jueves, 30 de enero de 2014

Cronología de los Reyes y Profetas de Israel y Judá.

Cuando estudiamos el A.T., una de las mayores dificultades que encontramos es ubicarnos cronológica y geográficamente cuando se nos habla de un Profeta o de un Rey, sea de Judá o de Israel.

En este post, os voy a poner 3 imágenes que forman parte de un estudio que he encontrado por Internet muy interesante, y que muestran, de una forma sencilla la correspondencia cronológica entre Reyes y Profetas, indicando si pertenecían al reino del Norte o del Sur. Además se añaden algunas notas que encuentro bastante útiles y que pueden ser de ayuda a la hora de estudiar todo este tema de los Reyes de Judá e Israel y sus Profetas.

Estas imágenes podéis guardarlas pinchándolas con el botón derecho del ratón y seleccionando en el menú contextual que aparecerá: "Guardar enlace como..." si Windows está en Español o "Save Link as..." si Windows está en Inglés.


CRONOLOGÍA DE LOS REYES Y PROFETAS DE ISRAEL Y JUDÁ. 



Por mi parte, sólo queda indicar que desde Malaquías, pasaron más de 400 años sin profeta en Israel. El primer profeta mencionado en el Nuevo Testamento es el padre de Juan el Bautista, Zacarías (Lucas 1:67-68). Después son mencionados otros profetas, como Simeón, Ana y el propio Juan el Bautista. Igualmente se mencionan a cuatro hijas del diácono Felipe que profetizaban. Después de ellos, y hasta nuestros días no ha habido más profetas. 

Es curioso observar que los profetas traían mensajes de parte de Dios al pueblo y advertencias respecto al Juicio de Dios, pero ahora, una vez que se ha terminado de escribir toda la revelación de Dios, esto es la Biblia, ya no es necesaria más profecía, ya que, tal y como establece en el libro del Apocalipsis, no se añadirá ni se quitará una sola Palabra de la revelación que se encuentra escrita en la Biblia.

Espero que lo publicado en este post sea de ayuda a todos los estudiantes de la Biblia.

Suposiciones peligrosas: A Dios se le puede racionalizar.

Hoy publico por fin los apuntes del sermón del pasado domingo. En esta ocasión el Pastor David Rivero expuso otra de las suposiciones peligrosas que podemos hacer como cristianos y que tienen unas consecuencias catastróficas: A Dios se le puede racionalizar.

Este peligro es antiguo y ya aparecen algunos ejemplos en la Biblia de personajes que cayeron en este error. Uno de Ellos fue Amasías, y su historia se nos narra en Amós 7:10-17. 

Junto con la historia de Amasías se nos cuentan también las consecuencias que tuvo que sufrir por su decisión de no creer a Dios ni a los mensajeros que Dios enviaba.

Como siempre os dejo un enlace al sermón completo en audio, el cual está disponible en la web de la Iglesia Bautista de Alameda de Osuna:

Por lo demás, a continuación podéis leer los apuntes del sermón con lo más esencial del mismo. 

Espero que nos ayude a reflexionar acerca de nuestra propia postura ante ciertos aspectos del evangelio.

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Título: "Suposiciones peligrosas: A Dios se le puede racionalizar"
Lectura: Amós 7:10-17


En la historia de hoy aparece Jeroboam, que realmente es el que conocemos como Jeroboam II (790 - 750 a.C.). Es conveniente recordar que Amós ministra cerca del final del reinado de Jeroboam II (unos 150 años después de la muerte de Jeroboam I).

También en el texto de hoy vemos a Amasías, el cual es un sacerdote de Bet-el. No debemos confundir a este sacerdote de Bet-el con los sacerdotes de la tribu de Leví (los que comúnmente se les llama sacerdotes "a secas"), porque no son lo mismo.

Bet-el era un lugar en el que el primer Jeroboam (Jeroboam I) había establecido la adoración a unos becerros de oro ( 1 Reyes 12:28 ). Y en el texto de hoy comprobamos que la adoración idolátrica al becerro de oro se encontraba en pleno auge. De hecho parecía que el tiempo estaba dando la razón a los que pusieron ese altar, ya que parecía que el pueblo estaba pasando por una época de prosperidad (cosa que vemos por los indicios que encontramos en los versículos siguientes: Amos 3:12, Amos 3:15, Amos 4:1, Amos 6:4-6). Y esa prosperidad no sólo era en el ámbito social y material, sino que también en el ámbito religioso el culto a los becerros de oro, y el sistema sacerdotal que se creó en torno a ese culto, parecía que iba viento en popa (Amos 4:4, Amos 5:5, Amos 5:21-23, Amos 8:8 y 10, ...)


Nota del autor.------------------------------------

Curiosamente hoy sucede algo parecido. Tenemos entre nosotros religiones que han sido establecidas hace apenas 200 años y que en su origen tenían cierto parecido con el cristianismo. Hoy en día nos hemos acostrumbrado a ellas y se considera que estas religiones llevan entre nosotros desde siempre, por lo que les damos la misma credibilidad y autoridad que al propio cristianismo, anulando o modificando parte del mensaje dado por Dios a través del Evangelio original. 

Entre otras, podemos encontrarnos con las siguientes: Mormones o Iglesia de los Santos de los últimos días (primavera de 1820 – Joseph Smith), Adventistas del séptimo día (1863 – Ellen White), Testigos de Jehová (1878 – Charles Taze Russell). También las hay basadas en el sincretismo religioso, como la Iglesia de la Nueva Era (mediados del S. XIX – Precursores: Sociedad Teosófica y Helena Blavatsky) o la Iglesia de la Cienciología (1953 – Ron Hubbard).

Fin de la nota del autor.--------------------------

Volviendo al texto, vemos que la “religión de Bet-el”, aun siendo una religión falsa, había conseguido la apariencia de ser una religión genuína, porque la gente se basó en el criterio de “que todo parecía ir bien y además perduraba en el tiempo”.

Pero cuando todo parecía ir “viento en popa”, aparece en escena un pastor de bueyes del reino del Sur, el cual viene "en nombre de Dios" con un mensaje sorprendente y perturbador.

El mensaje que traía Amós era que aunque la apariencia de lo que hacían era buena y la gente estaba conforme con ello, Dios estaba airado y era contrario a todo aquel sistema pseudo-religioso, y no sólo estaba airado sino que destruiría al pueblo por causa de sus abominaciones y serían llevados en cautividad a una tierra extranjera ( Amós 3:13-15, Amós 5:27 y Amós 6:7 ). ¿Cómo pensamos que le sentaría esto a un pueblo que estaba acomodado y que se las prometía muy felices?

