EFESIOS 2 : 1 – 10.
Tema: Salvados Por Gracia.
Resumen:
Durante
el primer capitulo el apóstol nos ha mostrado aquellas bendiciones espirituales
que tenemos en Cristo:
·
Nos escogió antes de la fundación del mundo para
ser hechos santos y sin mancha delante de el (v4).
·
Nos predestinó para ser adoptados hijos suyos
(v5).
·
Redención y perdón de pecados por la sangre de
Jesucristo (v7).
·
Sabiduría e inteligencia para conocer el
misterio de su voluntad (v8).
·
La herencia que tenemos en El (v11).
·
El sello de la promesa que es el Espíritu Santo
(v14).
... y todo esto se hace en los lugares celestiales en Cristo, por
gracia de Dios y para la alabanza de
la gloria de su nombre.
Después de esto, Pablo ora por
los Efésios recordando su fe y su amor los unos para con los otros y vuelve a
poner de manifiesto que los creyentes deben tener claro la grandeza de Dios
para con nosotros según la operación del Poder de Dios.
Ahora Pablo nos va a seguir
mostrando lo que somos “en Cristo” exponiendo lo que, para mi, es lo más maravilloso
de su obra en nosotros: La salvación por gracia.
Lectura: Efesios 2 : 1 – 10.
Desglose:
Pablo
ahora se va a encargar de hablar de nuestra salvación por la gracia de Dios y
lo hace en 3 fases: a) Lo que éramos en el pasado, b) lo que somos en el presente
y c) lo que seremos en el futuro.
a)
Lo que
éramos en el pasado (v1-3): “Y
vosotros estabais muertos en vuestros delitos y pecados, pero Dios nos dio vida
por Cristo”. Este contraste entre lo que éramos y lo que recibimos es lo
que pone de manifiesto este pasaje. En el original griego el capítulo 2 de
Efesios empieza con una construcción incompleta “y vosotros que estabais muertos en delitos y pecados...” los
versículos 2 y 3 estarían como una aclaración, como entre paréntesis retomando
el tema en el versículo 4.
Suponiendo que tenemos
suficientemente claro lo que significa que estamos muertos en delitos y pecados
y no necesitáramos aclaración, la frase diría: “Y vosotros estabais muertos en
vuestros delitos y pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo,....”.
Pero .... ¿Y si no lo
tuviéramos claro?. Pablo explica que el estar muerto en nuestros delitos y
pecados es “seguir las corrientes de
este mundo conforme al príncipe de la potestad del aire”. ¿Podríais decirme
quién es el príncipe de la potestad del aire? (Satanás). Muchas veces hablamos de lo bandida que es la gente, o lo
deplorable de algunas acciones que vemos en los telediarios, reconocemos
claramente que sobre la sociedad del mundo esta operando un espíritu demoniaco.
Es algo que todo el mundo ve y reconoce: ETA, Skin-Heads, violencia por todas
partes (de género, en el futbol, en el cine, etc...), guerras, asesinatos,
hambre,.... Como demostración, hay un informativo que se llama Sucedió en
Madrid, y que a diario sacan sucesos ocurridos en nuestra comunidad autónoma.
Todos los días llenan un programa de 1 hora o más a base de: la madre que mata
a su hijo, el abuelo desconsolado que se suicida, el hijo que mata a sus padres
y hermanas y luego se suicida, el que saca la escopeta del abuelo y se cepilla
a medio barrio, etc...
Todos los que somos “normales”
nos sentimos tentados a pensar “¡ Que mala, malísima, es esa gente!”, pero no
nos damos cuenta de que ese mismo demonio que habita en ellos es el que habitó
en nosotros mismos en otro tiempo. También nosotros fuimos hijos de
desobediencia y de ira, lo mismo que los
demás. Se nos dice que “anduvimos en delitos y pecados en otro
tiempo siguiendo las corrientes del mundo”. ¿Matamos a alguien? Probablemente no, pero mentimos, estafamos, desobedecimos
a Dios, etc...
Esta foto nos muestra lo que
éramos sin Cristo. No deberíamos olvidar de donde venimos. Esto nos ayudará a
amar a los demás. También me gustaría recalcar que el tiempo “pretérito” indica
algo que pertenece al pasado y no al presente. Es decir que si somos auténticos
convertidos a Cristo, no debemos “andar” como lo hace la sociedad (que en
definitiva es el resto del mundo). No debemos ser tan tolerantes que nos
volvamos como ellos, porque nosotros somos diferentes, ya no andamos en los
delitos y pecados siguiendo las corrientes del mundo. Ya no satisfacemos los
deseos de la carne y de los pensamientos sin antes meditar si con ello
desobedecemos a Dios.
