martes, 11 de noviembre de 2014

Estudio de Efesios 1:3-5. Profundizando acerca de la elección.

Efesios 1: 3 - 5.

TEMA: PROFUNDIZANDO ACERCA DE LA ELECCIÓN.


Lo primero que debemos tener en cuenta es que no podemos dejar de lado ninguna de las verdades bíblicas reveladas en la palabra de Dios. Como dice Hechos 20:27, "debemos anunciar TODO el consejo de Dios".

La elección es una de esas verdades que aparece en las Sagradas Escrituras y que, por tanto, debemos creer, estudiar y proclamar. Eso es lo que vamos a hacer ahora.

Antes de empezar debemos tener en cuenta que Dios y los hombres se mueven en esferas distintas, donde las cosas son distintas. Dios pertenece a la esfera de lo divino, de lo eterno, donde no se está sujeto a la limitación del tiempo y donde toda la eternidad puede ser presentada ante los ojos de Dios al mismo tiempo. Los hombres, por el contrario, pertenecen a la esfera de lo finito, de lo limitado, donde nuestra percepción de la realidad está sujeta a la limitación del tiempo y donde lo único que existe realmente es el pasado, porque el presente es una ilusión y el futuro no puede ser controlado por ningún hombre.

Cuando colocamos a Dios en la esfera humana, con las limitaciones a las que nosotros estamos tan acostumbrados y que, por otro lado, nos parecen tan razonables, es cuando empezamos a tener problemas.

A veces las cosas suceden de forma ligeramente diferente según la esfera en la que sucedan los hechos. También sabemos que hay cosas que, sucediendo en la esfera humana, tienen una repercusión en la esfera eterna.

La revelación de Dios a través de su Palabra (La Biblia) nos ha dejado pinceladas de lo que sucede en la esfera divina, y también nos ha revelado las cosas que deben suceder en la esfera humana.

Por ello siempre que nos acerquemos a un texto debemos tener muy presente a cuál de las dos esferas se está refiriendo el escritor, porque si intentamos aplicar las verdades de una esfera en la otra llegaremos a conclusiones absurdas y a una exégesis bastante mediocre de los textos que estamos tratando. Esto de elegir, puede parecer sencillo, pero no lo es tanto, porque Dios a veces nos va dando pinceladas de un lado y de otro entremezcadas, por lo que tenemos que tener un buen conocimiento del resto de la revelación bíblica para no caer en malas interpretaciones.

Dicho esto, intentemos analizar un poco el tema de la “Elección”:
En Efesios v.4 y 5, leemos lo siguiente: "según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad,...".

Evidentemente lo que aquí se nos revela pertenece a la eternidad en donde reside Dios. Esta primera afirmación nos revela que Dios colocó juntos en su mente  a Cristo y a los elegidos desde la eternidad. Todo su plan esta diseñado y pensado desde el principio. ¿Cómo podríamos explicar más por extenso esta afirmación del v.4?

(dejar tiempo a la gente para reflexionar y contestar)

Pablo nos lo aclara (desarrolla la idea) en el v.5.

Cuando Dios nos eligió éramos viles (no santos) y miserables, dignos de ser juzgados  y no de ser adoptados, pero Dios, estando en ese estado, nos amo, y decidió salvar a algunos por el puro afecto de su voluntad (Rom 8:29-30: " Porque a los que antes conoció (es decir, amó de una forma especial), también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó.").

Esta es la verdad bíblica. Por sí sola no es muy difícil de aceptar y creer. Entonces ¿Qué es lo que la hace complicada y difícil?.

Lo complicado aquí es compaginarla con la doctrina de la libertad y responsabilidad humana, las cuáles verdades también se nos enseñan en la Biblia. Sería bueno recordar aquí que estas doctrinas pertenecen a la realidad  limitada, temporal y finita en la que se mueve el hombre, mientras que la elección, como ya hemos visto, pertenece a la esfera eterna, infinita y divina en la que se mueve Dios.

Podríamos preguntarnos “Entonces, ¿He elegido yo a Dios?” A esto debemos responder un rotundo “Sí, de hecho lo hiciste, y de una forma libre y voluntaria, pero sólo porque en la eternidad Dios te había elegido a ti. Y si preguntamos ¿Tome yo la decisión de creer en Cristo?, la respuesta vuelve a ser “Sí, de hecho lo hiciste, y de una forma libre y voluntaria, pero sólo porque en el eternidad Dios así lo había dispuesto.

En la escritura se nos revela pero no se nos desvela el misterio de la elección, y si Dios no ha querido aclararlo, tampoco nosotros debemos poner todo nuestro empeño en encontrar una solución a este problema que ha hecho que los mejores cerebros del mundo cristiano se devanaran hasta la saciedad.

Pero, aunque no debemos empeñarnos en desvelar este misterio, si que hay tres verdades que podemos aprender y recordar acerca de la elección:

1.- La doctrina de la elección es una revelación divina y no una especulación de los hombres.

No se trata de una doctrina inventada por algún teólogo, sino que es una revelación de Dios a través de sus escrituras, y por lo tanto, ningún cristiano bíblico puede ignorarla.