Cuando el mensaje llega a oídos de Amasías, lo encuentra perturbador y lo que hace es ir primero al Rey a "chivarse" y luego va al propio Amós para decirle que no le gusta su mensaje ( Amós 7:10-13 ), pero no se para a reflexionar si él tenía algo que cambiar en su vida.

Hoy vamos e ver 5 lecciones que aprendemos de esta historia:

• La suposición de Amasías.
• Las evidencias que tenía Amós de que su mensaje era de parte de Dios.
• La ceguera de Amasías.
• La tragedia que eso trajo a la vida de Amasías.
• Los "Amasías" de nuestro tiempo.

 
• La suposición de Amasías.

¿Cuál fue la suposición que hizo Amasías y que le llevó a desestimar el mensaje de Amos?

Para Amasías cláramente el origen del mensaje no era Dios, sino que él lo consideraba un mensaje de un hombre. Como tal, no tenía autoridad y podía rechazarse por el mero hecho de ser impopular ( Amos 7:10). El pluralismo (el derecho de cada cual a pensar lo que quiera) también estaba vigente en aquella época ( Amós 7:12 ), así que Amasías reaccionó como cuando hoy hablamos de Dios con alguien y nos contestan: "Si eso te vale a ti, está bien, pero eso a mí no me vale. Déjame pensar lo que yo quiera".

Por eso Amós responde firmemente, diciendo que el no es sacerdote, sino que cuando estaba ocupado en sus tareas cotidianas, Dios lo tomó y le mandó lejos de su casa a dar ese mensaje. No es su profesión, no vive de ello, sino que lo que hace lo hace por mandato de Dios, y además yo no ha estado filosofando largo tiempo acerca de lo que iba a decir, sino que se limitaba a transmitir el mensaje que viene de Dios.

Para que Amasías le creyera, Amós disponía de algunas evidencias de que su mensaje venía realmente de Dios. Veamos cuales eran …

• …Las evidencias que tenía Amós de que su mensaje era de parte de Dios.

Amós revela las pruebas de que lo que dice no es de su cosecha, sino que es un mensaje de Dios. Para ello usa 3 tipos de evidencia:

   — La evidencia de la Ley de Moisés ( Deuteronomio 4:26-28,
Deuteronomio 6:13-15, Deuteronomio 8:19-20, Deuteronomio 30:17-18 ). Dios condena a los que no escuchan la voz de Dios y adoran a otros dioses. A esto, Amasías y el pueblo podrían replicar aludiendo a la "estabilidad" del sistema religioso: ¿por qué Dios no ha mandado ya el juicio siendo que hace tanto tiempo que estámos haciendo mal?. Pero al pueblo se le olvidaba que Dios es tardo para la ira, y que el heho de que extienda su longanimidad no es óbice para que pensemos que aprueba nuestro mal hacer. Si no cambiamos y perseveramos ignorando las advertencias de Dios, Dios mandará juicio.
   — La evidencia de los antepasados ( Éxodo 32:27-28 ). Los antepasados de este pueblo ya había adorado a becerros (al pie del monte Sinaí), ... y habían sufrido las consecuencias. El pueblo lo sabía, pero prefería obviar esa parte de la historia.
   — La evidencia de la gente de su propio tiempo ( Amós 4:6-11 ). Al pueblo le pasaba algo que nos pasa a los hombres a menudo: Cuando las cosas van bien, se nos olvida lo mal que lo hemos pasado en el pasado. De hecho el pueblo había olvidado aún el castigo de Dios que habían sufrido ellos mismos, el cual no sólo no valió para que se volvieran a Dios, sino que les llevó a buscar excusas y razonamientos para justificar aquello y no arrepentirse.

• La ceguera de Amasías.

A pesar de toda aquella evidencia dada por Amós vemos que la respuesta de Amasías demuestra que estaba tan enamorado de su "pequeño mundo" que rechazó la evidencia que traía Amós y su mensaje de destrucción y juicio. Sus ojos estaban ciegos al santuario celestial por causa del santuario terrenal que los hombres habían construído.
• La tragedia que eso trajo a la vida de Amasías.

Podemos pensar que todo esto es exagerado por parte de Dios, porque Amasías ni siquiera era responsable de todo aquello. El responsable, si acaso sería Jeroboam I, el cual instauró todo ese sistema religioso. Pero puesto que Amasías, en primera persona, en su ceguera, no entendió el mensaje ni creyó al mensajero que Dios le había mandado, Dios le hizo pagar las consecuencias de un mensaje de destrucción personal ( Amós 7:17 )

• Los "Amasías" de nuestro tiempo.

Hoy en Día tenemos un mensaje de parte de Dios: El evangelio. Un mensaje que no es agradable y que no nos resulta cómodo. Es un mensaje acerca de un Dios Santo que no tolera el pecado y que está airado contra los que no se vuelven hacia él. El mensaje del evangelio es que si no nos arrepentimos de nuestros pecados y
nos volvemos a Dios, sufriremos destrucción. Pero si nos volvemos a Dios, la ira de Dios será aplacada a través de la muerte de Cristo en la cruz, porque toda la justicia de Dios por los pecados de los que creen en Cristo es satisfecha a través de la muerte del propio Cristo.

Como Amasías, tenemos las evidencias de la Historia Bíblica, las evidencias de nuestros antepasados, y aún las evidencias de personas de nuestra época, pero .... ¿Rechazamos nosotros ese mensaje de destrucción por parte de Dios asumiendo sus consecuencias, como hizo Amasías? ¿Querremos seguir con nuestra vida "aparentemente buena" a pesar de las consecuencias finales que Dios nos dice que sucederán si no cambiamos?

A veces el problema es que no creemos que el mensaje sea de Dios y no creemos a sus mensajeros, y por eso negamos su autoridad y nos permitimos ponerlo en duda. Pero, el que nosotros rechacemos la evidencias no anula la validez del mensaje, aunque tenemos que recordar que seguiremos acumulando ira para el día de la ira.

Amasías sufrió las consecuencias de su decisión, y la buena noticia para nosotros es que aún estamos a tiempo de cambiar y aceptar el mensaje de Dios tal como él lo dio. Dejemos pues cualquier otra filosofía y abracemos el mensaje del evangelio en su totalidad.


domingo, 19 de enero de 2014

Suposiciones peligrosas: La religión se adapta a mi.

¿Cuantas veces hemos escuchado a alguien decir que cree en Dios, "pero a su manera"? 

