martes, 21 de octubre de 2014

Despedida de Pablo

Sermón de David Rivero predicado en la IBAO el 19 de Octubre de 2014.
Título: Despedida de Pablo.
Lectura: 1 Corintios 16:13-24
Enlace al sermón en Audio.

Apuntes:
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Los últimos versículos de las cartas de Pablo los solemos leer por encima, pero las palabras finales de Pablo suelen rebosar información muy valiosa de las Iglesias a las que iban dirigidas las cartas, y además vemos el pulso que Pablo tomaba de dichas iglesias.

Esta carta fue posiblemente la más complicada y la más dura del apóstol, y trataba de resolver el problema de la contaminación por parte del mundoo, pero el problema se agravaba por la mala interpretación de los Corintios ante ciertos temas doctrinales.

Esta carta (1 Co) es realmente una segunda carta (lo sabemos por referencias) y dado que aún hizo falta otra más (2 Co) entendemos que no tuvo el efecto que esperaba el apostol en los Corintios.

Pablo concluye esta carta eligiendo bien las palabras, para que no sea un simple formulismo, sino para que sus palabras tengan impacto en los Corintios.

Aquí encontramos un aspecto positivo en la despedida y un aspecto negativo:

• el aspecto positivo trata de inculcar en los lectores un sentimiento tal que les saque de los valles del egocentrismo a las alturas celestiales del amor a los demás.
• el aspecto negativo trata de sacudir a los lectores para llevarlos al arrepentimiento, para que dejaran de andar por el camino de muerte por el que estaban andando.


El aspecto positivo.
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Primero hay algunas instrucciones seguidas de un ejemplo. Las instrucciones tienen que ver con los pecados que les habían separado unos de otros ( v13 y 14 ):

1) Velar. Para que las malas doctrinas y las doctrinas del mundo no entren en la iglesia
2) Firmeza en la fe. Para que no fueran volubles e influenciables por la forma de pensar del mundo.
3) Coraje y fortaleza. Porque es lo que se necesita para permanecer firmes contra las corrientes del mundo.
4) Amor. Porque habían perdido el amor fraternal y se habían vuelto egocentristas.

Luego pasa a dar un ejemplo de algunas personas de gran calibre espiritual, tanto como para ponerlos de ejemplo (v 16-18). No todo es malo, pero hay algunos que lo estaban haciendo bien, y que son dignas de ser imitadas: Estéfanas, su familia, Fortunato y Acaico.

No sólo se mencionan a las personas, sino que hay rasgos a imitar: su dedicación al servicio de los santos, y el hecho de que confortaban el espíritu de los santos. La palabra traducida por "dedicacion" tiene el sentido de "ser adictos a". Su tiempo verbal "aoristo" hace referencia a que ellos en un momento concreto tomaron la decisión de "hacerse adictos" al servicio a los santos. No fue un ataque de espiritualidad, sino que ellos tomaron la decisión y así es como vivían desde entonces. No buscaban ser jefes, sino servir.

Hay más ocasiones en la Biblia donde aparece esta palabra. En Act 15:2 vemos que la iglesia envía delegados a las iglesias, y en la iglesia de Antioquía se "dispuso" de ciertas personas para que cumplieran con ese propósito. Otro pasaje está en Luk 7:8, donde vemos al centurión que pide ayuda a Cristo. Este militar conocía cómo funcionaba la jerarquía y afirma que él mismo estaba "bajo autoridad", y esta es la misma palabra que se usa con Estéfanas y su familia.

Pero, ¿se puede referir uno a la vida cristiana como una adicción? Lo cierto es que nos choca que se nos anime a hacernos adictos al servicio al Señor, y no que lo limitemos a una hora y media el Domingo por la mañana, como estamos acostumbrados. Esta alternativa es la que presenta Pablo, y lo hace al final de la carta, como para que la gente se quede con esta idea.

También se habla de otros, porque también son ejemplo cuando confortaron el espíritu de Pablo y el de otros. Estas personas fueron de consuelo para Pablo. Por esto eran merecedores de ser reconocidos. La pregunta que hemos de hacernos es: ¿quién soy yo en mi congregación? ¿Soy de los que animan y consuelan, o de los que hunden y machacan a los hermanos? Esa es la cuestión.

Por esta razón el apóstol pide que los imitemos y que nos sujetemos a ellos.

A continuación Pablo pasa a mandar saludos de la gente de Asia. Y aquí vemos el afecto que se tenían unos a otros, incluso se animan a saludarse con besos santos. Lo impactante es que este mandato se le da a una iglesia en la que la gente estaba enfrentada y no se saludaban.

Después de esto, en el v.21, el apóstol toma la pluma y escribe las últimas líneas de su propia mano. Pero no se conforma con firmar y poner su nombre, sino que añade algo más que tiene que ver con el aspecto negativo.

El aspecto negativo.
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En el aspecto negativo, Pablo quiere hacerles ver que deben arrepentirse. Esa llamada al arrepentimiento no es algo que pudieran ignorar, era una realidad a la que debían prestar atención, y tiene que ver con 2 palabras clave:
Anatema (maldito). Pablo dice que el que no ame al Señor sea maldito, sea anatema, sea excomulgado. Aunque la palabra y su expresión nos resulte desagradable, vemos que aún en el N.T. se usa con frecuencia Gal 1:8 y 9. Estas palabras son duras, y no tenemos que disculpar al Señor por usarla. En lugar de disculparlas, tenemos que aceptar que son mensaje del Señor. No hay opciones para los que rechazan el evangelio. El problema es que estamos inmersos del mensaje tolerante del mundo que dice que todas las religiones llevan a Dios, pero en Juan 14:6 no se afirma esto. Cristo es el único camino para llegar al Padre. También en Hechos 4:12 se dice esto mismo.

