martes, 11 de noviembre de 2014

Estudio de Efesios 2:1-10. Salvados por gracia.

EFESIOS 2 : 1 – 10.

Tema: Salvados Por Gracia.

Resumen:

            Durante el primer capitulo el apóstol nos ha mostrado aquellas bendiciones espirituales que tenemos en Cristo:

·         Nos escogió antes de la fundación del mundo para ser hechos santos y sin mancha delante de el (v4).
·         Nos predestinó para ser adoptados hijos suyos (v5).
·         Redención y perdón de pecados por la sangre de Jesucristo (v7).
·         Sabiduría e inteligencia para conocer el misterio de su voluntad (v8).
·         La herencia que tenemos en El (v11).
·         El sello de la promesa que es el Espíritu Santo (v14).

... y todo esto se hace en los lugares celestiales en Cristo, por gracia de Dios y para la alabanza de la gloria de su nombre.

Después de esto, Pablo ora por los Efésios recordando su fe y su amor los unos para con los otros y vuelve a poner de manifiesto que los creyentes deben tener claro la grandeza de Dios para con nosotros según la operación del Poder de Dios.

Ahora Pablo nos va a seguir mostrando lo que somos “en Cristo” exponiendo lo que, para mi, es lo más maravilloso de su obra en nosotros: La salvación por gracia.

Lectura: Efesios 2 : 1 – 10.

Desglose:

            Pablo ahora se va a encargar de hablar de nuestra salvación por la gracia de Dios y lo hace en 3 fases: a) Lo que éramos en el pasado, b) lo que somos en el presente y c) lo que seremos en el futuro.

a)    Lo que éramos en el pasado (v1-3): “Y vosotros estabais muertos en vuestros delitos y pecados, pero Dios nos dio vida por Cristo”. Este contraste entre lo que éramos y lo que recibimos es lo que pone de manifiesto este pasaje. En el original griego el capítulo 2 de Efesios empieza con una construcción incompleta “y vosotros que estabais muertos en delitos y pecados...” los versículos 2 y 3 estarían como una aclaración, como entre paréntesis retomando el tema en el versículo 4.

Suponiendo que tenemos suficientemente claro lo que significa que estamos muertos en delitos y pecados y no necesitáramos aclaración, la frase diría: “Y vosotros estabais muertos en vuestros delitos y pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo,....”.
Pero .... ¿Y si no lo tuviéramos claro?. Pablo explica que el estar muerto en nuestros delitos y pecados es “seguir las corrientes de este mundo conforme al príncipe de la potestad del aire”. ¿Podríais decirme quién es el príncipe de la potestad del aire? (Satanás). Muchas veces hablamos de lo bandida que es la gente, o lo deplorable de algunas acciones que vemos en los telediarios, reconocemos claramente que sobre la sociedad del mundo esta operando un espíritu demoniaco. Es algo que todo el mundo ve y reconoce: ETA, Skin-Heads, violencia por todas partes (de género, en el futbol, en el cine, etc...), guerras, asesinatos, hambre,.... Como demostración, hay un informativo que se llama Sucedió en Madrid, y que a diario sacan sucesos ocurridos en nuestra comunidad autónoma. Todos los días llenan un programa de 1 hora o más a base de: la madre que mata a su hijo, el abuelo desconsolado que se suicida, el hijo que mata a sus padres y hermanas y luego se suicida, el que saca la escopeta del abuelo y se cepilla a medio barrio, etc...

Todos los que somos “normales” nos sentimos tentados a pensar “¡ Que mala, malísima, es esa gente!”, pero no nos damos cuenta de que ese mismo demonio que habita en ellos es el que habitó en nosotros mismos en otro tiempo. También nosotros fuimos hijos de desobediencia y de ira, lo mismo que los demás. Se nos dice que “anduvimos en delitos y pecados en otro tiempo siguiendo las corrientes del mundo”. ¿Matamos a alguien? Probablemente no, pero mentimos, estafamos, desobedecimos a Dios, etc...

Esta foto nos muestra lo que éramos sin Cristo. No deberíamos olvidar de donde venimos. Esto nos ayudará a amar a los demás. También me gustaría recalcar que el tiempo “pretérito” indica algo que pertenece al pasado y no al presente. Es decir que si somos auténticos convertidos a Cristo, no debemos “andar” como lo hace la sociedad (que en definitiva es el resto del mundo). No debemos ser tan tolerantes que nos volvamos como ellos, porque nosotros somos diferentes, ya no andamos en los delitos y pecados siguiendo las corrientes del mundo. Ya no satisfacemos los deseos de la carne y de los pensamientos sin antes meditar si con ello desobedecemos a Dios.

