domingo, 11 de enero de 2015

09 - Los peligros del pueblo de Dios: La infidelidad o la deslealtad.

Sermón de David Rivero predicado en la IBAO el 11 de Enero de 2015.
Título: 09 - Los peligros del pueblo de Dios: La infidelidad o la deslealtad.
Lecturas:  Mal 2:10-16
Enlace al sermón en Audio.

Apuntes:


Malaquías es un profeta posterior al exilio de Babilonia. Tras Babilonia vino Persia, con su Rey Ciro, el cual permitió volver al pueblo de Israel a Jerusalem. Con Esdras se reconstruyó el templo, y ya ha pasado algún tiempo desde aquello. Pero ahora las cosas no iban tan bien como deberían, porque el pueblo de Dios volvía a sus orígenes, adorando a Dios de labios, pero no en su corazón.

¿Que puede hacer el Señor? En su misericordia les envía a su profeta Malaquías, el cual tiene una conversación con el pueblo, en el cual, a lo largo de al menos 7 intercambios que suceden así: el Señor acusa, el pueblo responde  y el Señor rebate. Los cambios de interlocutor se identifican porque comienzan con el verbo "decir" (Mal 1:2, Mal 1:7, Mal 1:12, Mal 1:13, Mal 2:14, Mal 2:17, Mal 3:7, Mal 3:13-14).

El diálogo del pasaje de hoy es una terrible pérdida del pueblo del Señor, porque el pueblo viene al Señor pidiendo algo con lágrimas en los ojos, y el Señor sólo les indica el camino de vuelta (Mal 2:13).

¿Qué está ocurriendo aquí? A veces pensamos que sólo con venir a la casa de Dios, el Señor se va a agradar de ello. Y aquí vemos a esta gente que no sólo iban a la casa del Señor, sino que lo hacían con emoción. Pero ni su presencia, ni sus emociones conmueven al Señor, y por medio de Malaquías se nos enseña por qué el Señor rechaza esa actitud: es por la deslealtad del Pueblo. La palabra "desleal" aparece en 5 ocasiones entre el v. 10 y el 16.

Ellos venían a la casa del Señor, y venían emocionados, pero eran falsos, engañosos, desleales. Es lo contrario de ir en integridad.

En este pasaje hay 3 verdades principales con respecto a la infidelidad del pueblo del Señor:

• La manifestación principal de la deslealtad.
• La naturaleza de la deslealtad.
• El remedio para la infidelidad.


• La manifestación principal de la deslealtad.
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Aunque la deslealtad se nota en todos los aspectos de la vida, había un asunto que el profeta considera excepcional (Mal 2:11). ¿Cómo manchó (profanó) el pueblo el altar de Dios? Porque los hijos de Dios se habían unido con las hijas de Dioses extraños (Mal 2:14). Esto era tan extendido, que habla como si todo el pueblo de Judá (que es lo que queda de la gran Israel) hubieran abandonado a sus esposas judías y se habían casado con esposas que no pertenecían al pueblo de Dios.

Lo que dice Malaquías es que la institución establecida por Dios (parte de su pacto) estaba siendo vulnerada y alterada por la gente que era desleal.

¿Pero esto no debía ser un asunto privado y personal? Parece que Dios tiene otra opinión a este asunto, porque a los que vienen en esta situación al templo, son enviados de vuelta a su casa por parte del Señor. Así vemos que nuestra vida familiar se manifiesta en lo que sale de nuestro corazón en otros muchos aspectos relacionados con Dios y la Iglesia.

• La naturaleza de la deslealtad.
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El pecado del que se está acusando al pueblo de Israel no es un asunto menor. Satanás primero nos seduce convenciéndonos de que no pasa nada, de que es un asunto personal y que podemos seguir haciendo nuestra vida normal a pesar de esa situación. Pero si nuestra conciencia nos redarguye, Satanás nos convence de que no es tan importante.

