domingo, 18 de enero de 2015

10 - Los peligros del pueblo de Dios: La falta de fe o incredulidad.

Sermón de David Rivero predicado en la IBAO el 18 de Enero de 2015.
Título: 10 - Los peligros del pueblo de Dios: La falta de fe o incredulidad.
Lecturas:  Lucas 1:5-25
Enlace al sermón en Audio.

Apuntes:


Zacarías era sacerdote, pero no era sólo un "religioso profesional" como los sacerdotes de Bet-El que oficiaban en los altares "alternativos". De Zacarías se dice mucho más (y de su esposa), porque se dice que eran personas piadosas.

Aunque todo parecía bueno, la tragedia sucede mientras Zacarías ofrecía el incienso en el Santuario del Señor ya que le tocaba hacerlo por turnos a los sacerdotes. El incensario y la mesa con el pan de la proposición estaban en el "lugar santo" del templo y un sacerdote entraba cada día para renovar las ofrendas como parte del rito del templo como parte de la ofrenda del pueblo de Dios.

Lo que le sucedió a Zacarías (v11) es que se le apareció un ángel del Señor (Gabriel, según el v.19) en ese lugar Santo.

Del pasaje de hoy vamos a extraer 3 lecciones (puntos 1,2 y 4), y veremos un punto más relacionado con el texto:

• El anuncio que da Gabriel
• La respuesta de a Zacarías
• Otras personas que respondieron de la misma forma que lo hizo Zacarías
• El peligro de la incredulidad.

• El anuncio que da Gabriel

Gabriel viene a dar la maravillosa noticia de la venida del Mesías, del Salvador.

El mensaje del ángel tiene dos partes: una personal, en la que se le anuncia el nacimiento de un hijo a Zacarías, y una segunda parte que tiene que ver con el ministerio de ese hijo en relación a la venida del Mesías.

• La respuesta de a Zacarías

Vemos en el v.18 que Zacarías no responde con gozo, sino que responde con una pregunta, y esa pregunta denota que Zacarías no tenía fe en que lo que se le había anunciado se cumpliría. Así vemos a una persona que era piadosa, pero que en el momento de la verdad se mostró incrédulo. ¿Pudo ser el shock, o el sentimiento de indignidad, u otra cosa lo que provocó esta reacción? No, porque Zacarías tenía muchas y buebas razones para creer.

Zacarías estaba ofreciendo incienso en el lugar Santo y se le apareció un ángel del Señor que le dió un mensaje de parte del Señor. Además, Zacarías y su mujer habían estado orando por un hijo, pero por su reacción, ahora parece que estaban orando por algo que no esperaban recibir.

Ademásn de esto había precedentes históricos reflejados en el A.T. y qeu Zacarías conocía perfectamente, porque toda la nación de Israel salió de una pareja que tuvo un hijo siendo ambos muy mayores (Heb 11:12). Pero el Señor cumplió su promesa de dar descendencia a Abraham y Sara en circunstancias muy similares a las de Zacarías (Gen 18:1-15)

Zacarías conocía esto, pero sus circunstancias personales estuvieron por encima de lo que conocía.

Y no podemos considerar la respuesta de Zacarías sin compararla respuesta con la de María, la cual estuvo ante otro anuncio similar, pero mucho más impactante, porque tenía que ver con la concepción milagrosa de Cristo en ella (Luk 1:26 ss), y vemos que hay similitudes en las respuestas, pero también hay diferencias.

El mensaje de Gabriel a María la puso en situación semejante a Zacarías al anunciarles a ambos que sucedería algo aparentemente imposible, pero sin embargo, a la vez sus situaciones eran diferentes, ya que María no tenía referencias como las que tenía Zacarías en el A.T., y además la respuesta de María fue totalmente diferente a la de Zacarías, ya que aceptó con fe el anuncio del ángel.

Y ¿Cuáles son los resultados de la incredulidad de Zacarías? Gabriel no deja pasar el asunto como algo sin importancia, sino que reclama la veracidad de sus palabras, y deja en Zacarías una señal que duraría hasta el nacimiento de su hijo. Las últimas palabras que escuchó Zacarías de su propia boca fueron palabras de incredulidad. Y tras reflexionar 9 meses, al recuperar la voz, su discurso fue totalmente diferente (Luk 1:67-79). ¿De donde sacó Zacarías esta información? De su larga reflexión acerca de lo sucedido en el pasaje que estamos repasando hoy.

• Otras personas que respondieron de la misma forma que lo hizo Zacarías

La Biblia nos da otros ejemplos de personas que respondieron con incredulidad ante los anuncios dados por Dios:

— Tomás: se negó a creer que Jesús había resucitado de la tumba, a pesar del  testimonio de los otros creyentes (Joh 20:25). Tomás, como Zacarías, tenía razones para creer, como los anuncios del propio Cristo de que resucitaría al tercer día justo antes de la entrada triunfal en Jerusalem (Mat 16:21, Mat 17, Mat 20:17...), y también tenía lo que había visto con sus propios ojos y sus consecuencias (La resurrección de Lázaro ocurrida poco antes, en Joh 11:14, la hija de Jairo o el hijo de la viuda de Nahím en Luk 7:16-17). Aún así cayó en la incredulidad, todo esto no fue suficiente.

