sábado, 30 de noviembre de 2013

Plenitud de vida en Cristo

El Jueves pasado me tocó enseñar en el culto de oración de la Iglesia Bautista de Alameda de Osuna, y tuve que enfrentarme aun texto, que aunque corto, presenta algunas dificultades interpretativas.

Acudir allí e intentar exponer el texto de forma clara, sencilla e inteligible para la gente que acudió al estudio supuso un auténtico reto para mi.

A continuación os dejo los apuntes que usé en mi exposición, con el ánimo de que puedan ser de ayuda y bendición a aquellos que lo lean.

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Título: Plenitud de vida en Cristo.
Texto Bíblico: Colosenses 2:8-23.

Buenas tardes, hermanos, 
 
¿Alguien me puede decir cuál es el propósito de la carta de Pablo a los Colosenses? 

Como la mayoría de las epístolas, el objeto de la misma es resolver alguna duda o solventar algún problema provocado generalmente por una mala interpretación de las escrituras, por no saber cómo llevar las enseñanzas de Cristo a la práctica, o por influencia de una mala doctrina externa. ¿cuál era el caso de los colosenses?, en este caso, el propósito de la carta es evitar que la iglesia de Colosas se desviara fruto de la influencia de algunos falsos maestros y de sus falsas doctrinas.

Pero básicamente, lo que ha hecho Pablo hasta ahora es ir estableciendo unas bases firmes, afirmando y confirmando aquellas cosas en las que se suponía que creían los creyentes de Colosas. Hasta este momento, mientras alababa y alentaba a los Colosenses, el apóstol sólo ha insinuado el error que amenazaba a la iglesia.

Tras liberar la gloriosa majestad de Cristo y revelar los inagotables recursos del cristiano, está a punto de indicar el error y atacarlo, haciendo volver constantemente a sus lectores a la gran verdad: Cristo.

Hoy empezaremos a ver el problema...

LECTURA (Colosenses 2:8 – 10).

“Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas,  según las tradiciones de los hombres,  conforme a los rudimentos del mundo,  y no según Cristo. Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, y vosotros estáis completos en él,  que es la cabeza de todo principado y potestad.”

Podemos pensar que el apóstol debería haber empezado por aquí ¿verdad?. Si la iglesia de Colosas tenía un problema y preguntó al apóstol por él, ¿por qué no atacarlo directamente?. Curiosamente la pedagogía de Pablo, inspirado por el Espíritu, es perfecta, porque ¿cuántas veces queremos librar del mal o el error a alguien que aún no es consciente de su presencia? Y ¿qué consecuencias tiene esto? El orden en el que las cosas suelen suceder es el siguiente: 

·         Contacto y conocimiento de la Palabra (1:3-14),
·         Reconocimiento de Cristo como nuestro Señor (1:15-20),
·         Aplicación de la redención por la muerte de Cristo (1:21-29),
·         Conciencia de la plenitud de vida en Cristo (2:1-3:4),
·         y por último, como última consecuencia, cambio de vida en el creyente (3:5-4:6),

Estos pasos están claros para nosotros y para Pablo, pero ¿Termina ahí la cosa? ¿Es este el punto final del proceso? Hermanos, tengo que deciros que el proceso no acaba cuando vemos algún cambio en nuestras vidas. De hecho, no solo no termina, sino que es ahí donde empieza, donde empieza lo más difícil.

A veces, empezamos fuerte, haciendo cambios drásticos en nuestras vidas, pero el cristiano se va acomodando y su firmeza se va relajando. Ya no se preocupa tanto de algunos puntos flacos en su forma de vida, justifica actitudes que no agradan a Dios, y en definitiva, dejan entrar en su vida influencias que terminan apartándole de la verdad, como les estaba ocurriendo a los Colosenses.

Es por esto, que las verdades contenidas en el pasaje que vamos a ver hoy, y los que iréis viendo en sucesivos estudios, a pesar de ser previas al cambio de vida en el creyente, son verdades que vamos a tener que estar recordando continuamente después de empezar con ese cambio de vida, y que, a la vez, nos ayudarán a perseverar hasta el fin en dicha actitud.

Fijaros que Pablo comienza previniéndonos de las falsas enseñanzas. Y la primera palabra que usa es: “Mirad”. Esta expresión nos indica que debemos estar atentos, concentrados, alerta.

“Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo y no según Cristo”.

Estamos rodeados de ataques, de falsas creencias y de cosas atractivas que llaman nuestra atención y nos desvían de la auténtica verdad. Ya en el versículo 4 de este mismo capítulo, Pablo decía: “Y esto lo digo para que nadie os engañe con palabras persuasivas.” Cuando pedía por sabiduría y conocimiento para los colosenses.

