Efésios, 1 : 13 – 14.
TEMA: Las Bendiciones
Espirituales que recibimos del Señor (III).
Introducción:
En este domingo vamos a terminar con el tema de las
bendiciones espirituales. A modo de resumen ¿Qué cosas se os ocurren que
podemos destacar? O mejor ¿que hemos aprendido?
Se debe mencionar lo siguiente:
1.
La epístola a los Efésios fue escrita por Pablo
en torno al año 60 en su prisión en Roma, probablemente fue
llevada a Efeso por Tíquico y se trata de una especie de encíclica
donde destaca “lo que el creyente ES” en Cristo (Caps. 1 – 3) y “lo que
debe hacer” puesto que esta en Cristo (Caps. 4 – 6).
2.
Pablo hace la voluntad de Dios.
3.
La carta va dirigida a aquellos que están “en
Cristo”, no a una iglesia en concreto. O sea, en términos amplios podemos
aplicarla directamente a nosotros.
4.
Los creyentes somos beneficiados con toda bendición espiritual.
5.
Somos escogidos y adoptados hijos suyos
por la voluntad de Dios y por su gracia.
6.
En Cristo tenemos redención de pecados
por su Sangre.
7.
Dios nos revela su propósito dándonos sabiduría
e inteligencia.
8.
Hemos sido predestinados, en Jesús, para
que tengamos herencia.
9.
Debemos alabar la gloria de Dios.
10.
Pablo se identifica con el Pueblo escogido.
Y mas cosas que vamos a ver hoy....
Si es el Señor (“Dios Padre”) quién nos ha escogido según
su voluntad para que seamos redimidos por Jesucristo (“Dios Hijo”), es el
Espíritu Santo (“Dios Espíritu”) el que nos sella en esta alianza.
Lectura: Efésios,1:3-14.
Desglose (3ª Parte: Ef, 1:12 – 14): El Espíritu Santo Nos Sella.
Empezaremos el análisis de esta tercera y última parte con
el detalle que os apuntaba el estudio pasado: Pablo, en el versículo 12 se
identifica con “los que primeramente esperábamos en Cristo”, es decir con el
Pueblo elegido. Esta frase en 1ª persona del plural contrasta directamente con
la siguiente frase que se construye en 2ª persona del plural, es decir con vosotros: “En él también vosotros,
....”. Y es precisamente este “también” el que enlaza los personajes de ambas
frases. En el primer caso era el pueblo elegido, y en el segundo son los
gentiles, pero “también vosotros...” (los gentiles) “...fuisteis
sellados con el espíritu de la promesa” nos dice el versículo 13.
Y vamos a fijarnos que, en este versículo, Pablo esta
enumerando muy claramente los pasos que han debido seguir los gentiles para
formar parte del pacto que inicialmente Dios hizo sólo con Israel:
Lo primero que los gentiles han de hacer es “oír
la palabra de verdad,” que es “el evangélio de vuestra salvación”.
la palabra misma dice en Rom 10:14 y 17: “¿Cómo, pues, invocarán a aquel en quien no
han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin
haber quien les predique? ... Así que la fe viene por el
oír y el oír por la palabra de Dios”. Para Pablo los conceptos de oir la palabra
de Dios y de que haya alguien predicándola van unidos. Y yo me
pregunto.... Si debe haber alguien que la predique, ... ¿Quién es ese alguien?.
Efectivamente, somos nosotros mismos, los que ya
participamos de nuestra herencia en Cristo, los que debemos hablar el evangelio
a los gentiles. Y ¿quiénes son “los gentiles” para nosotros?: pues nuestros
vecinos, nuestros amigos, nuestros familiares inconversos. Nosotros tenemos una
responsabilidad con esto. Y recordemos que no solo se predica con la boca,
también se predica con el ejemplo, con las actitudes, etc, etc.