— Los dos discípulos en el camino de Emaús.son llamados insensatos y tardos de corazón, porque los profetas ya habían dado testimonio de que Cristo resucitaría (Luk 24:25)

• El peligro de la incredulidad

Nosotros no recibimos la palabra de Dios de boca de un ángel, sino que tenemos la propia verdad revelada de Dios, y como Zacarías, tenemos pruebas suficientes de que esta Palabra es cierta, por lo que las similitudes entre nuestra propia experiencia y la de Zacarías es notable.

A pesar de tener la Palabra de Dios, muchas veces rehusamos creer en ella, y este es un asunto de grados de fe. Como Zacarías, podemos ser hombres rectos, pero a veces nos creemos sólo ciertas cosas de las escrituras, aceptando algunas partes, y permitiéndonos el lujo de poner en duda otras partes: somos creyentes selectivos, creyendo lo que nos gusta, y dejando de creer ciertas cosas que no nos gustan.

Zacarías nos anima a que creamos totalmente y absolutamente en la Palabra de Dios, aunque parezca ilógico o poco razonable. Si creemos absolutamente en la Palabra, nuestro gozo y esperanza serán absolutas, pero si creemos de forma limitada, ¿como serán nuestro gozo y esperanza?


Despues de pasar 9 meses mudo, Zacarías ahora nos dice a nosotros: "Cree, no seas incrédulo".

domingo, 11 de enero de 2015

Estudio de Efesios 4:4-10. La unidad del Espíritu y la diversidad de dones (Parte 1)

EFESIOS 4 : 4 – 10.

Tema: La unidad en el Espíritu y la diversidad de dones (Parte 1).

Introducción:

En el retorno de nuestras vacaciones “Efesianas”, el domingo pasado, repasamos lo que habíamos visto en los 3 primeros capítulos, y vimos cómo ya estamos instruidos en la teoría acerca de LO QUE SOMOS EN CRISTO. Pero también vimos cómo el apóstol, en los siguientes capítulos iba a cambiar radicalmente su estratagema. Iba a pasar de lo puramente teórico a lo puramente práctico (Teórico à Práctico).

Hablamos únicamente de una frase, pero que estaréis de acuerdo conmigo en que, si se analiza cuidadosamente, es muy complicada de aplicar.

Probablemente, estos 2 capítulos y pico que nos quedan por delante, van a hacernos sentir como el “sparring” de Mike Tyson. Vamos a recibir bofetadas hasta en la foto del carné de identidad. Estos capítulos van a ser especialmente duros, porque nos hablan de lo que deberíamos hacer por el hecho de ser hijos adoptivos de Dios.

¿Os acordáis de aquella responsabilidad que venía junto con las bendiciones en el mismo “kit de hijo de Dios”?. Es evidente que la voluntad del Señor opera en las bendiciones que recibimos y de las que hablamos en los 3 primeros capítulos y ahora es nuestra voluntad la que opera en “la forma en la que andamos por este mundo”, y yo os pregunto ¿Recibe el Señor de nosotros la misma respuesta que nosotros recibimos de El?, ¿Siquiera parecida?.

NO!. Su voluntad es siempre hacia nosotros y nuestra voluntad TAMBIEN es siempre hacia nosotros, y no hacia El, que es como debería de ser.

Recordad que debemos poner TODO nuestro empeño en “andar como es digno de nuestra vocación”, tal y como dice Pablo. Si nos parece que es mejor no hacerlo, es porque el Enemigo se esta disfrazando de oveja una vez mas y nos esta engañando, porque Dios nos dice que debemos hacer TODO lo que el nos pide, que eso es lo mejor para nosotros.

Aunque sea duro vamos a seguir estudiando cómo deberíamos ser puesto que somos lo que somos.

Lectura: Efésios 4:1 – 10.

Desglose:

El hecho de ser “solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz” viene a ser como la conclusión o la finalidad de las otras características de la vida cristiana, a saber: humildad, mansedumbre, indulgencia, paciencia, amor. Vemos que el versículo 4 empieza diciendo “un cuerpo, ...” y que en el versículo 16 dice “... de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido ...”, así que ES precisamente de ésta unidad introducida en el versículo 3 de la que vamos a hablar hoy.
Si preguntásemos al mundo: ¿Qué es la unidad?, ¿Qué responderían?. Vamos a tratar de describir la UNIDAD desde el punto de vista de Dios.