Pero Malaquías señala 3 aspectos que hacen que este asunto sea de suma importancia:

— Solidaridad del pueblo de Dios.
— Lo sagrado del matrimonio.
— El potencial que el matrimonio tiene para hacer daño.


— Solidaridad del pueblo de Dios.

El pacto del pueblo no es sólo con Dios, sino que también es un pacto dentro del cuerpo de la iglesia. Así, al ser infieles, erosionamos nuestra relación con Dios y con nuestros hermanos.

— Lo sagrado del matrimonio

El matrimonio es una institución impuesta por Dios, y está dentro de su plan desde el mismo acto de la creación. Cuando Dios creó a la mujer hizo una, pudiendo haber creado muchas, y lo hizo con un propósito: establecer que el matrimonio fuera de un hombre con una mujer. Y cuando Dios los unió, hizo que fueran una sola carne, como si fueran una sola persona. Por esto el Señor se refiere al divorcio como un acto de violencia (Mal 2:16), porque se rompe lo que ha sido hecho "uno".

— El potencial que el matrimonio tiene para hacer daño

En el v12 vemos que el profeta espera que el Señor castigue al pueblo de Judá, porque esta no es sólo una frase de Malaquías, sino que es también una oración. Cuando ofendemos a Dios, merecemos el castigo de ser apartados de Dios y de su pueblo.

Otro efecto dañino tiene que ver con los hijos que se ven implicados. En el v.15 vemos que uno de los propósitos de Dios al establecer el matrimonio es que hubiera una descendencia para Dios. Para que los hijos sean fieles y leales a Dios, han de ver en su familia (en el hogar) un reflejo del pacto, fidelidad y relación de Dios con su iglesia. El mejor regalo que podemos hacerle a nuestros hijos es la fidelidad como ejemplo del pacto de Dios. Lo contrario a esto es cuando los hijos nos dicen ¿yo he de ser fiel en lo que tú me dices que haga, cuando tu ejemplo es la infidelidad?


• El remedio para la infidelidad.
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Dos veces pide el profeta al pueblo que se guarden en su espíritu y que no sean desleales. Este pueblo tenía una ley diferencial con respecto al matrimonio, y el profeta les pide que guarden su espíritu obedeciendo a la Palabra de Dios.

¿Cuál es nuestro ejemplo para nuestros hijos y jóvenes? A veces no es necesario que alguien esté en esta situación para que aceptemos la enseñanza. Dios nos lo enseña, y este es un asunto vital, que debemos aplicar y enseñar para el bien de la iglesia.

... Y no se trata de aceptar simplemente el hecho, de mantener las formas. Se trata de apreciar a nuestras cónyuges como parte del plan de Dios para nuestras vidas.

No debemos seguir la corriente del mundo en este asunto. Guardemos nuestro espíritu y nuestro corazón obedeciendo la palabra de Dios.

Amos 7:7 se nos da un ejemplo sacado del mundo de la albañilería. Una plomada es un instrumento que marca si una pared está vertical o si está defectuosa. Cuando uno está torcido no queremos que nos pongan algo derecho a nuestro lado, porque se manifestará nuestro defecto. Y la Palabra de Dios e nuestra plomada, contra la que nosotros somos comparados.

Y aquí Dios nos pone esta plomada respecto al tema de la infidelidad. Y lo que hagamos "de puertas adentro" sí que importa porque tiene trascendencia en todos los aspectos de nuestra vida. Ser fieles en esto es lo que se comparará con la plomada del Señor.

Todos los que estamos casados sabemos que la plomada del Señor nos deja en evidencia constante, y debemos pedir ayuda al Señor, porque sólos no podremos "enderezarnos" de forma que nos ajustemos a la plomada del Señor. Y es gracias Cristo, y es en sus fuerzas, como podemos vivir vidas agradables a Dios, y será la única esperanza de que Dios no nos eche de su lado, sino que nos acoja en su casa.

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