu viene a glorificar a Jesús, y este Espíritu es el que nos mueve a entender el mensaje del evangelio. Sólo por el Espíritu somos capaces de saber quién es Jesús, como afirma 1 Corintios12:3. 

¿Qué significa entonces ser un hijo de Dios? Es mucho más que creer en Dios o unirse a una Iglesia. Es abrazar la realidad de Dios y de que Jesús es Dios, es entender por qué Dios tuvo que mandar a su hijo a la Tierra. Abrazarnos por fe a lo que Jesús hizo en la cruz y someternos a su señorío es ser un hijo de Dios. Y esto lo podemos hacer únicamente por la obra del Espíritu en nosotros.

Si oímos un evangelio que no nos conduce a esto, ese evangelio es falso. Pueden ser cosas que nos hagan mejores personas, mejores ciudadanos o mejores cónyuges, pero no nos conducirán a Dios. El evangelio es un milagro que necesita del Espíritu Santo

5. Tres pruebas para saber que un mensaje viene de Dios
  1. Primero debemos preguntarnos si el mensaje que escuchamos glorifica y exalta a Dios. Si un profeta se centra en exhibirse a sí mismo y sus experiencias religiosas en lugar de colocar a Dios como el centro del mensaje, no es de Dios.
  2. Debemos desconfiar de cualquier revelación novedosa que nos sea dada de parte de Dios. En Hebreos 1:1 ya se establece que el mensaje de Dios nos ha sido dado en estos postreros días por el Hijo. Por esta razón no aceptamos nuevas revelaciones de parte de Dios. 
  3. Debemos también rechazar cualquier mensaje que niegue la revelación dada en la Escritura. Toda la Escritura es inspirada por Dios, y es la espada del Espíritu. Por eso no podemos contradecir ni uno solo de los principios que aparecen en la Biblia, ni un sólo punto de la revelación de Dios. El Espíritu Santo siempre va a estar de acuerdo con la escritura.
 
Estas son las implicaciones que surgen de forma natural de la afirmación de que Jesús es el Señor. 

El Señor nos llama a escudríñalo todo. Vivimos en tiempos en que escuchamos a todo tipo de personas con todo tipo de mensajes. No te dejes arrastrar, no te fíes de tus sentimientos y afirma con contundencia que Jesús es el Señor. Toda la enseñanza que venga de Dios debe pasar por ese filtro.


lunes, 24 de febrero de 2014

Suposiciones peligrosas: Podemos seguir a Dios pero sin mojarnos mucho.

Siguiendo con la serie de sermones basados en las suposiciones peligrosas que a veces hacemos como creyentes, el domingo 9 de Febrero dimos un repaso a la creencia de que el cristianismo es otro movimiento más al que podemos acercarnos como "simpatizantes", pero sin comprometernos mucho. 

La verdad es que el que así piense, no sabe cuán lejos de la verdad bíblica se encuentra, ya que el cristianismo demanda compromiso de nuestra parte.

Por esa razón las reflexiones contenidas en este sermón se hacen actuales y pertinentes para nosotros.

Como siempre, podéis acceder al sermón completo en audio a través de la página web de la IBAO, o usando el siguiente enlace:

Y como ya es costumbre, os dejo mis apuntes con las ideas principales resumidas, con el objetivo de que en unos minutos seas capaz de captar la esencia del mensaje sin necesidad que escuches el sermón entero.


Título: "Suposiciones peligrosas: Podemos seguir a Dios pero sin mojarnos mucho"
Lectura: Hechos 5:27-42
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Hoy vamos a ver otra de esas suposiciones peligrosas que pueden llevarnos a la muerte. Se trata de esa que nos dice que podemos seguir a Dios pero sin mojarnos mucho, o usando  un dicho popular: que podemos ver los toros desde la barrera. Para ello vamos a estudiar hoy el personaje de Gamaliel, pero para captar todo el contexto leeremos desde el  versículo 12 al 42.

Todos sabemos que si una cosa es verdad, lo contrario no puede serlo. Si A es A, no puede ser B. Sin embargo hoy en día parece que este concepto ha cambiado y nos encontramos con personas que nos dicen que A puede ser A, pero que también puede ser B. Podemos sostener don afirmaciones contradictorias y mútuamente excluyentes, y justificar y defender ambas. Así hay multitudes que están a favor del aborto pero en contra de él. Hay temas que decimos que no son buenos para nosotros y no agradan a Dios pero se toleran en el prójimo. Ejemplos de esto son asuntos como la homosexualidad, el aborto, etc...