“la fe viene por el oír”, y es a
través de este oír la palabra por lo que “el evangelio de salvación” llega a
los gentiles y por lo que la gente se salva.
El segundo paso, debe ser creer en ese evangelio
predicado. El evangelio es Cristo y Cristo es el evangelio, por lo que aquí el
énfasis está en que se debe creer en Cristo y en su obra. Y el hecho de que se
debe creer en Cristo como paso previo a la salvación también lo vemos
respaldado a lo largo de toda la escritura, pero quizá hay un versículo clave,
que nos gusta mucho a los evangélicos y que hacemos nuestro rápidamente, que
muestra esto con gran precisión. ¿Alguien sabe de qué versículo estoy
hablando?. Efectivamente es Jn.3:16. ¿Quién puede recitármelo?.
Pues bien, el hecho de creer en Cristo, después de haber
oído su evangelio es necesario para que suceda el tercer paso, es decir, el ser
“sellados
con el Espíritu Santo de la promesa”.
El Espíritu Santo mismo es el sello, y ¿qué es un sello?.
Un sello (de cera) se utilizaba para cerrar cartas o
paquetes y asegurarse de que llegaban intactos al destino. Otra acepción puede
ser el sello que se estampaba al final de un documento oficial y que sirve de
símbolo de autenticidad del autor del mismo. Y por último tenemos la acepción
bíblica que encontramos en el Apocalipsis. Los sellos cerraban los “rollos” de
forma que solo la persona autorizada podía abrirlos.
Pues bien, cualquiera de estos ejemplos sirve para
ilustrar que el Espíritu Santo indica propiedad, seguridad y autenticidad. Propiedad de Dios, Seguridad de salvación y autenticidad
de la promesa.
En el versículo 14 también se nos dice que el Espíritu
Santo que nos sella, es “las arras de nuestra herencia”. En
el versículo 11 nos decía que “en Jesús tenemos herencia”. Esta herencia es la
vida eterna, la salvación del alma, que se nos predica en toda la Biblia. Esta
herencia no la hemos ganado, sino que nos corresponde en tanto en cuanto somos
hijos “reales” de Dios. Es un derecho adquirido por la pura voluntad de Dios.
Pues bien, el Espíritu Santo es las arras (del griego arrabwn, arrabon) de esta herencia. Arras en el
sentido griego, con el significado de “señal” que confirma la compra de un
terreno, de una casa o de un objeto de cierto valor. Antiguamente se podía dar
como parte anticipada del precio que debía pagar el comprador por aquello que
había de ser suyo al completar la transacción y aún hoy se usa en transacciones
inmobiliarias cuando hacemos el “contrato de arras”.
Aquí vemos que el Espíritu Santo, no solo garantiza
nuestra herencia futura, sino que él mismo, Dios “dado” a los hombres, es parte
esencial de esa herencia.
Si nos damos cuenta del final del versículo vemos que el
Espíritu Santo tiene este carácter de “anticipo” “hasta la redención de la posesión
adquirida”, es decir, que Dios ha adquirido una posesión que un día
será “redimida” totalmente, según su plan eterno “en Cristo”. Si nos fijamos en
el tema de la redención, obtendremos una imagen suficientemente clara de lo que
esto significa:
La redención
era aquel derecho por el cual el familiar mas cercano a un difunto varón casado
y sin descendencia, podía levantar descendencia con la viuda, a fin de honrar
al fallecido. El hecho de la redención tiene un significado mucho mas profundo
si nos damos cuenta de que una viuda (mujer) sin descendencia (hijos) no tenía
quien la mantuviese y estaba destinada a la mendicidad o la prostitución. El
ejemplo de Rut y Noemí es impresionante en este sentido. Noemí y Rut eran ambas
viudas. Al volver a la tierra de Noemí, Rut tiene que apelar a la redención en
Booz para tener una posibilidad de salvación, si Booz no la hubiera redimido,
estarían perdidas. Esto es una figura de la redención que todos los creyentes
tendríamos en algún momento “en Cristo” y a la cual se refiere aquí Pablo.
