martes, 31 de diciembre de 2013

Suposiciones peligrosas: Dios ha muerto

Aprovecho el último día del año para escribir el artículo en el que os paso los apuntes del sermón que escuché el último domingo.

Esta mañana estaba pensando que seguramente cada uno de nosotros, como cada año nuevo, hemos hecho grandes planes para el año que comienza: retos, promesas y proposiciones que estamos seguros de poder cumplir.

Probablemente, como cada primero de año, nuestros mejores propósitos comenzarán a cumplirse con fuerza pero nuestro ímpetu se irá apagando poco a poco y la mayoría de nuestros desafíos (o todos) no seguirán vivos más allá del día de los enamorados.

Por mi parte me gustaría que entre los propósitos para este nuevo año incluyamos el reto de eliminar esos ídolos que ocupan el lugar de Dios en nuestras vidas. Este reto es extremadamente difícil, porque nuestra naturaleza nos impulsa a avanzar en dirección contraria, por lo que CADA DÍA tendremos que renovar nuestro firme propósito de dejar de mirar a otros ídolos y girarnos hacia el Dios verdadero para adorarle y glorificare sólo a Él.

De esto es de lo que va el sermón del pasado domingo, el cual podéis escuchar íntegro en el siguiente enlace:


A continuación os dejo mis apuntes del sermón.

Feliz Noche y Feliz Año Nuevo a todos.


----------------------
Título: "Suposiciones peligrosas: Dios ha muerto"
Lectura: 1 Samuel 5:1-19
----------------------

Lo que ocurrió justo antes del pasaje que hoy hemos leído fue uno de los días más oscuros en la historia de Israel. En el 1 Samuel 4 vemos que el ejercito de Israel había sufrido una derrota tremenda, y el arca del testimonio fue tomada por los filisteos como botín de guerra. Además se perdieron tres de los sacerdotes de Israel, dos en la batalla (Ofni y Finees) y otro su padre Elí, por la caída que le produjo la consternación de la noticia (1 Samuel 4:18).

En 1 Samuel 4:21 vemos que la mujer de Finees estaba embarazada y que dio a luz a un varón, por lo que la línea sacerdotal se mantendría. Aunque ella murió en el parto, supo que su descendiente era un hijo varón y quiso que se llamara Icabod, que quiere decir: "sin gloria", porque Israel, al perder el Arca del Testimonio y a sus sacerdotes, se había quedado sin gloria.

Pero todo lo que era triste para los israelitas, era gozo y felicidad para los filisteos, los vencedores de la batalla. Además su gozo era mayor cuanto sabían que con el pueblo de Israel, en el campo de batalla, estaba el Arca que representaba la presencia de Dios con ellos, el cual había llevado grandes plagas a Egipto hasta que Faraón les dejó ir, y aún con todo y con eso, no fue suficiente para garantizar la victoria y fueron los filisteos los que vencieron la batalla.

Parecía que el Dios de los Israelitas se había quedado sin fuerzas, mientras que Dagón, el Dios de los filisteos, parecía ser superior. Por eso, al regreso de la batalla, los filisteos pusieron el Arca de Israel a los pies de Dagón, como postrándose enfrente de su deidad.

Con este trasfondo en mente, hoy vamos a ver 2 lecciones importantes que se encuentran en este pasaje:
  • Dios nunca será derrotado (aunque lo parezca),
  • Dios nunca se deja sin testimonio.
------------------

1. Dios nunca será derrotado (aunque lo parezca)

La historia cuenta que la primera noche que pasó el Arca cerca de Dagón, la estatua de Dagón cayó y por la mañana apareció tumbada boca abajo justo delante del arca del testimonio, como si su Dios estuviera rindiéndose al Dios de Israel. Los filisteos superaron la vergüenza del suceso, y volvieron a poner a su deidad en su lugar.

El bochorno del segundo día fue aún mayor, porque la estatua de Dagón volvía a aparecer por la mañana postrada, pero esta vez sus brazos y su cabeza se habían roto, adoptando de nuevo en una posición que parecía rendir adoración al arca.

