martes, 11 de noviembre de 2014

Estudio de Efesios 2:11-22. La unidad del cuerpo.

EFESIOS 2 : 11 – 22.

Tema: La unidad del Cuerpo.

Resumen:

            En la primera parte del capítulo 2 de Efesios hemos visto cómo TODOS estábamos viviendo según las corrientes del mundo conforme a la voluntad del diablo haciendo la voluntad de la carne y cómo debido a ello estábamos muertos en delitos y pecados. También vimos que según la misericordia de Dios para con nosotros y su gran amor, y a pesar de nuestra situación, nos ha dado VIDA y nos ha resucitado con Cristo.

            Al final y a modo de resumen nos dice que somos salvos por gracia por medio de la fe y que no podemos hacer nada nosotros porque es un don de Dios (uno mas de los dones que recibimos de Dios).

Lectura: Efesios 2 : 11 – 22.

Desglose:

            Es interesante recordar que esta carta esta escrita para gente que, a priori, son griegos o asiáticos: “los efésios”. Según las creencias del antiguo testamento, los que pertenecían al “pueblo elegido”, esto es los Judíos, les llamaban gentiles, o lo que es lo mismo separados de la salvación de Dios.

El circunloquio usado por Pablo: “la llamada circuncisión hecha con mano en la carne” hace referencia a los Judíos, pero poniendo de manifiesto aquello en lo que los judíos ponían el énfasis: pertenencia al pueblo y las señales externas que lo atestiguaban. Es interesante y a la vez clarificadora la traducción “Dios habla al hombre”: “Así pues, acordaos de lo que erais antes. No erais de la raza judía; y por eso los judíos, que circuncidan al hombre en el cuerpo y se llaman ellos mismos los circuncidados, os llaman los no circuncidados.”

            Pablo está tratando desde el principio de la carta de eliminar esta distancia entre los “judíos” y los “gentiles” y trata de hablar en todo momento de un hecho que se aplica sobre todos. ¿Qué versículos nos lo muestran?:

CAP 1
·         v10: “voluntad divina de reunir todas las cosas en Cristo”
·         v12-13: “(habla de nosotros). En El también vosotros fuisteis sellados con...”
·         v18: “alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado”
·         v22-23: Pone a todas las cosas bajo los pies de Cristo y a él lo pone por cabeza de TODA la Iglesia.

CAP 2
·         v1: “Y él os dio vida a vosotros”
·         v3: “... también nosotros vivimos en otro tiempo......y éramos por naturaleza hijos de ira.”
·         v5: “Aún estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida”.
·         v8: Entero

            En los versículos 11 y 12 de este segundo capítulo, Pablo aborda definitivamente ésta diferencia concluyendo en el versículo 13 con la afirmación “Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo”. Con esta frase, Pablo extingue las diferencias que todavía pudieran quedar entre judíos y gentiles de una forma definitiva.

En Romanos 2:28-29 leemos: “Porque no es judío el que lo es exteriormente, ni la circuncisión es la externa, en la carne; sino que es judío el que lo es interiormente, y la circuncisión es la del corazón, por el Espíritu, no por la letra; la alabanza del cual no procede de los hombres, sino de Dios.”. Esta es la idea que transmite aquí Pablo: “Todos somos iguales ante Dios”.

            Pero hay algunos matices que me parecen muy interesantes para entender la idea exacta del autor:

En primer lugar, nos muestra en el versículo 11 cómo la diferencia que habían impuesto “los de la circuncisión” era una diferencia basada en una señal hecha en la carne. Esto nos lleva a considerar lo fácil que sería aparentar ser uno de los “elegidos” sin serlo realmente.

Los profetas, los predicadores del N.T. como Estéban y aún Moisés mismo lo reconocieron. En  Lev.26:41 (LBA) “... o si su corazón incircunciso se humilla, y reconocen sus iniquidades” y aún más intensamente aparece en Dt.10:16: ”circuncidad pues el prepucio de vuestro corazón y no endurezcáis más vuestra cerviz”. (También en Dt 30:6, Jer 4:4, 6:10, 9:26 y Hch 7:51.)

Hoy sabemos que entre los que se llamaban “circuncisión”, esto es los judíos, había muchos que en su interior eran “incircuncisión” y no obtuvieron la salvación de Dios. Juan 1:11-13 lo refleja claramente: “A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron Pero a todos los que le recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios, es decir, a los que creen en su nombre, que no nacieron de sangre, ni de la voluntad de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino de Dios.”. Por esto es tan importante basar nuestra salvación, no en la pertenencia a un pueblo o a un grupo (por ejemplo la IBAO), no basarlo en señales externas y visibles (como ir al culto los domingos y participar de la santa cena, o ponerse un pez en la trasera del coche), sino en señales interiores a cada uno, como dice la escritura “Debemos circuncidar nuestro corazón”.

Para Dios, los que creen en Cristo, sean quienes sean, dejan de ser “incircuncisión”, por eso en el v. 11 usa el término “en otro tiempo”.

Ø  En segundo lugar, recalca el estado en el que se hallaban cuando estaban sin Cristo:

v  alejados de la ciudadanía de Israel” pero alejados de la ciudadanía real porque habían sido apartados de los judíos. Un gentil no podía entrar a formar parte del pueblo Judío.

v  y ajenos a los pactos de la promesa” que sólo son conocidos cuando perteneces al pueblo de Israel, por el acceso a las escrituras, la cuales transmitían el mensaje del evangelio de salvación.


            Concluye con una afirmación contundente: “sin esperanza y sin Dios en el mundo”. Este “sin Dios” es traducido de la palabra griega “azeoi" (azeoi) que da la misma raíz que la de “ateos”. Aquí mas que el hecho de “negar a Dios” trata de recalcar la postura de “ignorante” con respecto a Dios. Los griegos tenían muchos dioses, incluso tenían en Atenas un templo “AL DIOS NO CONOCIDO”, por si se dejaban alguno. El problema de los griegos es que no tenían al Dios verdadero. Esta postura de ignorancia de Dios es la que se remarca aquí.

El término “el mundo”, lo define Trenchard como el mundo en el que vagaban los gentiles, es el mundo en general, aquel tan interesante pero que es tan triste para aquellos que vagan por el “sin esperanza y sin Dios”. Es más, ya vimos quién es el príncipe de la potestad del aire, el gobernador de este mundo. ¿Qué podríamos hacer contra él sin Dios? Si estamos en este mundo sin Dios, claramente nos quedamos sin esperanzas de salir de él.

            Fijaros ahora en el contraste que marca el v.13, “ahora en Cristo Jesús, a los que estábamos lejos de la salvación se nos ha hecho cercanos”. Desde el punto de vista judío, no se podía ser salvo si no se pertenecía al pueblo elegido. Curiosamente durante la historia del Antiguo testamento aparecen varios personajes claves que no pertenecen al pueblo elegido. Por ejemplo Rut “la mohabita”, esposa de Mahlón (hijo de Elimelec y Noemí: israelitas). Ella dijo a Noemí “Tu pueblo será mi pueblo y tu Dios será mi Dios”. Después de viajar a Belén con su suegra, se terminó casando con Booz, que a su vez era hijo de Rahab (una ramera). Tanto Rahab como Rut son mencionadas en la genealogía de Cristo que se hace en Mateo 1 (v.5). “Salmón engendró, de Rahab, a Booz, Booz engendró, de Rut, a Obed, y Obed engendró a Isaí;”. Es decir que tampoco en el antiguo testamento la salvación (redención) estaba reservada al pueblo judío, pero al no tener acceso ni a los sagrados escritos, ni a la ley, la distancia era enorme y pocos eran capaces de llegar al conocimiento de Dios si no se pertenecía al pueblo elegido.