Hace tiempo, hablando con una compañera del trabajo acerca de un desastre natural que asoló Haiti, salió el tema de Dios y de cómo podía un Dios permitir semejantes cosas. Después de hablar un rato con ella, me dijo:

-      “Si alguien es malísimo toda su vida (un asesino, por ejemplo), y justo antes de morir cree en Cristo, ¿se salva?, y una persona que ha sido buena toda su vida, pero que es de otra religión y cree, por ejemplo en Alá, ¿no se salva?”
-        “Así es”, contesté.
-        “Entonces, los Musulmanes van a ir todos al infierno y tú no ,¿verdad?”
-        “No lo se” - dije yo – “Es probable, si no creen en Cristo.”
-      Y ella replicó “Eso mismo piensan ellos, que vas a ser tú el que vas a ir al infierno”. ¡ESO NO TIENE SENTIDO!.

Esta claro que no hay nada que sea más convincente para el hombre que lo que es “razonable”, lo que encaja con sus esquemas mentales, “lo que tiene sentido”. Y es por eso, que cuando alguien viene con argumentos razonados y racionales, con un argumento lógico, llega a convencernos, y no sólo eso, sino que como que es un razonamiento que “nos encaja”, lo tomamos como cierto, sin indagar demasiado en sus fuentes. Se convierte para nosotros en una verdad absoluta, razonable.

Desde los albores de la historia conocida, el hombre se ha cuestionado acerca de su realidad última. Ha buscado explicación para los sucesos del universo que lo rodea y el significado de su propia existencia. Preguntas como ¿Quién soy? ¿Por qué estoy aquí? ¿A donde voy? Han sido una constante en toda la humanidad. Y las filosofías del mundo han intentado responder desde la razón a estas profundas interrogantes.

Sin embargo, la verdad absoluta no está sustentada en lo que es razonable, o en lo que a mí me encaja en mis esquemas mentales, porque mi percepción de la realidad es muy parcial, muy limitada. La verdad absoluta debe reposar en algo inmutable, en el creador de todas las cosas, en alguien que esté por encima de las leyes de este mundo y que no se esté limitado por él. Esto es: en Dios.

El término “filosofía” literalmente quiere decir “amor por la sabiduría”, pero el estudio del pensamiento de hombres que no han sido regenerados en su desesperada búsqueda de la verdad absoluta aparte de Dios, resultó ser una experiencia muy frustrante. Según Francis Schaeffer, la rebelión del hombre contra Dios lo ha llevado al borde de la desesperación. Y en palabras del propio apóstol Pablo podemos ver lo que escribe en Rom. 1:21-22.

A todo lo largo de su existencia la iglesia ha tenido que batallar para mantener su pureza doctrinal. La preocupación de Pablo era que los Colosenses lo hicieran, y es por eso que el capítulo 2, versículos 8-23 se convierten en el corazón de la epístola.

Desconocemos cuál es la herejía específica que amenazaba a los colosenses, pero de la defensa que hace Pablo a partir de aquí, sabemos que contenía elementos de filosofía (8-15), de legalismo (16-17), de misticismo (18-19) y de ascetismo (20-23) que afectaban a la conducta de los colosenses, pero además contenía elementos de una forma primitiva de gnosticismo según la cual Cristo no era Dios, ni era la fuente de toda sabiduría.

“Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo y no según Cristo. Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, y vosotros estáis completos en él,  que es la cabeza de todo principado y potestad.”

Pablo hace hincapié en 2 aspectos principales para ayudar a los Colosenses.

¿Los reconocéis? Estos dos aspectos son:

  • La deficiencia de la filosofía
  • La suficiencia de Cristo
Estudiémoslo a fondo:

1.    La deficiencia de la filosofía

“Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo y no según Cristo”

A Pablo le interesaba que quienes habían pasado del dominio de Satanás al reino de Cristo, nunca volvieran a someterse al yugo de esclavitud. La iglesia se enfrenta constantemente a la amenaza de los falsos maestros. Los apóstoles también advirtieron a la iglesia contra los falsos maestros, pero ahora Pablo, de manera específica, amonesta a que nadie los “engañe”. La palabra traducida por “engañe” en su sentido textual significa “secuestrar” o “capturar como presa o botín de guerra”.

Así es como se encontraban los colosenses, con riesgo de ser “secuestrados”. A lo largo de la historia, muchos han caído victimas del engaño por falsas doctrinas que aparentaban ser verdaderas, por eso, uno de los deberes primordiales de los líderes de la iglesia es proteger el rebaño de los lobos y los hombres perversos  que atacan al rebaño para arrastrarlos y llevarlos cautivos (Hechos 20:28-30).

¿Y qué medios usan los falsos maestros para engañar a los colosenses? Pablo es claro en mencionarlos: las filosofías y huecas sutilezas. La filosofía, ya hemos visto que es “el amor por la sabiduría”, y cubre todo lo relacionado con las teorías acerca de Dios, del mundo y del significado de la vida humana. Pero Pablo no dice que no se deben dejar engañar por “la filosofía” en términos generales. El uso de un artículo definido junto con la palabra “filosofías” (en plural) indica que Pablo se refería aquí a unas en concreto, o sea, a las creencias específicas de los herejes colosenses. Lo más probable es que se refiera al conocimiento superior y trascendental que ellos pretendían alcanzar mediante la experiencia mística.