Además, los que no aceptan a Cristo, YA ESTÁN en maldición, como dice Joh 3:18 y Joh 3:36. Debemos confesar que Cristo es el Señor para poder tener vida eterna. Debemos ser adictos al evangelio para no ser anatema. En Col 1:15-18 se aclara esta misma idea. Así que o estamos en Cristo o somos anatema, o somos siervos o estamos bajo condenación.

Y Pablo tiene una segunda expresión de advertencia: Maranatha. Los eruditos no se ponen de acuerdo con su interpretación que puede ser un "El Señor ha venido", un "el Señor vendra" o un "Señor, ¡ven ya!". Pero ¿Por qué escribe Pablo esto? En 1 Tes 4:18 se usa este tipo de expresión como consuelo, pero Pablo lo usa aquí más bien, como una palabra de advertencia. Sería como un "Ojo, que el Selor viene". Hay que tener en cuenta que Cristo viene a pedir cuentas. Viene el día de rendir cuentas, así que tengamos cuidado en estas cosas y no lo tomemos a broma. Consagrémonos más al Señor antes de que venga no sea que hallemos condenación en lugar de salvación.

¿Que efecto tienen estas palabras en mi propia vida? ¿Que hago yo con el evangelio? ¿Es algo para un ratito el domingo por la mañana, o es algo que nos lleva a ser adictos del evangelio?

Aclaraciones sobre las ofrendas

Sermón de David Rivero predicado en la IBAO el 12 de Octubre de 2014.
Título: Aclaraciones sobre las ofrendas.
Lectura: 1 Corintios 16:1-12
Enlace al sermón en Audio.

Apuntes:
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Resumen en una palabra: Misiones.

Obra misionera: la obra de la iglesia fuera de la iglesia.

Aquí se habla de 2 aspectos: el material (sostenimiento económico) y el espiritual (cuidado de los misioneros).

La necesidad vital de salvación de los perdidos, hace necesarias las misiones, como único método de esperanza para estas almas perdidas. Pensar que en el fondo, se adore a quien se adore, al final se adora a Dios, es lo que ha hecho que se debilite la necesidad de las misiones.

• Todos los hombres están bajo la ira de Dios, son enemigos de Dios.
• Creer en Jesús es el único camino de salvación, y cómo creerán si no hay quién les predique.

¿Cómo dar para las misiones? De una forma sistemática y planificada.

Hay que recordar que en Jerusalén hay una necesidad puntual, una necesidad que hay que suplir. Para recogerla ha de hacerse cada primer día de la semana (sistemáticamente). No es cuando nos venga bien, o cuando nos sobre, sino de forma planificada. Y debemos hacerlo cada uno de nosotros, lo cual nos indica que es una responsabilidad de toda la iglesia, y nos deja sin excusas.

Además hay que dar según el Señor nos ha prosperado, por lo que tampoco se trata de que nos arruinemos por dar para las misiones.

También la Iglesia tiene una responsabilidad con esto, que es nombrar personas responsables que los recojan y hagan la distribución de los bienes. Estos administradores, deben ser personas de confianza. La enseñanza es que debemos ser buenos administradores y la responsabilidad de las iglesias es que haya conocimiento de las necesidades y se supla para ciertas ncesidades, no se fomenta a que una iglesia sea dependiente totalmente de otras (como ocurre en muchas de las iglesias que conocemos).

Además, la iglesia debe asegurarse de a donde van nuestros fondos, porque hay muchas organizaciones paraeclesiales que "roban" recursos humanos y materiales a las iglesias para defender sus propios principios. Ahí entran campamentos, editoriales, ongs, seminarios, etc...

Hay principios aquí que debemos aplicar entre nosotros, en nuestra iglesia: dar todos, proporcionalmente, de forma regular, y administrar bien lo recogido, además de no dejar lugar a dudas en cuanto al reparto.

Luego el apostol habla de 3 misioneros, que nos muestra que el asunto de la involucración con las misiones no acaba cuando entregamos el dinero. Y habla de 2 aspectos de la naturaleza de las misiones:

• v7: la obra misionera es la voluntad de Dios.

Esto se ve muy bien en el viaje misionero de Pablo cuando el ES les prohibió llegar a Turquía y terminaron en Troas, donde Pablo tuvo la visión del varón macedonio y vio que la voluntad de Dios era wue fueran a evangelizar Europa.

• v10: la obra misionera es la obra de Dios.

Lo que hacía Pablo (la obra de Dios) es lo mismo que hacen otros en otras partes del mundo, y por eso la responsabilidad de la iglesia no es mandar a las misiones lo que sobra, sino mandar lo mismo que tenemos en nuestra iglesia.

También vemos el cuidado que hemos de tener por las iglesias. Para ello se nos pone el ejemplo de Timoteo y Apolos.

Timoteo fue mandado mientras que Pablo estaba en Efeso. Y pide que se le trate como al propio Pablo, pero Timoteo era un hombre tímido, el cual estaba espiritualmente capacitado, pero necesitaba tranquilidad mientras esté con los Corintios. Aquí vemos que hay misioneros diferentes, pero la obra que realizan es la del Señor, y esto es lo importante.