            Ahora, esa gran distancia que separaba a los gentiles del A.T. de la salvación, ha sido reducida por la sangre de Cristo (v13). Para salvarse en el A.T. hacía falta cumplir la ley mosaica (la ley de Dios), lo cual era imposible incluso para los propios israelitas. Todos recordamos la ley ritual en la que el sacerdote subía una vez tras otra para pedir perdón por los pecados del pueblo. Pues si era imposible para los Judíos que conocían la ley, ¿cuánto más no lo sería para los gentiles que ni siquiera tenían acceso a las sagradas escrituras?. La muerte de Cristo en la cruz abrió un nuevo camino DIRECTO al Padre. No eliminó lo que era válido, ya que la ley mosaica sigue vigente e igual de imposible de cumplir que en tiempos del A.T., pero dio una alternativa que era igual de asequible tanto para los “circuncisos” como para los “incircuncisos”. Por ello se dice que “Los que estaban lejos han sido hechos cercanos”. Por supuesto esto es hecho por la sangre de Cristo y, como indica al principio del versículo, “EN CRISTO JESÚS”.

            Cristo, cuando vino al mundo dijo: “La paz os dejo y mi paz os doy, y yo no os la doy como la da el mundo”. Aquí se nos recuerda que Jesús mismo es nuestra paz.  Si leyéramos el versículo con todo su énfasis (según el original) debería decir algo así como “Él solo, en su persona, es nuestra Paz”. Como prueba de este hecho, se ofrece la “reconciliación” de los dos pueblos en uno (v14) y la eliminación de la pared intermedia de separación.

La pared Intermedia: Probablemente hace referencia a la pared que separaba el patio de los gentiles del patio de los judíos en el Templo. En esta pared había una inscripción que advertía a los gentiles que la entrada en el patio de los judíos se castigaba con la muerte. Esta alusión nos muestra de forma gráfica lo importante que era este tema para los judíos, aunque en este contexto, realmente se refiere a “la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas”. (Pablo-judío y  Trófimo-gentil Hch.21:28-36)

Ahora con Cristo ya no hay distinción. Se han abolido “en su carne” las enemistades, también tenemos alternativa a la ley, como ya hemos indicado antes. Ahora somos “nuevos hombres haciendo la paz”. ¡¡¡ Que expresión mas bonita para describir a los creyentes !!!.

            No solo ha hecho iguales a judíos y gentiles, sino que los ha hecho “un solo cuerpo”: El cuerpo de Cristo à La iglesia. Fijaros que la cruz de Cristo nos ha hecho iguales a todos “matando en ella las enemistades”. Por supuesto se refiere a las enemistades entre judíos y gentiles, es decir entre lo que ahora llamaríamos “creyentes” y “no creyentes”. Las disputas entre creyentes ni se tienen en cuenta ya que son totalmente anormales (recordemos el amor entre los creyentes del que hablamos en el v.15). Entre los miembros de un mismo cuerpo no puede haber enemistad, y esta frase subraya el hecho de que no hay otro organismo sino la iglesia en el que exista una unión tan perfecta y compenetrada entre los miembros a pesar de su diversa condición y procedencia. En 1Co 10:17 se nos dice (LBA) “Puesto que el pan es uno, nosotros, que somos muchos, somos un cuerpo; pues todos participamos de aquel mismo pan”.

v  En los versículos 17 y 18 finaliza la equiparación de los judíos y gentiles. En primer lugar (v17) se nos dice que Dios vino y anunció el evangelio para que TODOS lo escucharan (los que estaban lejos y los que estaban cerca). La venida de Jesús a la tierra trajo verdadera Paz, tal y como anunció el ángel en Lucas 2:14, y a la postre su evangelio es conocido como “las buenas nuevas de paz”.
v  En segundo lugar (v18) habla de esa señal interior auténtica que es la que realmente da la entrada al padre y de la que se nos habló ya en el capítulo 1:13-14: El Espíritu. Esta es la parte “práctica” dentro de toda esta teoría. El Espíritu es como la entrada al cielo: el que lo posee, puede presentarse ante el Padre y entrar; el que no lo posee, no entrará jamás. Por otro lado, si no fuera porque el Espíritu “nos da testimonio del padre” a nosotros mientras que estamos en este mundo, nuestra fe sería tan vacía como todas esas creencias sectarias que discurren por el mundo.
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            Para terminar se explica a los gentiles lo que YA son en Cristo por medio del Espíritu:

·         No son ni extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios”. Como ya hemos visto, en el A.T. el pueblo elegido consideraba como miembros de la familia de Dios o “conciudadanos israelitas” sólo a los descendientes de Israelitas. Por tanto los gentiles estaban destituidos de esta posición. Ahora ya no son más considerados así, sino que se les ha incluido en la familia de Dios, pertenecen a la patria preparada por Dios para todos los que le aman. (Heb 11:8-10, 13-16; Fil 3:20).
·         Ahora son “Edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo”. Ahora ya pueden basarse en el fundamento de los apóstoles y profetas, lo cual es una forma retórica, típica hebrea, de referirse a la enseñanza bíblica (A.T. y N.T.), sin olvidarnos que lo principal de todo es Cristo. Recordemos Is.28:16 (LBA): “Por tanto, así dice el Señor Dios: He aquí, pongo por  fundamento en Sión una piedra, una piedra probada, angular, preciosa, fundamental, bien colocada. El que crea [en ella] no será perturbado". Recordemos también 1Cor 3:11 (LBA) “Pues nadie puede poner otro  fundamento que el que ya está puesto, el cual es Jesucristo”. El fundamento de los apóstoles y profetas no es otro que Jesucristo, su vida y su muerte redentora en la cruz. Los cristianos vienen a ser como las piedras, los ladrillos, que forman este edificio, que es el cuerpo de Cristo. 1Pe.2:4-5 (LBA) “Y viniendo a El como a una piedra viva, desechada por los hombres, pero escogida y preciosa delante de Dios, también vosotros, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual para un sacerdocio santo...”.
·         También se les advierte de que “en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo” para ser un templo santo en el Señor. La traducción literal aquí es “en quien cada edificio, adaptado al conjunto, va creciendo...”. La idea viene a ser como una gran construcción compuesta de varios edificios, como el Palacio de la Moncloa o el Escorial. Pequeñas edificaciones que juntas forman un gran edificio.
·         Por último son considerados ya como “pueblo escogido” recordándoles que, cada pequeña edificación, cada miembro, es morada de Dios en el espíritu y que deben edificarse mutuamente para este fin. El término “vosotros también” recuerda a los gentiles, de acuerdo con el enfoque de toda la epístola, que ellos también participan plenamente de esta inmensa bendición.


Ya para concluir me gustaría que meditáramos esta semana un poco en el estado anterior de los gentiles descrito en los v.11-18 con respecto a los judíos y en cómo ha sido derribada “la pared intermedia de separación” por la Obra de Cristo.

Estudio de Efesios 2:1-10. Salvados por gracia.

EFESIOS 2 : 1 – 10.

Tema: Salvados Por Gracia.

Resumen:

            Durante el primer capitulo el apóstol nos ha mostrado aquellas bendiciones espirituales que tenemos en Cristo:

·         Nos escogió antes de la fundación del mundo para ser hechos santos y sin mancha delante de el (v4).
·         Nos predestinó para ser adoptados hijos suyos (v5).
·         Redención y perdón de pecados por la sangre de Jesucristo (v7).
·         Sabiduría e inteligencia para conocer el misterio de su voluntad (v8).
·         La herencia que tenemos en El (v11).
·         El sello de la promesa que es el Espíritu Santo (v14).

... y todo esto se hace en los lugares celestiales en Cristo, por gracia de Dios y para la alabanza de la gloria de su nombre.

Después de esto, Pablo ora por los Efésios recordando su fe y su amor los unos para con los otros y vuelve a poner de manifiesto que los creyentes deben tener claro la grandeza de Dios para con nosotros según la operación del Poder de Dios.

Ahora Pablo nos va a seguir mostrando lo que somos “en Cristo” exponiendo lo que, para mi, es lo más maravilloso de su obra en nosotros: La salvación por gracia.

Lectura: Efesios 2 : 1 – 10.