Pablo prosigue con la expresión traducida por “y huecas sutilezas”. En la traducción parece que pueda estarse refiriendo a cosas diferentes, pero en el original, la ausencia tanto de la preposición como del artículo en la segunda cláusula, señala que esta expresión describe y califica al sustantivo “filosofía” (según explica Lightfoot, en “Epístolas de S. Pablo a los colosenses y a Filemón. Grand Rapids: Zondervan, 1959, reimpresión, p.178).

Así pues, como indicó el propio Lightfoot, podríamos leer esta frase para que no fuera tan ambigua de la siguiente forma: “a través de su filosofía que es un fraude hueco”.

La filosofía de los falsos maestros de Colosas no era lo que parecía ser. Era un fraude, un artificio, un engaño. Sonaba bien y seducía la mente de aquellos a quienes engañaba, pero era una mera ilusión insulsa.

Pablo menciona dos fuentes de las cuales brotan las “huecas sutilezas”. La primera es: Las tradiciones de los hombres.

Pero... La tradición no es mala en sí misma. Una tradición es únicamente algo que ha ido pasando de boca en boca hasta nosotros. Pero el mero hecho de que las personas hayan creído en algo transmitiéndolo a través de los años, no significa que sea verdad. Lo que da validez a una tradición es su origen. El cristianismo se basa en tradiciones cuyo origen es Dios mismo o una revelación de Dios a alguno de sus profetas. Sin embargo, como indica Pablo en estos versículos, las tradiciones de los falsos maestros son tradiciones de hombres, que tienen su origen en los hombres y no en Dios. Esto invalida su veracidad.

Una segunda fuente de la que bebe esta falsa filosofía se encuentra en los rudimentos del mundo. Esta frase representa una seria dificultad interpretativa, porque es muy complicado poder reconstruir el sentido exacto que la frase original podía tener para los creyentes en Colosas.

La palabra traducida por “rudimentos” se refiere en su sentido más simple a las letras del alfabeto. Textualmente significaría “cosas en serie”.

Basándonos en esto, una posible interpretación de estos rudimentos podría ser que se refiriera a términos y principios elementales (algo como un ABC). Sería un conocimiento básico que haría que los colosenses abandonaran la rica y multiforme verdad bíblica para abrazar una filosofía hueca, sería como regresar a preescolar tras haber alcanzado un doctorado. Esta interpretación podría estar respaldada en el hecho de que en Gálatas 4:3 se usa la misma expresión aludiendo también allí al mismo elemento de inmadurez.

Hay un segundo sentido posible para “rudimentos”, aunque es menos probable. Podría referirse a espíritus elementales; ya sean emanaciones de Dios o seres espirituales que las personas de la antigüedad relacionaban con las estrellas y los planetas. Hay un hecho que es, que las personas que creían en la astrología, caían en las garras de un determinismo rígido, porque el movimiento de los astros determinaba su destino, ... a menos que tuvieran el conocimiento oculto necesario para escapar de su control. Y ese conocimiento secreto sería el que pretendían poseer los falsos maestros.

Sea cual fuere su interpretación para los colosenses, lo que los herejes ofrecían no era un progreso en el conocimiento espiritual, sino un retroceso a un estado espiritual pueril y a una sencilla doctrina de demonios (1 Tim. 4:1)

2.    La suficiencia de Cristo

Tras poner de manifiesto la deficiencia de la filosofía en la que los colosenses estaban creyendo, Pablo pasa a reafirmar la majestad gloriosa de la persona de Cristo y su completa suficiencia. Este es uno de los pasajes más benditos de todas las escrituras. De hecho el v.9 constituye quizá la declaración más contundente de la deidad de Cristo que se encuentra en las epístolas.

Resulta obvio que los herejes de Colosas negaban que Cristo fuera Dios. La palabra “plenitud” ya la usó Pablo en esta epístola en 1:19. Pablo usa esta palabra porque era un término utilizado por los herejes colosenses. Ellos creían que la “plenitud” divina estaba dividida en su manifestación a través de diferentes emanaciones y que cada una tenía su parte según su posición dentro de una escalera descendente que iba de lo bueno a lo malo.

Pablo afirma aquí que toda la plenitud de la deidad, no una parte de ella, está en Cristo, y además lo dice usando un término (“habita”) que significa literalmente “radicar o estar en casa”. Además el tiempo presente utilizado indica que la esencia de la deidad habita continuamente en Cristo.
Por tanto, con esta expresión, Pablo afirma que Cristo es Dios en toda su dimensión, y que lo es para siempre. Y siendo quien posee toda la plenitud de la deidad, Cristo es colocado como cabeza de todo principado y potestad.

Es curiosa la referencia que hace Pablo a que Cristo también es la cabeza de todo principado y potestad. ¿A que pensáis se refiere Pablo con esta expresión?

Acudamos a Efesios, capítulo 6 y leamos el versículo 12: “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes”.