Luego pasa a hablar de Apolos. Lo primero que deducimos es que no había rivalidad entre Apolos y Pablo con respecto al ministerio (tal y como aparenta lo que los Corintios hablan al principio de la carta). Tanto Apolos como Pablo, tienen mucho trabajo y poco tiempo, pero la intención era la de ir a los Corintios. Aquí también vemos el asunto de la buena administración, en este caso, del tiempo.

Vemos 3 misioneros, cada uno con su problemática, pero que necesitan de un cuidado y un trato por parte de las iglesias, a pesar de ser muy diferentes.

Mirando al futuro

Sermón de David Rivero predicado en la IBAO el 5 de Octubre de 2014.
Título: Mirando al futuro.
Lectura: 1 Corintios 15:50-58
Enlace al sermón en Audio.

Apuntes:
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Con el estudio de hoy terminamos con este capítulo 15 en el que Pablo trata de resolver las dudas de los Corintios acerca de la resurrección corporal de los creyentes. Las dudas de los Corintios eran porque confundían resurrección con "resucitación". Pero Pablo en el v.50 aclara que una resucitación no sería suficiente, que hace falta que el cuerpo sea transformado y esto es lo que aborda Pablo en estos últimos versículos. Para ello

Carácter de ese cambio
El consuelo que produce en nosotros hoy el saber lo que ocurrirá en el futuro.

Carácter de ese cambio
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Vamos a formularle 4 preguntas a Pablo:

• ¿En que consiste ese cambio?
• ¿Quienes son aquellos que van a sufrir ese cambio?
• ¿Cómo tendrá lugar ese cambio?
• ¿Cuándo sucederá este cambio?

Contestemos en base al texto:

• ¿En que consiste ese cambio? Básicamente en que nuestro cuerpo será incontaminable. Ese cuerpo que no se contamina y que no se corrompe encaja en ese lugar al que vamos ( 1 Pedro 3:4 ), será un cuerpo adecuado para la nueva vida.

• ¿Quienes son aquellos que van a sufrir ese cambio? Sabemos que en el NT se usa muchas veces el término "dormir" para referirse a la muerte de los creyentes ( Juan 11:11 ). Este verbo: "dormir" aparece 18 veces en el NT y su significado es exactamente eso: dormir, pero de las 18 veces que aparece, 15 de ellas hace referencia a la muerte de los creyentes. Y Pablo dice que no todos los cristianos van a pasar por la experiencia de la muerte, sino que algunos serán recogidos directamente por Cristo en su segunda venida ( 1 Tes 4:16-17 ). Todos seremos transformados, pero algunos no morirán.

• ¿Cómo tendrá lugar ese cambio? El versículo 52 dice que será "en un momento", en instante, lit. gr. "atomos". Esa transformación será en un tiempo instantáneo.

• ¿Cuándo sucederá este cambio? En el v. 52 dice que será al sonar la trompeta.

El consuelo que produce en nosotros hoy el saber lo que ocurrirá en el futuro.
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¿Hay algún consuelo para nosotros aquí y ahora? Para algunos cristianos el asunto de los últimos días y lo que sucederá es motivo de controversia. Los apóstoles hablan de este tema, no para sentar cátedra" y ser tajante doctrinalmemte, sino con una aproximación práctica: para animarnos, consolarnos y gozarnos juntos ( 1 Tes 4:18 ). Al estudiar teología debemos hacerlo para nuestro consuelo y para nuestra esperanza.

Así Pablo enfatiza en el v.54 ss el gozo que debe impregnarnos al reflexionar en estos temas.

En primer lugar nos habla de la confianza acerca del futuro (54-57), y luego de nuestra confianza y consuelo para el presente (58)

Pablo se acerca a este tema de forma irónica, riéndose de la propia muerte. ¿Que haremos cuando nos enfrentemos a la muerte? Pues probablemente estemos llenos de gozo porque vamos al fin a estar cara a cara con nuestro Señor, también miraremos atrás y diremos, "¿donde está ahora, oh muerte, tu aguijón?" Si miramos atrás, a la vida, vemos que la muerte ha estado siempre presente, incordiando en nuestras vidas. Pero ahora el apóstol nos proyecta hacia el gozo de lo que tenemos en Cristo.

A continuación el apóstol argumenta acerca de por qué la muerte ha tenido ese poder sobre nosotros (v. 56). ¿Qué causa esa ansiedad? Pablo dice que es "el pecado". Así, el pecado es lo que le da a la muerte el poder para tiranizarnos, para esclavizarnos. Ahora bien, ¿de dónde saca el pecado ese poder para tiranizarnos? Según el apostol, de la Ley. La Ley muestra cómo es Dios y cuáles son sus demandas, y nos avisa de las consecuencias que tiene el no cumplirla: "la muerte".

Pero "en Cristo", la muerte no tiene ninguna participación en nosotros, porque Cristo venció a la muerte en la Cruz y obtuvo esa victoria para nosotros. ( 1 Co 15:57 )

Pero esta mirada al futuro también nos da consuelo para el presente, y por eso Pablo añade el v. 58., donde vemos las dos consecuencias que debe tener esto en los creyentes:

– Ser firmemente fieles
– Dar fruto, y fruto en abundancia.