Desglose:

            Pablo ahora se va a encargar de hablar de nuestra salvación por la gracia de Dios y lo hace en 3 fases: a) Lo que éramos en el pasado, b) lo que somos en el presente y c) lo que seremos en el futuro.

a)    Lo que éramos en el pasado (v1-3): “Y vosotros estabais muertos en vuestros delitos y pecados, pero Dios nos dio vida por Cristo”. Este contraste entre lo que éramos y lo que recibimos es lo que pone de manifiesto este pasaje. En el original griego el capítulo 2 de Efesios empieza con una construcción incompleta “y vosotros que estabais muertos en delitos y pecados...” los versículos 2 y 3 estarían como una aclaración, como entre paréntesis retomando el tema en el versículo 4.

Suponiendo que tenemos suficientemente claro lo que significa que estamos muertos en delitos y pecados y no necesitáramos aclaración, la frase diría: “Y vosotros estabais muertos en vuestros delitos y pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo,....”.
Pero .... ¿Y si no lo tuviéramos claro?. Pablo explica que el estar muerto en nuestros delitos y pecados es “seguir las corrientes de este mundo conforme al príncipe de la potestad del aire”. ¿Podríais decirme quién es el príncipe de la potestad del aire? (Satanás). Muchas veces hablamos de lo bandida que es la gente, o lo deplorable de algunas acciones que vemos en los telediarios, reconocemos claramente que sobre la sociedad del mundo esta operando un espíritu demoniaco. Es algo que todo el mundo ve y reconoce: ETA, Skin-Heads, violencia por todas partes (de género, en el futbol, en el cine, etc...), guerras, asesinatos, hambre,.... Como demostración, hay un informativo que se llama Sucedió en Madrid, y que a diario sacan sucesos ocurridos en nuestra comunidad autónoma. Todos los días llenan un programa de 1 hora o más a base de: la madre que mata a su hijo, el abuelo desconsolado que se suicida, el hijo que mata a sus padres y hermanas y luego se suicida, el que saca la escopeta del abuelo y se cepilla a medio barrio, etc...

Todos los que somos “normales” nos sentimos tentados a pensar “¡ Que mala, malísima, es esa gente!”, pero no nos damos cuenta de que ese mismo demonio que habita en ellos es el que habitó en nosotros mismos en otro tiempo. También nosotros fuimos hijos de desobediencia y de ira, lo mismo que los demás. Se nos dice que “anduvimos en delitos y pecados en otro tiempo siguiendo las corrientes del mundo”. ¿Matamos a alguien? Probablemente no, pero mentimos, estafamos, desobedecimos a Dios, etc...

Esta foto nos muestra lo que éramos sin Cristo. No deberíamos olvidar de donde venimos. Esto nos ayudará a amar a los demás. También me gustaría recalcar que el tiempo “pretérito” indica algo que pertenece al pasado y no al presente. Es decir que si somos auténticos convertidos a Cristo, no debemos “andar” como lo hace la sociedad (que en definitiva es el resto del mundo). No debemos ser tan tolerantes que nos volvamos como ellos, porque nosotros somos diferentes, ya no andamos en los delitos y pecados siguiendo las corrientes del mundo. Ya no satisfacemos los deseos de la carne y de los pensamientos sin antes meditar si con ello desobedecemos a Dios.

¿Por qué Pablo empieza hablando en 3ª persona (“vuestros delitos y pecados”) para hablar en el v.3 en 1ª (“todos nosotros vivimos en otro tiempo en ....”)?.

El hablar en 3ª persona es un recurso muy útil cuando se quiere enseñar o aclarar algo que, el que lo explica, tiene muy claro pero el que escucha no. Quizá aquellos que habéis tenido niños me entendáis mejor. Al incluirse después él mismo, da a entender que todos hemos pasado por ahí tanto los “judíos” como los “gentiles”, tanto los de la “circuncisión” como los de la “incircuncisión”. TODOS HAN PASADO POR AHÍ.

Hay que destacar también que los hombres, por naturaleza, son “hijos de ira”. No existe nadie que por naturaleza sea bueno (el hombre natural no busca a Dios - 1Co 2:14 “Pero el hombre natural no acepta las cosas del Espíritu de Dios, porque para él son necedad; y no las puede entender, porque se disciernen espiritualmente.”), solo la obra del Espíritu de Dios en nosotros puede hacer que seamos dignos de algo mejor que la muerte. Este es un hecho que debemos comprender, entender y asimilar. Es importantísimo que el hombre entienda lo que realmente es, porque de esta forma se dará cuenta de lo que Dios le ofrece.

b)  Lo que somos en el Presente (v4-6): Y vosotros estabais muertos en vuestros delitos y pecados, pero Dios nos dio vida por Cristo”. En el versículo 4 vemos la frase que algunas traducciones han copiado al principio del capítulo. La razón para ello es que se tuviera presente el contraste que nos presenta el autor, pero se copió en 3ª persona para mantener el contexto original del párrafo, aunque en realidad es algo que debemos entender tal y como se nos muestra aquí. “Dios, estando nosotros muertos en delitos y pecados, nos dio vida juntamente con Cristo

Una vez mas Pablo insiste en que la misericordia de Dios y el gran Amor del Señor hacia nosotros es lo único que nos hace merecedores de tan alto don.

Pablo hace referencia por tercera vez en la carta a “los lugares celestiales en Cristo”. El Señor nos resucitó (nos dio herencia) y nos ha hecho sentar con Cristo.

No se si recordáis el último estudio, en el que exaltábamos las excelencias de Jesucristo y veíamos como Dios aplicó el poder de su fuerza en Cristo “resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales, sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra

Éste es el lugar que nos corresponde, el lugar donde Dios nos ha colocado con Cristo: “sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra”.

Aún hay una cosa que me gustaría centrar. ¿Quién es el beneficiario de estos maravillosos dones? Aquellos que se hallaron en otro tiempo muertos en delitos y pecados. Cuando vemos a “los malos malísimos” del mundo mundial, no podemos saber si ellos también están contados entre los elegidos por Dios.

Nosotros hemos sido elegidos. Lo único que tenemos que hacer nosotros, es “hacer nuestros todos estos beneficios y todos estos dones”. Ya han sido ofrecidos a nosotros. ¿Por qué no los cogemos? ¿Por qué estamos empeñados en continuar siguiendo al mundo?.

c)  Lo que seremos en el futuro (v7-8 o 10): Como ya sabemos, la iglesia en la tierra debe dar UN testimonio. En este punto del pasaje, Pablo nos dice que “debemos mostrar en los siglos venideros las riquezas de la gracia de Dios y su bondad”. ¿A que se refiere Pablo con los siglos venideros?. En el v.2 se nos dice “... siguiendo la corriente de este mundo” o en otras traducciones: “... siguiendo el curso de este mundo.”. Lo que aquí se traduce por “curso” o “corriente”, es la palabra griega “aion” (aion) que literalmente es “siglo”. Pablo esta diciendo “... siguiendo el siglo de este mundo”. Esta explicación nos ayuda a ver que el pecador anda en los dominios del diablo durante el curso de este periodo de tiempo caracterizado por las actividades de Satanás. Ahora habla de los “siglos” venideros, es decir de este tiempo, que es “distinto” al que vivimos cuando estamos dominados por Satanás y que ha de venir después de haber sido salvos. Y es en este futuro cuando el Señor tendrá a los santos por objeto de su gracia por los siglos de los siglos.

LA SALVACIÓN

De todos los términos que aparecen en la Biblia para ilustrar la obra de Dios para con nosotros, la salvación es el mas amplio. Pablo nos ha descrito el estado de perdición espiritual del hombre natural en los v 1-3, pero ahora, dirigiéndose a los creyentes, puede declarar “Por gracia sois salvos”. No caben dudas respecto a lo que ya somos. Es una obra completa y finalizada ya que nos hallamos en Cristo por fe.