Esto parece ser así porque el punto medio parece muy atractivo. Así no molestamos a nadie y eso es lo más cómodo porque asíno discutimos con nadie. El ser radical y tener fundamentos firmes en una determinada convicción está mal visto, y se sacrifican estos valores en pos de la paz. Así no adquirimos compromisos y satisfacemos esa demanda social de "ser tolerante y no molestar a nadie"

En la escena que nos muestra la lectura de hoy vemos algunos personajes que viven el seguir a Cristo de forma entusiasta y radical. En contraste, podemos ver los que están radicalmente en contra del Señor. Y en medio de esa confusión, aparece Gamaliel, sin acalorarse, con reflexiones aparentemente sabias, ofreciendo soluciones al problema que se plantea, pero tenemos que reflexionar en la actitud de este personaje. Lo veremos en 3 partes:

   • Proposiciones contrapuestas de Gamaliel.
   • El consejo que da Gamaliel para resolver el conflicto.
   • Nuestra respuesta ante las proposiciones de Jesús.

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• Proposiciones contrapuestas de Gamaliel.

Algo que estaba ocurriendo un poco de tiempo después de que la multitud hubiera animado a la crucifixión de Cristo, Era que cada vez más gente se estaba convirtiendo al cristianismo, y los judíos temían que, en lugar de haber resuelto el problema con la crucifixión de Cristo, el problema parecía ser cada vez mayor.

Gamaliel propone dos posibles opciones para resolver el dilema: que Cristo fuera Dios, o que fuera un fraude. En su percepción no había más opciones. Si la primera opción era verdad, la única acción lógica de las autoridades sería cambiar su postura y aceptar a Cristo como el Señor, pero si era cierta la segunda, entonces debían acabar con ellos y destruir aquel movimiento sectario. 

Es interesante observar que en la forma de ver el problema que proponía Gamaliel cada una de las proposiciones era excluyente de la otra. 

En esta situación Gamaliel propone que se dé tiempo y que se espere a ver qué pasa...


• El consejo que da Gamaliel para resolver el conflicto.

Lo que Gamaliel sugiere no es que se tome una postura u otra (que ya vemos que era contraria), sino que su propuesta es que no se haga nada, que se espere. Para Gamaliel Jesús era un simple hombre ya que le compara con otros que sólo habían sido grandes líderes pero que después de morir sus seguidores desaparecieron ( Hechos 5:36-37 ). Para Gamaliel Cristo no era más que uno más de estos. Pero Gamaliel no era de los que se mojaban, por lo que no tomó partido. No defendía a muerte a Cristo, ni era de los que quería matarle. Simplemente no hizo nada. Sólo esperó...

Las palabras de Gamaliel convencieron a la gente de su época y casi nos convence a nosotros mismos. Todos quedaron embelesados por su sabiduría y decidieron quedarse sin tomar partido.

Pedro, sin embargo sí que había tomado partido, y eso se demuestra a través de su respuesta en la cual usa diferentes argumentos:

— El primer argumento es el de la resurrección( Act 5:30 ). ¿Cómo respondieron estos hombres ante la prueba irrefutable de la resurrección? Se compungieron y preguntaron qué podían hacer ellos.

— La segunda parte usada por Pablo en su argumentación es por el cambio que había producido el E.S. en ellos. Por eso no podían dejar de predicar ese mensaje. 

Si Gamaliel hubiera escuchado estos argumentos, no se hubiera quedado esperando sino que hubiera tomado una decisión: o seguirle, o no seguirle. En contraste vemos a este hombre aparentemente sabio, diciendo estar falto de pruebas, aunque Pedro le había dado pruebas suficientes para que él creyera.

¿Y nosotros? ¿Qué más pruebas necesitamos de que Cristo es el Señor? ¿Demandamos más pruebas como Gamaliel, o nos rendimos a las evidencias? Gamaliel rechazó las pruebas que tenía delante de sí, y además, aunque quiso dar una imagen de neutralidad, él había tomado ya una decisión. 

Con Dios no valen medias tintas, por eso o se le acepta o no, y Gamaliel no lo había aceptado. No hacían falta más pruebas, había suficientes. La espera de pruebas adicionales es una excusa para seguir viviendo en un aparente punto medio. Pero para Dios no hay puntos medios: o estamos a Su lado, o no lo estamos.

Gamaliel piensa que puede quedar neutral, y la gente que escuchó a Gamaliel, aceptó como bueno ese punto medio, pero la gente ubicada en ese cómodo punto sin compromiso ya se había posicionado, y habían decidido estar en contra de Cristo ( cf. Mateo 23:25 vs Hechos 5:28 ). La pregunta que habría que hacerse viendo este pasaje que hoy estamos tratando es: Si realmente la gente era neutral, ¿por que azotan a los apóstoles y les prohiben predicar en su nombre?

• Nuestra respuesta ante las proposiciones de Jesús.