Por tanto debían ser fieles a lo que se les había predicado y ellos habían aprendido, y no adaptar estas enseñanzas a su propia conveniencia para amoldarse al mundo, como habían hecho.no nos debemos dejar llevar por dondequiera, llevados por cualquier viento de doctrina, sino que debemos estar firmes y constantes, sabiendo y estando asegurados en lo que nos espera.

Por otro,lado, debemos ser abundantemente fructíferos. Nuestra vida, nuestra esperanza, debe ser la que impacte al mundo y lleve fruto abundante, y no al contrario. Estamos llamados a llevar fruto SIEMPRE, y fruto abundante, no escaso.

Pablo concluye su exposición acerca de la resurrección con unas palabras muy prácticas, mostrando que las enseñanzas no son sólo para la mente, sino que las enseñanzas de Dios tienen una consecuencia meramente práctica.

La veracidad de la resurrección

Sermón de David Rivero predicado en la IBAO el 28 de Septiembre de 2014.
Título: La veracidad de la resurrección.
Lectura: 1 Corintios 15:35-49
Enlace al sermón en Audio.

Apuntes:
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En Corinto había algunos que no creían en la resurrección del cuerpo, aunque sí que lo creían respecto de Cristo. Pablo demuestra que la enseñanza es verdad, y lo hace en primer lugar algo razonado y lógico. En segundo lugar, cuando se quiere demostrar algo, hay que argumentar contra las deficiencias que se esgrimen contra la verdad que se trata de demostrar.

Hoy Pablo llega hasta el corazón (la esencia) del argumento de los que dudaban. Para ello, Pablo, contesta dos preguntas que se hacían estas personas.

1. ¿Cómo son resucitados los muertos? (v.35) ¿Cómo resucitan aquellos que sus cuerpos son destruidos en esta Tierra? La conclusión de los incrédulos decían,: "es imposible"
2. ¿Con qué cuerpo vendrán cuando sean resucitados? ¿Como estaban al morir? ¿Será un cuerpo mortal o inmortal?

Sin embargo Pablo, sin negar la complejidad del asunto da respuestas bíblicas, lógicas y razonables.hoy vamos a ver cómo responde Pablo a estas dos preguntas. 4 puntos

• Ese dudar es una necedad
• Da argumentos basándose en el mundo natural
• Luego argumenta aludiendo al poder de Dios
• Por fin responderá a la segunda pregunta.

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• Ese dudar es una necedad
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Después de todos los argumentos dados, si aún se duda es porque se es un necio. No hay opciones. Dudar no surge de una sabiduría o conocimiento superior, sino todo lo contrario, surge de la ignorancia y la necedad. Por eso el que duda es un necio.

• Da argumentos basándose en el mundo natural.
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Pablo, da ejemplos de la naturaleza para que los que escuchaban entendieran" "una semilla muere, y de sus cenizas muertas brota la planta nueva ( cf. Job 14:7, Jn 12:24 ). Así la naturaleza ratifica que de algo muerto puede surgir la vida. Por esto Pablo les llama necios, porque Dios que ha hecho la naturaleza sabia y que cumple un patrón claro, y los Corintios no lo veían.

• Luego argumenta aludiendo al poder de Dios.
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Y ¿por qué la semilla brota una vez muerta? Porque Dios lo ha hecho así, lo ha creado así por su poder (v. 37 y 38). E igual que hizo a las plantas hizo a los animales (v.39), por su poder Dios creó toda la variedad de la naturaleza. Y los Corintios decían que Dios tenía poder para todo esto, pero que no podía con la muerte. Y esto es absurdo. Si Dios lo ha creado todo (incluida la naturaleza com toda su complejidad) ¿no será capaz de hacer que los hombres resuciten con un cuerpo glorificado que surja de la corrupción de la muerte del cuerpo terrenal?

Así los que dudaban volvían a quedar en una posición ridícula e inconsistente.

Jesús argumentó contra los Saduceos, los cuales no creían en la resurrección y ocupaban su tiempo en argumentar con acertijos y razonamientos complejos para justificar su postura. A Cristo le plantearon una situación así ( Mar 12:24 ), y Cristo les contestó diciendo que pensaban así por su ignorancia de las escrituras y del poder de Dios.

• Por fin responderá a la segunda pregunta.
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Por último Pablo, tras mostrar la necedad de la duda y dar argumentos basados en la naturaleza y el poder de Dios, contesta a la pregunta de ¿cómo serán los cuerpos resucitados?

Pablo responde en 1 Co 15:42-49, y lo hace desde 2 perspectivas:

- Primero, argumenta que los cuerpos espirituales, serán de mejor calidad que los terrenales. Serán mas excelsos y más perfectos. Y usa 4 contrastes para recalcar que los cuerpos resucitados no serán peores, sino mejores, superiores. Dice que los cuerpos resucitados serán incorruptibles, que serán cuerpos honrosos, que serán cuerpos poderosos, y por último, serán cuerpos adaptados al entorno en el que han de vivir.

- En segundo lugar, Pablo afirma que el cuerpo resucitado, será semejante al cuerpo de Cristo resucitado. Curiosamente, se sabía que el cuerpo de Jesús resucitado no era igual que el cuerpo resucitado (hay 2 apóstoles, que de camino a Emaús, no reconocieron a Cristo mientras que andaba a su lado durante akilómetros). También en este argumento el argumento de Pablo va de menos a más. Así nuestro cuerpo terrenal es hecho a semejanza de Adán, mientras que el celestial es hecho a la imagen de Cristo. El primero es un cuerpo físico, corruptible e imperfecto, como el de Adán, mientras que el segundo será semejante al de Cristo.