El amor de Dios hacia nosotros le impulsa a proveer de una salvación completa para el hombre perdido. Esta salvación empezó, como ya vimos en el capítulo 1 con la predestinación de aquellos que habrían de ser salvos. Esto, además es hecho por gracia (sin pedir precio alguno), y se aplica sobre los creyentes según el poder de Dios. Pero la fe del creyente debe responder con humildad a la gracia de Dios. Si la Palabra de Dios se hubiera quedado aquí, podríamos afirmar que lo que el creyente pone de su parte es la FE. Pero lejos de dejar que creamos que el hombre tiene algún mérito, lejos de permitir que hagamos nuestro cualquier resquicio que nos permita afirmar que en la obra salvadora de Dios el hombre aporta algo, Dios afirma de forma contundente: “...y esto no de vosotros, pues es don de Dios. No por obras para que nadie se gloríe

Es decir, cualquier obra que el hombre pueda pensar que le hace valedor de la salvación queda anulada, incluso la fe que puso para creer en Dios. Pues TODO ES DADO POR DIOS A LOS CREYENTES (Filipenses 2:12-13 “Así que, amados míos, tal como siempre habéis obedecido, no sólo en mi presencia, sino ahora mucho más en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor; porque Dios es quien obra en vosotros tanto el querer como el hacer, para su beneplácito.”

¿Quiere decir esto que las obras carecen totalmente de importancia? Existe una gran confusión en torno a la fe y las obras y la salvación, pero esta confusión es debida a una lectura muy superficial de la Biblia. Si entendemos bien el mensaje que se nos da, las obras son importantes en tanto en cuanto son preparadas por Dios para nosotros. Esto no quiere decir que podemos obtener la salvación a base de obras y por méritos propios. Las obras antes de la salvación no valen de nada (Todos nosotros somos como el inmundo, y como trapo de inmundicia todas nuestras obras justas; todos nos marchitamos como una hoja, y nuestras iniquidades, como el viento, nos arrastran. Y no hay quien invoque tu nombre, quien se despierte para asirse de ti; porque has escondido tu rostro de nosotros y nos has entregado al poder de nuestras iniquidades.” – Isaías 64:6-7), pero una vez que hemos obtenido la salvación por medio de la fe, las obras no solo son importantes sino que son necesarias. Como dice Santiago “muéstrame tu fe sin obras y yo te mostraré mi fe a través de mis obras”.

Dios prepara obras para que los conversos, sus hijos adoptivos, anden en ellas. Cuando somos capaces de identificar lo que Dios quiere que hagamos y lo hacemos con humildad, es entonces cuando nuestras obras adquieren valor, y si no lo hacemos, Dios nos pedirá cuentas por ellas. Pero esto no tiene nada que ver con la salvación del pecador.

 Por eso hemos de diferenciar muy bien entre “nuestras obras de justicia que son como trapos de inmundicia” y “las buenas obras que Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas”.

Lo importante aquí es que las obras que hacemos y que nos conducen a la salvación no son mérito nuestro, sino que son un don, una dádiva, un regalo de Dios para aquellos que Él mismo predestino antes de la fundación del mundo. Así nadie puede gloriarse o jactarse ante otros.


Resumen:

            Pablo nos da dos afirmaciones en este capítulo que deberíamos grabar en nuestros corazones. Deberíamos aprender de memoria estos versículos para tenerlos siempre con nosotros. Son:

v.4-5 “Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos)”.
“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros pues es don de Dios; no por obras para que nadie se gloríe”.


Recordad siempre lo que éramos antes de conocer a Cristo y lo que somos ahora y no desperdiciemos la dádiva de Dios. Hagámosla nuestra y esforcémonos en aplicar todo nuestro empeño para andar sobre las obras que son del Señor, que son muchas y están a nuestro alrededor, en la calle, en la ciudad, e incluso aquí, dentro de la iglesia.

Estudio de Efesios 1:15-23. La primera oración de Pablo por los Efesios.

Efésios, 1 : 15 – 23.

TEMA: La Primera Oración de Pablo.

Lectura: Efésios,1:15-23.

Introducción:


Después de habernos llevado desde la predestinación en la eternidad pasada hasta la culminación de la redención en la eternidad futura Pablo hace una oración hacia los creyentes de la zona de Éfeso. Es de destacar que Pablo, después de mostrarnos el “misterio revelado”, se preocupa de la salud espiritual de la congregación. Es más, se diría que sólo una persona que ha comprendido y ha hecho suyo el “misterio revelado” por Dios es capaz de orar de esta forma.

Desglose:


Pablo empieza su oración enlazando con todo lo expuesto hasta ahora. Comienza con un “Por esta causa, también yo, ....”. Este inicio se podría traducir también por: “Por esto...” (NVI) o “ Por lo cual, también yo, .... no ceso de dar gracias por causa de vosotros.”, termina. Aquí Pablo reconoce la obra de Dios sobre los Efésios. Pablo, conocía muy bien a los Efésios porque había estado personalmente en Éfeso, pero habían pasado muchos años desde entonces, de modo que Pablo, con toda probabilidad, hace estas afirmaciones en base a noticias que ha recibido recientemente. ¡Que importante es que se mantenga la fe, la absoluta confianza en el Señor Jesús, según van pasando los años! y ¡Que importante es que permanezca el amor para con todos los santos!.

La constancia en los creyentes de Éfeso despierta la gratitud de Pablo, a causa de la cual obtenemos esta brillante exposición inicial de las bendiciones espirituales que tenemos “en Cristo”. Los propios creyentes agradecen la obra del Señor en otros creyentes (como hace Pablo)......... y esto da gloria a Dios. Pero además Pablo recuerda de forma específica delante de Dios tanto las necesidades como a los propios creyentes: “haciendo memoria de vosotros en mis oraciones” (v16)

Fijaos que los cristianos oramos frecuentemente por los que no han aceptado a Cristo, pero, este pasaje nos enseña que nunca debemos olvidar orar tanto por las personas después de salvas, como lo que oramos por su salvación.

La petición de Pablo hacia los creyentes de Éfeso es el “espíritu de sabiduría y revelación”. Este “espíritu” en minúscula sin duda es el resultado de la obra divina en nosotros, por medio del Espíritu Santo (con mayúscula). Pablo no acostumbra a pedir en sus oraciones por bienes materiales, probablemente piensa que hay cosas mas importantes por las que pedir y se centra en los bienes espirituales, ya que estos constituyen el fundamento de todo lo demás.

El hecho de resaltar a Dios como Dios de Jesucristo, no se hace para restar deidad al hijo, sino para exaltar las virtudes de Jesús humanado, del “Hijo del Hombre”, del “siervo de Jehová”, del “Mediador”, que reconoce y obedece al Padre. Y fijándonos en que es “Dios de Jesucristo” y en lo que hizo con Él, también nos hace pensar en el Poder de Dios.

Mantengamos esta idea del poder de Dios en nuestras mentes mientras continuamos.

Es conveniente tratar las dos partes de la petición juntas para no perder el contexto general de la oración. La posibilidad de poseer el espíritu de sabiduría depende de la revelación que vamos recibiendo de Dios. Estas revelaciones las hace el Señor a través de su palabra y por la obra del Espíritu Santo.

Vemos que la petición de Pablo se centra en un tema que nos lleva al conocimiento de El. Y este conocimiento, según el original epignosis (epignwsiz), lleva un prefijo enfático que hace referencia a un conocimiento experimental pleno, en contraste con el conocimiento habitual: gnosis (gnwsiz).

En la NVI leemos: “Pido que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el padre glorioso, les dé el espíritu de sabiduría y revelación, para que lo conozcan mejor.”. Vemos, que aunque los Efésios son “ejemplares” en cuanto a la fe que profesan, y aunque Pablo exalta el amor que hay entre ellos, aún pide por mejor conocimiento. No necesariamente tiene que ser un mayor conocimiento, sino más bien un mejor conocimiento, un conocimiento pleno, ¿Y nosotros? Si Pablo pide mejor conocimiento para los ejemplares Efésios ¡¡Cuánto más nosotros que hacemos rencillas y discusiones por tonterías, tonterías  que hacen que nos olvidemos de lo realmente importante!! ¡¡Cuánto más no deberíamos orar los unos por los otros como un cuerpo en Cristo para aumentar nuestro amor fraternal y nuestro conocimiento de Dios, para ser unánimes en las decisiones!!. En la Biblia obtenemos enseñanzas que debemos aplicar a nuestras vidas, pero no “a partir de mañana”, como si fuera un régimen, no “en la iglesia”, como si se tratara de algo exclusivo para el domingo por la mañana. Debemos aplicarlo desde ahora mismo, y en todo lugar, tanto en la iglesia como fuera de ella.