Esta es una forma como otra cualquiera de decirnos que lo que van a hacer es rebuscar entre las religiones existentes y quedarse con lo que les apetezca de cada una de ellas, haciendo así una "religión a su medida", en la que ellos se encuentren cómodos, y por supuesto que no demande ningún cambio en sus vidas o formas de actuar.

Básicamente lo que hace la gente de hoy en día es construirse una religión en la que ellos mismos son su Dios y así, por supuesto, están a gusto con ella, pero rechazan cualquier otra forma de religión que les diga cosas feas, que les diga cómo son y qué cosas hacen mal y deberían ser cambiadas.

Hoy se rechaza sistemáticamente la posibilidad de que exista una verdad absoluta, superior. Todos parecen estar de acuerdo en que la verdad es interpretable, por lo que se afirma rotundamente que existe "tu verdad" y "mi verdad", y aún siendo estas diferentes, pueden cohexistir (!!!). Vamos, que yo puedo pensar lo que me de la gana siempre y cuando a tí te deje pensar lo que te de la gana.

Por otro lado tenemos aquellos que, llamándose cristianos, de la religión cristiana sólo se quedan con las cosas que les son agradables, eliminando el resto, como si no formaran parte de la misma religión.

Tanto para unos como para otros, y en realidad para todos, el sermón de hoy nos viene como anillo al dedo, porque a través del ejemplo del Rey Acab, vamos a ver las funestas consecuencias que tienen estas actitudes.

Como cada domingo, podéis acceder a este sermón en audio a través de la página web de la Iglesia Bautista de Alemeda de Osuna, o directamente a través del siguiente enlace:


A continuación os dejo mis apuntes del sermón, para que aquellos que quieran leerlo puedan tener la esencia resumida del mensaje. Espero que sea de bendición y de edificación para todos.

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Título: "Suposiciones peligrosas: La religión se adapta a mí"
Lectura: 1 Reyes 22:1-14

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¿Cuál es la religión que se adapta mejor a mi? Esto es lo que muchas veces aún los cristianos buscamos. Cuando vamos al culto queremos que haya buen rollo y no que se nos machaque con un sermón.

Contexto de la lectura.

El Rey de Israél (Acab) quería tomar la ciudad de Ramot, y viendo que no tenía suficientes hombres, fue a buscar la ayuda del rey de Judá (Josafat). Antes de tomar una decisión, buscó el consejo de sus profetas, los cuales estaban dispuestos a decirle al Rey lo que quería oir. 400 profetas de Acab dijeron lo mismo, a una voz. Pero Josafat no quedó impresionado con esto, porque era un hombre profundamente piadoso y temeroso de Dios, por lo que no estaba interesado en el consejo de los profetas "domesticados" de Acab, y quiso que se consultara a un verdadero profeta de Dios ( 1 Reyes 22:7 ).

Hoy vamos a ver los siguientes puntos:
   • Acab anuncia su criterio a los profetas
   • A Micaías se le recuerda el criterio de Acab
   • Micaías no hace caso al criterio de Acab
   • Acab no hace caso del criterio del profeta
   • Otros ejemplos de esta misma mentalidad

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   • Acab anuncia su criterio a los profetas


Vemos que Acab pide criterio sólo a los que dirán aquello que quiere oír, y cuando Josafat pide alguien que hable de parte del Señor, Acab dice que hay uno, pero que no le cae bien, porque nunca profetiza cosas buenas para Acab. Esta respuesta es significativa, porque refleja ese espíritu tan común hoy en día en el que la gente no busca lo que Dios tiene que decirles, sino que sólo quieren escuchar lo que les hace estar a gusto.

Así, a regañadientes, Acab consiente en ir a buscar a Micaías

   • A Micaías se le recuerda el criterio de Acab

Tan bien estaban adoctrinados los profetas de Acab, que aquel que fue a buscar a Micaías se le recuerda lo que "tiene que decir" para no molestar a Acab. ( 1 Reyes 22:13 ). Pero la respuesta de Micaías no sólo reprende al mensajero, sino que tiene la Luz del Señor. Vemos en 1 Reyes 22:14 cómo Micaías asegura que sólo dirá lo que Dios le diga. Muchas veces vemos que la gente asegura que existen muchas verdades (tu verdad, mi verdad, etc...) pero aquí Micaías dice que existe una verdad absoluta y que esa es la que él dirá.

   • Micaías no hace caso al criterio de Acab


En el v. 15 responde Micaías a Acab, pero sorprendentemente confirma el criterio de los 400 profetas de Acab. ¿Se había domesticado y había decidido ser políticamente correcto? No, Micaías responde lo que Acab quería escuchar porque no estaba dispuesto a escuchar otra cosa, pero la respuesta de Acab sorprende, y pide que confirme esta información, para ratificar delante de Josafat lo que antes le había dicho, que era que Micaías siempre dice cosas malas. Así, el propósito de Acab es que Josafat comprobara que Micaías sólo decía cosas malas, y por eso exige que diga lo que es de parte del Señor y no lo que quería oír.

Entonces Micaías le profetiza que perderá la batalla y que Acab moriría en la batalla. Pero la respuesta de Acab no fue reflexionar en ese mensaje por si pudiera venir realmente de parte del Señor.

   • Acab no hace caso del criterio del profeta

La respuesta de Acab fue el confirmar delante de Josafat que Micaías era un mal profeta porque siempre profetizaba cosas malas, y no hacer caso a su mensaje. Si hubiera hecho caso, no se habrían perdido muchas vidas, ni la suya propia, y acabó perdiéndolo todo, incluso su vida. Esa fue la consecuencia de no escuchar las cosas que Dios nos dice y que no nos hacen sentir bien.

   • Otros ejemplos de esta misma mentalidad

- La nación de Israel pide un Rey, por ser igual que las demás naciones. Y a pesar de las advertencias, siguió pidiendo un Rey, y Dios les dió a Saúl, lo cual fue inicialmente algo bueno, pero al poco tiempo se tornó en algo muy malo para el pueblo.

- Cuando Israel habían sido llebados a Babilonia el pequeño remanente fue a buscar el consejo de Jeremías para ver si debían ir a Egipto a hacerse fuertes. Pero ante la respuesta de Jeremías de que debían quedarse en Jerusalem, ellos no hacen caso ( Jeremías 44:16-17 ), sino que escuchan a su propio criterio aunque no sea la voluntad de Dios. Esto les hacía sentir bien y decidieron hacerlo a pesar de lo que Dios les había avisado. Y, de hecho, vemos que muchos murieron allí y las consecuencias fueron desastrosas ( Jeremías 44:24-30 ).