CONCLUSIÓN.

¿Qué aplicación tiene esto para nosotros? Pues si todos llevamos la imagen de Adán por nuestra conexión con el primer hombre, debemos buscar estar conectados con cristo para poder tener un cuerpo resucitado semejante al de Cristo. ¿Y cómo nos conectamos a Cristo? Por medio de la fe, creyendo en Cristo y obedeciendo sus mandamientos ( 1 Jn 3:2 ss ).

Razones por las que es necesario creer en la resurrección.

Sermón de David Rivero predicado en la IBAO el 21 de Septiembre de 2014.
Título: Razones por las que es necesario creer en la resurrección.
Lectura: 1 Corintios 15:20-28
Enlace al sermón en Audio.

Apuntes:
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Recordemos que había Corintios que aún defendiendo la resurrección de Cristo no creían en la resurrección corporal de los muertos. Por eso el apóstol tuvo que escribir este capítulo, para aclarar que no se puede dar una cosa sin la otra ( 1 Co. 15:13 y 16 ). Para desmontar esto, Pablo amontona una serie de evidencias para demostrarles el gran error en el que se encontraban los Corintios, ya que la esencia del evangelio reposa en esta creencia.

Esta carta es una respuesta a otra que mandaron los Corintios a Pablo con unas preguntas, y Pablo responde a su pregunta. Ya vimos diferentes razones  por las que los Corintios podían haber llegado a esta conclusión: 1) la concepción helenista de que el cuerpo es malo y la muerte era una liberación del cuerpo, 2) la herejía de Himeneo y Fileto, que espiritualizaban la resurrección, dejando a los creyentes sin esperanza, y 3) por influencia de los saduceos que no creían en la resurrección.

Así, bajo esta aproximación, la única opción era disfrutar al máximo de esta vida porque eso es lo único que tenemos.

En respuesta Pablo dice que el evangelio ya se había predicado y que los Corintios lo habían creído. Y el evangelio se compone de 3 partes insarables:

• Cristo murió según las escrituras
• Fue sepultado
• Cristo resucitó al tercer día, según las escrituras.

Además Pablo se apoya en el hecho de que la resurrección es un hecho histórico, con muchos testigos, muchos de los cuales aún estaban vivos.

Así lo nuevo no es la enseñanza de la resurrección, sino el no creerla.

Después Pablo se encarga de ver cuáles son las consecuencias de no creer en la resurrección de los creyentes. Y lo hace a través del siguiente silogismo:

- Los hombres no resucitan,
- Jesús es un hombre
- Por tanto, Jesús no resucitó

La consecuencia de negar la resurrección del cuerpo de los creyentes, es negar la propia resurrección de Cristo. Además había consecuencias.

La consecuencia para los predicadores es que están predicando una mentira, una falacia, y esto sería un absurdo, y además el sufrimiento padecido por los que predican sería en vano, y además tendrán que dar cuentas ante el creador de haber predicado una mentira.
La consecuencia para los que han creído es que los creyentes han asumido ciertas verdades: 1) somos pecadores y estamos separados de Dios 2) Dios ha abierto un camino de salvación a través de la vida, muerte y resurrección de Cristo. Si no hay resurrección de Cristo, no hay esperanza.

Por último Pablo avisa a los Corintios que estas cosas están ocurriéndoseles a los Corintios porque se han dejado seducir por la influencia del mundo. Porque se han mezclado con el mundo y en lugar de ser ellos los que han influenciado al mundo, fue el mundo el que les influenció a ellos.

Pero Pablo termina haciendo una afirmación: "¡Pero hay una resurrección!", es decir ¡hay esperanza!. El evangelio y la resurrección no soluciona sus problemas del creyente, pero le da esperanza, le da la esperanza que los Corintios habían sepultado al dejar de creer en la resurrección, desmoronando así los pilares sobre los que se apoyaba su fe.

¿Y nosotros? ¿No necesitamos que nos den esperanza de que hay resurrección? La resurrección de Cristo es una realidad histórica y es parte esencial del evangelio de Dios.

Ahora, Pablo da 2 razones por las que es necesario creer en la resurrección:

1) Porque es el propósito por el que vino Cristo  al mundo.

El propósito de Cristo al venir al mundo era ser las primicias, es decir, ser el primer fruto de una cosecha completa de creyentes que habían de ser resucitados. Los Judíos tenían una fiesta para la cosecha, fiesta que sucedía un día específico: el sábado siguiente al último día de la Pascua ( Lev 23:9-21 ). En Deut. 26 se describe esta fiesta, la cual era un acto precioso, porque reconocían y agradecían que Dios les había bendecido a lo largo de la historia, y que Dios era el único responsable de esas primicias.

Aproximadamente en el año 33, el sábado siguiente al último día de la Pascua, el día de la fiesta de la cosecha, Dios recibió las primicias de los que habían muerto, a Cristo resucitado.

Pablo, después, presenta el argumento de Adán y Cristo. En este argumento, Pablo recuerda que por la muerte de un hombre, todos somos muertos, y de la misma manera, por la muerte de un hombre todos serán salvados. La forma de actuar es la misma: Adán y Cristo fueron representantes de toda la raza humana, y las consecuencias de sus actos afectaban a toda la raza humana.