En Gálatas 5:19 a 21 se nos da una lista de manifestaciones de las obras de la carne. Entre otras aparecen: “enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, envidias, ....” Siento mucho deciros que cuando miro a mi alrededor, veo contiendas, disensiones, iras, enemistades y todas estas obras de la carne, y las veo en abundancia. Pablo reprende a los Gálatas diciéndoles lo siguiente acerca de las obras de la carne: “acerca de las cuales (las obras de la carne) yo os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.

Yo os exhorto a meditar en esto y a orar por “epignosis”, por un conocimiento pleno de Dios  y no quedarnos solo en “gnosis”. En Santiago 3:13 leemos “¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre. Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad; porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica. Porque, donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa. Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía. Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz.”

¿Cuántos no sabían esto que acabo de leer? Da igual. A partir de hoy lo sabemos todos. Apliquémoslo y oremos para que seamos capaces de aplicarlo en nuestras vidas.

Y recordad: “Si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda.” (Mt 5:23 – 24).

Volviendo al texto de Efesios, Pablo esta pidiendo por un conocimiento pleno para los Efésios “alumbrando los ojos de vuestro entendimiento”. En la NVI encontramos “alumbrando los ojos de vuestro corazón.” En las Sagradas Escrituras el “corazón” representa el “hombre interior”. El mismo señor señaló al corazón como el centro activo de la vida interior del hombre. Recordemos el texto de Marcos 7:20 – 23 “ Pero decía (Jesús), que lo que del hombre sale, eso contamina al hombre. Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia, la insensatez. Todas estas maldades de dentro salen, y contaminan al hombre”.

Trenchard habla así de este pasaje: “El nuevo nacimiento transforma el “corazón” de modo que Pablo puede valerse de la figura, hermosa y atrevida  a la vez, de “los hojos de vuestro corazón”. Este hombre interior puede ver, pero, para ver bien, necesita de la iluminación del Espíritu Santo de Dios, que le capacitará para distinguir entre lo espiritual y lo carnal.

Y... ¿Para qué pide Pablo entendimiento? Para que comprendiesen claramente tres aspectos de las bendiciones que habían recibido en Cristo:

a)    “saber cual es la esperanza a que él os ha llamado”. Según lo visto en la primera parte, el creyente entra a formar parte de la maravillosa herencia de Dios, sellada para la redención completa cuando venga. En Ro 8:24 vemos: “Porque en esperanza fuimos salvos; pero la esperanza que se ve, no es esperanza; porque lo que alguno ve, ¿a que esperarlo?”. Por tanto tenemos esperanza en lo que no vemos, pero sí que sabemos cuál es según las numerosas referencias que se hacen en la Palabra. Tenemos la certeza absoluta del bien futuro.

b)    En segundo lugar, “saber cuáles son las riquezas de la gloria de su herencia”. El Señor nos ha comprado con la sangre de Jesús, y esto nos da derecho a ser hijos adoptivos suyos y a recibir, por tanto, la herencia “en Cristo”.

c)    Por último, “para conocer la magnitud del poder de Dios”. ¿Recordáis cuando al principio hablábamos de que Dios era “Padre de Jesucristo” y esto nos hacía reflexionar en cuanto al poder de Dios? Pues ahora podemos comprender la grandeza de su poder gracias a las bendiciones espirituales que recibimos de lo alto. Esta fuerza es la que ha conseguido que unos sencillos galileos, reunidos en un pequeño habitáculo el día de pentecostés, se hayan convertido en los instrumentos que habían de fundar un Reino espiritual, el único duradero, que presenciaría el colapso del imperio romano y persistiría mucho después de su desaparición. Este es el poder de Dios.

A partir de aquí, la oración se transforma en una exaltación de Cristo. Deberíamos distinguir esta parte de aquella que vimos en el versículo 10. En aquel versículo, veíamos cómo todas las cosas han de ser reunidas, encabezadas y coordinadas bajo el señorío de Cristo, es decir, indica la revelación, a través de la sabiduría e inteligencia dada como bien espiritual por Dios a los creyentes, de la posición de Cristo en el futuro, pero en estos 4 versículos que faltan, Pablo observa la posición actual de Cristo como resultado de su resurrección y su exaltación a la diestra de Dios. En relación con este señorío, Pablo usa el término iglesia por primera vez en la carta describiendo al conjunto de los redimidos, comprados como heredad del Señor.

En la exaltación de Cristo por el poder de Dios vemos 3 partes importantes:

1.            Cristo a la diestra de Dios. Sabemos que los judíos, valiéndose de los romanos, dieron muerte a Cristo. Ellos pensaban que eran poderosos, porque podían decidir sobre el futuro de algunas personas, pero el que auténticamente tiene poder, Dios, le concedió a Cristo el triunfo máximo sobre la muerte, y lo constituyo fuente de vida para todo creyente. En Hch 2:36 leemos de Pedro: “A este Jesús que vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo”.

En el antiguo testamento se pone la salida del pueblo de Israel de Egipto como ejemplo de poder de Dios y en particular la travesía del mar Rojo, pero en este caso el ejemplo de poder es mucho mayor. Recordemos que el poder que resucitó a Cristo de los muertos está a nuestra disposición.

2.            El dominio de Cristo sobre toda jerarquía tanto humana como no humana. En la Biblia encontramos que las clases celestiales, tanto las buenas como las caídas, se encuentran jerarquizadas. (Efe. 3.10, Rom 8:38, 1Pe 3.22, Col 3.16, conf.  Ef 6.12). Lo importante de aquí es que Cristo ha sido exaltado sobre toda autoridad y sobre todo estatuto, no solo en este siglo sino en el venidero. Todas las cosas han sido sujetas bajo sus pies, y su nombre esta por encima de cualquier otro nombre. Recordemos Fil 2:9 – 10: “Dios le ensalzó hasta lo sumo, y le dio el Nombre que es sobre todo nombre...”. Me gustaría recordaros que bíblicamente hablando, el nombre es mas que una mera etiqueta de identificación, es una expresión de la plenitud de la personalidad de cada uno y la virtud de su actuación. Esta realidad existe ahora y continuará por los siglos de los siglos.

3.            Por último nos encontramos los conceptos que afectan a la Iglesia: Cristo es su cabeza y la Iglesia debe ser Cuerpo y plenitud de Cristo.

El término Iglesia (ekklesia) se traduce literalmente por “un grupo llamado fuera” y los griegos lo aplicaban a sus asambleas consultivas, es por esto que frecuentemente se traduce por “asamblea”. Actualmente Iglesia, tal y como lo entendemos los cristianos, se puede entender desde dos perspectivas: “Iglesia Universal”: aquella que es la totalidad de los creyentes unidos con Cristo por la fe, e “Iglesia Local”: aquella que es la reunión de los verdaderos creyentes en algún lugar a los efectos de adoración, comunión y testimonio. La Iglesia Local debe ser un testimonio de la Universal y es la única iglesia visible.

Dios ha dado a Cristo por cabeza de la Iglesia como un don a ésta. Este don es importante ya que es origen de cualquier otro don que se nos pueda conceder. La posición de Cristo como cabeza de la Iglesia es algo que se debe ver en la Iglesia Local (por pequeña que esta sea). No es suficiente con colocar un cartel o letrero en la pared diciendo “Jesucristo es el Señor”, sino que hay que demostrarlo en la práctica de nuestras vidas. Debemos ser sumisos a la voluntad revelada de Dios y poner a Cristo en el lugar que se merece en nuestras vidas. Debemos ser coherentes entre lo que creemos, lo que predicamos con la boca y lo que predicamos con el ejemplo.