Podríamos multiplicar los ejemplos de personas que consultaron a Dios, y lo que el Señor les dijo les resultó demasiado duro y no hicieron caso (como el joven rico del Nuevo Testamento, o Nahamán, o los Atenienses en Hechos17... ) estas personas sólo querían escuchar lo que ellos querían oír, lo que les hiciera sentir bien, pero no realmente lo que Dios tenía para ellos.

Desgraciadamente este tipo de personas perduran hasta nuestros días. Hoy vemos iglesias llenas de gente que sólo escuchan aquello que les conviene, y no todo el mensaje de Dios para ellos, porque cuando las enseñanzas son perturbadoras no las recibimos con gozo, pero al tiempo lleva un mensaje de esperanza. El mensaje del evangelio nos dice que hay una verdad absoluta y que no podemos coger sólo aquellas partes que nos interesan. No debemos ser como el Rey Acab que decía a sus profetas cuál era su criterio para que no profetizaran en contra.

No debemos buscar una religión que se adapte a mi, sino que soy yo el que debo adaptarme a una religión, a la del Dios vivo y verdadero, a la que tiene la verdad absoluta. Es como cuando vamos al médico, ¿buscamos al médico que me dice que todo va bien? ¿O busco un médico que me de las malas noticias de una enfermedad, y que a la vez tenga un mensaje de esperanza de que hay cura? ¿Por que no aplicamos los mismos criterios para nuestra vida espiritual?

En Dios tenemos las malas noticias del problema, las cuales no nos hacen sentir buen, pero también tenemos el mensaje de esperanza de que hay cura y que al final habrá vida, y vida eterna. ¿Queremos escuchar las malas noticias para poder escuchar las buenas, o buscaremos aquella que nos dice lo que queremos oír (que todo va bien)?

Como reflexión final, os dejo con la siguiente pregunta: ¿De qué vale una religión que me diga que todo va bien si al final hace que se pierda mi alma?
 

La oración (Parte 1)

Tras terminar de estudiar "La Palabra", "La Comunión" y "El Testimonio", hoy hemos empezado a estudiar el tema de "La Oración".

Este es un asunto crucial para los cristianos y es uno de los temas más importantes que deben ser estudiados.

En esta primera parte vamos a repasar algunos conceptos básicos que debemos conocer acerca de la oración, eliminando algunas ideas erróneas que hay alrededor de este tema.

Espero que el estudio de este tema nos ayude a orar más y de una forma más correcta.

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La Oración (Parte 1).

Base bíblica:

Todos sabemos que si queremos mantener una relación con alguien, es necesario comunicarnos con esa persona. No comunicación = No relación. Es así de simple. En tanto que queremos mantener una relación con Dios, tenemos que hablarle. A esto lo llamamos orar o rezar.

Jesús nos dijo en la Gran Comisión recogida en Mateo 28:19-20 “haced discípulos... enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado...”. Él nos dejó un montón de instrucciones acerca de la oración, veamos algunas:

· Mateo 5.44, Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen;
· Mateo 6.5-9, Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público. Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos. No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis. Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.
· Mateo 7.7-8, Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.
· Mateo 24.20, Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno ni en día de reposo;
· Mateo 26.41, Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.
· Marcos 11.24-25, Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá. Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas.
· Marcos 13.33, Mirad, velad y orad; porque no sabéis cuándo será el tiempo.
· Lucas 11.2, Y les dijo: Cuando oréis, decid: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.
· Lucas 18.1, También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar,
· Lucas 21.36, Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre.
· Juan 14.13-14, Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.
· Juan 15.7, Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho.
· Juan 15.16, No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé.
· Juan 16.24-27, Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido. Estas cosas os he hablado en alegorías; la hora viene cuando ya no os hablaré por alegorías, sino que claramente os anunciaré acerca del Padre. En aquel día pediréis en mi nombre; y no os digo que yo rogaré al Padre por vosotros, pues el Padre mismo os ama, porque vosotros me habéis amado, y habéis creído que yo salí de Dios.

Robert A. Cook dijo: “La oración es un llanto. Las matronas esperan que un niño recién nacido llore como primera evidencia de vida. Si no lo hace le pegan unos azotes para provocar ese llanto. Si aún así, el niño continúa en silencio, saben que pronto estará muerto.”

¿Recordáis los cuatro radios de la rueda del crecimiento cristiano? ¿Cuáles son? Palabra, Oración, Testimonio y Comunión. Hay radios que son más fáciles de mantener firmes: La Palabra, que muchas veces se hace un libro interesante, y la Comunión, en la que nos sentimos cómodos por nuestra naturaleza gregaria, son radios agradables. Hay otros más difíciles: El Testimonio, que nos obliga a superar nuestras vergüenzas, y la Oración, que a veces se hace aburrida y monótona. Pero cuando practicamos la oración y el testimonio, descubrimos trazos de distinto color. Es más duro, pero más gratificante también.

Satanás sabe que la oración anula su poder en nosotros, y el testimonio hace que la gente se convierta y que, de alguna forma, pierda seguidores. Esto hace que su acción se concentre en anular específicamente estas dos prácticas en la vida de los creyentes.

Lo que hoy vamos a repasar es solo el principio de lo que vosotros debéis continuar con hábito, constancia y perseverancia.

Empecemos con algunas preguntas de reflexión personal (plantear estas preguntas a los alumnos, dejar que contesten, pero no responderlas de momento):

·  ¿Cuál es vuestro trasfondo con respecto a la oración? ¿La practicáis mucho?
·  ¿Piensas que Dios va a contestar vuestras oraciones?
·  ¿Sobre que oramos?
· ¿Por qué creéis que los cristianos oran?. Si Dios es omnisciente, ¿Por qué quiere que oremos?.
· ¿Piensas que la postura en la que se ore es importante? ¿Es necesario hacerlo con los ojos cerrados?.

Cosas que un nuevo cristiano debería saber acerca de la oración.

1.      La oración es simplemente hablar con Dios.

Nuestra relación con Dios es parecida a la relación con otras personas, por ello, el nos pide que conversemos con Él, igual que haríamos con otras personas.
Dado que la esencia de la vida cristiana es mantener una relación personal con Dios y dado que la comunicación entre dos personas es vital para construir la relación entre ellas, debemos hablar con Dios para tener una relación con Él.