Y hasta aquí llegan las similitudes entre Adán y Cristo, porque lo demás son diferencias: como por ejemplo, que la salvación de Cristo es sólo para los que creen, mientras que los que mueren en Adán mueren todos, o también, que en Adán la identificación es en su muerte, mientras que en Cristo, la identificación es en la vida, en la resurrección.

2) Porque la disposición final de su reino lo demanda.

Ahora Pablo da 3 verdades importantísimas:

- Cristo ha recibido un reino del Padre
- Hasta ahora Cristo está reinando hasta que todos sus enemigos sean vencidos
- Cuando todos los enemigos sean vencidos, Cristo entregará el reino al Padre.

La redención, literalmente, es comprar de nuevo algo que tuvimos pero que ahora no tenemos. Y esto es exactamente lo que hace Cristo con su muerte, con lo que Pablo nos está llevando de nuevo a Génesis 1, porque el plan es traer todas las cosas de nuevo a la sujeción inicial, eliminando todo lo conseguido por el mal.

Un reino es un conjunto de personas que se someten a la autoridad de un Rey. Eso sucedió en el Edén, y ahora Cristo está recomponiendo ese reino que fue destruido. Tras su muerte, Cristo se enfrentó a las fuerzas del,mal y tuvo una gran victoria sobre ellas. Pero en esta historia hay un "ya" y un "todavía no". Pero habrá un final, la lucha no va a durar para siempre. Cuando el Señor tenga a sus súbditos bajo su reino entregará el reino a su Padre ( 1 Co 15:28 ). Esa es la meta de la redención.

En su argumento de este plan de redención hay una mención a un enemigo en particular: la muerte. Ese será el último enemigo que será destruido. Los enemigos son: el pecado, Satanás, etc..., pero ¿por que la muerte es usada por Pablo como el último enemigo que ha de ser vencido? Es para enseñar a los Corintios que el reino de Cristo debe reinar sobre todos los enemigos, incluida la muerte. Por eso si negamos la resurrección, el peor enemigo del cristiano, que es la muerte, reinará sobre nosotros y Cristo no Reinará sobre todo.

Así predicamos que la muerte no tendrá la última palabra, sino que la última apalabra será dicha por Cristo. Este es el evangelio que creemos y este es el evangelio que predicamos. Esta es nuestra esperanza. Gocémonos en la resurrección que nos espera.

La esencia del cristianismo

Sermón de David Rivero predicado en la IBAO el 7 de Septiembre de 2014.
Título: La esencia del cristianismo.
Lectura: 1 Corintios 15:1-11
Enlace al sermón en Audio.

Apuntes:
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La carta a los Corintios es una carta de respuesta a una que le mandaron los Corintios con una lista de situaciones, dudas y problemas que los Corintios tenían

La pregunta que más sorprende es la que se trata en este capítulo, porque parece que los corintios estaban algo escépticos en el asunto de la resurrección. Parece que algo que habían aceptado, ahora tenían dudas. Quizá consideraban un hecho histórico como la resurrección de Cristo, pero no creían en que esta resurrección garantizaba su propia resurrección.

Este problema tenía su origen en el pensamiento griego de que el cuerpo era intrínsecamente malo, y que el alma estaba como encarcelado en él. Así cuando venía la muerte, el alma era liberada. Ahora, con esto en mente, la predicación del evangelio les dice que después de muertos serán de nuevo encarcelados en un cuerpo. Esto podría ser la razón de sus dudas. Otros piensan que las dudas podían venir por la influencia de Imeneo y Fileto (2 Tim) cuya doctrina "comía como la gangrena". Y se dice de ellos que se desviaron de la verdad porque decían que la resurrección ya había sucedido en un sentido "espiritual". Otros apuntan a la posibilidad de que la existencia de algunos convertidos de origen Saduceo, y los saduceos no creían en la resurrección, habían sembrado la semilla de desconfianza con respecto al tema de la resurrección.

Pablo considera estas dudas como una calamidad enorme. La primera línea de ataque la tenemos en el v.12. En las próximas semanas estudiaremos lo que dice el apostol.

- el apostol demuestra que la resurrección de Cristo había incluido el tema de la resurrección y no era un tema que se hubiera omitido en principio.
- luego demuestra que la resurrección de Cristo está intimamente relacionada con la resurrección de los creyentes
    - 12-34 explica cómo la res. De C garantiza la resur. De los hombres
    - 35-49 luego habla de como será el cuerpo resucitado.
    - 50-50 son una palabra de consuelo y animo para los cristianos.

Hoy vamos a dirigir nuestra mirada al primer párrafo, explicando aquí el apostol el argumento de que la resurrección ya fue predicada en 2 sentidos:
    - un sentido teológico.
    - un sentido histórico.

Terminaremos hablando de la importancia de la resurrección.

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El sentido teológico.
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Pablo intenta resolver la pregunta ¿que significa ser cristiano? Los cristianos debemos coincidir en las doctrinas más básicas del evangelio, independientemente de nuestro trasfondo. El problema es que no sabemos qué cosas son las más básicas, porque no hemos recibido un discipulado básico.

Así, podríamos decir que un cristiano es aquel que ha escuchado y creído unas doctrinas determinadas, que el apostol resume en los versículos 3 y 4:

- Cristo murió por nuestros pecados según las escrituras,
- Fue sepultado,
- Y resucitó al tercer día, tb según las escrituras.