¿Por qué Pablo empieza hablando
en 3ª persona (“vuestros delitos y pecados”) para hablar en el v.3 en 1ª
(“todos nosotros vivimos en otro tiempo en ....”)?.
El hablar en 3ª persona es un
recurso muy útil cuando se quiere enseñar
o aclarar algo que, el que lo explica, tiene muy claro pero el que escucha
no. Quizá aquellos que habéis tenido niños me entendáis mejor. Al incluirse
después él mismo, da a entender que todos hemos pasado por ahí tanto los
“judíos” como los “gentiles”, tanto los de la “circuncisión” como los de la
“incircuncisión”. TODOS HAN PASADO POR
AHÍ.
Hay que destacar también que
los hombres, por naturaleza, son “hijos de ira”. No existe nadie que por
naturaleza sea bueno (el hombre natural no busca a Dios - 1Co 2:14 “Pero el
hombre natural no acepta las cosas del Espíritu de Dios, porque para él son
necedad; y no las puede entender, porque se disciernen espiritualmente.”),
solo la obra del Espíritu de Dios en nosotros puede hacer que seamos dignos de
algo mejor que la muerte. Este es un hecho que debemos comprender, entender y
asimilar. Es importantísimo que el hombre entienda lo que realmente es, porque
de esta forma se dará cuenta de lo que Dios le ofrece.
b) Lo que somos en el Presente (v4-6): “Y vosotros estabais muertos en vuestros
delitos y pecados, pero Dios nos dio vida por Cristo”. En el versículo 4
vemos la frase que algunas traducciones han copiado al principio del capítulo.
La razón para ello es que se tuviera presente el contraste que nos presenta el
autor, pero se copió en 3ª persona para mantener el contexto original del
párrafo, aunque en realidad es algo que debemos entender tal y como se nos
muestra aquí. “Dios, estando nosotros muertos en delitos y pecados, nos dio vida
juntamente con Cristo”
Una vez mas Pablo insiste en
que la misericordia de Dios y el gran Amor del Señor hacia nosotros es lo único
que nos hace merecedores de tan alto don.
Pablo hace referencia por
tercera vez en la carta a “los lugares celestiales en Cristo”. El Señor nos
resucitó (nos dio herencia) y nos ha hecho sentar con Cristo.
No se si recordáis el último
estudio, en el que exaltábamos las excelencias de Jesucristo y veíamos como
Dios aplicó el poder de su fuerza en Cristo “resucitándole de los muertos y
sentándole a su diestra en los lugares celestiales, sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo
nombre que se nombra”
Éste es el lugar que nos
corresponde, el lugar donde Dios nos ha colocado con Cristo: “sobre todo principado y autoridad y poder y
señorío, y sobre todo nombre que se nombra”.
Aún hay una cosa que me
gustaría centrar. ¿Quién es el beneficiario de estos maravillosos dones?
Aquellos que se hallaron en otro tiempo muertos
en delitos y pecados. Cuando vemos a “los malos malísimos” del mundo
mundial, no podemos saber si ellos también están contados entre los elegidos
por Dios.
Nosotros hemos sido elegidos.
Lo único que tenemos que hacer nosotros, es “hacer nuestros todos estos
beneficios y todos estos dones”. Ya han sido ofrecidos a nosotros. ¿Por qué no
los cogemos? ¿Por qué estamos empeñados en continuar siguiendo al mundo?.
c) Lo que seremos en el futuro (v7-8 o 10):
Como ya sabemos, la iglesia en la tierra debe dar UN testimonio. En este punto
del pasaje, Pablo nos dice que “debemos
mostrar en los siglos venideros las riquezas de la gracia de Dios y su bondad”.
¿A que se refiere Pablo con los siglos venideros?. En el v.2 se nos dice “...
siguiendo la corriente de este mundo” o en otras traducciones: “... siguiendo el curso de este mundo.”.
Lo que aquí se traduce por “curso” o “corriente”, es la palabra griega “aion” (aion) que literalmente es “siglo”. Pablo esta
diciendo “... siguiendo el siglo de este mundo”. Esta explicación nos ayuda a
ver que el pecador anda en los dominios del diablo durante el curso de este
periodo de tiempo caracterizado por las actividades de Satanás. Ahora habla de
los “siglos” venideros, es decir de este tiempo, que es “distinto” al que
vivimos cuando estamos dominados por Satanás y que ha de venir después de haber
sido salvos. Y es en este futuro cuando el Señor tendrá a los santos por objeto
de su gracia por los siglos de los siglos.
LA SALVACIÓN
De todos los términos que
aparecen en la Biblia para ilustrar la obra de Dios para con nosotros, la salvación es el mas amplio. Pablo nos
ha descrito el estado de perdición espiritual del hombre natural en los v 1-3,
pero ahora, dirigiéndose a los creyentes,
puede declarar “Por gracia sois salvos”. No caben dudas respecto a lo que ya
somos. Es una obra completa y finalizada ya que nos hallamos en Cristo por fe.