Cuando Pablo nos dice que estamos en guerra y va a hablar de la armadura de Dios, nos previene de nuestro enemigo y nos dice que luchamos “contra principados, contra potestades, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes”.
Por este pasaje, entre otros, entendemos que los principados y las potestades, son categorías o rangos en los que se dividen las huestes demoníacas, los ángeles que cayeron del cielo junto con Satanás. Estos son contra los que luchamos, y Pablo ahora afirma que Cristo está por encima de ellos, que es superior a ellos, que es cabeza de ellos.

Por tanto, esas fuerzas demoníacas que están detrás de las filosofías y huecas sutilezas que pretenden desviarnos de seguir a Cristo, esas fuerzas demoníacas que pretenden hacer volver a los creyentes a ser esclavos de leyes pecaminosas del mundo, en lugar de disfrutar de la libertad en Cristo, realmente están bajo la autoridad del propio Cristo.

Vemos que Cristo, no es uno más de nosotros, no es una emanación más que procede de Dios, sino que es Dios mismo, y como tal, la Cabeza (o autoridad) sobre todo reino espiritual o físico.

Además, los falsos maestros de Colosas, también defendían la falsa doctrina de que el espíritu era bueno y la materia mala (doctrina pre-gnóstica). Por esto para ellos era impensable que Dios habitara en un cuerpo humano. Pablo refuta también esta falsa doctrina señalando que toda la plenitud de la deidad habita en Cristo corporalmente.

Para finalizar, Pablo nos recuerda que puesto que Cristo es quien es, nosotros estamos completos en él. Es una pena que en la traducción se pierda el juego de palabras que usa Pablo aquí, ya que la palabra que traducimos “estar completos” tiene la misma raíz que el sustantivo traducido por “plenitud”. Por tanto el juego de palabras sería que Cristo es la “plenitud” de Dios y nosotros estamos en “plenitud” de él, y que esta plenitud que hemos recibido es eterna.

Después de la caída, el hombre está incompleto. Incompleto espiritualmente, porque se encuentra en total separación de Dios, sin posibilidad de comunión con él. Incompleto moralmente, porque vive fuera de la voluntad de Dios. Incompleto mentalmente porque desconoce la verdad suprema.

Al experimentar la salvación, los creyentes participan de la naturaleza divina (2 P. 1:4) y por tanto están completos. Están espiritualmente completos porque tienen comunión con Dios. Moralmente completos porque reconocen la autoridad de la voluntad de Dios. Mentalmente completos porque ahora la verdad les ha sido revelada.

Sostener que quienes están completos carecen de algo, como lo hicieron los herejes colosenses, resulta inadmisible. Todos los creyentes verdaderos estamos completos en Cristo y no necesitamos enseñanza alguna de falsos maestros o de falsos cultos.

Y tú, ¿Cómo estás? ¿Estás completo en Cristo, o estás relajado, con algunos “huecos” que rellenar, dejándote influenciar por filosofías y huecas sutilezas? Pues recuerda que nosotros estamos completos con Cristo.

martes, 26 de noviembre de 2013

La Palabra (Parte 1)

Hola a todos,

Hace unas semanas empecé a enseñar a mi grupo de Escuela Dominical una serie de estudios relacionados con el crecimiento del cristiano. Hace unas semanas que vimos que el crecimiento del cristiano tenía 8 aspectos que podíamos dividir en un grupo de 5 y otro de 3. En el primero, repasábamos las cosas que nosotros podíamos hacer para favorecer nuestro propio crecimiento, y en el segundo, veíamos algunos aspectos externos que también influyen en nuestro propio crecimiento como cristianos.

La lista que estuvimos estudiando es la siguiente:
  • Crecemos según ponemos a Cristo como el centro de nuestras vidas.
  • Crecemos según leemos la Palabra y la obedecemos.
  • Crecemos según oramos a Dios.
  • Crecemos según tenemos comunión con otros hermanos.
  • Crecemos según damos testimonio de nuestra fe a otros.
  • El factor tiempo: El crecer lleva su tiempo.
  • El factor soberanía: Dios está en control de nuestro crecimiento y nada se le pasa por alto.
  • El factor prueba: Las pruebas favorecen mi crecimiento.
Tras repasar primero los tres aspectos externos a nosotros, pasamos a estudiar aquellos aspectos que dependen más de nosotros, de nuestra actitud y de nuestras propias decisiones, y para recordarlos mejor los resumimos en un dibujo con forma de rueda que llamamos: "la vida del cristiano obediente en acción":


Vimos que para que la rueda pueda avanzar, debemos aplicar toda la potencia al eje (Cristo), debemos asegurarnos que la rueda tenga todos sus radios, y que estos estén equilibrados, porque de lo contrario, o no girará, o girará pero irá a trompicones y no avanzará de forma suave.

Después de repasar el tema de la comunión cristiana (radio izquierdo) durante las dos últimas clases, ahora hemos empezado a estudiar el tema de "La Palabra" (radio inferior). En futuras clases iremos viendo el resto de los radios.

Aquí os dejo la primera parte del estudio acerca de La Palabra, el cual ha sido impartido este domingo en la IBAO a los adolescentes que asisten a mi grupo de Escuela Dominical.