Nosotros erraríamos grandemente si no aplicamos a nosotros mismos lo que hemos visto aquí. ¿Cuál es tu decisión? Hoy tenemos las mismas evidencias que tenían los apóstoles en aquellos días. La realidad histórica de Cristo hoy en día no se pone en duda. ¿Aceptamos a Cristo como Dios y Señor, o le consideramos un farsante? ¿Nos vale con la evidencia que tenemos delante, o demandaremos pruebas adicionales? No nos quedemos en medias tintas, pensando que así no tendremos que coger un compromiso o que evitaremos el tener que tomar una decisión, porque estar ahí demuestra que ya se ha tomado una decisión, y que nos encontramos en el terreno de los enemigos de Dios.

Concluímos con el pasaje de Juan 3:36: "El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.". Recordemos esto.

Guerra Espiritual (Parte 2)

Este domingo continuamos estudiando los dos fundamentos siguientes (de un total de siete) que todo creyente debería tener en cuenta al respecto de la guerra espiritual.

Os recuerdo que este estudio es continuación de otro en el que se daba la introducción al tema y los dos primeros principios.



Guerra Espiritual (Parte 2).
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Fundamento # 3.

Dios permite la adversidad causada por una de las cuatro causas estudiadas en el Fundamento 2 como una mezcla perfecta de dos principios bíblicos:

a) Todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Gálatas 6.7-8, "No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna."
b) Dios puede hacer incluso que lo malo sea bueno. Romanos 8.28, "Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados."

Aunque Dios tiene un plan perfecto y bueno para nosotros, puede que algunas de las fases o “facetas” de ese plan puedan no ser lo que llamaríamos “maravillosas”. Lo cierto es que recogemos aquello que sembramos, es decir, que toda causa tiene su efecto, según las leyes naturales del universo impuestas por Dios para mantener Su creación funcionando correctamente. Las leyes son impersonales, si tú las rompes, ellas te rompen a ti, sin importar quién o que seas.

No podemos decir entonces que Dios sea siempre la causa última de todos nuestros problemas. A veces sí lo es, pero no lo es siempre. De lo que sí que podemos estar seguros es de que Dios reaccionará a las pruebas, nos ayudará en ellas, no dejará que vayan más allá de lo que podríamos soportar (1 Corintios 10:13), y mezclado con un poco de su gracia, será usado para perfeccionar su plan para nosotros.

Veamos algunos ejemplos bíblicos:

1) José. Sus hermanos lo intentaron matar, luego lo vendieron como esclavo a unos nómadas y después siguió siendo esclavo en Egipto. La mujer de Potifar lo acusó falsamente de querer cosas deshonestas con ella y fue encarcelado. Luego fue olvidado en la prisión por el jefe de los coperos de Faraón. Pero todo esto era parte del plan de Dios para exaltar a José como la segunda persona más poderosa en el mundo, y para que por él, se salvara la semilla de Abraham de la sequía y la hambruna.
2) Moisés. Tuvo que irse de Egipto para escapar de la furia de Faraón. Allí no sólo encontró a la mujer que sería su mujer, sino que recibió el mejor entrenamiento para prepararle para el ministerio que Dios le tenía preparado. Cuarenta años atendiendo a un grupo de ovejas tercas y egoístas le dieron un buen entrenamiento para atender a un grupo de israelitas tercos y egoístas.
3) Noé. No tuvo que ser agradable pasar 120 años construyendo un inmenso arca en su jardín ante las burlas de la gente de su tierra y a muchos kilómetros del mar más cercano. Pero esto le sirvió para que él y su familia se salvaran del diluvio y así fueran usados por Dios para llevar a cabo la “limpieza” del mundo.
4) Jesús. Fue escupido, azotado, coronado con espinas y colgado de una cruz. Tuvo que sufrir la separación de su amado Padre, aceptando la humillación y soportando la experiencia y el horror de nuestro pecado aplicado sobre su cuerpo santo. Pero la obra de Dios a través de Cristo fue cumplir Su plan perfecto de salvación para la humanidad caída y darnos una posibilidad de salvación. Hebreos 12:2 Hebreos 12.2, "puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.”

Fundamento # 4.

Los cristianos deben escapar de la tentación y resistir al diablo.

De cuando en cuando oímos que los cristianos debemos resistir la tentación y escapar del Diablo. Pero en la Biblia se nos dice que hagamos justo lo contrario, es decir, debemos huir de la tentación y resistir al Diablo.

Respecto a la Tentación, la Biblia nos dice:

    1 Timoteo 6.10-11, "porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores. Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre."

2 Timoteo 2.22, "Huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor."
   
Respecto al Diablo, la Biblia nos dice:

Efesios 6.10-11, "Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo."