El creyente, sea judío o gentil, que ha sido sellado con
el Espíritu Santo, es una posesión del Señor nuestro Dios, no nos podemos
considerar “nuestros” sino que debemos considerarnos “suyos”, porque Dios nos
ha comprado para sí mismo con la sangre de su Hijo y hasta el día de la
redención, y ha dado como “señal” de dicha compra al Espíritu Santo.
También este asunto tiene como fin la alabanza de la
Gloria de Dios. Por tercera vez repite esto dando consistencia a la realidad
trinitaria de Dios, que siendo un solo Dios, son tres personas, cada una de las
cuales se encarga de una función dentro del plan de salvación divino.
Me gustaría terminar leyendo de nuevo todo el pasaje y
pidiéndoos que reflexionéis en cada una de las facetas que corresponde a cada
una de las personas de la trinidad y en como nos habla a nosotros de “lo que
somos en Cristo”.
Reflexión:
Teniendo en mente lo que acabamos de leer, me gustaría que
reflexionásemos en cuántas veces somos “esclavos” de cosas tan absurdas como:
“lo que se dice de nosotros” (el qué dirán), “la valoración que nos han hecho,
o nos pueden hacer”, incluso “de nuestros propios pensamientos o sentimientos
en cuanto a nosotros mismos”. Cuando creemos en estas cosas y vivimos conforme
a ellas, estamos esclavizados por ideas falsas, pero muy reales. Si tenemos
este texto presente, y lo hacemos nuestro, podemos obtener libertad “en
Cristo” romper esas cadenas que “el
enemigo” nos pone. Realmente, deberíamos vivir conforme a lo que creemos, que
es la Palabra de Dios”.
Dios nos dice que somos “escogidos para sí mismo”,
predestinados de antemano para ser adoptados como hijos suyos, que somos
bendecidos con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo,
y que somos parte de la iglesia, el cuerpo del cual Cristo es la cabeza. Y nada
ni nadie puede cambiar esto Jamás.
Siendo pues predestinados para ser hijos suyos y
participar de su herencia según asegura el “Sello Sagrado” que es el Espíritu
Santo, no debemos depender de cómo nos sentimos ni de lo que digan de nosotros.
Nada importa, porque sabemos que Dios no puede mentir. Fijaos ¡Qué seguridad,
que confianza, qué esperanza, qué paz, que gozo y .... que libertad tenemos “en
Cristo”!....... Solo tenemos que hacer nuestras estas bendiciones espirituales,
dar gracias..... y alabar a Dios.
las oportunidades que Dios nos da de alcanzar la Salvacion es inmensa, el Evangelio es inagotable, estudiar y crecer es la voluntad de Dios. gracias por los estudios rico en sabiduria y por las oportunidades.
ResponderEliminarExcelente reflexión gracias Dios le bendiga grandemente
ResponderEliminarHermoso comentario de la palabra gracias dios mio
ResponderEliminarMuy clara exelente! Gracias por compartirla.
ResponderEliminarse nos predico , de que la herencia y la garantia se puede perder y por cosiguente la salvacion , que tan sierto es esto , muchas gracias Dios les bendiga
ResponderEliminarSe puede perder dependiendo de nuestro actos, podemos encontrar la palabra Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz.
EliminarRomanos 8:6
Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia,
Efesios 2:1-2
Gracias por compartir la palabra que es viva y eficaz y sabemos que Dios nos permite alcanzar la salvación por medio de su Evangelio.
ResponderEliminarMuy bonito su estudio ,tan amplio como profundo,de verdad aprendi mucho,agradezco a Dios Trino primeramente,a usted y todo su equipo en gral.Siendo verdad,me esta sirviendo vastante,de verdad muchas gracias.Y que el Sr.les guarde siempre en su voluntad.Adios.
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