martes, 4 de noviembre de 2014

02. Los Peligros del pueblo de Dios: El individualismo egoísta.

Sermón de David Rivero predicado en la IBAO el 2 de Noviembre de 2014.
Título: 02. Los Peligros del pueblo de Dios: El individualismo egoísta. 
Lecturas:  Josué 6:15-19, Josué 6:15-19, Josué 7:1 y Josué 7:16-26
Enlace al sermón en Audio.

Apuntes:

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El pueblo de Dios siempre ha estado plagado de tentaciones y peligros, y el que seamos Pueblo de Dios no nos quita de esos riesgos. Sabemos que uno de los propósitos del A.T. es servir de ejemplo para nuestra enseñanza.

Hoy repasamos el caso de Acan, que era un hombre que había sido bendecido en numerosas ocasiones: estaba entre los que recibieron la promesa de entrar en la Tierra Prometida, mientras que muchos miles habían quedado fuera, también vio cómo la Palabra de Dios era veraz tanto para bendición como para maldición durante los años de travesía del desierto. Acan vivió todo lo que se describe en Num 14:26-38.

Acan también fue un privilegiado, porque anduvo con sus propios pies por el Jordán para entrar a la Tierra Prometida, y había visto al pueblo andar alrededor de Jericó y vió cómo los infranqueables muros cayeron al sonido de las trompetas.

Con este trasfondo en mente, a través del texto de hoy, el Señor nos avisa de algo:

• No se puede jugar con Dios
• Lo que Acan hace es desobedecer la voluntad de Dios de forma flagrante
• Y veremos cuál es la esencia en el acto de Acan.


• No se puede jugar con Dios
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Si algo debía haber aprendido Acan de todo lo que había vivido es que con Dios no se juega, porque Dios es celoso de su Palabra, ya que ésta refleja Su ser y Su voluntad. Si Dios quiere que algo suceda, eso sucede de forma irremediable. Este Dios es el que dice en Deu 28 que por causa de la obediencia a sus Palabra, las bendiciones serían innumerables, igual que lo serían las maldiciones por causa de la desobediencia. Y este Dios había dejado claro cuál era su voluntad (su mandamiento) con respecto a lo que se debía de hacer con las cosas pertenecientes al pueblo conquistado (Jos 6:18-19). En 8:2 vemos que Dios permitía a veces que el Pueblo se apropiara del botín de los pueblos conquistados, pero en este caso dice "no lo tocaréis y lo incorporaréis al tesoro del templo", porque Jericó era una ciudad especial, porque era la puerta de entrada a la Tierra Prometida, y Dios quería que quedara memoria en el Templo de la pura gracia con la que Dios entregaba la Tierra Prometida a su Pueblo. Así había una excepción a la norma en cómo debían actuar con el botín de Jericó. Dios también, en Jos 6:18, avisaba que si sólo uno del pueblo rompía esta norma, haría culpables a todos, y esto lo hizo Dios porque el propósito de Dios era para toda la nación y no para individuos particulares, así las bendiciones y las maldiciones que vinieran por causa de este mandato, serían extendidas al pueblo: lo que uno hiciera, tendría repercusión en todo el Pueblo. Los israelitas debían pensar antes en el "nosotros" que en el "yo", y esto fue anunciado antes de empezar a dar vueltas en torno a las murallas de Jericó.

Con esto en mente, Acan debería haber pensado en no tocar el botín por el bien del Pueblo y porque debía saber que con Dios no se juega.

• Lo que Acan hace es desobedecer la voluntad de Dios de forma flagrante
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Quizá Acan, en principio, había decidió obedecer a Dios y no apropiarse de nada, pero cuando se encontró ante el botín, probablemente se dio cuenta de que estaba sólo y que sería muy fácil quedarse con algunas cosas del botín que le habían llamado la atención. Así se llevó algunas cosas a casa, y por las consecuencias que hubo para toda su familia, pensamos que toda la familia ayudó en el hecho de esconder el botín. Todos ayudaron a cavar, viendo en aquel botín una salida a su situación y una posibilidad de vivir de forma acomodada de ahí en adelante.