Según el texto que hemos leído, la unidad se podría describir de la siguiente forma: “un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación; un Señor, una fe, un bautismo, un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos.

un cuerpo” y “un espíritu”. Es evidente que el cuerpo al que se refiere aquí Pablo es la iglesia constituida por “judíos” y “gentiles”, tal y como veíamos en Ef.2:16 : “...y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades”. A pesar de ser muchos individuos independientes, gracias a la obra de Jesucristo en la cruz, ahora somos un único cuerpo en El. Es más, esta iglesia no es obra humana, sino obra del Espíritu Santo; de ahí que sea: “un cuerpo y un espíritu”.

Lexis22, “vocación” : inspiración con que Dios llama a algún estado, especialmente al de la religión.

Recordemos Ef.1:18 : “...alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado”.

Nosotros, según el Ef.4:1, debemos “vivir conforme a la vocación con que hemos sido llamados”, es decir, debemos vivir conforme al estado para el que Dios nos ha llamado. Y vemos en Ef.1:18 que este llamado de Dios produce esperanza, esperanza que es igual para toda la iglesia.

Vemos claramente que:
Los que pertenece a la iglesia de Dios, por obra del Espíritu Santo que mora en ellos, han sido llamados a vivir conforme a una vocación y este llamado, a su vez, trae una esperanza para ellos.

un Señor, una fe, un bautismo”, continúa Pablo. Vemos que sigue describiendo cosas comunes a todos los miembros de la iglesia y que hacen que realmente exista una unidad entre ellos.

un Señor”, se refiere, por supuesto, a nuestro “Señor Jesucristo”. El es Señor nuestro porque “nos ha comprado por precio”, y porque somos “su posesión adquirida” (1Co.6:20 , 1Co. 7:23 y Ef.1:14). Por lo tanto, si el es nuestro Señor, es nuestro dueño y debemos aceptar su señorío, reconocerle como nuestro libertador y soberano, confiar en Él, obedecerle, amarle y adorarle. No importa que seamos blancos o negros, hombres o mujeres, judíos o gentiles, porque TODOS confesamos al único Señor como señor nuestro. Y lo hacemos con una misma “fe”, es decir, con una misma creencia.

Aquí fe podemos entenderla como algo “objetivo”, como un credo o doctrina, o podemos entenderla como algo “subjetivo”, como confianza en nuestro Señor Jesús y en sus promesas. Es cierto que no podemos separar lo objetivo de lo subjetivo, porque cuando alguien se rinde a Cristo como su Señor, está a su vez aceptando el cuerpo de doctrina en relación con él. Pero en cualquier caso, dada su posición en el texto y su propio contexto, probablemente aquí se esté refiriendo a la parte subjetiva de la fe.

Seguidamente habla de “un bautismo”. Existe un único bautismo el cual es recibido por muchos. (Ga.3:27 : “porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos”). Por medio del bautismo sellamos (por nuestra parte) la comunión que tenemos con nuestro Señor.

Pablo comenzó en el v4 refiriéndose a la unidad basada en el Espíritu, después refirió a la unidad basada en nuestro Señor Jesucristo (v5) y ahora va a tratar la unidad basada en Dios Padre (v6).

un Dios y Padre de todos”. Recordemos 1:3, 1:17, 2:18 y 3:14-15. Al igual que en todos estos versículos, el énfasis aquí recae en la paternidad redentora de Dios. Recordemos también que en 1:5 nos recalcaba que habíamos sido escogidos para ser hijos adoptivos de Dios por medio de Jesucristo, y cómo todo padre, también es creador nuestro (3:9b : “... Dios, que creó todas las cosas”).

La relación que tiene el Padre con sus hijos la define en base a 3 aspectos. Esta sobre todos, por lo cual ejerce control y autoridad. Esta por todos, por lo que nos bendice a todos por medio de Cristo. Y esta en todos gracias a su Espíritu.

Aquí Pablo vuelve desde Dios Padre de nuevo hasta el Espíritu que opera en nosotros.

Como dice Hendriksen: “Es así como las tres hebras forman un solo hilo, y percibimos que: el Espíritu en quien está centrado el v4 y el Señor Jesucristo del v5, no deben ser considerados como entidades separadas”.

Alfredo Deaño: Introducción a la Lógica Formal. Alianza Universidad Textos/11.1993. Pag. 108
Lógica de Enunciados: Ley de contraposición (del condicional):
(p => q)  entonces  (no-p => no-q)

Hoy hemos hablado de las características de la unidad, a saber: un cuerpo (la iglesia), un espíritu, una misma esperanza, un Señor, una fe, un bautismo, un Dios y Padre. Podemos decir que si estas características se dan, entonces hay unidad en la iglesia. Y si no hay unidad, podemos asegurar que alguna (o todas) de estas características falta en nosotros. Deberíamos reflexionar sobre esto durante la semana, y orar por ello.

Pero seguro que estaréis pensando: “Es muy difícil mantener la unidad cuando nosotros somos tan diferentes”. Es lo mismo que en los matrimonios. ¿Cuántas veces habré oído: “El problema es que somos muy diferentes”.