Espero que sea de bendición para todos

@monchoibao

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La Palabra (Parte 1)

Introducción:

1 Pedro 2.2-3, “desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación, si es que habéis gustado la benignidad del Señor.”

Igual que un recién nacido busca la leche materna de forma instintiva, los bebés espirituales buscan la leche espiritual. Existe un deseo puesto por el creador en ambos casos de forma que no hay razón alguna para ello, simplemente lo hacen por instinto. La Palabra de Dios es el alimento del creyente.

Base bíblica: (Base bíblica para entender la relación entre lectura y estudio de la Palabra y crecimiento del cristiano)

Hay muchos versículos que hacen alusión al crecimiento por haber “recibido” la Palabra, e incluso usan la imagen del alimento físico para ilustrar los beneficios de la Palabra de Dios. Veamos algunos de ellos.

  • Deuteronomio 8.3, Y te afligió, y te hizo tener hambre, y te sustentó con maná, comida que no conocías tú, ni tus padres la habían conocido, para hacerte saber que no sólo de pan vivirá el hombre, mas de todo lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre.
  • Job 23.12, Del mandamiento de sus labios nunca me separé; Guardé las palabras de su boca más que mi comida.
  • Mateo 4.4, El respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.
  • Hechos de los Apóstoles 20.32, Y ahora, hermanos, os encomiendo a Dios, y a la palabra de su gracia, que tiene poder para sobreedificaros y daros herencia con todos los santificados.
  • 1 Timoteo 4.6, Si esto enseñas a los hermanos, serás buen ministro de Jesucristo, nutrido con las palabras de la fe y de la buena doctrina que has seguido.
  •  2 Timoteo 3.16-17, Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.
  • 1 Pedro 2.2-3, desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación, si es que habéis gustado la benignidad del Señor.


Los niños recién nacidos no saben hacer casi nada. Irán aprendiendo con el tiempo, pero ahora, al no haber tenido contacto con el mundo, apenas saben nada de él. Son totalmente dependientes de sus padres, que son los que le enseñarán y guiarán en este “extraño” mundo hasta que sean adultos e independientes. Lo mismo ocurre con los recién convertidos. Ellos han “entrado” en un nuevo mundo y todo les parece extraño, pero a la vez atractivo. Igual que los bebes, los bebes en la fe son dependientes al 100% de aquello que es capaz de enseñarles y guiarles por este “extraño” nuevo mundo: “La Palabra de Dios = La Biblia”. De forma paralela, y en un segundo orden, también son dependientes de aquellos que tratan de acercarles la Biblia de una forma “fácil” y entendible: “Los pastores y maestros de la Iglesia Local”, aunque esta dependencia es tanto más débil cuanto mas maduro se es en la fe, a diferencia de la dependencia de la Biblia que es tanto mayor cuanto más maduro se es.

Hay varios puntos importantes aquí:

  • El conocimiento que recibáis (sobre cualquier cosa) es tan bueno como lo sean vuestras fuentes. Así que chequear que las fuentes sean buenas y fiables primero.
  • La última fuente de conocimiento de Dios y de Jesucristo es la Biblia.
  • Nunca un libro puede sustituir a la Biblia.
  • Las fuentes de la Biblia son infalibles. En última instancia Dios inspiró a sus autores.
  •  Algunas partes son oscuras y difíciles de entender en la Biblia, mientras que otras son claras e interesantes. De momento debéis concentraros en las partes más claras e interesantes, porque os serán de mayor ayuda para crecer y poder entender las más difíciles.
  •  La memorización de la Biblia es básico para el crecimiento.
  • Cualquier cristiano puede estudiar la Biblia por sí mismo, y no tiene por qué depender de forma total en otros para alimentarse espiritualmente.


¿Qué es la Biblia?

Básicamente es un libro de historia que nos cuenta cómo Dios ha ido interviniendo en la historia de la humanidad y responde las preguntas fundamentales del hombre. Es Dios mostrándose a los hombres y diciéndoles quién es El, que le agrada, que no le agrada, que nos depara el futuro, de donde venimos, a donde vamos, etc...

Partes de la Biblia: Antiguo Testamento y Nuevo Testamento.

El A.T. fue escrito antes del nacimiento de Cristo y el N.T. después. Se llaman Antiguo y Nuevo testamento en alusión a los pactos hechos entre Dios y los hombres antes y después del sacrificio de Cristo.

En el A.T. los que quería seguir a Dios tenían que obedecer un montón de mandamientos, y si ellos cumplían con su parte, Dios los bendecía y prosperaba. Si pecaban tenían que acudir a un elaborado sistema de sacrificios animales que “cubrían” el pecado cometido por la persona con la sangre del animal inocente.

Pero cuando Jesús fue sacrificado en la cruz, se hizo un nuevo pacto. En el A.T. se prefigura lo que tenía que cumplirse en el Mesías. Cristo fue el perfecto e inocente sacrificio, y ahora el pecado no es cubierto sino perdonado. Ya no estamos sujetos a las leyes mosaicas. Ahora tenemos el Espíritu Santo morando en nosotros que nos dice lo que es bueno y lo que no. Y es nuestra fe en Cristo lo que nos hace justos a los ojos de Dios.

