domingo, 19 de enero de 2014

El testimonio (Parte 2)

Después de una semana de locos, hoy tengo un rato y voy a publicar dos estudios, el primero es el estudio que se dió el domingo pasado en la Iglesia y que corresponde a la segunda parte del estudio acerca del Testimonio.

En este estudio repasamos los últimos puntos que todo cristiano debería tener en cuenta al respecto de este asunto.

Finalizamos con una sección puramente práctica llamada "Tendamos puentes" en la que vemos cómo debemos actuar ante las situaciones que el Señor nos pone para poder dar testimonio de nuestra fe.

Como siempre, espero que sea de bendición para todos y una ayuda para profundizar más en el estudio de estos temas tan importantes para el crecimiento cristiano.

--------------------------------------------------------------------------


El Testimonio (Parte 2).

En la primera parte de este estudio (El testimonio - Parte 1) vimos los 3 primeros conceptos básicos acerca de testificar a otros de nuestra fe. Hoy continuamos donde lo dejamos... 

4. ¿Cómo debo testificar?

Algunos dicen que deberíamos testificar con nuestras vidas. Mateo 5.16, Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.

Otros dicen que lo debemos hacer con nuestras palabras. El hecho es que debemos hacerlo de ambas formas. Las palabras sirven para transmitir el contenido del mensaje, pero nuestras vidas dan validez a ese mensaje.

A) Por nuestra vida: “Una imagen vale más que mil palabras” reza un antiguo refrán. Suponte que una noche, vas en el metro, estás solo en el vagón y en la parada de “puente de vallecas” entra un gitano, con mala pinta y se sienta a tu lado apestando a alcohol. Al llegar a la siguiente parada se gira hacia ti y, justo cuando las puertas del vagón se abren, te dice: “Por favor, “¿podría decirme la hora?”. ¿Tú que piensas? Tú que haces?. Aunque sus palabras son amables, su aspecto no lo es. Si eres listo y quieres conservar tu reloj, saldrás corriendo del vagón y te quedarás en el andén esperando el siguiente metro.

Los no-cristianos no son diferentes a ti. Si los cristianos predicamos algo y no vivimos conforme a lo que predicamos, la gente asume que la forma de vida es lo que realmente refleja la realidad de esa persona.  “Hablar es barato”.

Es por esto que la forma en la que vivimos nuestras vidas es una parte fundamental de nuestro testimonio. Hemos de tener en cuenta que nosotros somos la única Biblia que algunos leerán en toda su vida. Ellos te mirarán y dirán “Así que esto es ser Cristiano”. Con nuestras vidas podemos favorecer el que la gente se acerque a Cristo o que se aleje.

Los métodos de evangelismo, están bien, pero la mayoría de los cristianos se han acercado a Cristo porque han conocido a alguien que era cristiano y su forma de vivir les ha llamado la atención. Esto es lo que llamamos evangelismo personal. Nuestra responsabilidad es mostrar a Cristo todo lo que podamos.

B) Por nuestras palabras: El testificar por nuestras vidas es muy importante, pero no lo es todo. Desafortunadamente algunos cristianos se quedan ahí. ¿Puede esto salvarles? Debemos añadir algo de contenido a nuestro testimonio.

Pablo, en 2 Timoteo 4.2, exhortó a Timoteo a “que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina. Esto es el contenido. El mismo Jesús nos dijo en Marcos 16.15, “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura”.

5. ¿Qué debo decir?

Hay tanto que decir acerca de Jesús que podríamos hablar durante días. Pero generalmente carecemos de ese tiempo. Por lo que debemos elegir un resumen del evangelio que pueda ser recordado fácilmente. Si hay tiempo, podremos contar nuestra experiencia personal, nuestro “testimonio” y cómo conocimos nosotros a Cristo.


A) Lo básico del evangelio. Hay cuatro puntos fundamentales que debemos cubrir:
1)   Dios ama cada individuo y los creó para tener una relación personal con ellos.
2)   Todos hemos pecado, apartándonos voluntariamente de Dios. Esto nos hace merecer la separación eterna de Él.
3)   Dios mandó a su Hijo, Jesucristo, a morir por mis pecados y a pagar lo que yo debería haber pagado por mi pecado, haciendo posible nuestra reconciliación con Dios. Y esto lo hizo por gracia, de forma gratuita.
4)   El sacrificio de Jesús es aplicado a cada individuo si nosotros, de forma voluntaria, recibimos a Cristo a través de la fe.

B) Nuestro testimonio. Se puede discutir acerca de principios teológicos u opiniones, pero no de nuestra experiencia personal. Esto hace que nuestro testimonio personal tenga mucha fuerza a la hora de testificar.

Hay tres puntos a cubrir: ¿Cómo era nuestra vida antes de conocer a Cristo?, ¿Qué circunstancias rodearon a mi conversión?, siendo minucioso en este punto para que quede claro cómo recibí a Cristo (para que él pueda saber cómo podría recibirlo también) y ¿Qué cambios se han producido en mí desde mi conversión?. Es bueno incluir algún versículo.