· Génesis 18.22-33, Y se apartaron de allí los varones, y fueron hacia Sodoma; pero Abraham estaba aún delante de Jehová. Y se acercó Abraham y dijo: ¿Destruirás también al justo con el impío? Quizá haya cincuenta justos dentro de la ciudad: ¿destruirás también y no perdonarás al lugar por amor a los cincuenta justos que estén dentro de él? Lejos de ti el hacer tal, que hagas morir al justo con el impío, y que sea el justo tratado como el impío; nunca tal hagas. El Juez de toda la tierra, ¿no ha de hacer lo que es justo? Entonces respondió Jehová: Si hallare en Sodoma cincuenta justos dentro de la ciudad, perdonaré a todo este lugar por amor a ellos. Y Abraham replicó y dijo: He aquí ahora que he comenzado a hablar a mi Señor, aunque soy polvo y ceniza. Quizá faltarán de cincuenta justos cinco; ¿destruirás por aquellos cinco toda la ciudad? Y dijo: No la destruiré, si hallare allí cuarenta y cinco. Y volvió a hablarle, y dijo: Quizá se hallarán allí cuarenta. Y respondió: No lo haré por amor a los cuarenta. Y dijo: No se enoje ahora mi Señor, si hablare: quizá se hallarán allí treinta. Y respondió: No lo haré si hallare allí treinta. Y dijo: He aquí ahora que he emprendido el hablar a mi Señor: quizá se hallarán allí veinte. No la destruiré, respondió, por amor a los veinte. Y volvió a decir: No se enoje ahora mi Señor, si hablare solamente una vez: quizá se hallarán allí diez. No la destruiré, respondió, por amor a los diez. Y Jehová se fue, luego que acabó de hablar a Abraham; y Abraham volvió a su lugar.
· Mateo 6.9-13, Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.
· Mateo 11.25-26, En aquel tiempo, respondiendo Jesús, dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las revelaste a los niños. Sí, Padre, porque así te agradó.

2.      Podemos orar sobre lo que queramos, en cualquier momento y lugar.

Algunos piensas que a Dios no hay que molestarle con cosas insignificantes, y que Dios anda muy ocupado resolviendo grandes problemas: guerras, catástrofes naturales, terrorismo, y cosas así. Nada más lejos de la realidad. Proverbios 15.8, “El sacrificio de los impíos es abominación a Jehová; Mas la oración de los rectos es Su gozo.”

A Dios le encanta escucharnos, para lo que sea. Dios es Todopoderoso y Omnipresente, por lo que no deja de atender otros asuntos para “escucharnos”.

Salmos 18.1, Te amo, oh Jehová, fortaleza mía. (Para expresar amor)
Mateo 6.11, El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. (Por necesidades cotidianas).
Filipenses 4.6-7, Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. (Por todo)
1 Juan 5.14, Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. (Por todo)

Salmos 55.17, Tarde y mañana y a mediodía oraré y clamaré, Y él oirá mi voz.
Salmos 88.1, Oh Jehová, Dios de mi salvación, Día y noche clamo delante de ti.
Lucas 10.21, En aquella misma hora Jesús se regocijó en el Espíritu, y dijo: Yo te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y entendidos, y las has revelado a los niños. Sí, Padre, porque así te agradó. (de forma espontánea)

1º Samuel 1.9-10, Y se levantó Ana después que hubo comido y bebido en Silo; y mientras el sacerdote Elí estaba sentado en una silla junto a un pilar del templo de Jehová, ella con amargura de alma oró a Jehová, y lloró abundantemente.
Mateo 6.6, Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.
Mateo 14.23, Despedida la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí solo.
Mateo 18.19-20, Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos. Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.
Marcos 1.35, Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba.

Es decir, sobre cualquier cosa, en cualquier tiempo y lugar.

3.      Dios oye nuestras oraciones.

Orar no es una forma de meditación. Es una conversación genuina. Tu hablas y Dios escucha. El nos contesta por su palabra, o a través de las circunstancias, o directamente por su Espíritu puesto en nosotros.

1 Pedro 3.12, Porque los ojos del Señor están sobre los justos, Y sus oídos atentos a sus oraciones; Pero el rostro del Señor está contra aquellos que hacen el mal.

4.      Dios puede contestar nuestras oraciones de tres formas: Sí, No o Espera.

El pedir algo a Dios no nos garantiza que lo vayamos a conseguir. Dios es más sabio que nosotros mismos. El sabe que hay cosas que pedimos que son buenas para nosotros y para sus propósitos en nosotros. Para estas peticiones contesta “Sí”. Algunas peticiones son malas para nosotros o no cumplen Su propósito en nosotros. Para ellas su respuesta es “No”. A veces nuestras peticiones deben esperar y Él contesta “Sí, pero ahora No”. Nuestra actitud debe ser de paciencia y aceptar la respuesta del Señor como lo mejor.

5.      Hay 4 tipos de oración: Adoración y Alabanza, Confesión, Acción de Gracias, Súplica e Intercesión (Para recordarlo, yo uso el acróstico AD/AL CAGRASI).

La oración no es solo pedir, pedir y pedir. Imaginaros una relación con un amigo que nunca nos pregunta por nosotros, o que no habla de nada de lo suyo. Sólo pide, pide y pide. Esta relación sería inviable en la vida real, y de igual forma debe ser en nuestra relación con Dios.

Veamos un ejemplo de cada tipo de oración:

Adoración/Alabanza: 1 Timoteo 1.17, Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.

Confesión:                    1 Juan 1.8-10, Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros.

Acción de Gracias: 1 Tesalonicenses 5.18, Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.

Súplica/Petición: 1 Juan 5.14-15, Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho.

Intercesión:                  Santiago 5.16, Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho.


PREGUNTAS DE AUTO-EVALUACIÓN

1.      ¿Por qué oras?

Por amor a Dios, para comunicarme con Dios, para decirle a Dios las cosas que me pasan y las cosas que me preocupan, para pasar tiempo con Dios haciendo algo que sé que le agrada, ....

2.      ¿Por qué crees que Dios inventó la oración?

Para proveernos de una forma de comunicación con Él. Para que pudiéramos acercarnos a Él y tener una relación más íntima y personal con Él.

3.      ¿Piensas que tu oración en público es diferente a cuando la haces en privado?. Si es así, ¿Por qué crees que esto sucede?

No, es igual. A veces, los nervios hacen que se utilicen fórmulas en público que no se usan en privado, pero esto es un error y hacen la oración artificial e impersonal.

4.      ¿Has tenido tiempos personales de oración últimamente?

Sí.

5.      ¿Sobre qué cosas has estado orando?