Ahora ya no estamos bajo el A.T., pero muchas cosas del A.T. aún se aplican a nosotros, y debemos dedicar tiempo a estudiarlas. ¿Qué cosas pensáis que se aplican?

¿Quién escribió la Biblia?

La Biblia son 66 libros escritos por 40 autores diferentes en un periodo de más de 1500 años. Los autores son de toda índole, desde gente muy humilde a reyes. Pero el último autor es Dios, quién ha inspirado a todos estos autores por su Espíritu Santo para tener consistencia y coherencia a través de toda la Biblia (2 Timoteo 3.16). Aunque son hombres los que han puesto las palabras en Papel, dichas palabras provienen de Dios.


PREGUNTAS PARA REFLEXIONAR:

1.- Si alguien que no conozca la Biblia te preguntara, “¿Quién escribió la Biblia?”, ¿Cómo le contestarías?


     Fue escrita por hombres inspirados por Dios. Esto quiere decir, que aunque fueron hombres los que pusieron las palabras sobre pergaminos o papiros, la fuente original de las verdades allí plasmadas es Dios mismo.

2.- ¿Piensas que la Biblia es verdad? ¿Toda ella? ¿Por qué?

      La Biblia fue inspirada por Dios y por tanto todo lo que dice es cierto.

3.- ¿Qué partes principales tiene la Bíblia?

      Antiguo Testamento y Nuevo Testamento

4.-  ¿Quién escribió la Bíblia?

     La Biblia son 66 libros escritos por 40 autores diferentes en un periodo de más de 1500 años, y toda ella está inspirada por el Espíritu Santo.
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lunes, 25 de noviembre de 2013

Sermón de esta semana: Principios de autoridad (1 Corintios 11:2-16)

Hola a todos,

Ayer asistí a un sermón muy interesante en la Iglesia Bautista de Alameda de Osuna (IBAO), iglesia a la que asisto regularmente. En él, David Rivero continuó con su serie de predicaciones acerca del libro de 1 Corintios, y debo reconocer, que el texto que tocaba esta semana según su calendario de predicación expositiva no era un texto de fácil interpretación, ya que en él se trata la posición de la mujer durante el culto público, de su atavío y del tema de la autoridad del hombre sobre la mujer, todos ellos, temas que suscitan controversia y disparidad de opiniones a día de hoy.

Muchos comentaristas, para evitar tomar una postura firme al respecto de este tema, pasan un poco "de puntillas" sobre este texto, ya que, reconocemos que, en el fondo, se trata de un tema que hoy en día provoca discusión.

En la sociedad post-moderna en la que vivimos, se trata de evitar hablar del tema, porque es "políticamente incorrecto", dicen, y se enarbolan las banderas de la igualdad y la tolerancia por encima de las verdades Bíblicas. Pero Pablo no se "achanta" como hacen otros y trata el tema con rigor y con profundidad, con el objetivo de ser de ayuda y aclarar la duda que le planteaba la Iglesia de Corinto.

Si queréis escuchar el sermón completo (de unos 45 minutos de duración), lo podéis hacer pinchando en el siguiente enlace:



Para aquellos que queráis ver un resumen de lo expuesto, a continuación os dejo los apuntes que tomé durante el sermón (mejorados con la ayuda de Bekah, una de mis alumnas de Escuela Dominical), y así, en poco tiempo, podréis captar la esencia del mensaje.

Espero que sea de bendición para todos.

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Título: Principios de autoridad.


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Introducción.

Hemos visto durante varias semanas algunas respuestas del apóstol acerca de las dudas que tenían los cristianos en Colosas, en concreto hemos tratado el tema del matrimonio y el de los alimentos sacrificados a los ídolos. Ahora va a entrar a resolver algunas dudas respecto a una tercera duda de los Colosenses relacionada con la adoración, centrándose en tres aspectos:

— La conducta de las mujeres
— La administración de la cena del señor
— La distribución de los dones espirituales

El primero de los asuntos, es el que vamos a tratar hoy, y es un asunto de difícil interpretación. Así pues intentaremos responder a la pregunta: ¿Cuál es el papel de la mujer con respecto a la adoración pública en la Iglesia? ¿Cómo interpretamos estos versículos (u otros como 1 Corintios 14:35) y cómo los aplicamos en nuestras iglesias hoy en día sin violentar ni tergiversar la Biblia?

Muchas veces venimos a la Palabra de Dios con nuestras propias ideas derivadas de nuestro bagaje cultural y las encajamos ahí, o más bien, lo que tratamos es de encajar la Biblia en las ideas y conceptos preconcebidos que traemos cada uno. Es evidente que el mundo tiene mucha influencia en los movimientos que vamos viendo en el seno de la iglesia, y hemos de reconocer que muchas veces nos dejamos arrastrar, tomando posturas intermedias que no agradan ni a Dios ni a los hombres. Podríamos decir que "Si el mundo tose, la iglesia coge un catarro"

Por eso hoy Pablo va a tratar el asunto de la conducta de las mujeres durante la adoración pública y lo va a hacer a través de un recorrido que tiene tres paradas:

1.- El problema que existía en Corinto.
2.- El problema de la autoridad.
3.- El problema de tener un principio universal y permanente, y de cómo conjugarlo con la realidad cultural del momento.