¿Por qué Pablo empieza hablando en 3ª persona (“vuestros delitos y pecados”) para hablar en el v.3 en 1ª (“todos nosotros vivimos en otro tiempo en ....”)?.

El hablar en 3ª persona es un recurso muy útil cuando se quiere enseñar o aclarar algo que, el que lo explica, tiene muy claro pero el que escucha no. Quizá aquellos que habéis tenido niños me entendáis mejor. Al incluirse después él mismo, da a entender que todos hemos pasado por ahí tanto los “judíos” como los “gentiles”, tanto los de la “circuncisión” como los de la “incircuncisión”. TODOS HAN PASADO POR AHÍ.

Hay que destacar también que los hombres, por naturaleza, son “hijos de ira”. No existe nadie que por naturaleza sea bueno (el hombre natural no busca a Dios - 1Co 2:14 “Pero el hombre natural no acepta las cosas del Espíritu de Dios, porque para él son necedad; y no las puede entender, porque se disciernen espiritualmente.”), solo la obra del Espíritu de Dios en nosotros puede hacer que seamos dignos de algo mejor que la muerte. Este es un hecho que debemos comprender, entender y asimilar. Es importantísimo que el hombre entienda lo que realmente es, porque de esta forma se dará cuenta de lo que Dios le ofrece.

b)  Lo que somos en el Presente (v4-6): Y vosotros estabais muertos en vuestros delitos y pecados, pero Dios nos dio vida por Cristo”. En el versículo 4 vemos la frase que algunas traducciones han copiado al principio del capítulo. La razón para ello es que se tuviera presente el contraste que nos presenta el autor, pero se copió en 3ª persona para mantener el contexto original del párrafo, aunque en realidad es algo que debemos entender tal y como se nos muestra aquí. “Dios, estando nosotros muertos en delitos y pecados, nos dio vida juntamente con Cristo

Una vez mas Pablo insiste en que la misericordia de Dios y el gran Amor del Señor hacia nosotros es lo único que nos hace merecedores de tan alto don.

Pablo hace referencia por tercera vez en la carta a “los lugares celestiales en Cristo”. El Señor nos resucitó (nos dio herencia) y nos ha hecho sentar con Cristo.

No se si recordáis el último estudio, en el que exaltábamos las excelencias de Jesucristo y veíamos como Dios aplicó el poder de su fuerza en Cristo “resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales, sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra

Éste es el lugar que nos corresponde, el lugar donde Dios nos ha colocado con Cristo: “sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra”.

Aún hay una cosa que me gustaría centrar. ¿Quién es el beneficiario de estos maravillosos dones? Aquellos que se hallaron en otro tiempo muertos en delitos y pecados. Cuando vemos a “los malos malísimos” del mundo mundial, no podemos saber si ellos también están contados entre los elegidos por Dios.

Nosotros hemos sido elegidos. Lo único que tenemos que hacer nosotros, es “hacer nuestros todos estos beneficios y todos estos dones”. Ya han sido ofrecidos a nosotros. ¿Por qué no los cogemos? ¿Por qué estamos empeñados en continuar siguiendo al mundo?.

c)  Lo que seremos en el futuro (v7-8 o 10): Como ya sabemos, la iglesia en la tierra debe dar UN testimonio. En este punto del pasaje, Pablo nos dice que “debemos mostrar en los siglos venideros las riquezas de la gracia de Dios y su bondad”. ¿A que se refiere Pablo con los siglos venideros?. En el v.2 se nos dice “... siguiendo la corriente de este mundo” o en otras traducciones: “... siguiendo el curso de este mundo.”. Lo que aquí se traduce por “curso” o “corriente”, es la palabra griega “aion” (aion) que literalmente es “siglo”. Pablo esta diciendo “... siguiendo el siglo de este mundo”. Esta explicación nos ayuda a ver que el pecador anda en los dominios del diablo durante el curso de este periodo de tiempo caracterizado por las actividades de Satanás. Ahora habla de los “siglos” venideros, es decir de este tiempo, que es “distinto” al que vivimos cuando estamos dominados por Satanás y que ha de venir después de haber sido salvos. Y es en este futuro cuando el Señor tendrá a los santos por objeto de su gracia por los siglos de los siglos.

LA SALVACIÓN

De todos los términos que aparecen en la Biblia para ilustrar la obra de Dios para con nosotros, la salvación es el mas amplio. Pablo nos ha descrito el estado de perdición espiritual del hombre natural en los v 1-3, pero ahora, dirigiéndose a los creyentes, puede declarar “Por gracia sois salvos”. No caben dudas respecto a lo que ya somos. Es una obra completa y finalizada ya que nos hallamos en Cristo por fe.