Por la oración he alabado y adorado a Dios. También he confesando mis pecados. He tratado de reconocer lo que Dios me da y he dado gracias por ello. He pedido por problemas personales, inquietudes personales, los problemas en el mundo, por mis seres queridos, etc... También he intercedido por aquellos que aún no conocen a Dios, para que Dios actúe en sus vidas y en sus almas.

6.      ¿Sobre qué cosas podría yo orar por ti?
......

7.      ¿Tienes dudas acerca de orar por ciertos temas?. Si es así, ¿Te importaría decirme cuáles? ¿Tienes alguna razón para dudar?

No, cualquier tema es digno de ser llevado a Dios en oración. No hay razones para dudar que Dios pondrá toda su atención en mis preocupaciones, si es que yo estoy haciendo mi parte, claro.

8.      Cuando Dios no contesta una de tus oraciones, ¿Qué crees que ocurre?

Pueden ocurrir varias cosas. 1) Que su respuesta sea Sí pero ahora No, por lo que debo tener paciencia y esperar en Él, 2) Que su respuesta sea No, pero yo no quiera verlo, por lo que nunca llegará la respuesta, 3) Que no me conteste porque mi actitud como cristiano, o en la oración, o en mi relación con Él no sea la correcta (pecados no confesados, oraciones no sinceras, peticiones mal hechas (para nuestros deleites), etc...).

El testimonio (Parte 2)

Después de una semana de locos, hoy tengo un rato y voy a publicar dos estudios, el primero es el estudio que se dió el domingo pasado en la Iglesia y que corresponde a la segunda parte del estudio acerca del Testimonio.

En este estudio repasamos los últimos puntos que todo cristiano debería tener en cuenta al respecto de este asunto.

Finalizamos con una sección puramente práctica llamada "Tendamos puentes" en la que vemos cómo debemos actuar ante las situaciones que el Señor nos pone para poder dar testimonio de nuestra fe.

Como siempre, espero que sea de bendición para todos y una ayuda para profundizar más en el estudio de estos temas tan importantes para el crecimiento cristiano.

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El Testimonio (Parte 2).

En la primera parte de este estudio (El testimonio - Parte 1) vimos los 3 primeros conceptos básicos acerca de testificar a otros de nuestra fe. Hoy continuamos donde lo dejamos... 

4. ¿Cómo debo testificar?

Algunos dicen que deberíamos testificar con nuestras vidas. Mateo 5.16, Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.

Otros dicen que lo debemos hacer con nuestras palabras. El hecho es que debemos hacerlo de ambas formas. Las palabras sirven para transmitir el contenido del mensaje, pero nuestras vidas dan validez a ese mensaje.

A) Por nuestra vida: “Una imagen vale más que mil palabras” reza un antiguo refrán. Suponte que una noche, vas en el metro, estás solo en el vagón y en la parada de “puente de vallecas” entra un gitano, con mala pinta y se sienta a tu lado apestando a alcohol. Al llegar a la siguiente parada se gira hacia ti y, justo cuando las puertas del vagón se abren, te dice: “Por favor, “¿podría decirme la hora?”. ¿Tú que piensas? Tú que haces?. Aunque sus palabras son amables, su aspecto no lo es. Si eres listo y quieres conservar tu reloj, saldrás corriendo del vagón y te quedarás en el andén esperando el siguiente metro.

Los no-cristianos no son diferentes a ti. Si los cristianos predicamos algo y no vivimos conforme a lo que predicamos, la gente asume que la forma de vida es lo que realmente refleja la realidad de esa persona.  “Hablar es barato”.

Es por esto que la forma en la que vivimos nuestras vidas es una parte fundamental de nuestro testimonio. Hemos de tener en cuenta que nosotros somos la única Biblia que algunos leerán en toda su vida. Ellos te mirarán y dirán “Así que esto es ser Cristiano”. Con nuestras vidas podemos favorecer el que la gente se acerque a Cristo o que se aleje.

Los métodos de evangelismo, están bien, pero la mayoría de los cristianos se han acercado a Cristo porque han conocido a alguien que era cristiano y su forma de vivir les ha llamado la atención. Esto es lo que llamamos evangelismo personal. Nuestra responsabilidad es mostrar a Cristo todo lo que podamos.

B) Por nuestras palabras: El testificar por nuestras vidas es muy importante, pero no lo es todo. Desafortunadamente algunos cristianos se quedan ahí. ¿Puede esto salvarles? Debemos añadir algo de contenido a nuestro testimonio.

Pablo, en 2 Timoteo 4.2, exhortó a Timoteo a “que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina. Esto es el contenido. El mismo Jesús nos dijo en Marcos 16.15, “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura”.

5. ¿Qué debo decir?

Hay tanto que decir acerca de Jesús que podríamos hablar durante días. Pero generalmente carecemos de ese tiempo. Por lo que debemos elegir un resumen del evangelio que pueda ser recordado fácilmente. Si hay tiempo, podremos contar nuestra experiencia personal, nuestro “testimonio” y cómo conocimos nosotros a Cristo.


A) Lo básico del evangelio. Hay cuatro puntos fundamentales que debemos cubrir:
1)   Dios ama cada individuo y los creó para tener una relación personal con ellos.
2)   Todos hemos pecado, apartándonos voluntariamente de Dios. Esto nos hace merecer la separación eterna de Él.
3)   Dios mandó a su Hijo, Jesucristo, a morir por mis pecados y a pagar lo que yo debería haber pagado por mi pecado, haciendo posible nuestra reconciliación con Dios. Y esto lo hizo por gracia, de forma gratuita.
4)   El sacrificio de Jesús es aplicado a cada individuo si nosotros, de forma voluntaria, recibimos a Cristo a través de la fe.

B) Nuestro testimonio. Se puede discutir acerca de principios teológicos u opiniones, pero no de nuestra experiencia personal. Esto hace que nuestro testimonio personal tenga mucha fuerza a la hora de testificar.

Hay tres puntos a cubrir: ¿Cómo era nuestra vida antes de conocer a Cristo?, ¿Qué circunstancias rodearon a mi conversión?, siendo minucioso en este punto para que quede claro cómo recibí a Cristo (para que él pueda saber cómo podría recibirlo también) y ¿Qué cambios se han producido en mí desde mi conversión?. Es bueno incluir algún versículo.

Hay varios puntos a evitar: Exagerar, generalidades atractivas pero falsas (algo del tipo: “mi vida ahora es maravillosa, pletórica de gozo y paz y todos mis problemas han pasado”), hablar negativamente de otras iglesias o confesiones, lenguaje evangélico o religioso, demasiados detalles, información irrelevante.