Santiago 4.7-8, "Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros. Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones."

1 Pedro 5.8-9, "Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo."

¿Cómo reaccionarías si, estando durmiendo, oyes que entra un ladrón en la casa? Pues igual haremos con Satanás. Veámoslo en el siguiente cuadro.


Ladrón
Satanás
Paso 1: Detección.
(Esto nos da ventaja)
“Creo que hay un ladrón en mi casa”
Creo que Satanás está intentando hacerme pecar
2 Corintios 2.11, "para que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no ignoramos sus maquinaciones. "
Paso 2: Armarse.
Pongámonos “a su altura”. Cojamos, por ejemplo, una pistola.
“Encomendémonos a Dios”. Pidamos a Dios que nos ayude en la guerra contra Satanás. Por nosotros mismos no podemos ganarle. Salmos 59.9, "A causa del poder del enemigo esperaré en ti, Porque Dios es mi defensa."
Paso 3: Atrapar.
“¡Alto Ahí!, ¡Levanta las manos o disparo!”
Resiste al diablo, y el huirá de vosotros”. Enfrentémonos a él, como lo hizo Jesús. Nuestra arma es: “La Palabra”.
Efesios 6.13-17, "Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia, y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz. Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios;"
Paso 4: Pedir Refuerzos.
Llama a la policía y que vengan “a toda leche”.
Permanece cerca de Dios, y Él permanecerá cerca de ti”. Después de la lucha, pasa un poco de tiempo en oración o leyendo la Palabra de Dios, para asegurarte la victoria y para reforzarte a ti mismo.

Recuerda que nunca venceremos a Satanás, sólo podemos resistirle con la ayuda de Dios.

En el paso 3, "Atrapar", es interesante estudiar cómo Jesús enfrentó la tentación de Satanás (Mateo 4) y cómo lo resistió. Podemos usar estos tres principios contra Satanás:

a) Enfrentarse a él directamente.
b) Mandarle que nos deje (o que cese sus actividades sobre nosotros).
c) Recordarle la autoridad con la que le mandamos esto: La Palabra de Dios.

Jesús, para resistir al diablo, citó textualmente la escritura. Por tanto observamos que la conocía y la tenía memorizada. Así pudo decirle al diablo que lo que él pedía iba en contra de la voluntad de Dios. Le pudo decir que tenía la autoridad de Dios con Él para mandarle que se alejara.

Aunque no recordemos la Biblia de memoria, sí que tenemos que saber de memoria los principios bíblicos aplicados para nuestras vidas. Así los podremos usar, aunque sea usando nuestras propias palabras. Pero eso requiere estudiar la Palabra, además de leerla. Si somos capaces de decir a Satanás en el momento de la tentación que no tiene ningún poder sobre nosotros y que nosotros debemos obedecer los mandamientos de Dios los cuales conocemos y recordamos, Satanás huirá.

PREGUNTAS DE AUTO-EVALUACIÓN.

1.    ¿Cuál crees que es el objetivo de cada tentación de Satanás?

Trata de que seamos rebeldes a la autoridad de Dios, y que nos pongamos, una vez más, bajo su autoridad en lugar de la bajo la autoridad de Dios.

2.    ¿Puedes pensar en algún momento en el que Dios haya hecho que una mala situación se convirtiera en una buena?

Sí, en muchos.

3.    ¿Qué es lo mejor que puedes hacer cuando te encuentres en tentación?

Huir.

4.    ¿Qué es lo mejor que puedes hacer cuando te encuentres con Satanás?

Resistirle.

5.    ¿Cómo resistirás al Diablo en una situación concreta?

Enfrentándole, ordenándole que me deje y usando la palabra de Dios

6.    ¿Qué lugar tiene la Palabra de Dios en la guerra espiritual?

Es la espada que nos permite luchar y resistir los ataques del

martes, 11 de febrero de 2014

Suposiciones peligrosas: Podemos seguir a Dios aunque mantengamos algunas incoherencias espirituales

Este domingo hemos estado revisando los peligros de profesar una determinada religión, pero manteniendo ciertas anclas hacia nuestra anterior vida, como si eso no tuviera importancia o como si Dios aceptara tal situación.

El peligro de hacer esto reside en que realmente lo que estamos haciendo es mutilar de algún modo la Palabra de Dios, ya que de toda la revelación divina sólo nos estaremos quedando con aquellos mandatos que nos resulten más fáciles de obedecer, sin aceptar al 100% que Dios demanda una disposición plena a ponerle a Él por delante de cualquier otra cosa.

Como siempre os dejo un enlace a la página Web de la IBAO donde podréis acceder al sermón completo en audio:


A continuación está el resumen de las ideas principales de dicho sermón. 