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1.- El problema que existía en Corinto.

¿Cuál era el problema que tenían en Corinto y que suscitó la pregunta de la iglesia al apóstol? En tiempos de la epístola, los habitantes de Colosas masculinos y femeninos, apenas se diferenciaban por su vestimenta, excepto por el hecho de que las mujeres llevaban la cabeza cubierta (sólo el cabello, no la cara, como ocurre con el velo islámico). Además, no todas las mujeres llevaban la cabeza cubierta, y las que no se cubrían eran, o bien concubinas de alguien, o directamente prostitutas, aunque podemos pensar que también, quizá ya había algunas mujeres que mantenían algún tipo de ideología feminista y no se cubrían en protesta y reclamación de su igualdad y en aras del derecho que podían tener a no taparse, igual que hacían los hombres.

No podemos saber si lo que ocurría en el seno de  la Iglesia era que las mujeres iban siempre sin cubrir acudiendo así al culto, o directamente si se quitaban el velo sólo al entrar en la iglesia. En cualquier caso, como una mujer de buena reputación no iba con la cabeza descubierta, este gesto, sería entendido como indicativo que eran mujeres de mala reputación, y mucho más si ocurría en el contexto de una iglesia. Por eso, sólo haciendo este gesto, las mujeres distraían a la congregación del espíritu de adoración que debía haber en el seno de la iglesia, porque la adoración demanda nuestra concentración absoluta hacia el objeto de la misma.

Pensemos en nuestros tiempos. Si entrase a una iglesia y se sentase entre nosotros una mujer vestida como una "prostituta" (todos sabemos qué tipo de ropa llevan estas mujeres y las podríamos identificar sin problemas), sin duda que captaría una gran parte de la atención y distraería, tanto a mujeres como a hombres, del espíritu de adoración. No queremos con esto dar a entender que debamos rechazar a estas personas o echarlas de la iglesia, más bien debemos tratarlos como a cualquier otra persona que entre en la iglesia, pero debemos reconocer que causaría una gran sorpresa y revuelo.

El apóstol tenia la autoridad suficiente para decirle a las mujeres de la iglesia que se taparan, pero Pablo no solamente da los principios de conducta sino que se preocupa de explicarlos tanto como sea  necesario. Por esta razón sabemos que el texto de hoy no se trata de un ataque de misoginia por parte de Pablo, sino que más bien, lo que trata el apóstol, es de preservar el espíritu de adoración en el seno de la iglesia.

¿Y cómo nos tomamos nosotros el tema de la adoración? ¿Tengo yo ese celo por el hecho de que mi atuendo y conducta sean apropiados al espíritu de adoración, o me da igual y soy causa de distracción a mis hermanos?

Ese era el problema que había en Corinto: el culto estaba siendo despistado o desestabilizado por el atuendo de algunos de sus miembros, en concreto por algunas mujeres.

2.- El problema de la autoridad.

Luego, Pablo pasa a hablar del tema de la autoridad. Si estudiamos profundamente la actitud de Pablo y el contexto cultural de la carta, veremos que no se trata de una exposición de principios irracional, fruto de su machismo o animadversión hacia el sexo femenino (como algunos afirman), sino que comprobamos que tiene firmes fundamentos en la Palabra y en las normas de Dios hacia su Iglesia.

En tiempos de la epístola, el que una mujer llevara su cabeza cubierta no sólo hablaba de su posición social, sino que es obvio que en aquella cultura, el cubrirse la cabeza también estaba relacionado con la autoridad que el Señor le había dado al hombre y el reconocimiento de dicha autoridad por parte de la mujer. Pero cuidado, porque autoridad no es sinónimo de superioridad. La autoridad es un término que muchas veces se malentiende, porque la autoridad del hombre sobre la mujer no tiene nada que ver con la superioridad de uno sobre el otro, con el dominio  ni con otros aspectos “modernos” que nosotros solemos meter ahí.

Para evitar confusiones, en el v.3, el apóstol lo aclara con un ejemplo que no deja lugar a dudas. Pablo ilustra el principio de la autoridad afirmando que “Dios es cabeza de Cristo”, pero ..... pensemos un poco en esta frase: Cristo es la segunda persona de la trinidad y, por tanto, es Dios mismo, por lo que, siendo uno sólo, uno no puede ser en nada superior al otro.

Así pues, Pablo aclara con esta afirmación, que cuando hablamos de autoridad bíblica, no hablamos de posición, sino de función, de la misma forma que Cristo sometió sus funciones a la voluntad del Padre de forma voluntaria.