Por último destaca Pablo en su oración que la Iglesia debe ser el cuerpo y plenitud de Cristo. En distintas referencias bíblicas encontramos a la iglesia como un cuerpo en el cual hay miembros que deben estar organizados, regidos y dirigidos por una cabeza superior que haga de este cuerpo algo útil.

Dios ha hecho su parte poniendo a Cristo en el lugar que merece. Dios no nos ha despreciado, aunque nos lo merecemos, pero sin embargo nosotros nos dedicamos a despreciarle a El sin que se lo merezca.

La última cláusula es una alegoría a la grandeza del propio Cristo: “Él todo lo llena en todo”. Quizá en negativa se entienda mejor: “No hay nada que no sea llenado por Cristo o que pueda contener a Cristo”.


Pensad, durante la semana en las bendiciones que tenemos en Cristo y en como las administramos. Pensad lo que Dios quiere de nosotros y pensad si estamos siendo consecuentes con lo que creemos. No me gustaría mirar a mi alrededor y darme cuenta de que somos una iglesia llena de “siervos injustos”, que hemos recibido el perdón de la deuda mas grande que nos podamos imaginar y no somos capaces de dar un mínimo perdón. Oremos por ello.

Estudio de Efesios 1:13-14. Las Bendiciones Espirituales que recibimos del Señor (III).

Efésios, 1 : 13 – 14.

TEMA: Las Bendiciones Espirituales que recibimos del Señor (III).

Introducción:


En este domingo vamos a terminar con el tema de las bendiciones espirituales. A modo de resumen ¿Qué cosas se os ocurren que podemos destacar? O mejor ¿que hemos aprendido?

Se debe mencionar lo siguiente:

1.            La epístola a los Efésios fue escrita por Pablo en torno al año 60 en su prisión en Roma, probablemente fue llevada a Efeso por Tíquico y se trata de una especie de encíclica donde destaca “lo que el creyente ES” en Cristo (Caps. 1 – 3) y “lo que debe hacer” puesto que esta en Cristo (Caps. 4 – 6).
2.            Pablo hace la voluntad de Dios.
3.            La carta va dirigida a aquellos que están “en Cristo”, no a una iglesia en concreto. O sea, en términos amplios podemos aplicarla directamente a nosotros.
4.            Los creyentes somos beneficiados con toda bendición espiritual.
5.            Somos escogidos y adoptados hijos suyos por la voluntad de Dios y por su gracia.
6.            En Cristo tenemos redención de pecados por su Sangre.
7.            Dios nos revela su propósito dándonos sabiduría e inteligencia.
8.            Hemos sido predestinados, en Jesús, para que tengamos herencia.
9.            Debemos alabar la gloria de Dios.
10.         Pablo se identifica con el Pueblo escogido.

Y mas cosas que vamos a ver hoy....

Si es el Señor (“Dios Padre”) quién nos ha escogido según su voluntad para que seamos redimidos por Jesucristo (“Dios Hijo”), es el Espíritu Santo (“Dios Espíritu”) el que nos sella en esta alianza.

Lectura: Efésios,1:3-14.

Desglose (3ª Parte: Ef, 1:12 – 14): El Espíritu Santo Nos Sella.


Empezaremos el análisis de esta tercera y última parte con el detalle que os apuntaba el estudio pasado: Pablo, en el versículo 12 se identifica con “los que primeramente esperábamos en Cristo”, es decir con el Pueblo elegido. Esta frase en 1ª persona del plural contrasta directamente con la siguiente frase que se construye en 2ª persona del plural, es decir con vosotros: “En él también vosotros, ....”. Y es precisamente este “también” el que enlaza los personajes de ambas frases. En el primer caso era el pueblo elegido, y en el segundo son los gentiles, pero “también vosotros...” (los gentiles) “...fuisteis sellados con el espíritu de la promesa” nos dice el versículo 13.

Y vamos a fijarnos que, en este versículo, Pablo esta enumerando muy claramente los pasos que han debido seguir los gentiles para formar parte del pacto que inicialmente Dios hizo sólo con Israel:

Lo primero que los gentiles han de hacer es “oír la palabra de verdad,” que es “el evangélio de vuestra salvación”. la palabra misma dice en Rom 10:14 y 17: “¿Cómo, pues, invocarán a aquel en quien no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? ... Así que la fe viene por el oír y el oír por la palabra de Dios”. Para Pablo los conceptos de oir la palabra de Dios y de que haya alguien predicándola van unidos. Y yo me pregunto.... Si debe haber alguien que la predique, ... ¿Quién es ese alguien?.

Efectivamente, somos nosotros mismos, los que ya participamos de nuestra herencia en Cristo, los que debemos hablar el evangelio a los gentiles. Y ¿quiénes son “los gentiles” para nosotros?: pues nuestros vecinos, nuestros amigos, nuestros familiares inconversos. Nosotros tenemos una responsabilidad con esto. Y recordemos que no solo se predica con la boca, también se predica con el ejemplo, con las actitudes, etc, etc.

la fe viene por el oír”, y es a través de este oír la palabra por lo que “el evangelio de salvación” llega a los gentiles y por lo que la gente se salva.

El segundo paso, debe ser creer en ese evangelio predicado. El evangelio es Cristo y Cristo es el evangelio, por lo que aquí el énfasis está en que se debe creer en Cristo y en su obra. Y el hecho de que se debe creer en Cristo como paso previo a la salvación también lo vemos respaldado a lo largo de toda la escritura, pero quizá hay un versículo clave, que nos gusta mucho a los evangélicos y que hacemos nuestro rápidamente, que muestra esto con gran precisión. ¿Alguien sabe de qué versículo estoy hablando?. Efectivamente es Jn.3:16. ¿Quién puede recitármelo?.

Pues bien, el hecho de creer en Cristo, después de haber oído su evangelio es necesario para que suceda el tercer paso, es decir, el ser “sellados con el Espíritu Santo de la promesa”.

El Espíritu Santo mismo es el sello, y ¿qué es un sello?.

Un sello (de cera) se utilizaba para cerrar cartas o paquetes y asegurarse de que llegaban intactos al destino. Otra acepción puede ser el sello que se estampaba al final de un documento oficial y que sirve de símbolo de autenticidad del autor del mismo. Y por último tenemos la acepción bíblica que encontramos en el Apocalipsis. Los sellos cerraban los “rollos” de forma que solo la persona autorizada podía abrirlos.

Pues bien, cualquiera de estos ejemplos sirve para ilustrar que el Espíritu Santo indica propiedad, seguridad y autenticidad. Propiedad de Dios, Seguridad de salvación y autenticidad de la promesa.

En el versículo 14 también se nos dice que el Espíritu Santo que nos sella, es “las arras de nuestra herencia”. En el versículo 11 nos decía que “en Jesús tenemos herencia”. Esta herencia es la vida eterna, la salvación del alma, que se nos predica en toda la Biblia. Esta herencia no la hemos ganado, sino que nos corresponde en tanto en cuanto somos hijos “reales” de Dios. Es un derecho adquirido por la pura voluntad de Dios. Pues bien, el Espíritu Santo es las arras (del griego arrabwn, arrabon) de esta herencia. Arras en el sentido griego, con el significado de “señal” que confirma la compra de un terreno, de una casa o de un objeto de cierto valor. Antiguamente se podía dar como parte anticipada del precio que debía pagar el comprador por aquello que había de ser suyo al completar la transacción y aún hoy se usa en transacciones inmobiliarias cuando hacemos el “contrato de arras”.

Aquí vemos que el Espíritu Santo, no solo garantiza nuestra herencia futura, sino que él mismo, Dios “dado” a los hombres, es parte esencial de esa herencia.