En el A.T. Dios es el que elige a Israel y lo aparta del resto de naciones para que sea su pueblo. Si miramos en Éxodo 19:4-6 leemos: “Vosotros visteis lo que hice a los egipcios, y cómo os tomé sobre alas de águilas, y os he traído a mí. Ahora, pues si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra.

En el N.T. Dios está escogiendo, de la comunidad internacional, a sus santos, es decir, aparta a los suyos para ser su pueblo. En 1 Pedro 2:9-10 leemos: “Vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable; vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia.”

Dios es el que elige a los hombres, y esto es una verdad revelada por el mismo Dios a través de su escritura.

2.- La doctrina de la elección es un incentivo a la santidad y no una excusa para pecar.

Esta doctrina es clave para nuestra seguridad en la salvación eterna, ya que aquel que nos escogió, nos llevará hasta el final. Pero no podemos usar esta seguridad para pecar.

¿Quién no ha escuchado alguna vez decir aquello de “pues si estás seguro de la salvación, ¡menudo chollo! ya no puedes perder el cielo, así que puedes pecar a tu antojo y hacer lo que te de la gana”?

Si atendemos a la TOTALIDAD de la revelación bíblica, entenderemos que esto es una completa estupidez, ya que no hay ningún soporte bíblico para tales afirmaciones, sino más bien todo lo contrario. Pablo mismo nos lo dice en el v.4 (Leerlo) en donde, al igual que en 5:27 y Colosenses 1:22 se apunta hacia nuestro estado final de perfección.

Pero el proceso de santificación es algo que empieza aquí y ahora, en el momento que un hombre hace una decisión por Cristo. 
Así que lejos de animarnos al pecado, la doctrina de la elección lo prohíbe y descansa sobre la necesidad de santidad de los hombres así como su incapacidad para buscar a Dios.

Dado que la santidad es el propósito final de la elección, no puede tener ninguna relación con el pecado.

3.- La doctrina de la elección es un estímulo a la humildad, no para la jactancia.

Muchos dicen que decir que somos los “elegidos” de Dios es una fanfarronada y una arrogancia por nuestra parte. Y sería así si Dios nos hubiera elegido por algún merito por algo que nosotros hubiéramos hecho. Pero no hay espacio en absoluto al merito en la doctrina bíblica de la elección. Más bien todo lo contrario.

Dios específicamente escogió a Israel, no porque fuera un pueblo que le buscara especialmente o porque se lo mereciera, sino que lo hizo porque los amó (Deuteronomio 7:7-8). La única razón de elegirlos estaba en Dios (amor), no en Israel (merito).

La misma afirmación es hecha en Efesios. El énfasis de este primer párrafo es la gracia de Dios, el amor de Dios, el deseo de Dios, el propósito de Dios y la elección de Dios.

Además, al ser hecha “antes de la fundación del mundo”, ni siquiera existía nada de la creación que nosotros conocemos, mucho menos nosotros, por lo que sería absurdo achacar esta elección a algún mérito nuestro.

Así pues, la elección divina lo que hace es desintegrar y aniquilar cualquier “buena obra”, esfuerzo o virtud de los hombres.

Es por esta razón, que lejos de enaltecernos por ser “los elegidos”, caemos de rodillas y alabamos y adoramos a Dios en humildad, siendo conscientes de nuestra indignidad para ser reconocidos como sus hijos adoptivos. Esta es la única reacción razonable a la verdad de la elección.
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Para terminar, quisiera hacer una aportación personal, ya que tras dos semanas reflexionando en este tema, he llegado al convencimiento de no se nos podría revelar de otra forma. No me refiero a los argumentos ya expuestos de la imposibilidad de aunar las dos esferas en una única realidad coherente, ya que la coherencia necesita del parámetro “tiempo” y Dios no está ligado a él.

¿Alguna vez os habéis preguntado por qué Dios no ha revelado claramente sus verdades sin tener que acudir a oscuros “circunloquios” o a pinceladas que tenemos que ir recogiendo de aquí y de allí para hacer una teoría coherente?

Debemos entender la forma que tiene Dios de hacer las cosas. Para ello hay otro ejemplo que puede sernos útil, ya que los discípulos en cierta ocasión le preguntaron a Cristo acerca de las parábolas. Leamos el pasaje en Mateo 13:10-17.

En esta parábola, se nos viene a decir que Cristo hablaba en parábolas para que aquellos que querían buscar excusas para no creer las encontraran fácilmente, mientras que las mismas cosas, producían una profunda enseñanza y un crecimiento espiritual en los que querían encontrar en ellas la enseñanza de Dios.

Vemos que la misma verdad produce diferentes reacciones según nuestra pre-disposición hacia esas verdades.

Lo mismo se puede aplicar a lo que sabemos acerca de la doctrina de la elección. Si nuestro prejuicio es malo, la usaremos como excusa para la burla y para la incredulidad, mientras que si nos acercamos a ella con la disposición adecuada, encontraremos una verdad bíblica que nos hará tener la reacción adecuada: humildad, adoración y arrepentimiento de los pecados.


1 comentario:

  1. Wao estubo muy.profundo esa en enseñanza ..una pregunta ..entonces porque si la persona fue elegida desde antes de la fundación del mundo porque esa persona se descarria y hasta a veces no vuelve nunca mas ala iglesia.que pasó entonces con ese elegido.

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