Hay varios puntos a evitar: Exagerar, generalidades atractivas pero falsas (algo del tipo: “mi vida ahora es maravillosa, pletórica de gozo y paz y todos mis problemas han pasado”), hablar negativamente de otras iglesias o confesiones, lenguaje evangélico o religioso, demasiados detalles, información irrelevante.

6. ¿Qué pasa si una persona rechaza lo que digo?

Lo primero es tener en cuenta que no nos rechazan a nosotros, sino una idea que nosotros sostenemos. Nosotros mismos hacemos esto también. Al único que realmente rechazan en a Jesucristo, Lucas 10.16, El que a vosotros oye, a mí me oye; y el que a vosotros desecha, a mí me desecha; y el que me desecha a mí, desecha al que me envió. Así que no nos lo tomemos de forma personal.

Segundo, piensa que el evangelismo es un proceso y no un suceso, o mejor dicho, un proceso que desemboca en un suceso. Hablando de evangelizar, Pablo dijo en 1 Corintios 3.6-7, “Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios. Así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento”. Aunque no veamos instantáneamente los resultados, siempre estaremos seguros de que nuestro testimonio habrá llevado a esa persona un poquito más cerca de Dios. Como dijo el propio Dios por Isaías: Isaías 55.11, "así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié".

7. Algunos puntos importantes para recordar mientras testificamos.

1)      Es nuestro trabajo el testificar. Convertir a las personas es trabajo de Dios.
2)      Depende del E.S. antes de hablar a la gente para que actúe de forma sobrenatural en ellos. Es decir, antes de hablar a los hombres acerca de Dios, habla a Dios acerca de los hombres.
3)      No mires a la gente como proyectos u objetivos.
4)      Mientras testificamos debemos ser amables, amigables y positivos.
5)      Evitemos entrar en discusiones.
6)      Evitemos irnos por las ramas. Mantengámonos en el tema del evangelio.
7)      Seamos sensibles.
8)   Usemos las escrituras. El poder de la escritura es muy superior al nuestro propio. Dejémosla trabajar.
9)  Seamos honestos. No podemos saberlo todo y habrá preguntas cuya respuesta ignoremos. Digámoslo abiertamente.
10)  No prediquemos. Tengamos una conversación, preguntemos cosas, dejemos hablar a la gente y ... ESCUCHEMOS lo que tienen que decirnos. Esto nos permitirá responderles adecuadamente.
11)  Seamos nosotros mismos. No nos cubramos de un halo de santidad.
12)  Hagamos preguntas que confronten a nuestro oyente y que le lleven a tener que tomar una decisión.

8. Preparación previa 

Esto son cosas que no haremos de forma puntual, sino a largo plazo.

1)      Ora diariamente por oportunidades.
2)      Vivamos de forma “irreprochable”.
3)      No nos aislemos de los no-cristianos, pero tampoco seamos uno de ellos.
4)      Estudiemos la Biblia y preparémonos con tiempo para presentar defensa de nuestra fe y poder compartirla con eficacia.

Tendamos puentes.

Para poder hablar del evangelio, muchas veces debemos hacer un puente entre algo cotidiano y el mensaje evangélico. A veces podemos “forzar” situaciones o a veces las situaciones nos “forzarán” a nosotros. Algunos ejemplos que a mi se me ocurren son:

1)      Invitar a alguien a un concierto, culto dominical, actividad de la iglesia o algo así. Luego hacer preguntas como ¿Estas de acuerdo con lo que has oído?, ¿Qué piensas de...?
2)      Si alguien lleva un símbolo religioso, digamos: “he visto tu cruz (por ejemplo), ¿es que eres cristiano?” Si contesta no, o no está seguro, podemos decir algo así como “parece mentira cómo un símbolo claramente religioso puede perder su simbología en aras de la moda, ¿Sabes lo que significa ese símbolo originalmente?....” y a partir de ahí hablar de Cristo y de la cruz.
3)      Si tenemos oportunidad de hacer un favor “grande” a alguien, cuando nos lo agradezca, podremos decir algo así como “Hace unos años seguramente no te hubiera ayudado, pero algo me ocurrió que cambió mi vida. Me dio un deseo de ayudar a la gente siempre que pudiera hacerlo. ¿Sabes que pasó?...” y luego dar nuestro testimonio.
4)      Si alguien nos pregunta que es un verdadero cristiano, ¿qué responderías?. Usemos versículos de la Biblia para argumentar.
5)      Podemos usar un tratado o un folleto.
6)      Cuando la gente reniega de Dios y trata de poner su vida mundana como lo mejor y lo normal, podemos decir: “Pues yo creo en Dios y creo que esto no le agrada”.



PREGUNTAS DE AUTO-EVALUACIÓN

1.     ¿Cuál es la diferencia entre testificar con nuestra vida y testificar con nuestras palabras? ¿Por qué son ambas importantes?
2.      ¿Cuál es el trabajo del Espíritu Santo en el proceso de testificar?
3.   ¿Crees que la oración juega un papel importante a la hora de testificar?

No hay comentarios:

Publicar un comentario