miércoles, 8 de enero de 2014

Suposiciones peligrosas: La comodidad ante todo.

Este domingo pasado estuvimos reflexionando acerca del peligro de buscar atajos más cómodos en nuestro camino hacia el Señor.

Para ello encontramos en el Antiguo Testamento el ejemplo de Jeroboam, el cual, tuvo miedo de que su pueblo (el Reino del Norte o Israel), al tener que viajar a Jerusalem (que estaba en la otra parte del reino divido: el Reino del Sur o Judá) por comodidad, o porque les gustara más, se quedaran allí. Así que buscó la forma de dar una alternativa al pueblo más cómoda que tener que ir todos los años hasta Jerusalem, la cual fue acogida con agrado entre los habitantes de Judá, pero que tuvo graves consecuencias para el Reino del Norte.

Como siempre, si quieres escuchar el sermón completo, lo puedes hacer a través del siguiente link:


A continuación os dejo los apuntes que tomé durante el sermón, con el humilde objetivo de que en poco tiempo podáis captar la esencia del mensaje.

Espero que sean una bendición para todos.

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Título: "Suposiciones peligrosas: La comodidad ante todo"
Lectura: 1 Reyes 11:26-38, 1 Reyes 12:26-33
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Trasfondo:

Salomón había muerto, y su hijo Roboam heredó el reino. Nada más subir al poder recibió la petición del pueblo de aliviar los impuestos. Roboam buscó consejo, y siendo mal aconsejado, en lugar de reducir, aumentó aún más la carga impositiva, lo que provocó que 10 tribus de las 12 se separaran y se negaran a obedecer a Roboam, eligiendo un Rey para el nuevo reino recién creado, el cual fue Jeroboam.

El asunto de los impuestos fue la gota que colmó el vaso, porque, entre otras cosas, Salomón ya había rendido culto a Dioses ajenos. Salomón cayó presa de lo que hoy llamaríamos el "pluralismo". Y fruto de su desobediencia, su reino unificado fue dividido en dos.

Roboam, el hijo de Salomón, recibió la tribu de Judá entera y la de Leví casi entera y algunos de la tribu de Benjamín. A este Reino se le llama Reino del Sur (Judá) y tenía su capital en Jerusalem.

En el Norte, reinaba Jeroboam, y su reino lo componían 10 tribus completas. Se llamó el Reino del Norte (Israel) y su capital estaba en Samaria.

Este reino estaba dividido por causa del pecado de Salomón. La primera lección es que Dios no emite juicio sin antes avisar, y vemos que Dios advirtió a Salomón de que si persistía en su actitud el reino sufriría las consecuencias. Hay otra lección adicional y es que cuando Dios emite un juicio, ya no se echa atrás.

Sobre este trasfondo histórico, vamos a ver 4 lecciones que extraeremos de los textos que hemos leído hoy:

- El problema que se encontró Jeroboam,
- La solución que él diseño
- El problema que trajo esa solución
- Algunas lecciones de la vida de Jeroboam.

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- El problema que se encontró Jeroboam,

Las naciones del norte tenían un vínculo muy grande con el Reino del Sur, porque el templo se encontraba allí. En 1 Reyes 12:26 vemos que Jeroboam temía que sus habitantes, de tanto ir al reino del Sur, se enamoraran de él. Jeroboam se estaba olvidando que en 1 Reyes 11:26 Dios le había prometido que su reino perduraría si él se mantenía fiel. De hecho, ya había visto la primera parte de la promesa cumplida (el mismo tenía un reino), pero parece ser que no se termina de creer la segunda parte. Así que tomó la decisión de acostumbrar a la gente a no ir a Israel, al templo, una vez al año. Para conseguirlo había dos posibilidades: obligarles a través de un decreto (lo que pondría a la gente en su contra casi con total seguridad), o podía darles una alternativa, atractiva, y que hiciera que la religión oficial puesta por el Señor ya no fuera necesaria porque tenían una alternativa más fácil, más cómoda.


- La solución que él diseño

Tras darle vueltas, decidió decirle al pueblo que ya habían hecho suficiente y que ya no era necesario ir más a Jerusalem ( 1 Reyes 12:28 ). Así camufló en una propuesta de algo más cómodo, en una supuesta ventaja para el pueblo, la auténtica razón que le movía a tal decisión, que era que el pueblo no se enamorara del reino del Sur. Esta alternativa cómoda y de conveniencia funcionó y la gente dejó de ir a Jerusalem. ¿Por qué funcionó? Veamos tres características de esta alternativa cómoda que la hacían atractiva y que hacían que la nueva opción pareciera igual que la práctica anterior.