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Título: "Suposiciones peligrosas: Podemos seguir a Dios aunque mantengamos algunas incoherencias espirituales"
Lectura: Lucas 18:18-24

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A partir del versículo 9:51 Lucas nos presenta el relato de la travesía de Cristo hacia Jerusalén para morir en la cruz por todos los pecadores. Cristo, en este camino, no va inconsciente de la calamidad que le espera en Jerusalem. No va buenamente predicando el evangelio, sino que era consciente de a qué iba a Jerusalem y orquestó todos los acontecimientos que sucedieron durante esta travesía, incluso el hecho de que coincidiera con el tiempo de la Pascua. 

En esta ocasión vemos un encuentro con un Joven, Rico y era un Principal. En el desarrollo de los acontecimientos veremos cómo se puede estar bien con Dios en algunas cosas y, a la vez, estar mal en lo más importante respecto respecto de esas mismas cosas.

Vamos a ver 2 cosas referentes a este encuentro:
  • Vamos a ver en qué cosas estaba acertado
  • Vamos a ver en qué cosas estaba equivocado
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• ¿En qué cosas estaba acertado?

El joven rico estaba acertado en dar mucha importancia a la vida eterna (v.18). En Marcos 10:17 se nos dan algunos detalles adicionales que nos ayudan a ver que para este joven el asunto de la vida eterna era urgente y vital. Sabemos que Cristo veía el corazón y aún a sabiendas de que estaba pidiendo razones a Cristo en público, esto no le para.

Su actitud contrasta con lo que vemos hoy en día, donde vemos que la gente tiene toda su vida asegurada y planificada, al menos aparentemente. Pero aunque tenemos todo planificado, se descuidan las cosas más importantes: las que tienen que ver con la vida eterna. Tenemos planes para todo menos para las cosas que tienen que ver con la eternidad. Y para colmo, buena parte de nuestra planificación es para prepararnos para cosas que quizá no sucedan, pero la proyección a la eternidad sucederá para todos sin lugar a dudas (Hebreos 9:27). Quizá no lleguemos a jubilarnos, o quizá nunca tengamos que usar nuestra póliza contra incendios, pero lo que es seguro es que todo el mundo va a morir. Por esta razón nunca deberíamos dejar de pensar en la eternidad.

Este hombre estaba acertado en considerar este asunto como algo que no era trivial.

También acertó en acudir a Jesús para pedir ayuda. Jesús es la principal autoridad en este asunto. Sabe lo que es la eternidad, porque vino de allí, y además Jesús es el camino para acceder a la vida eterna. No hay otro en quien podamos encontrar salvación. Esto lo entendieron muchos en aquel momento, pero cuando Cristo empezó a hablar de la necesidad de su muerte y de que sólo creyendo en él se alcanzaría salvación, apenas quedaron los discípulos a su lado (Juan 6:68).

Este hombre parecía entender que no valía con morirse para alcanzar la vida eterna (como sucede a mucha gente hoy en día) y por eso acude a los pies de Cristo.


• ¿En qué cosas estaba equivocado?

Lo primero, se equivoca considerando que Cristo es sólo un buen maestro. Esta es una descripción de Jesús, pero sólo hasta cierto punto, porque cuando tratamos del asunto de la vida eterna, no vale con considerarle sólo como un maestro, ya que si fuera sólo eso, un maestro, no habría salvación para nadie. Por eso la respuesta del Señor va dirigida a esto (v.19). ¿Estaba negando Cristo que él mismo era Dios, y que no era bueno? No, si nos damos cuenta, lo que está afirmando Cristo es que si él es bueno, es porque él es Dios. Cristo pone de manifiesto su deidad y con ello trata de contrastar la afirmación del joven rico, porque lo importante era saber si este joven sabía que Cristo era Dios y esto tenía consecuencias, como por ejemplo, tendría que asumir que la respuesta de Cristo era Palabra de Dios.

Así la respuesta de Cristo puede parafrasearse en: "No me llames bueno si no estás dispuesto a llamarme Dios". Este es el mismo fallo que vemos hoy en la gente que se acerca a las iglesias buscando una enseñanza acerca de la vida eterna, en lugar de buscar a Dios en la persona de Cristo. Muchos aceptan ciertas verdades acerca de Cristo, pero no lo quieren reconocer como la verdad y la vida (1 Juan 4:15). Jesús no es un hombre más, porque también es Dios.

En segundo lugar, este joven pensaba que la vida eterna se podía alcanzar por alguna obra que él pudiera hacer (Mateo 19:16). Al ver la respuesta de Jesús nos sorprende ver que parece ratificar que la salvación se puede alcanzar por ciertas obras que él pudiera hacer (Mateo 19:17). Pero si vemos el conjunto de la revelación, observaremos que esta sencilla afirmación es algo imposible para el hombre, porque nadie puede llegar a obedecer a Dios de forma perfecta, salvo el propio Cristo. 