Pues Pablo, en el S.I también sabía que lo pensaríais y, en este punto, lo que enseña la Biblia es que “en la unidad puede haber diversidad de dones”. Veamos el siguiente versículo (v7): “Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo”.

Hemos de fijarnos que empieza con un “pero”. Esto indica que Pablo sabe lo que el oyente esta pensando en este momento y no quiere que se confunda “UNIDAD” con “IGUALDAD”. No hemos de ser iguales, sino unánimes. Vemos que la unidad permite la diversidad de dones entre los miembros del cuerpo. Es mas, la diversidad usada correctamente promoverá a la unidad.

El uso correcto de los dones, es decir, de lo que Dios nos ha dado a cada uno implica: a) que el que lo usa reconoce que es algo que viene de Dios y no de sus propias habilidades y b) lo usará para beneficio de todos los miembros y no para su propia gloria. Para describir esto, no hay nada mejor que leer lo que el mismo Pablo nos dice en 1Co.12.

Si repasamos 3:2,7,8 vemos que Pablo habla de “gracia” refiriéndose al llamado de Dios para la vida de sus miembros. Es un llamado para una misión especial, que por humilde que parezca, solo puede llevar a cabo “el llamado”.

pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo. Por lo cual se dice: -- continúa Pablo – Subiendo a lo alto, llevó cautiva a la cautividad, y dio dones a los hombres. Y eso de que subió, ¿qué es sino que también había descendido primero a las partes más bajas de la tierra? El que descendió, es el mismo que también subió por encima de todos los cielos para llenarlo todo.

Evidentemente, estas palabras se refieren a Cristo. Pero si nos fijamos un poco más en la referencia de la cita (Leer Salmos 68:18), vemos que Pablo ha introducido pequeños cambios. En principio cambia algunos tiempos verbales, pero el cambio mas importante es que aquel que ascendió (en salmos) recibió dones, mientras que el que ascendió (en Efesios) dio dones.

La explicación a esto es que Pablo, guiado por el Espíritu, hace esta aplicación del pasaje de los Salmos, porque lo que el Señor ha recibido de “los cautivos” para luego repartirlo entre los hombres.

Me parece interesante el comentario de Trenchard a este pasaje (Trenchard pag 130, parrafo 2). (Aclarar lo de la procesión).

En cualquier caso, vemos cómo lo que se dice en el A.T. concerniente a Dios halla su cumplimiento en Cristo. Y es por esto por lo que Pablo hace la afirmación del versículo 9: “Y eso de que subió, ¿qué es, sino que también había descendido primero a las partes más bajas de la tierra?”. Ciertamente el que subiera no implica para nada que antes tuviera que haber bajado, a no ser que Pablo se este refiriendo expresamente a Cristo. Es cierto que esta ascensión triunfal sobre Satanás, el pecado y la muerte no habría sido posible si Cristo no hubiese descendido de las glorias del cielo al sufrimiento del mundo y aún más, al Hades, donde Cristo permaneció 3 dias antes de ascender victorioso al cielo.

Puede que esta frase “las partes mas bajas de la tierra” contraste directamente con la que aparece en el v10: “por encima de todos los cielos”. Vemos que es el mismo Jesús que descendió al Hades el que ahora esta exaltado a la diestra del padre, en posición de soberanía absoluta sobre “la creación”. Y no debemos olvidar, que este Jesús soberano es el que Dios a puesto por cabeza a la Iglesia. ¿Saber esto no es esto un gozo y un aliento?

Pablo concluye diciendo que la humillación de Cristo y su posterior exaltación tiene como fin el que “pueda llenarlo todo”. Son numerosas las explicaciones que se dan a esta frase. La que me parece mas correcta, ya que concuerda con 1:23 (la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo), es la que habla de que Cristo, como resultado del descenso al infierno donde realizó expiación por el pecado, da evidencia de que dicha expiación ha sido totalmente aceptada ya que Dios le exalta hasta lo sumo, y como el ya exaltado mediador, llena todo el universo con “bendiciones” o, si se prefiere, con “dones” (Hendriksen).

El próximo domingo seguiremos hablando de estos dones y de esta “diversidad en la unidad”.

Estudio de Efesios 4:1-3. Aspectos prácticos de la vida cristiana.

EFESIOS 4 : 1 – 3.

Tema: Aspectos prácticos de la vida cristiana.

Introducción:

Qué pasaría si, cuando vais a la consulta de vuestro dentista, os fijáis en las paredes de su despacho y descubrís que el título que aparece colgado en la pared y que corresponde a aquél que va a meteros la mano en la boca pone “Oficial de primera – mecanico. Especialidad: camiones de alto tonelaje”?

¿Cuál sería vuestra reacción?