El amor de Dios hacia nosotros le impulsa a proveer de una salvación completa para el hombre perdido. Esta salvación empezó, como ya vimos en el capítulo 1 con la predestinación de aquellos que habrían de ser salvos. Esto, además es hecho por gracia (sin pedir precio alguno), y se aplica sobre los creyentes según el poder de Dios. Pero la fe del creyente debe responder con humildad a la gracia de Dios. Si la Palabra de Dios se hubiera quedado aquí, podríamos afirmar que lo que el creyente pone de su parte es la FE. Pero lejos de dejar que creamos que el hombre tiene algún mérito, lejos de permitir que hagamos nuestro cualquier resquicio que nos permita afirmar que en la obra salvadora de Dios el hombre aporta algo, Dios afirma de forma contundente: “...y esto no de vosotros, pues es don de Dios. No por obras para que nadie se gloríe

Es decir, cualquier obra que el hombre pueda pensar que le hace valedor de la salvación queda anulada, incluso la fe que puso para creer en Dios. Pues TODO ES DADO POR DIOS A LOS CREYENTES (Filipenses 2:12-13 “Así que, amados míos, tal como siempre habéis obedecido, no sólo en mi presencia, sino ahora mucho más en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor; porque Dios es quien obra en vosotros tanto el querer como el hacer, para su beneplácito.”

¿Quiere decir esto que las obras carecen totalmente de importancia? Existe una gran confusión en torno a la fe y las obras y la salvación, pero esta confusión es debida a una lectura muy superficial de la Biblia. Si entendemos bien el mensaje que se nos da, las obras son importantes en tanto en cuanto son preparadas por Dios para nosotros. Esto no quiere decir que podemos obtener la salvación a base de obras y por méritos propios. Las obras antes de la salvación no valen de nada (Todos nosotros somos como el inmundo, y como trapo de inmundicia todas nuestras obras justas; todos nos marchitamos como una hoja, y nuestras iniquidades, como el viento, nos arrastran. Y no hay quien invoque tu nombre, quien se despierte para asirse de ti; porque has escondido tu rostro de nosotros y nos has entregado al poder de nuestras iniquidades.” – Isaías 64:6-7), pero una vez que hemos obtenido la salvación por medio de la fe, las obras no solo son importantes sino que son necesarias. Como dice Santiago “muéstrame tu fe sin obras y yo te mostraré mi fe a través de mis obras”.

Dios prepara obras para que los conversos, sus hijos adoptivos, anden en ellas. Cuando somos capaces de identificar lo que Dios quiere que hagamos y lo hacemos con humildad, es entonces cuando nuestras obras adquieren valor, y si no lo hacemos, Dios nos pedirá cuentas por ellas. Pero esto no tiene nada que ver con la salvación del pecador.

 Por eso hemos de diferenciar muy bien entre “nuestras obras de justicia que son como trapos de inmundicia” y “las buenas obras que Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas”.

Lo importante aquí es que las obras que hacemos y que nos conducen a la salvación no son mérito nuestro, sino que son un don, una dádiva, un regalo de Dios para aquellos que Él mismo predestino antes de la fundación del mundo. Así nadie puede gloriarse o jactarse ante otros.


Resumen:

            Pablo nos da dos afirmaciones en este capítulo que deberíamos grabar en nuestros corazones. Deberíamos aprender de memoria estos versículos para tenerlos siempre con nosotros. Son:

v.4-5 “Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos)”.
“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros pues es don de Dios; no por obras para que nadie se gloríe”.


Recordad siempre lo que éramos antes de conocer a Cristo y lo que somos ahora y no desperdiciemos la dádiva de Dios. Hagámosla nuestra y esforcémonos en aplicar todo nuestro empeño para andar sobre las obras que son del Señor, que son muchas y están a nuestro alrededor, en la calle, en la ciudad, e incluso aquí, dentro de la iglesia.

4 comentarios:

  1. Dios les siga bendiciendo con Su sabiduría, conforme a Su voluntad.

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  2. Sería de mucha utilidad que en la presentación gráfica puedan especificar en un color distinto al de la portada, quienes son o a que corriente cristiana obedecen. Mucha gracias.

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  3. Muy bueno, excelente y super claro Dios le bendiga.

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  4. Es un bosuqejo y comentario que en lo partícular me ha ayudado mucho y tambien a los que enseño.

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