Así lo que Cristo le está diciendo es que no podría alcanzar la vida eterna por cosas que él pudiera hacer, sino que es la justicia de Cristo la que es necesaria para aplicarla a nosotros y obtener salvación.

En tercer lugar se equivocó en la decisión de apartarse de Cristo. Esta reacción sucede después de que Cristo mencionara algunos mandamientos, a lo que el joven responde con seguridad, pensando que tenía méritos suficientes para obtener la salvación de forma legítima, pero Cristo, en el v.22, apunta hacia donde estaba el error. Le pone de manifiesto la única cosa que le faltaba, que era despojarse de sus posesiones y seguirle. Esa es la única cosa esencial e indispensable, porque el primer mandamiento es "no tendrás dioses ajenos delante de mi". ¿Estaba dispuesto este joven a dejar sus ídolos materiales y a considerar a Cristo como su único Dios? Por su reacción de tristeza vemos que entendió que no estaba dispuesto a abandonar aquello representaba su "ancla con el mundo".

El Señor no nos pide que vendamos todo lo que poseemos y lo repartamos a los pobres, sino que lo que busca es que rompamos con nuestras anclas, sean las que sean, y le consideremos sólo a El como Dios. En el caso de este joven rico eran las posesiones, pero ¿cuáles son las tuyas? ¿Que es aquello que no estás dispuesto a dejar para seguir a Cristo? Si hay algo que tenga este efecto en ti, Cristo demanda que lo abandones.

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Desgraciadamente vemos que aún hoy los cristianos más fieles no lo hacen de forma perfecta. La diferencia es que los que siguen a Cristo no viven en esta actitud, sino que sólo pasan ocasionalmente por estos descarríos, mientras que los que no siguen a Cristo hacen de estas actitudes su forma de vida.

¿Cuál es tu decisión hoy con respecto a Cristo? Lo consideras Dios y el único camino para obtener la salvación, o seguiremos adorando a nuestros dioses y decidiremos dar la espalda a Cristo. ¿Cuanto valoras tú la vida eterna? 

lunes, 10 de febrero de 2014

La oración (Parte 2)

Hoy terminaremos con la última parte del último radio de la "rueda del crecimiento cristiano en acción". Tras estudiar "La Palabra", "La Comunión", "El Testimonio" y la primera parte de "La Oración", hoy terminaremos de estudiar este tema de "La Oración".

Como ya indiqué en el anterior estudio, la oración es un asunto crucial para los cristianos y es uno de los temas más importantes que deben ser estudiados.

En esta segunda parte vamos a terminar de repasar algunos conceptos básicos que debemos conocer acerca de la oración, eliminando algunas ideas erróneas que hay alrededor de este tema.

Espero que el estudio de este tema nos ayude a orar más y de una forma más correcta.

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La Oración (Parte 2).

(... Continúa del estudio anterior: La oración - Parte 1

6. Dios escuchará nuestras oraciones independientemente de nuestra postura física.

No importa lo que hagamos con el cuerpo físico mientras oramos. Es mucho más importante lo que hacemos con el corazón. El corazón debe ser humillado y reverente, si queremos elegir una postura que refleje dicho estado (por ejemplo de rodillas), hagámoslo.

En general, cuando oramos bajamos la cabeza y cerramos los ojos. Esto lo hacemos por dos razones: 1) reverencia y respeto hacia Dios, y 2) para alejar las distracciones que nos rodean (circunstancias o personas) mientras oramos.

Hay ejemplos bíblicos de varias posturas a la hora de orar:
  • De pie: Génesis 18.22-23, Y se apartaron de allí los varones, y fueron hacia Sodoma; pero Abraham estaba aún delante de Jehová. Y se acercó Abraham y dijo: ¿Destruirás también al justo con el impío?
  • Con la cabeza baja: Éxodo 34.8, Entonces Moisés, apresurándose, bajó la cabeza hacia el suelo y adoró.
  • Postrado (tumbado) en tierra: Josué 7.6, Entonces Josué rompió sus vestidos, y se postró en tierra sobre su rostro delante del arca de Jehová hasta caer la tarde, él y los ancianos de Israel; y echaron polvo sobre sus cabezas.
  • Tumbado en la cama: 2º Reyes 20.1-2, En aquellos días Ezequías cayó enfermo de muerte. Y vino a él el profeta Isaías hijo de Amoz, y le dijo: Jehová dice así: Ordena tu casa, porque morirás, y no vivirás. Entonces él volvió su rostro a la pared, y oró a Jehová y dijo:
  • Postrado sobre su rostro: Mateo 26.39, Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú.
  • De rodillas: Lucas 22.41, Y él se apartó de ellos a distancia como de un tiro de piedra; y puesto de rodillas oró,

7. La fe es vital en la oración.
  • Salmos 37.5, Encomienda a Jehová tu camino, Y confía en él; y él hará.
  • Mateo 17.19-21, Viniendo entonces los discípulos a Jesús, aparte, dijeron: ¿Por qué nosotros no pudimos echarlo fuera? Jesús les dijo: Por vuestra poca fe; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible. Pero este género no sale sino con oración y ayuno.
  • Santiago 1.6-7, Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor.