Cuando hablo con mis amigos acerca de la facultad, siempre solemos hacer memoria de los momentos buenos: “peyas” al césped a descansar, te organizabas el tiempo como querías, no tenías responsabilidades, .... en definitiva..... una vida relativamente fácil. También solemos recordar los momentos malos...... LOS EXAMENES. En los primeros años en la facultad tratas de vivir bien sin estudiar mucho e intentar metértelo todo en la cabeza en apenas 15 días................... y te das cuenta de que no puedes; es imposible. Según vas repitiendo asignaturas te das cuenta de que hay que estudiar mucho y sobre todo.... ser constante. Esto en general suele ser el centro de las malas experiencias de un estudiante universitario: Las largas horas estudiando, el no tener vacaciones ni fines de semana sin el agobio de tener que estudiar.

Estas conversaciones son amenas y nos divierte mucho recordar aquellos buenos y malos momentos, pero siempre llegamos a la misma conclusión: “lo que se aprende en la universidad no vale para nada”. No hablo de la capacidad de asimilar y aprender, o incluso de la “base” que se haya podido adquirir, que sin duda son cosas que se obtienen en la universidad, sino de que cuando vas a pedir trabajo, te cierran todas las puertas, porque te falta algo por aprender.... LA EXPERIENCIA.

Si bien es cierto que lo que se aprende en la Universidad es bueno y necesario, no es lo que usaremos en los trabajos posteriores. Debemos aprender algo más que la teoría; debemos aprender la practica.

Pues bien, Pablo nos ha enseñado durante más de 10 semanas (3 capítulos) cuál es la teoría de lo que somos en Cristo. Ahora, si nos hemos estudiado la lección, podríamos examinarnos y obtener el “TITULO DE LICENCIADO EN CRISTOLOGÍA APLICADA AL YO”. Sería un bonito papelote que podríamos enmarcar y colgar en la pared (como Patri y Yo hemos hecho con nuestros títulos de Físicos). Y ¿De qué nos valdría esto si no lo ponemos en práctica?.

Lo que Pablo pretende es que este curso sea completo y no se va a quedar en la teoría sino que, a partir de ahora, va a enseñarnos la práctica. Si la teoría no se aplica, se olvida. Esta frase en una de las pocas cosas que recuerdo  de lo que estudie en la Universidad.

Lectura:


Yo, por tanto, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados, con toda humildad y mansedumbre, con paciencia, soportándoos los unos a los otros en amor, haciendo todo esfuerzo para preservar la unidad impartida por el Espíritu mediante el vínculo (que es) la paz”.

Desglose.


Recordáis lo que dijimos cuando hablamos de las prisiones de Pablo en el capítulo 3. Recordemos:

· Pablo (el judío) era prisionero para beneficio de los gentiles. EXTRAÑO.
· Ésta es una epístola del cautiverio porque Pablo estaba (supuestamente) en la cárcel de Roma cuando la escribió (60 – 62 d.c.).
· Pablo era realmente prisionero por causa de Cristo Jesús.

Pues bien, aquí Pablo comienza volviendo al tema de que él “está preso en el Señor”. Cuando alguien esta preso, esta recluido, confinado, sin poderse escapar del recinto que lo contiene. Pues Pablo estaba preso en el Señor. Pero seguramente esto también es un juego de palabras, ya que también estaba preso en la carcel, por causa de la obra del Señor, y es esto lo que le da la autoridad del ejemplo a seguir. Lo que llevó a Pablo a la cárcel fue el celo por vivir una vida conforme al llamamiento que recibió en Damasco. ¿Alguien recuerda este llamamiento en qué consistía? (Mensaje de Dios a Ananías – Hechos 9:15-17)

Predicar a los gentiles.

Es por esta razón por la que él es la persona más cualificada para animarnos al resto a ser igualmente fieles a nuestro llamamiento, o dicho de otra forma “a andar como es digno de la vocación con que hemos sido llamados”.

¿Alguien tiene duda de cuál es el llamamiento general de Dios a los no creyentes? (Arrepentirse y creer en Cristo para salvación)

Cuando un creyente es llamado a ser hijo de Dios, obtiene beneficios y bendiciones espirituales por ello, pero a la vez también obtiene responsabilidad. Adquiere la responsabilidad de comportarse como se espera de los hijos adoptados por Dios: creyendo sus enseñanzas, confiando en sus promesas y haciendo su voluntad. En cuanto a las bendiciones, ya las vimos en los primeros capítulos: elección, redención, ser sellados, tener acceso al trono, etc.

Pablo usa una frase meramente práctica: “os ruego que andéis como es digno”. Este verbo “rogar” (parakaleo) lleva el significado de llamar a alguien para que esté al lado de uno, con la idea de ayudar o ser ayudado, y lleva implícito un sentimiento intenso y un deseo fuerte. Pablo no está haciendo una sugerencia, lo que transmite es una norma divina sin la que no se puede sostener una vida coherente con el hecho de que somos hijos de Dios.