6. ¿Qué pasa si una persona rechaza lo que digo?

Lo primero es tener en cuenta que no nos rechazan a nosotros, sino una idea que nosotros sostenemos. Nosotros mismos hacemos esto también. Al único que realmente rechazan en a Jesucristo, Lucas 10.16, El que a vosotros oye, a mí me oye; y el que a vosotros desecha, a mí me desecha; y el que me desecha a mí, desecha al que me envió. Así que no nos lo tomemos de forma personal.

Segundo, piensa que el evangelismo es un proceso y no un suceso, o mejor dicho, un proceso que desemboca en un suceso. Hablando de evangelizar, Pablo dijo en 1 Corintios 3.6-7, “Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios. Así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento”. Aunque no veamos instantáneamente los resultados, siempre estaremos seguros de que nuestro testimonio habrá llevado a esa persona un poquito más cerca de Dios. Como dijo el propio Dios por Isaías: Isaías 55.11, "así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié".

7. Algunos puntos importantes para recordar mientras testificamos.

1)      Es nuestro trabajo el testificar. Convertir a las personas es trabajo de Dios.
2)      Depende del E.S. antes de hablar a la gente para que actúe de forma sobrenatural en ellos. Es decir, antes de hablar a los hombres acerca de Dios, habla a Dios acerca de los hombres.
3)      No mires a la gente como proyectos u objetivos.
4)      Mientras testificamos debemos ser amables, amigables y positivos.
5)      Evitemos entrar en discusiones.
6)      Evitemos irnos por las ramas. Mantengámonos en el tema del evangelio.
7)      Seamos sensibles.
8)   Usemos las escrituras. El poder de la escritura es muy superior al nuestro propio. Dejémosla trabajar.
9)  Seamos honestos. No podemos saberlo todo y habrá preguntas cuya respuesta ignoremos. Digámoslo abiertamente.
10)  No prediquemos. Tengamos una conversación, preguntemos cosas, dejemos hablar a la gente y ... ESCUCHEMOS lo que tienen que decirnos. Esto nos permitirá responderles adecuadamente.
11)  Seamos nosotros mismos. No nos cubramos de un halo de santidad.
12)  Hagamos preguntas que confronten a nuestro oyente y que le lleven a tener que tomar una decisión.

8. Preparación previa 

Esto son cosas que no haremos de forma puntual, sino a largo plazo.

1)      Ora diariamente por oportunidades.
2)      Vivamos de forma “irreprochable”.
3)      No nos aislemos de los no-cristianos, pero tampoco seamos uno de ellos.
4)      Estudiemos la Biblia y preparémonos con tiempo para presentar defensa de nuestra fe y poder compartirla con eficacia.

Tendamos puentes.

Para poder hablar del evangelio, muchas veces debemos hacer un puente entre algo cotidiano y el mensaje evangélico. A veces podemos “forzar” situaciones o a veces las situaciones nos “forzarán” a nosotros. Algunos ejemplos que a mi se me ocurren son:

1)      Invitar a alguien a un concierto, culto dominical, actividad de la iglesia o algo así. Luego hacer preguntas como ¿Estas de acuerdo con lo que has oído?, ¿Qué piensas de...?
2)      Si alguien lleva un símbolo religioso, digamos: “he visto tu cruz (por ejemplo), ¿es que eres cristiano?” Si contesta no, o no está seguro, podemos decir algo así como “parece mentira cómo un símbolo claramente religioso puede perder su simbología en aras de la moda, ¿Sabes lo que significa ese símbolo originalmente?....” y a partir de ahí hablar de Cristo y de la cruz.
3)      Si tenemos oportunidad de hacer un favor “grande” a alguien, cuando nos lo agradezca, podremos decir algo así como “Hace unos años seguramente no te hubiera ayudado, pero algo me ocurrió que cambió mi vida. Me dio un deseo de ayudar a la gente siempre que pudiera hacerlo. ¿Sabes que pasó?...” y luego dar nuestro testimonio.
4)      Si alguien nos pregunta que es un verdadero cristiano, ¿qué responderías?. Usemos versículos de la Biblia para argumentar.
5)      Podemos usar un tratado o un folleto.
6)      Cuando la gente reniega de Dios y trata de poner su vida mundana como lo mejor y lo normal, podemos decir: “Pues yo creo en Dios y creo que esto no le agrada”.



PREGUNTAS DE AUTO-EVALUACIÓN

1.     ¿Cuál es la diferencia entre testificar con nuestra vida y testificar con nuestras palabras? ¿Por qué son ambas importantes?
2.      ¿Cuál es el trabajo del Espíritu Santo en el proceso de testificar?
3.   ¿Crees que la oración juega un papel importante a la hora de testificar?

lunes, 13 de enero de 2014

Suposiciones peligrosas: Nos podemos esconder de Dios; Podemos dividir a Dios

El domingo pasado continuamos con las enseñanzas acerca de esas "suposiciones" que muchos hacemos pero que resultan muy muy peligrosas para nuestras vidas como cristianos.

En esta ocasión David Rivero nos trajo una porción de la Palabra en la que vimos cómo no podemos escondernos de Dios, ni podemos dividir a Dios quedándonos con la parte que más nos interese.

Como es habitual, puedes acceder al sermón completo a través de la página web de la IBAO (http://ibao.es). A continuación os dejo el enlace directo al sermón:


También os dejo mis notas tomadas durante el Sermón. Espero que os sean de ayuda para captar lo esencial del mensaje de una forma rápida.

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Título: "Suposiciones peligrosas: Nos podemos esconder de Dios; Podemos dividir a Dios"
Lectura: 1 Reyes 14:1-12.

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En el texto que se ha leído vemos que Jerobam tenía un problema: su hijo estaba gravemente enfermo. En Silo estaba Ahias,el mismo profeta que había profetizado que Jeroboam iba a reinar sobre la nación de Israel. El Señor había cumplido su promesa y Jeroboam estaba reinando sobre 10 de las 12 tribus de Israel.

No nos extraña que Jeroboam haya pensado en acudir al mismo profeta para que le diga qué va a ocurrir con el muchacho. Lo que nos sorprende es la forma en la que lo hace, ya que no sólo pide a su mujer que vaya, sino que solicitó a su mujer que se disfrazase. El disfraz, posiblemente, fue de campesina (lo deducimos por el tipo de presentes que lleva la mujer al profeta y que aparecen indicados en el versículo 3).

Hoy vamos a ver cuatro cosas que podemos aprender de este pasaje:

      • Las razones por las que Jeroboam diseña esta estrategia
      • La necedad de esta estrategia
      • 2 advertencias:
         - El peligro de Dividir a Dios
         - El peligro de esconderse de Dios.