Si nos damos cuenta del final del versículo vemos que el Espíritu Santo tiene este carácter de “anticipo” “hasta la redención de la posesión adquirida”, es decir, que Dios ha adquirido una posesión que un día será “redimida” totalmente, según su plan eterno “en Cristo”. Si nos fijamos en el tema de la redención, obtendremos una imagen suficientemente clara de lo que esto significa:

La redención era aquel derecho por el cual el familiar mas cercano a un difunto varón casado y sin descendencia, podía levantar descendencia con la viuda, a fin de honrar al fallecido. El hecho de la redención tiene un significado mucho mas profundo si nos damos cuenta de que una viuda (mujer) sin descendencia (hijos) no tenía quien la mantuviese y estaba destinada a la mendicidad o la prostitución. El ejemplo de Rut y Noemí es impresionante en este sentido. Noemí y Rut eran ambas viudas. Al volver a la tierra de Noemí, Rut tiene que apelar a la redención en Booz para tener una posibilidad de salvación, si Booz no la hubiera redimido, estarían perdidas. Esto es una figura de la redención que todos los creyentes tendríamos en algún momento “en Cristo” y a la cual se refiere aquí Pablo.

El creyente, sea judío o gentil, que ha sido sellado con el Espíritu Santo, es una posesión del Señor nuestro Dios, no nos podemos considerar “nuestros” sino que debemos considerarnos “suyos”, porque Dios nos ha comprado para sí mismo con la sangre de su Hijo y hasta el día de la redención, y ha dado como “señal” de dicha compra al Espíritu Santo.

También este asunto tiene como fin la alabanza de la Gloria de Dios. Por tercera vez repite esto dando consistencia a la realidad trinitaria de Dios, que siendo un solo Dios, son tres personas, cada una de las cuales se encarga de una función dentro del plan de salvación divino.

Me gustaría terminar leyendo de nuevo todo el pasaje y pidiéndoos que reflexionéis en cada una de las facetas que corresponde a cada una de las personas de la trinidad y en como nos habla a nosotros de “lo que somos en Cristo”.

Reflexión:

Teniendo en mente lo que acabamos de leer, me gustaría que reflexionásemos en cuántas veces somos “esclavos” de cosas tan absurdas como: “lo que se dice de nosotros” (el qué dirán), “la valoración que nos han hecho, o nos pueden hacer”, incluso “de nuestros propios pensamientos o sentimientos en cuanto a nosotros mismos”. Cuando creemos en estas cosas y vivimos conforme a ellas, estamos esclavizados por ideas falsas, pero muy reales. Si tenemos este texto presente, y lo hacemos nuestro, podemos obtener libertad “en Cristo”  romper esas cadenas que “el enemigo” nos pone. Realmente, deberíamos vivir conforme a lo que creemos, que es la Palabra de Dios”.

Dios nos dice que somos “escogidos para sí mismo”, predestinados de antemano para ser adoptados como hijos suyos, que somos bendecidos con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, y que somos parte de la iglesia, el cuerpo del cual Cristo es la cabeza. Y nada ni nadie puede cambiar esto Jamás.


Siendo pues predestinados para ser hijos suyos y participar de su herencia según asegura el “Sello Sagrado” que es el Espíritu Santo, no debemos depender de cómo nos sentimos ni de lo que digan de nosotros. Nada importa, porque sabemos que Dios no puede mentir. Fijaos ¡Qué seguridad, que confianza, qué esperanza, qué paz, que gozo y .... que libertad tenemos “en Cristo”!....... Solo tenemos que hacer nuestras estas bendiciones espirituales, dar gracias..... y alabar a Dios.

Estudio de Efesios 1:7-12. Las Bendiciones Espirituales que recibimos del Señor (II)

Efésios, 1 : 7 – 12.

TEMA: Las Bendiciones Espirituales que recibimos del Señor (II).

Lectura: Efésios,1:3-14.

Introducción:


Al terminar el Domingo pasado mi exposición se acercó un hermano de la iglesia y me comento que al final del libro de Efésios aparecía un personaje llamado Tíquico que fue enviado por Pablo a Éfeso y esto apoyaba la idea de que la carta a los Efésios iba destinada a los Efésios. He investigado un poco a este personaje llamado Tíquico para que todos aprendamos un poco mas de él.

El nombre de Tíquico significa “el que tiene fortuna” según el Diccionario Bíblico Ilustrado de Samuel Vila y Darío Santa María.

La primera referencia que aparece en la Biblia a este personaje está en Hechos 20: 2 – 4 : “Y después de recorrer aquellas regiones , y de exhortarles con abundancia de palabras, llegó a Grecia. Después de haber estado allí tres meses, y siéndole puestas asechanzas por los judíos para cuando se embarcase para Siria, tomó la decisión de volver por Macedonia. Y le acompañaron hasta Asia, Sópater de Berea, Aristarco y Segundo de Tesalónica, Gayo de Derbe, y Timoteo; y de Asia, Tíquico y Trófimo. Estos habiéndose adelantado, nos esperaron en Troas.”. Un poco después en el v16, se nos dice: “Porque Pablo se había propuesto pasar de largo a Éfeso, para no detenerse en Asia, ....”. Es decir, que Pablo no pasó por Éfeso a la vuelta de su tercer viaje misionero, pero se sabe que iba acompañado del tal Tíquico.

La segunda aparición de este personaje se halla en Efésios y después de esta en Colosenses 4: 7 – 9 : “Todo lo que a mí se refiere, os lo hará saber Tíquico, amado hermano y fiel ministro y consiervo del Señor, el cual he enviado a vosotros para esto mismo, para que conozca lo que a vosotros se refiere, y conforte vuestros corazones, con Onésimo, amado y fiel hermano, que es uno de vosotros.

Su cuarta aparición se halla en Timoteo, tal y como vemos en 2ª Ti,4:12 (Leo desde el 11) : ”Sólo Lucas está conmigo. Toma a Marcos y tráele contigo, porque me es útil para el ministerio. A Tíquico lo envié a Éfeso. Trae, cuando vengas, el capote que dejé en Troas en casa de Carpo, ...”, osea que efectivamente, Tíquico también fue enviado a Éfeso por un Pablo encarcelado.

La quinta y última aparición de Tíquico en las escrituras la encontramos en Tito, 3 – 10 : “Cuando envíe a ti a Artemas o a Tíquico, apresúrate a venir a mí en Nicópolis, porque alli he determinado pasar el invierno.”.

Según observamos en Colosenses 4:7 – 8, Efésios 6:21 y Filemón 12, podemos pensar que Tíquico y Onésimo hicieron un viaje enviados por Pablo para visitar estas iglesias y contactar con algunos hermanos, como el caso de Tito, y probablemente entregar las cartas a los Colosenses , Efésios y Filemón respectivamente. La designación de este personaje como “ministro” en los pasajes de Efésios y Colosenses, implican una total dedicación a la obra. Muestra un carácter lleno de afecto y fe y digno de la gran confianza depositada en él por Pablo.

Por tanto, efectívamente, la aparición de este personaje podría reforzar la hipótesis de que la carta a los Efésios fue dirigida a un grupo de Iglesias que estaban en Éfeso.

De todos modos, la epístola sigue teniendo el mismo carácter general que resaltábamos en el estudio del domingo pasado, y debemos interpretarla como dirigida a nosotros. Ya vimos que otras cartas se pueden centrar en un contexto muy específico, como Gálatas, y que se deben entender dentro de su contexto, pero esta es una carta de exhortación y recordatorio para identificar y resaltar determinados aspectos en la vida de los creyentes que de forma general deberíamos aplicar, independientemente de nuestro contexto individual.

Para resumir un poco lo que vimos el último día, voy a destacar en forma de guión los puntos mas importantes:

·         Como acabo de indicar, podemos considerar que Efésios es un escrito que va dirigido de forma general a todos los creyentes que están “en Cristo”. Por tanto nos habla a nosotros directamente.
·         El tema central sería:  “lo que el creyente ES en Cristo (caps. 1 – 3) y qué DEBE HACER puesto que está en Cristo (caps. 4 – 6).
·         Por último vimos que el creyente es receptor de “toda bendición espiritual” y en esta asignación intervienen las tres personas de la Trinidad: Dios nos escoge, Jesús nos redime y el Espíritu Santo nos sella, desarrollando la primera de ellas.