Además la palabra “andar” se usa con frecuencia en el N.T. para hacer referencia a la conducta diaria, a la vida cotidiana. De hecho, es de esto de lo que va a hablar Pablo a partir de ahora y hasta el final de Efesios.

Somos hijos de Dios, como vimos en los 3 primeros capítulos, hemos sido adoptados y hechos hijos suyos. Esta es nuestra vocación. Dios es el que llama. “Ninguno puede venir a mí”, dijo Jesús, “si el Padre que me envió no le trajere” (Juan 6:44). Pablo nos dijo en Romanos 8:30 que Dios... “a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a estos también glorificó” o como ya vimos al principio de esta epístola “nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él” (Ef. 1:14). Es curioso, porque nadie puede salvarse si no es por recibir a Cristo como su Salvador, pero ninguna persona puede escoger a Cristo si no ha sido escogida a su vez por el Padre y el Hijo. “No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca” (Juan 15:16). Recordad que, como dice Romanos 3:10 “No hay justo, ni aún uno; no hay quién entienda, no hay quien busque a Dios ... No hay quién haga lo bueno, no hay ni siquiera uno”. También en 1 Corintios 1:18 y 2:14 “Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios... Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente”.

Por eso es necesario que Dios tome la iniciativa haciéndonos un llamamiento.

Si nos fijamos, la idea de la unidad está presente durante toda la epístola a los Efesios, empezando en el capítulo 1 con la unidad de todos en Cristo en el fin de los tiempos (1:10) y siguiendo con la unidad de Judios y Gentiles en una misma familia (2:13 y 14). Ahora, como tenemos que vivir como creyentes dignos de la vocación con que hemos sido llamado, nos anima a vivir en unidad dentro del seno de la familia cristiana. Pero lo hace enfocándolo de una forma práctica, o mejor dicho de 5 formas prácticas que nos llevarán a la unidad y la paz.

Podríamos preguntar “¿Cómo podemos vivir vidas dignas de la vocación con que hemos sido llamados?”

Pablo nos contesta dándonos las primeras 7 descripciones prácticas de la vida cristiana: humildad, mansedumbre, paciencia, indulgencia, amor, unidad y paz. (4:2 y3)

En esta lista identificamos una serie de características de un hombre cualquiera, normal y corriente. ¿Verdad?. No, estas características son de un hombre cambiado por el Señor, de alguien que ha nacido de nuevo en el Señor. Y fijaros que lo primero que pone es:

HUMILDAD: Cuando una persona ha recibido tanto de parte de Dios, cuando el valor de lo que ha recibido no puede expresarse con palabras, podemos reaccionar de dos formas, con soberbia, o con humildad. Como cristianos, reconociendo a Dios, no tenemos mas remedio que ser humildes. La humildad ha sido llamada la primera, segunda y tercera esencia de la vida cristiana (Hendriksen). Todos nosotros somos humildes, pero .... hasta un cierto límite, ¡¡¡porque no somos TONTOS!!!. Pablo nos dice que la vida del cristiano debe ser vivida con TODA humildad. A Dios no le gustan las cosas a medias: “o estas con Dios o estas contra él”. Y es esta característica, la humildad, la que nos lleva directamente a la siguiente:

MANSEDUMBRE: El individuo humilde es manso, y por tanto es lento para insistir en sus derechos. Piensa antes de actuar y se da cuenta que ante Dios, no se tienen derechos. Todos los derechos que podamos tener son adquiridos por gracia. Hechos 16:35 - 40. Ante los hombres se deben exigir nuestros derechos (tampoco somos trapos que se puedan pisotear) pero no por ello hemos de apresurarnos a entrar en riña por causa de ellos.

Y estas dos primeras características nos llevan sin remedio a la tercera, la:

PACIENCIA: Para ejercer la paciencia, es necesario ser humilde y manso. En el principio, los cristianos debían ejercer la paciencia en grandes dosis: eran perseguidos, maltratados, incomprendidos, asesinados y debían sufrir la crueldad de los que no compartían su fe. Hendriksen hace un comentario a propósito de la paciencia que nos puede dar que pensar. Dice: “no era fácil en manera alguna la situación de una esposa cristiana casada con un no creyente. Sin embargo, si su esposo quería vivir con ella en relación matrimonial, la esposa debía permanecer con él y procurar, por medio de su conducta piadosa, ganarle para Cristo”.

Esto mismo nos lo dicen las escrituras, y es que la paciencia seria maravillosamente ilustrada en la vida de estas esposas. Pero.... esta gracia también hay que ejercitarla con los de dentro de la iglesia, porque todos tenemos faltas y debilidades. Antes de nada deberíamos pensar en la GRAN PACIENCIA que tiene Dios con nosotros, y después ver si no deberíamos nosotros también tenerla hacia el resto del mundo. ¡¡Debemos ser pacientes los unos con los otros!!. Y esta paciencia debe ser seguida por la cualidad de:

SOPORTAR O SER INDULGENTE: que a su vez va mezclada con el:

AMOR: Textualmente nos dice: “soportándoos los unos a los otros en amor”. Si nos fijamos en el contexto, no se trata de aguantar estoicamente las ofensas del prójimo sin mostrar exteriormente lo que sentimos. No se trata de “hervir en nuestro interior” mientras le mostramos una amplia sonrisa a los que nos ofenden. Antes bien, Pablo habla de que debemos soportar en amor. Podríamos referirnos a muchas partes de la Biblia para justificar esto, pero me parecen particularmente interesantes los siguientes versículos: Ro. 12:9 – 21.