El primer punto alude a la muerte vicaria de Cristo, cargando en su cuerpo el pecado de los que creen en él, satisfaciendo así la demanda de justicia del Padre. Esto es lo primero que un cristiano debe creer ( Rom 5:6 ). Esta es la esencia del evangelio, y sin esto no somos cristianos. ( 1 Pe 2:24 ). Así el apóstol presenta esta muerte vicaria como lo más básico, y además dice que esto lo habían predicado desde el principio. Y además no lo hicieron como algo novedoso, sino que es algo conforme al Antiguo Testamento que muchos ya conocían ( Isa 53:1ss ), donde también aclara que su sufrimiento y muerte es por nosotros y no por su propia culpa. Dios cargó en Él todo nuestro pecado.

En segundo lugar, Jesús fue sepultado. Esto también fue enseñado. El enterramiento de Cristo parece un asunto insignificante y sin importancia, pero la tumba implica dos cosas: que hubo una muerte real, y si la tumba estaba vacía es porque había una resurrección real, una desaparición que podía ser investigada en el lugar físico donde fue dejado el cuerpo.

En último lugar está la resurrección corporal de Cristo, desbancando la idea de una resurrección física. El cuerpo de Cristo resucitó, dejando la tumba vacía.

Este es el argumento de Pablos, esto es lo que ya se les había predicado, y esto es lo que ya habían creído, si no habían creído en vano. ( 1 Co. 15:1-2). La continuidad es la evidencia de una fe genuina.

El sentido histórico.
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La teología explicada por Pablo, estaba basada en hechos históricos. El testimonio de la resurrección de Cristo tiene más base histórica que muchas otras creencias que no se ponen en duda.

En primer lugar, se alude a los testigos:
   — Pedro, el cual tenía un prestigio y una autoridad entre el pueblo. Pedro fue un testigo especial de la resurrección de Cristo, cuando se le apareció personalmente después de muerto.
   — También son testigos los discípulos ("los doce").
   — También un grupo de más de 500 a la vez ( 1 Co. 15:6 ), de los cuales muchos viven, por lo que ante la duda, aún se podía ir a preguntarles.
   — También Jacobo, el hermano de Jesús, el cual hasta la resurrección no creía en lo que decía su propio hermano ( Jn 7:5 )
   — Por último menciona a todos los apóstoles, no sólo los 12 iniciales, sino el grupo completo con Tomás.
   — Y además, el último, como un hijo no deseado, estaba el propio Pablo.

Así Pablo pone de manifiesto que hay muchos testigos presenciales (mártires) que estaban dispuestos a dar su vida por este testimonio.

La importancia de la resurrección.
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Todos estos testigos tenían en común la predicación de la resurrección de Cristo como base del mensaje del evangelio y como un hecho histórico. Pero lo realmente importante es que la resurrección de Cristo y la de los Cristianos están ligadas.

Por eso, si me llamo cristiano, ¿que he tenido que creer? ¿Que marca la diferencia? De eso hablan estos versículos. La resurrección de Jesús es un hecho avalado por la historia, por lo que no debemos tener temor de confesar que creemos en ello, porque hay base científica y demostraciones más que suficientes para demostrar que es un hecho histórico.

¿Hemos creido en esto? ¿Seguimos crellendo en ello?

Epílogo de la vida de David

Sermón de David Rivero predicado en la IBAO el 31 de Agosto de 2014.
Título: Epílogo de la vida de David.
Lectura: 1 Crónicas 28 y 29
Enlace al sermón en Audio.

Apuntes:
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 En estos dos capítulos se resumen los últimos momentos de la vida de David

En el v 1 vemos la audiencia que tenía David, pero lo que queremos ver hoy es lo que David quería compartir con estos hombres, la cosas que ocupaban el corazón y la mente de este hombre. Y vamos a ver 4 cosas

- Fue un tiempo de reflexión.
- Fue un tiempo de responsabilidad.
- Fue un tiempo de ratificación y reafirmación de su fe en el Señor.
- Fue un tiempo de regocijo.

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- Fue un tiempo de reflexión. ( 1 Cr 28:2-8 )
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David recuerda que Dios frustró su plan de edificar un templo a Dios, y que Dios le dijo que sería Él el que edificaría a David un templo espiritual. Y aunque esto frustró a David, esto no minó la fe de David, sino que David se conformó. Así David estaba a punto de morir sin ver su sueño cumplido, pero no miró hacia atrás con rencor, sino que lo hizo para ver lo que Dios sí que hizo en su vida, como ser elegido por Dios a pesar de provenir de una familia humilde de un pueblo humilde y ser el menor de los hermanos (v2).

Además David recibió la promesa de que su dinastía perduraría y lo haría para siempre.

Así vemos en David una actitud que debemos tener todos: No frustrarnos por los sueños no conseguidos, sino mirar atrás para ver lo que Dios hizo en nuestras vidas. ¿Quién tuvo el mejor plan? ¿Dios o nosotros? Este es un asunto de soberanía. Si Dios es el amo de nuestros destinos, no le culpenos por las cosas que no hemos completado de nuestros propios planes, porque Su propósito para nuestra vida es algo que no tiene comparación ( Rom 8:28 ).

Jer 29:11 transmite la misma idea. ¿Cuál es el fin que esperamos? David esperaba dar la gloria a Dios construyendo el templo, pero al final lo hizo de la forma en que Dios tenía planeado, y no como él tenía previsto.