• La esencia en el acto de Acan
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La decisión de Acan ante el botín era: ¿Se lo llevo a Josué, dando la gloria así a Dios? Si lo hago, las reservas del templo serían mayores, y la bendición de Dios vendría sobre todos, o ¿me lo quedo y aseguro mi futuro? 

Acan puso su felicidad personal por encima de la obediencia a Dios y por encima de la bendición común de todo el pueblo. Su bienestar estaba por encima del bienestar del resto y por encima de la voluntad de Dios.

Y nosotros, ¿que habríamos hecho? Al final hacemos lo que sale de nuestro corazón, y allí sólo hay egoísmo y egocentrismo. Seguramente había una buena excusa que Acan había imaginado y que parecía que justificaba sus acciones. Y al final todos hacemos esto, ponemos nuestro bienestar, nuestros placeres y nuestra realización personal por delante de la voluntad de Dios y por delante del bien común del Pueblo de Dios. Sin embargo, como creyentes, tenemos un mandamiento a obedecer a Dios y poner el bien común por encima del nuestro propio. El cristianismo no es sólo aprovecharnos de las bendiciones que Dios promete, sino que es obedecerle y someternos a la voluntad de Dios.

Así, cuando queramos que nuestras bendiciones se extiendan al resto del Pueblo de Dios, debemos obedecer a Dios y poner su voluntad por encima de la nuestra. No debemos hacer como los Corintios, que tenían numerosos dones, pero los guardaban para sí mismos. Debemos vivir pensando en el bienestar del Pueblo de Dios, que veamos la causa de la Iglesia como nuestra causa personal.

"Uno no puede tener a Dios como su Padre sin tener al resto de los creyentes como sus hermanos"

La historia de Acan no es un pedazo aburrido de historia antigua, porque su decisión es la misma que muchos siguen tomando hoy en día. Cuando nosotros ponemos nuestra voluntad y nuestro beneficio por encima del del resto de creyentes, nos estaremos poniendo el manto babilónico y nos estaremos guardando el oro cananéo en nuestros bolsillos. Sin embargo nosotros estamos llamados a dar la gloria a Dios y a traer bendición a nuestros hermanos. 

Esto es muy sutil porque hay muchísimas ocasiones en las que buscamos nuestra conveniencia por encima de los mandatos de Dios y por encima del bien común. ¿Que excusas ponemos para no asistir un domingo a un culto, o para no ofrendar? Seguro que hay buenas excusas, pero en el fondo del razonamiento está una decisión como la que hubo en el corazón de Acan.

Las bendiciones que deseo para mi, debo desearlas para el resto del cuerpo de Cristo. Así es como debemos pensar. Si pensamos que para ser realmente felices debemos "matizar" algo de lo que Dios nos pide, hacemos como Acan, y pensamos que nadie fiscalizará eso que hacemos, que nadie se dará cuenta. Pero sabemos que nuestro ejemplo SIEMPRE tiene impacto en otros.

Las consecuencias de nuestros actos no tardarán. Tenemos que dar gracias a Dios que su juicio no viene tan rápido ni con tanta contundencia como ocurrió con Acan, pero estos juicios tan severos están como ejemplo del juicio que habrá en los cielos sobre aquellos que no obedezcan a Dios.

En Lc 13:1 leemos de algunos que estaban haciendo sacrificios y que murieron por causa de aquello que hacían, pero lo que dice Cristo es que todos merecemos el mismo juicio si no nos arrepentimos. Luego pone otro ejemplo de algunos que, aunque no estaban haciendo algo malo como los primeros, la conclusión fue la misma.


Al final debemos vivir para la gloria de aquel que nos llamó de las tinieblas a la luz admirable de Cristo, y no conforme a nuestro beneficio. Acan conocía la gracia de Dios y sus bendiciones, pero decidió no obedecerlo y poner su voluntad y bienestar por encima de las bendiciones de Su Pueblo...... Y sufrió las consecuencias de su decisión.

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