La siguiente característica de la vida cristiana es la:

UNIDAD: Como podemos observar, la unidad en el espíritu viene un poco de la mano del resto de características. Difícilmente vamos a conseguir unidad si no somos humildes, mansos pacientes e indulgentes, así como amorosos con nuestros hermanos. Es por esto que debemos poner TODO nuestro esfuerzo en ello.

Y una vez mas Pablo no deja lugar a medias tintas, especifica que debemos hacer TODO el esfuerzo para conseguirlo. Este esfuerzo requerirá empeño, constancia y oración, pues es unidad impartida por el Espíritu. Esta unidad es la que se describía en el capítulo 2 entre judíos y gentiles (Ef. 2:14 – 16).

Vemos aquí que esta unidad es promovida por la:

PAZ: Cuando existen contiendas y disensiones, hay falta de unidad. Por otro lado, la Paz promueve la perpetuidad de la unidad. Vemos que Pablo habla de la Paz como el Vínculo o lazo que une a los creyentes. Sea como fuere, la paz espiritual es siempre el don del amor y da como resultado la unidad.

La exhortación para que los lectores vivan en amor y unidad es seguida por una descripción de esta unidad. La unidad y todas las características derivadas de ello se consideran derivadas del Espíritu, que ha entrado a morar en los corazones de los creyentes y de allí retrocede al Señor Jesucristo cuyo sacrificio vicario ha hecho posible el don del Espíritu, yendo, por último, al Padre que ha dado a su hijo, y junto con el, al Espíritu. Pero esto lo veremos el Domingo que viene.

Estudio de Efesios 3:14-21. El amor que excede todo conocimiento.

EFESIOS 3 : 14 – 21.

Tema: El amor que excede todo conocimiento.

Introducción:


Nos encontramos en el punto en el cual Pablo ha expuesto todas las verdades bíblicas ante los Efesios y se halla en disposición de hacer la segunda oración de esta epístola por ellos.

Al igual que en la oración anterior Pablo se preocupa de su bienestar espiritual. Mientras que en la primera vimos que oraba por el conocimiento, esta segunda la focalizará en el amor, amor de Cristo que excede todo entendimiento que, como ya veremos, también está relacionado con el conocimiento por el que oraba antes.

Es quizá la expresión “doblo mis rodillas ...” la que nos muestra el modo de orar que tenía Pablo: con humildad e intensidad a la vez. Vamos a buscar los siguientes versículos (buscar v. ss.). “Los Judíos, como Pablo, tenían la costumbre de orar de pie, pero debido a los ejemplos del Señor (Luc. 22:41), Esteban (Hech. 7:60), Pedro (Hech. 9:40), y de Pablo (Hech. 20:36), el ponerse de rodillas ha venido a ser una postura típica de los creyentes ante su Dios, como los de Tiro en Hechos 21:5, y como tal tiene su importancia, aunque es obvio que la eficacia de una oración no depende de la postura física del cuerpo, sino del sentir del corazón y la disposición de la voluntad de aquel que la ofrece” (Trenchard).

Desglose:


Pues bien, Pablo se pone de rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo. El identificar a Dios como el Padre de Jesucristo en este punto nos puede llevar a pensar en cosas como ...... :

·         Si Dios es Padre de Jesucristo y además los creyentes son adoptados como hijos de Dios, nosotros – los creyentes – somos tratados al mismo nivel que el propio Jesucristo.
·         Si Dios es Padre de Jesucristo, podemos hacernos una idea del poder que tiene, ya que Jesús dio muestras del poder de su padre cuando estuvo aquí en la tierra (p. ej. Lc 5:17b).

.... cosas que no son incorrectas, pero Pablo lo que quiere recalcar aquí es el hecho de que Dios es Padre, es “el Padre”. De hecho, en algunos manuscritos ni siquiera aparece “de nuestro señor Jesucristo”. El hecho de que este era el sentir de Pablo al escribir esto, se acentúa cuando vemos un juego de palabras, de esos que le gustaba hacer a Pablo en sus cartas: Habla del Padre (“pater”) de  quien toma nombre toda familia (“patria”). Así pues, si lo expresamos en términos análogos, la idea es: “la comunidad (familia) universal derivada del único Padre Creador”. Probablemente, en la mente de Pablo se hallaba el concepto rabínico de “la familia superior” (los ángeles) y “la familia inferior” (los judíos), aunque esta idea, lógicamente Pablo la debía entender de una forma ampliada, incluyendo en “la familia inferior” tanto a judíos como a gentiles, siempre y cuando se acogieran a la salvación de Cristo.