• Las razones por las que Jeroboam diseña esta estrategia

Vemos al menos dos implicaciones que pueden influir en Jeroboam para que se invente esta extraña estratagema:

1.- Las implicaciones políticas.

Jeroboam había diseñado todo un nuevo sistema religioso incluida una fiesta anual y el pueblo estaba ahora observando, ya que como su hijo estaba enfermo, ¿A dónde acudirá ahora el Rey? ¿A sus becerros y sus sacerdotes, o a Jerusalem? Si acudía a Jerusalem, la gente pensaría que Jeroboam no creía en su propia religión.

2.- El factor culpa.

Cuando el profeta dijo que Jeroboam sería Rey, profetizó que sería Rey en tanto en cuanto se mantuviera fiel a Dios ( 1 Reyes 11:38 ) y fue avisado para que repitiera los pecados cometidos anteriormente. Pero el polvo levantado por la división de los reinos aún no se había asentado cuando Jeroboam ya había instituido una nueva religión. ¿Como iba a ir ahora a aquel que le había dicho que debía ser fiel?

Así vemos que no sólo Jeroboam quería evitar que el pueblo se enterara, sino que tampoco quería que Ahías se enterara.


• La necedad de esta estrategia

A Jeroboam no se le ocurre nada mejor que disfrazar a su mujer de campesina. Y su treta tuvo éxito al 50%, ya que posiblemente engañó al pueblo, pero ¿Cómo se podía pensar que alguien que era capaz de ver el futuro de su hijo no iba a reconocer quién estaba en su propia puerta preguntando?

Vemos que el profeta estaba ciego, pero tuvo una revelación de Dios que le avisó acerca de la visita de la Reina ( 1 Reyes 14:5 ). Además de avisarle de la visita, Dios le dijo al profeta las malas noticias que debía transmitir a la mujer de Jeroboam. Así cuando Ahías escuchó a la Reina acercarse, ya le dijo "acércate mujer de Jeroboam, ¿Por que escondes tu rostro?"

Dios ve los rincones de nuestros corazones. Podemos disfrazarnos de todas las cosas posibles pero no podemos engañar a Dios. Nadie se puede esconder de Dios.

Jeroboam, poco después de darle la espalda a Dios tiene que pagar las consecuencias.

• 2 advertencias

Vemos 2 peligros en los que cayó Jeroboam y que nos llevan a extraer dos advertencias:

   - El peligro de Dividir a Dios

Jeroboam quería la misericordia y las bendiciones de Dios sin querer aceptar sus mandamientos y demandas. Esto es propio de las personas, incluso en nuestros días. Incluso lo vemos en los predicadores, que poseídos por el espíritu de Jeroboam, hablan del amor y misericordia de Dios, pero evitan hablar de la santidad, el juicio o la ira de Jehová. Para estas personas la cruz sólo manifiesta el amor de Dios, y no ven que las tinieblas cubrieron la tierra mientras que Jesús, clavado en una cruz, clamaba porque Dios le había abandonado. Esto sucedió porque Dios, en aquel momento, satisfizo su justicia al mismo tiempo que esparcía su gracia ( Romanos 3:26 ). Así las tinieblas se cernieron sobre la Tierra porque Dios estaba aplicando toda su justicia sobre Cristo.

Jeroboam sólo quería quedarse con las cosas buenas y agradables de su relación con Dios. Sabemos que Dios es amor y gracia, pero también es rectitud y justicia. Y todo va unido. No podemos dividir a Dios. Dios no salva a los pecadores echando Su santidad y Su justicia por la ventana. El amor presentado en la cruz no se puede entender completamente si no lo vemos contra el telón de fondo de Su justicia y santidad.

Incluso aquellos que creemos en la justicia y santidad de Dios, a veces caemos en este mismo error, y tomamos decisiones pensando que Dios en su gracia no nos tendrá en cuenta los pecados. Esto ha derivado una nueva categoría de cristianos llamados "cristianos carnales", que pretenden tener lo mejor de los dos mundos. El único problema que tenemos con esa teoría es que no se sostiene a la luz de las escrituras ( 1 Juan 3:9 ). Es imposible ser hijo de Dios y vivir permanentemente en el pecado. Hemos sido salvados para buenas obras, como dice Efesios. En Santiago se nos dice que si no andamos en las buenas obras de Dios, nuestra fe es vana. Juan 8:31 refuerza este mismo concepto, ya que para ser discípulo de Cristo debemos obedecer sus mandamientos. Juan 15:6-8 insiste una vez más en esto mismo.

   - El peligro de esconderse de Dios.

Vemos que Jeroboam creía en Dios, creía que sus profetas podían recibir revelación de Dios, sabía que Ahías era el profeta del Dios viviente, había visto las promesas de Dios cumplidas, pero sin embargo vemos como envía a su esposa disfrazada, como queriendo ocultarla de Dios. Jeroboam estaba viviendo como si Dios no se diera cuenta de lo que estaba haciendo.

Hoy en día tenemos muchas personas que también reconocen a Dios mientras que tratan de esconderse de Él disfrazándose con diferentes "atuendos". Tratan de ocultarse de la presencia de Dios. Muchos se disfrazan de cristianos y, por ejemplo, cuando vienen a la iglesia parecen cristianos ortodoxos, pero luego el resto de sus días, se cambian el traje y se confunden con la gente del mundo, se ocultan de Dios y llevan otro tipo de vida. A la gente se nos puede engañar, y podemos llegar a esconder nuestra verdadera naturaleza de otros hombres, pero no nos podemos esconder de Dios.

¿Cuántos no hacen ciertas cosas pensando que están escondidos de Dios, y que Dios no se dará cuenta de ello? Mathew Henry escribió: "Dios juzgará a los hombres conforme a lo que son, no por lo que parecen ser". No podemos pretender entrar en el cielo disfrazados de santos sin serlo.

A pesar de las advertencias, algunos cristianos siguen sin tratar sus pecados. Necesitamos una transformación profunda, tal y como hacía falta en la vida de Jeroboam. Tenemos que creer en las promesas de Dios y obedecer a Sus mandamientos y saber que sólo Dios puede arrancar ese viejo pecador de nosotros. Tenemos que recibir el amor de Dios, pero también su justicia y su santidad, e ir a Él tal y como somos.

La pregunta final que tenemos que hacernos es: ¿Es nuestra religión muy parecida a la de Dios, o es la religión genuina que Él demanda?