1. Construyó 2 becerros de oro, no para sustituir a Dios, sino para "representar" a Dios, y los puso en Bet-El, que estaba justo en el camino hacia Jerusalem. Esto tiene un precedente, en el Sinaí, en donde Aarón representó a Dios también con un becerro de oro. En aquella ocasión Dios dijo "¿A quién me compararéis y a qué me haréis semejante?" y también dijo que no nos hiciéramos imagenes de Él (Exodo 20). Esto lo conocía Jeroboam, pero lo ignoró para alcanzar su propio propósito.

2. Designó sacerdotes para el nuevo templo que había construído, pero como la mayoría de los levitas estaban en el reino del Sur, Jeroboam tuvo que bajar el listón puesto por Dios y ordenó sacerdotes de entre el pueblo. Hoy en día vemos que también sucede esto mismo entre las iglesias, y que en lugar de buscar gente adecuada para el servicio, se ha bajado el listón y dejamos que haya personas predicando sin la vocación necesaria o directamente vemos personas que Dios veta en su Palabra.

3. Puso un día señalado para rendir culto en el nuevo templo. Así eligió una fecha parecida a la que se celebraba en Judá, sacrificando ante los becerros que él había construído.


- El problema que trajo esa solución

Como ahora ya había una alternativa cómoda alternativa al viaje hasta Jerusalem, la gente dejó de ir al templo de Jerusalem. Jeroboam vio sus planes cumplidos, pero se le pasó por alto que en los planes de Dios con respecto a su adoración no se tenían en cuenta ni becerros de oro, ni nuevos lugares de culto, ni nuevos sacerdotes, ni nuevos días de fiestas solemnes.

Si Jeroboam hubiese sido fiel, el Señor habría preservado su Reino por causa de su promesa, pero Jeroboám no confió en que Dios fuera capaz de cumplir la segunda parte de la promesa, y esto provocó que perdiera también la primera parte de la promesa, la que ya había recibido, ya que su reino no perduró en el tiempo ( 1 Reyes 15:25-30, 1 Reyes 14:7-10 )

- Algunas lecciones de la vida de Jeroboam.

La vida de Jeroboam es un recordatorio permanente a confiar en las promesas de Dios, a perseverar en la obediencia a Dios y a evitar los atajos espirituales fruto de la comodidad. La comodidad es una fiebre en nuestros días y solemos caer en ella constantemente. Esa filosofía de lo cómodo, que no tiene límites, ha llegado a los pastores y a la predicación, convirtiendo las iglesias en un centro de comodidad, en donde no se dice nada que incomode a la gente, de forma que puedan salir de allí como de una sauna.

Debemos tener en cuenta que no se trata de negar sistemáticamente las comodidades, pero debemos tener cuidado de no sustituir aquellas cosas que Dios considera innegables o no negociables, por otras más cómodas, llegando a omitir todo aquello que nos incomoda por alternativas más cómodas pero que no agradan a Dios.

Al final, lo que hacemos es llevar elementos de nuestra adoración que antes se consideraban imprescindibles al terreno de lo opcional, y por lo tanto la convertimos en elementos sustituibles o eliminables. Aunque no lo hacemos porque sí, sino que construimos todo un conjunto de excusas para explicarlo y que nuestro cambio parezca razonable.

Este proceso terminará derivando en el humanismo que tanto vemos en la sociedad hoy en día, escondiendo aquellas cosas que son desagradables a Dios detrás de las cosas que son agradables a nosotros mismos. Allí donde Dios nos llame al compromiso y al sacrificio, debemos acudir sin buscar atajos o caminos más cómodos. No se trata de que sigamos a Dios cuando nos apetezca, sino que debemos seguir a Dios siempre, aunque nos incomode, igual que Cristo no buscó su comodidad cuando vino al mundo a morir por nuestro pecado, por amor a los hombres, y por obediencia al Padre.

¿Hemos visto alguna promesa de Dios cumplida? ¿Creeremos que Dios es capaz de cumplir todas y cada una de las promesas que nos ha dado, o nos rendiremos al dios de la comodidad construyendo nuestros propios caminos?

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