Esta historia que parece distante y ajena a nosotros es muy actual, porque hoy en día tenemos muchos Dioses, que probablemente son más sofisticados, pero cuyo mensaje es el mismo que el que los Filisteos creyeron escuchar de Dagón: "Dios está en decadencia. Dios ha muerto. Yo soy un Dios superior". Es evidente que en la actualidad la mayoría  proclama que el cristianismo tiene los días contados, igual que hicieron los filisteos tras la batalla contra Israel.

Ya en el 303 Diocleciano proclamó la destrucción del cristianismo y de la Biblia, pero Constantino, 50 años después mandó hacer 50 Biblias para el imperio romano. Más tarde, en la Inglaterra del S XVIII, "Backler" dijo que el cristianismo era algo ficticio y que era digno de mofa y chiste. Pero Dios levantó muchos grandes predicadores y teólogos dentro del cristianismo en esa misma generación que promovieron un gran avivamiento de la fe.

En estas y en otras muchas ocasiones a lo largo de la historia, hemos visto que se ha proclamado la muerte de Dios, pero los dioses del mundo van cayendo y desapareciendo, mientras que Dios permanece.

2. Dios nunca se deja sin testimonio.

Después de que Dagón cayera por segunda vez, vemos que el arca fue llevada por los filisteos a otras ciudades, pero a ninguno de ellos se le ocurrió decir "honremos al Dios del Arca, ante el cual caen nuestros dioses". Nadie pensó en investigar más acerca de ese Dios, sino que vemos que se reafirmaron en su fe y trataron de llevar el problema lo más lejos posible de sí mismos.

Los Filisteos tuvieron evidencias suficientes de que su dios no era el Dios verdadero y que el Dios del Arca sí lo era, pero no les sirvió para volverse a Dios, sino que volvieron a sus ídolos. Por eso el Señor tuvo que llevar dolor a la población filistea haciendo que brotaran tumores dolorosos, aunque esto solo les valió para rechazar aún más a Dios ( v.7 ). En lugar de rendirse a las evidencias, trataron de evitarlo para alejar de ellos el poder que Dios había demostrado tener sobre ellos y sobre sus dioses.

Hoy día ocurre lo mismo, hacemos caso omiso a las evidencias tanto como sea posible, y cuando ya no podemos seguir negando las evidencias, nos alejamos de ellas para que no tengan influencia sobre nosotros. Este es el síndrome de los Filisteos. Los dioses e ídolos que tenemos no tienen futuro, pero nos aferramos a ellos, aunque ya no quede nada a qué aferrarse.... y todo con el único propósito de no rendirnos a Dios. Hoy tenemos aún más evidencias que los Filisteos, tenemos la evidencia del éxito que ha tenido el cristianismo a lo largo de la historia, pero tampoco eso vale para hacernos cambiar de idea.

Las evidencias que tenemos hoy incluyen el cumplimiento por parte de Cristo de profecías dichas más de 700 años antes de su nacimiento, la propia resurrección de Cristo, el progreso del evangelio a pesar de las persecuciones y el rechazo del mundo, la multitud de personas transformadas, los valores y moral cristiana que llegan donde no llega la enseñanza de nuestra educación y funciona en una sociedad caída e imperfecta.

¿Cómo reaccionamos nosotros ante estas pruebas? ¿Qué hacemos cuando nuestros dioses caen ante el Dios de la Biblia? ¿Niego las evidencias? ¿Las alejo de mi? ¿O me rindo a las evidencias y al Dios de la Biblia? Lo peor que podemos hacer, la peor decisión que podemos tomar, es la de luchar contra Dios, porque Dios nunca será derrotado.

Escuchemos pues lo que Dios nos dice y rindámonos al que es Todopoderoso, y al único que puede traer poder, redención y vida eterna. Dios dice que la vida está en Cristo. Así que deja de luchar contra Dios y deja de alejarlo de ti.

Podemos tener a Dios de cara y disfrutar de sus bendiciones, o tenerlo de espaldas y sufrir su juicio. Tú eliges.

No hay comentarios:

Publicar un comentario