La aplicación personal de este principio la encontramos en Filipenses 2:5-7, “Haya, pues, en vosotros esta actitud que hubo también en Cristo Jesús, el cual, aunque existía en forma de Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse, sino que se despojó a sí mismo tomando forma de siervo, haciéndose semejante a los hombres.”, y aquí vemos que el principio de autoridad es un principio universal, para hombres y mujeres, no sólo para mujeres. Así pues, comprobamos que la autoridad no es un asunto de posición, dignidad o poder, sino de función.

En la Biblia se nos dice que Cristo es la cabeza de la Iglesia, y es en ese sometimiento voluntario donde hay salvación para el hombre. Si yo no me someto a la autoridad de Cristo, no alcanzaré la salvación. Si Cristo no se hubiera sometido al Padre, no habría redención para la humanidad, y de la misma forma, si la mujer no se somete al marido voluntariamente, la sociedad no podría existir según el modelo de Dios, tal y como Él la ha diseñado desde la creación del Mundo.

Por tanto concluimos que la mujer y el hombre son iguales en valor, reconocimiento y dignidad, y por tanto, la autoridad del hombre no será usada de forma despótica. Dios ha puesto roles distintos a cada uno. Por parte de la mujer, la sumisión debe ser voluntaria. Por su parte, el hombre no tiene derecho a abusar de su autoridad, si no que debe asumir esa autoridad como un rol, como una responsabilidad dada por Dios, tanto más cuanto sabemos que al final, el hombre tendrá que dar cuentas ante Dios de su forma de administrar esa autoridad. Así, en el seno de una familia cristiana, el hombre no abusa de su autoridad usándola con tiranía, sino que la usa para buscar el mayor bien de la familia, y la mujer se somete voluntariamente a esta autoridad con el mismo fin. Dios mismo quiso que esto fuera así (vers. 7, 8 y 9)

Hay quien, evita el problema de la autoridad, diciendo que como ahora estamos libres del pecado, en la libertad que tenemos en Cristo ya no se aplica este principio. El problema es que este principio de autoridad viene dado por Dios antes de que el pecado entrara en el mundo, allá en el huerto del Edén, cuando Dios creó al hombre y la mujer, por lo que su aplicación no depende de nuestra libertad del pecado que tenemos ahora por medio de Cristo.

3.- El problema de tener un principio universal y permanente, y de cómo conjugarlo con la realidad cultural del momento.

Entonces, ¿Recomendaremos a nuestras mujeres que vayan con la cabeza cubierta a la iglesia? Nuestra respuesta es que “No”, porque hoy en día este acto no tendría ninguna trascendencia, ni transmitiría ningún mensaje (más bien provocaría el efecto contrario, distrayendo a la gente de la adoración por ser un atuendo poco convencional). Entendemos que hoy en día no se escandalizaría nadie, ni se desestabilizaría o despistaría a la iglesia por el mero hecho de que una mujer no venga con la cabeza cubierta.

Sin embargo, los principios de fondo, el de evitar la distracción de la congregación durante la adoración a Dios, o el de la autoridad del hombre sobre la mujer, son vigentes hoy, aunque la forma práctica de demostrarlo expresada en esta epístola ya no sea vigente y haya quedado obsoleta. Pero debemos tener en cuenta que hay otras formas, más actuales, para mostrar estos principios universales de forma externa, a las cuales sí que debemos prestar atención.

Debemos entender por tanto que aquí hay principios permanentes y universales que son los que debemos hacer esfuerzos en seguir, pero la forma en la que pongamos estos principios en práctica depende del momento.

Debemos tener celo por el acto de adoración hasta el punto de que hagamos el mayor de los esfuerzos por no despistar a nuestros hermanos. Pensemos, ¿Es para nosotros la adoración un acto solemne y de suma importancia, o lo tomamos a la ligera? ¿Ponemos el posible despiste o escándalo de nuestro hermano débil por delante de nuestra propia libertad para vestir de la forma que quiera? ¿Qué imagen estoy dando? Recordemos que no todo conviene, no todo edifica, no debemos ser tropezadero para otros. Tenemos que ser sensibles.
Y surge otra pregunta más. Como hombres, ¿Nos sometemos voluntariamente al Señor? ¿Nos sometemos voluntariamente a las autoridades que Dios ha puesto por encima de nosotros? ¿Tomamos esa autoridad como algo que viene del Señor? ¿Es el propósito principal de nuestra vida el glorificar a Dios y a Su nombre también en este aspecto?

El asunto de la autoridad no es un asunto popular, sino que más bien es un asunto que nos rechina y tratamos de evitarlo, pero la autoridad aplicada según los principios morales de Dios no sólo es algo bueno, sino que es necesario para que el mundo funcione bien, según Su voluntad. Dios dio ejemplo por medio de Cristo, y también dejó a la Iglesia como ejemplo para la sociedad. ¿Somos nosotros ejemplos en el asunto de someternos a las autoridades puestas por Dios sobre nosotros?

Reflexión final: Tenemos que someternos al señor. Rindámonos a Él y en esa rendición estará nuestra victoria.

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