A partir del versículo 16 y hasta el 19 vamos a encontrar las peticiones de Pablo en esta oración. Es conveniente mencionar que el propósito de las peticiones, tal y como indica el v19b es “ser llenos de toda la plenitud de Dios”.

“La vida cristiana es un progreso, un crecer constante en gracia y conocimiento, una continua renovación a la imagen y semejanza de Cristo por el Espíritu Santo (II Pe. 1:2-11, 3:18, II Co. 3:18, etc...)” (Trenchard).

Las peticiones que hace Pablo son 3 y van enlazadas apuntando hacia este fin, se podrían asemejar de alguna forma a esta evolución en la vida cristiana. Veamos cada una por separado:

1.     En primer lugar Pablo pide “ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu” (v16). Vemos que la primera necesidad de un creyente es fortalecer y robustecer el hombre interior. En religiones como la budista, la acción regeneradora se efectúa de fuera hacia dentro. “Dominio del ser exterior para ir dominando el ser interior”, sin embargo en el cristianismo es el Espíritu Santo, que mora en nuestro interior, el que provoca un cambio desde dentro hacia fuera.

En II Co. 4:16 vemos como este hombre interior se usa en contraposición del hombre exterior que se va desgastando y deteriorando de día en día y que está llamado a desaparecer.

2.     En relación con esto, Pablo pide “la morada de Cristo en el corazón, por la fe” (v17). El verbo “habitar” en el original significa “establecer residencia” o “hacer su hogar en”; y denota una morada permanente. Vemos que el cristiano tiene que abrir su corazón y dejar que el Señor habite en el, pero no como huésped, sino como propietario, de forma definitiva. Pero solamente un hombre que haya fortalecido su ser interior será capaz de rendir su corazón a Dios. Es la misma idea que Jesús expuso en Juan 14:23: “...: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él”. Solo así se puede gozar de una verdadera comunión con Cristo y crecer hasta la madurez y plenitud deseadas por el Apóstol, o tal y como dice estaremos “arraigados y cimentados en amor

3.     Por último pide “la comprensión de las dimensiones infinitas del amor de Dios” (v 18 y 19). Lo primero a observar es que el arraigo y cimentación en el amor es lo que nos va a permitir comprender el amor de Dios. Como tenemos comunión con Cristo que mora en nosotros, tenemos una experiencia viva de ese amor, pero aquellos que se empeñen en tener a Cristo en el corazón como un huésped, en realidad no experimentarán nunca el amor de Cristo sino de una forma esporádica y poco edificadora.

Los que sigan estos pasos llegaran a “conocer el amor de Cristo, que excede de todo conocimiento”. La palabra “conocer” aquí significa “experimentar” o “conocer por experiencia propia” era lo que en otro estudio llamábamos “epignosis”. El amor de Cristo no se puede estudiar y aprender como si fuera una lección de historia, es algo que no se puede conocer con “gnosis”. El amor de Cristo no se puede entender con la mente, sino sólo por el corazón a través de la obediencia en la fe. Es algo que hay que “experimentar”. Recordemos que Dios ES amor, por lo que no habría siglos suficientes para que un humano comprendiera este amor. Tal y como escribió un poeta cristiano: “Oh, Señor, toda una eternidad será demasiado corta para poder pronunciar toda la alabanza que Tú mereces”.

Por fin conseguimos llegar a la meta “ser llenos de toda la plenitud de Dios”. Parece paradójico que algo infinito llene algo finito, pero la figura aquí es la de la esponja que se sumerge en el líquido y se empapa hasta que parezca parte del propio liquido. F. F. Bruce, comentando esta frase dice “.... el uso de la preposición eiz (eis), “hasta ... ”, (traducida erróneamente en la RVR60 por “de”), sugiere más bien una plenitud progresiva”. Es decir si leemos la LBLA encontramos: “para que seáis llenos hasta la medida de toda la plenitud de Cristo” que parece una traducción mas correcta que nuestra RVR60.

Ya para terminar, Pablo nos da un glorioso final. En el nos recuerda el poder de Dios y la abundancia de su bondad para con nosotros. Nos muestra que Dios nos da mucho mas de lo que pedimos no solo en cantidad sino en calidad.

En vista de todo lo expuesto (el contenido del gran Plan de Dios en Cristo y en su Iglesia) Pablo no puede por menos que atribuirle gloria al Padre, es decir, resaltar la manifestación de lo que Él es, y su correspondiente reconocimiento por todo lo creado. A Él le es dada la gloria que se manifiesta en la Iglesia y en Cristo como centro y vehículo principal del plan. Pablo resalta además que esto no es sólo ahora sino “por todas las edades, por los siglos de los siglos”, es decir por toda la eternidad.