8. No podemos esperar que Dios cumpla nuestras peticiones si nosotros no queremos cumplir sus mandatos.

Nuestra predisposición a obedecer a Dios, afecta grandemente la efectividad de nuestra vida de oración.
  • Salmos 37.4, Deléitate asimismo en Jehová, Y él te concederá las peticiones de tu corazón.
  • Proverbios 28.9, El que aparta su oído para no oír la ley, Su oración también es abominable.
  • 1 Juan 3.22, y cualquiera cosa que pidiéremos la recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de él.

9. Debemos confesar nuestros pecados y vencer el pecado en nuestras vidas antes de esperar que Dios escuche y actúe según nuestras oraciones.

Seamos sinceros, tú y yo desobedecemos a Dios continuamente. Nuestro reto como cristianos es que, según maduremos espiritualmente, desobedezcamos cada vez menos a Dios. Mientras que maduramos, debemos “arreglar” las cosas con Dios tan pronto como nos demos cuenta.
Dios no va a escuchar y dedicar atención a nuestras peticiones si ve pecado en nuestras vidas
  • Salmos 66.18, Si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad, El Señor no me habría escuchado.
  • Proverbios 28.13, El que encubre sus pecados no prosperará; Mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia.
  • Isaías 59.2, pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír.

10. La oración es un trabajo duro, y, como en cualquier trabajo, un factor muy importante es la perseverancia paciente.

La gente pone mucho empeño, esfuerzo, tiempo y paciencia para adquirir conocimientos y habilidades que les permitan desarrollar las actividades que les gustan (esquiar, hobbies, etc...). Como dice 1 Corintios 9.25, “Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible.”. Por eso debemos luchar por ser buenos oradores, dedicando esfuerzo, tiempo y perseverancia. En  definitiva nuestro galardón es eterno.

La Biblia dice que esta actitud no va a quedar sin recompensa:
  • Salmos 40.1, Pacientemente esperé a Jehová, Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor.
  • Lucas 18.1-8, También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar, diciendo: Había en una ciudad un juez, que ni temía a Dios, ni respetaba a hombre. Había también en aquella ciudad una viuda, la cual venía a él, diciendo: Hazme justicia de mi adversario. Y él no quiso por algún tiempo; pero después de esto dijo dentro de sí: Aunque ni temo a Dios, ni tengo respeto a hombre, sin embargo, porque esta viuda me es molesta, le haré justicia, no sea que viniendo de continuo, me agote la paciencia. Y dijo el Señor: Oíd lo que dijo el juez injusto. ¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles? Os digo que pronto les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?
  • 1 Corintios 15.58, Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.

11. Debemos acercarnos a Dios en humildad, recordando siempre con quién estamos hablando.

Dios no es nuestro mejor-amiguete. Es muy importante que recordemos que Él es el todopoderoso, soberano, creador del universo, y por tanto le debemos un respeto y una reverencia.
  • Santiago 4.10, Humillaos delante del Señor, y él os exaltará.
  • 2º Crónicas 7.14, si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.

12. Podemos sentirnos atrevidos y confiados al acercarnos a Dios en oración, porque El nos acepta como Sus hijos.

Este concepto parece difícil de compaginar con el anterior: acercarnos humildemente pero con confianza. Pero si pensamos en ello no es tan complicado. Nosotros nos acercamos a Dios con corazones humillados, porque El es el Creador, Salvador, Rey de Reyes y Señor de Señores del universo, pero lo hacemos con atrevimiento y confianza porque el no ama tanto que murió por nosotros, para adoptarnos y para exaltarnos.
  • Hebreos 4.14-16, Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión. Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.
  • Hebreos 10.19-22, Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne, y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura.

13. Cuando oramos en alto, no debemos intentar impresionar a los otros que nos escuchan, sólo debemos concentrarnos en hablar con Dios.

A veces, cuando oramos lo hacemos en una forma encorsetada y rígida, pero de forma muy aparente para aquellos que nos escuchan. La oración debe ser un ejercicio en el que nosotros hablamos y Dios escucha. Si estamos interesados en que sea la gente la que nos escuche, está bien, pero entonces no es oración, es un sermón.