Desglose (2ª Parte: Ef, 1:7-12): Jesucristo Nos Ha Redimido.

En esta segunda parte que abarca los versículos 7 al 12 encontramos la parte que le corresponde a la segunda persona de la Trinidad: Jesucristo, el hijo. La segunda persona de la trinidad ha estado presente en la primera parte del texto como mediador entre Dios y nosotros (v5: ... adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo...). También aparece como aquel lugar (“geográfico”) donde se encuentran los creyentes: “en Cristo”. resaltando “los celestiales en Cristo” o como traduce la versión Reina Valera “los lugares celestiales en Cristo” como el estado en el que se encuentra un creyente cuando esta en Cristo, y es en “el amado (en Cristo) en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados”.  Esta misma frase aparece en Col.1:13 – 14 : “...el cual (Dios) nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y (nos ha) trasladado al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.”. Aquí de nuevo aparecen “los lugares celestiales en Cristo” como “el reino de su amado hijo” y de nuevo aparecen vinculados a la redención por su sangre y el perdón de pecados. Pablo parece querer indicarnos que esta ligado el hallarse “en Cristo” y el ser redimidos.

A lo largo de toda la escritura (Hch.20:28, 1Co.6:20, 1P.1:18-20) se nos muestra que la sangre de Jesús es “el precio infinito de compra de nuestra redención” (CBM). También merece la pena fijarse en que si “solo Dios puede perdonar pecados” como observaron los fariseos en Mr.2:7 (pasaje del paralítico que descuelgan del techo), el hecho de que Jesús perdone es prueba de que es Dios.

¿Qué debe hacer el creyente para obtener esto? Ya lo vimos en la primera parte, pero aquí se repite: Nada. Todo esto lo obtenemos porque Dios es rico en gracia y abundante en amor. Hay una ausencia absoluta de mérito humano.

Y esta gracia no solo abundo sino que sobreabundó. Esto me recuerda un pasaje en Ro. 5:20 : “Pero la ley se introdujo para que el pecado abundase, mas cuando el pecado abundó,  sobreabundó  la gracia”. Esta gracia ha sobreabundado en nosotros, para que tengamos “toda sabiduría e inteligencia”.

El Señor nos ha dado a conocer a aquellos que somos redimidos por Jesús el misterio de su voluntad. Literalmente, la palabra usada para “misterio” se podría traducir por “secreto”, dando una idea de algo no revelado con claridad y que ahora se ha dado a conocer. Para intentar aclarar un poco este punto de la sabiduría y ver que se halla en perfecta concordancia con el resto de las escrituras, he seleccionado, de las muchas referencias que existen, dos que me parecen dignas de destacar (o al menos a mí me tocan de una forma un poco más especial):

1.-       Recordemos el pasaje de la purificación del templo que aparece en Jn.2:13 – 22. En él los judíos pedían una señal a Jesús para que demostrase que era auténticamente el hijo de Dios. El dijo: “Destruid este templo y en tres días lo levataré”. NADIE entendió este pasaje porque Jesús hablaba del “templo de su cuerpo”. En el v.22 se nos aclara que “Por tanto, cuando resucitó de entre los muertos, sus discípulos se acordaron que había dicho esto; y creyeron la Escritura y la palabra que Jesús había dicho.”. Realmente la señal que demandaban los Judíos fue dada, pero solo aquellos que recibieron “toda sabiduría e inteligencia” lo supieron entender.

2.-       Como segundo texto he elegido el final de la epístola a los Romanos, la cual es admirada por todos nosotros y considerada como una de las mas “fuertes” desde el punto de vista doctrinal. Pues bien, después de terminar la carta y dar todas las salutaciones finales, e incluso haber dicho “Amen”, hay 3 versículos que parece que se hallan fuera de contexto pero en realidad son una elaborada forma de alabanza a Dios cargada de información (Doxología final): Ro 16:25 – 27. “Y al que puede fortaleceros según mi evangelio y la predicación de Jesucristo, según la revelación del misterio que se ha mantenido oculto desde tiempos eternos, pero que se ha manifestado ahora y que por las Escrituras de los profetas, según el mandamiento del Dios eterno, se ha dado a conocer a todas las naciones para que obedezcan a la fe, al único y sabio Dios, sea gloria mediante Jesucristo para siempre. Amen

Después de esto, “machaca” una vez más que todo esto se hace porque es el propósito de Dios según su beneplácito y por supuesto sin que nadie tenga que hacer nada más para obtenerlo.

Y podemos preguntarnos .... ¿Cuál es su voluntad revelada a nosotros?. En el siguiente versículo tenemos la respuesta: “el cual se había propuesto en sí mismo reunir todas las cosas en Cristo, .... , así las que están en el cielo como las que están en la tierra.”. Si nos fijamos en lo que pone en Col.1:18 : “... y él (Cristo) es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia”. Entonces podemos decir que “Puesto que Cristo ocupa un puesto eminente en el propósito de Dios en el universo y en la Iglesia, el hombre para el cual Cristo no ocupa un lugar preeminente está del todo desarmonizado respecto al propósito del Padre” (CBM).

La reunión de todas las cosas en Cristo, se hará “en la dispensación del cumplimiento de los tiempos”.

NOTA: La palabra dispensación proviene del original oiconomia (oikonomía) que significa, en primer lugar, la administración de una casa (de ella proviene economía). En las escrituras, señala la administración distintiva de cada uno de los “tiempos” o “siglos” que componen el espacio entre la creación y el “cumplimiento” que aquí denota. No me gustaría caer en el “dispensacionalismo”, en el cual, se ha exagerado la diferencia entre un periodo y otro, como si fueran entidades individuales y estancas y en donde se pierde, de alguna forma, la unidad del plan de Dios a través de los Siglos. A pesar de esto, el tema de “los siglos”, “los tiempos” y “las dispensaciones” es importante, y cualquier estudiante “serio” de las escrituras no puede ignorar la diferencia de “administración divina” que se revela antes y después del llamamiento de Abraham, antes y después de la promulgación de la Ley, antes y después del advenimiento de nuestro señor Jesucristo, etc.


En el versículo 11 vemos cómo “en él asimismo tuvimos herencia”. Si estamos en Cristo y somos bedecidos con ser adoptados “como hijos adultos” de Dios, tenemos una herencia. Vemos que ademas de ser predestinados para ser “adoptados hijos suyos” somos predestinados para recibir esta herencia y por “enésima” vez repite que es por “el designio de su voluntad”.

Llegados a este punto podemos decir que las palabras “predestinados”, “propósito”, “designio” y “voluntad” tienen una relación muy íntima que nos hace ver en este pasaje la más clara y sublime referencia a la soberanía de Dios de toda la Bíblia. Me gustaría decir que en realidad en la Biblia aparecen dos ideas de forma paralela: la idea de la soberanía de Dios y la idea de la responsabilidad del hombre. Yo pienso que basándonos al 100% en las Escrituras no podemos entender como pueden relacionarse e interactuar ambas, pero lo que si os puedo asegurar es que ambas las podemos creer porque se hallan contenidas en la palabra.

Continuando con el texto, me gustaría resaltar que esta segunda parte referente a “la redención que tenemos en Cristo”, termina con el fin de todo esto “a fin de que seamos para alabanza de su gloria” que como vemos es exactamente el fin que vimos para la primera parte referente a la “elección que tenemos de Dios”: “(v6) ...para alabanza de la gloria de su gracia”.

Y ya para terminar, os diré que algunos, entre los cuales me incluyo, opinan que Pablo se identifica con aquellos que “primeramente esperaban en Cristo”, es decir el pueblo judío (recordemos que Pablo es de origen Judío-fariseo). El “nosotros” de esta frase contrasta mucho con el “vosotros” del siguiente versículo lo cual apoya esta idea. Pero esto lo veremos mas en detalle cuando estudiemos el versículo 13.


Con esto terminamos la segunda sección, dejando pendiente para el domingo que viene la parte que le corresponde al Espíritu Santo, que como ya hemos dicho, es “sellarnos” para esta herencia.