El amor de Dios hacia nosotros
le impulsa a proveer de una salvación completa para el hombre perdido. Esta
salvación empezó, como ya vimos en el capítulo 1 con la predestinación de
aquellos que habrían de ser salvos. Esto, además es hecho por gracia (sin pedir
precio alguno), y se aplica sobre los creyentes según el poder de Dios. Pero la
fe del creyente debe responder con humildad a la gracia de Dios. Si la
Palabra de Dios se hubiera quedado aquí, podríamos afirmar que lo que el
creyente pone de su parte es la FE. Pero lejos de dejar que creamos que el
hombre tiene algún mérito, lejos de permitir que hagamos nuestro cualquier
resquicio que nos permita afirmar que en la obra salvadora de Dios el hombre
aporta algo, Dios afirma de forma contundente: “...y esto no de vosotros, pues es
don de Dios. No por obras para que nadie se gloríe”
Es decir, cualquier obra que el
hombre pueda pensar que le hace valedor de la salvación queda anulada, incluso
la fe que puso para creer en Dios. Pues TODO ES DADO POR DIOS A LOS CREYENTES
(Filipenses 2:12-13 “Así que, amados míos, tal como siempre habéis
obedecido, no sólo en mi presencia, sino ahora mucho más en mi ausencia,
ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor; porque Dios es quien obra en
vosotros tanto el querer como el hacer, para su beneplácito.”
¿Quiere decir esto que las obras
carecen totalmente de importancia? Existe una gran confusión en torno a la fe y
las obras y la salvación, pero esta confusión es debida a una lectura muy
superficial de la Biblia. Si entendemos bien el mensaje que se nos da, las
obras son importantes en tanto en cuanto son preparadas por Dios para nosotros.
Esto no quiere decir que podemos obtener la salvación a base de obras y por
méritos propios. Las obras antes de la salvación no valen de nada (“Todos
nosotros somos como el inmundo, y
como trapo de inmundicia todas nuestras obras justas; todos nos marchitamos como una hoja, y
nuestras iniquidades, como el viento, nos arrastran. Y no hay quien invoque tu
nombre, quien se despierte para asirse de ti; porque has escondido tu rostro de
nosotros y nos has entregado al poder de nuestras iniquidades.” – Isaías 64:6-7), pero una vez que
hemos obtenido la salvación por medio de la fe, las obras no solo son
importantes sino que son necesarias. Como dice Santiago “muéstrame
tu fe sin obras y yo te mostraré mi fe a través de mis obras”.
Dios prepara obras para que los
conversos, sus hijos adoptivos, anden en ellas. Cuando somos capaces de
identificar lo que Dios quiere que hagamos y lo hacemos con humildad, es
entonces cuando nuestras obras adquieren valor, y si no lo hacemos, Dios nos
pedirá cuentas por ellas. Pero esto no tiene nada que ver con la salvación del
pecador.
Por eso hemos de diferenciar muy bien entre
“nuestras obras de justicia que son como trapos de inmundicia” y “las buenas
obras que Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas”.
Lo importante aquí es que las
obras que hacemos y que nos conducen a la salvación no son mérito nuestro, sino
que son un don, una dádiva, un regalo de Dios para aquellos que Él mismo
predestino antes de la fundación del mundo. Así nadie puede gloriarse o
jactarse ante otros.
Resumen:
Pablo nos
da dos afirmaciones en este capítulo que deberíamos grabar en nuestros
corazones. Deberíamos aprender de memoria estos versículos para tenerlos
siempre con nosotros. Son:
v.4-5 “Pero Dios, que es rico
en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos
en pecados, nos dio vida juntamente
con Cristo (por gracia sois salvos)”.
“Porque por gracia sois
salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros pues es don de Dios; no
por obras para que nadie se gloríe”.
Recordad siempre lo que éramos
antes de conocer a Cristo y lo que somos ahora y no desperdiciemos la dádiva de
Dios. Hagámosla nuestra y esforcémonos en aplicar todo nuestro empeño para andar
sobre las obras que son del Señor, que son muchas y están a nuestro alrededor,
en la calle, en la ciudad, e incluso aquí, dentro de la iglesia.
Dios les siga bendiciendo con Su sabiduría, conforme a Su voluntad.
ResponderEliminarSería de mucha utilidad que en la presentación gráfica puedan especificar en un color distinto al de la portada, quienes son o a que corriente cristiana obedecen. Mucha gracias.
ResponderEliminarMuy bueno, excelente y super claro Dios le bendiga.
ResponderEliminarEs un bosuqejo y comentario que en lo partícular me ha ayudado mucho y tambien a los que enseño.
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