Jesús nos animó a orar conjuntamente con otros hermanos, por lo que debemos hacerlo. Solo se trata de ser cuidadosos con nuestras motivaciones al orar en público.
  • Lucas 20.46-47, Guardaos de los escribas, que gustan de andar con ropas largas, y aman las salutaciones en las plazas, y las primeras sillas en las sinagogas, y los primeros asientos en las cenas; que devoran las casas de las viudas, y por pretexto hacen largas oraciones; éstos recibirán mayor condenación.

14. Piensa mientras oras, no uses frases repetitivas.
Se supone que cuando oramos a Dios, nos comunicamos con El desde nuestro corazón. Si sólo repetimos frases memorizadas, nuestras oraciones carecerán de sentido, en lugar de ser profundas expresiones de nuestros seres interiores. No creo que a Dios le guste esto.
  • Mateo 6.7, Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos.

15. Se específico en tus peticiones.

Esto es lógico, ¿verdad?. Si esperamos una respuesta específica, debemos hacer peticiones específicas. Dios quiere saber qué queremos. El nos pide que le pidamos. Pero cuando pidamos seamos específicos.
  • 2º Reyes 6.15-18, Y se levantó de mañana y salió el que servía al varón de Dios, y he aquí el ejército que tenía sitiada la ciudad, con gente de a caballo y carros. Entonces su criado le dijo: ¡Ah, señor mío! ¿qué haremos? El le dijo: No tengas miedo, porque más son los que están con nosotros que los que están con ellos. Y oró Eliseo, y dijo: Te ruego, oh Jehová, que abras sus ojos para que vea. Entonces Jehová abrió los ojos del criado, y miró; y he aquí que el monte estaba lleno de gente de a caballo, y de carros de fuego alrededor de Eliseo. Y luego que los sirios descendieron a él, oró Eliseo a Jehová, y dijo: Te ruego que hieras con ceguera a esta gente. Y los hirió con ceguera, conforme a la petición de Eliseo.

16. Espera expectante; deja tiempo para escuchar.

La comunicación es una carretera de doble sentido. Nosotros hablamos a Dios y el nos habla a nosotros. Dios nos habla de muchas formas: A través de la Biblia, por gente con palabras sabias e inspiradas, por su creación, por las circunstancias que nos encontramos, y también, de vez en cuando, dándonos sensaciones directas a nuestra mente.

A veces, cuando oremos, hagamos pausas y escuchemos a Dios. Si dejamos tiempo para escuchar, nos sorprenderá todo lo que El tiene que decirnos.
  • Salmos 85.8, Escucharé lo que hablará Jehová Dios; Porque hablará paz a su pueblo y a sus santos, Para que no se vuelvan a la locura.
  • Hebreos 3.15, entre tanto que se dice: Si oyereis hoy su voz, No endurezcáis vuestros corazones, como en la provocación.

Tiempo de calma.

Es muy importante tener un tiempo especial de devoción con nuestro creador de forma periódica (es lo que en las iglesias evangélicas se conoce como "tiempo devocional"). 


Hay dos aspectos importantes a destacar en este tiempo: educación y comunicación.
  • ¿Cómo? En dos partes (½ y ½). Lectura (siguiendo un plan) y oración (lista de oración y método).
  • ¿Cuánto? Lo que cada uno necesite. Es bueno empezar con poco tiempo (p.ej. 10’) e ir aumentándolo según se necesite.
  • ¿Cada cuánto? Cada día es recomendable al menos una vez (incluso el domingo).
  • ¿Cuándo? A primera hora es lo mejor, pero cada uno debe buscar su mejor momento para hacerlo.
  • ¿Dónde? Es bueno buscar siempre el mismo sitio. Un sitio apartado y en tranquilidad, lejos de distracciones.
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PREGUNTAS DE AUTOEVALUACIÓN:


1.    ¿Qué rol crees que juega la fe en la oración?, ¿y la obediencia?, ¿y la confesión?

Estos tres son aspectos básicos y determinantes de la eficacia de la oración. Tanto la fe, como la obediencia a Dios como la confesión de mi pecado son elementos cruciales que garantizan la respuesta por parte de Dios a nuestras oraciones.

2.    ¿Te resulta divertido orar, o es más bien algo difícil y costoso?. Si es difícil y costoso, ¿Hace esta actitud que ores menos de lo que te gustaría?

A mí me resulta costoso, sobre todo, por el esfuerzo que requiere para ser constante y fiel en la oración, y por la paciencia que hay que tener esperando la respuesta por parte de Dios. Definitivamente esto afecta a mi fidelidad en la oración.