¿Cuáles son tus sueños frustrados? Y reflexionando en esto, ¿cómo reaccionamos al comprobar que muchos de nuestros sueños no se cumplieron? ¿Nos fijamos en lo que Dios sí nos ha dado? Debemos aprender a contentarnos cualquiera que sea nuestra situación.


- Fue un tiempo de responsabilidad. ( 1 Cr. 28:9 - 29:1 )
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Seguido, David se dirige a Salomón. David sabe que su hijo va a tomar las riendas de la nación y quiere que esté preparado. David habla a Salomón en 2 ámbitos

El primer ámbito es el de la relación entre Salomón y Dios (v8ss) y desafía a su hijo a mantenerse puro de corazón y cercano al Señor. Esto debería ser el deseo de todo padre. Por eso David no hace un brindis al Sol, sino que instruyó a Salomón en los caminos del Señor. Así David le dice a Salomón que busque a Dios.

El segundo ámbito es práctico, y le comenta acerca de la construcción del templo que tendrá que llevar a cabo, y de las presiones que sufrirá. Y vemos en el v.10 cómo David le pide a Salomón que se esfuerce por cumplir lo que Dios había dicho que debía suceder, porque es fácil que Salomón dudará ante las presiones y dificultades, pero la responsabilidad de cumplir lo que Dios había predestinado era de Salomón y el esfuerzo y el compromiso debe ser de parte de Salomón. Por eso le dice lo que aparece en 1 Cr 28:20.

Nuestros jóvenes nos observan, y ¿que oyen de nosotros? ¿Desánimo? ¿O escucharán palabras de ánimo porque sabemos que Dios está con nosotros? Aquí tenemos a un hombre que lo ha pasado muy mal, y que a pesar de eso, transmite ánimo a su hijo, porque realmente él no está desanimado. ¡Tenemos una gran responsabilidad con lo que transmitimos a los que nos observan!

- Fue un tiempo de ratificación y reafirmación de su fe y confianza en el Señor. ( 1 Cr 29:1- 8)
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David pide al pueblo que dé para tener materiales para construir el templo. Primero dio David una generosa donación, y el pueblo respondió de forma espectacular. David lo que hace es afirmarse en su confianza al Señor y se desprende de posesiones que él considera que son de Dios. David reconoce que todo pertenece al Señor y en el v.10-12 le vemos reafirmando esta verdad para sí mismo.

En 1 Cr 29:14ss se vuelve a si mismo para ponerse en contraste con la generosidad de Dios. David reflexiona en la transformación que Dios ha hecho en si mismo.

Nosotros no predicamos el evangelio de la properidad, pero sabemos que le damos a Dios de aquello que recibimos de él, que es la reflexión de David.

Y David continua orando por Salomón en 1 Cr. 29:19. David es un hombre de oración hasta el final, y pide al Señor las bendiciones que realmente Dios quiera darle. David ha sido un hombre de oración y alabanza, y quiere seguir siéndolo hasta al final. También en esto vemos en David a un tipo de Cristo. Este debe ser también nuestro anhelo. Debemos recordar que Dios nos sacó de la muerte del pecado y me puso en el camino de la vida eterna, y aunque el camino no sea agradable Dios nos recogerá al final

- Fue un tiempo de regocijo. ( 1 Cr. 29:20-25 )
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En los últimos párrafos vemos el traspaso de la monarquía de un Rey a su heredero. Y es un tiempo de regocijo y alegría. Por eso ofrecen tantos sacrificios y alaban al Señor.

David guía al pueblo a alegrarse y regocijarse por la provisión que Dios sigue dando a su pueblo.

¿Como dejaremos nosotros este mundo? No tiene que ser necesariamente con una nota amarga, sino que podemos dejarlo con una nota de gozo, regocijo y alabanza al Señor.

En este pasaje vemos que el que aquí está diciendo esto no son los familiares, sino el que va a a fallecer. Y vemos que está repleto de gozo, porque sabe que va llegar a la meta y que va a recibir el galardón. Este convencimiento es el que vemos en 2 Tim 1:12. Antes o después pasaremos por esta experiencia de David, y ¿cómo vamos a dejar este mundo? ¿Lo haremos frustrados y amargados, o lo haremos con gozo, regocijo y alabanza?

Pablo, cerca del momento de su muerte también hace una reflexión de gozo y alabanza para él y para todos los creyentes. Esta es nuestra responsabilidad también, porque de esa forma indicamos el camino para los que no están en este camino.

David censa al pueblo: El pecado y sus consecuencias

Sermón de David Rivero predicado en la IBAO el 24 de Agosto de 2014.
Título: David censa al pueblo.
Lectura: 2 Samuel 24:1-25
Enlace al sermón en Audio.

Apuntes:
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Cuando pensamos en la vida de David, una de las cosas que vienen primero a nuestra mente es el adulterio con Betsabé, y nos parece que este es su momento más bajo espiritualmente.

Hoy vamos a considerar este pasaje que nos muestra el que posiblemente fue el mayor pecado de David: hacer un censo.

— La tragedia del pecado de David.
— El trauma que supuso para el y para otros.
— Enseñanzas prácticas.

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— La tragedia del pecado de David.
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El pecado siempre es una tragedia ( Gal 6:1 ). Cuando vemos caer al hermano, nuestra primera reacción debe ser examinarnos a nosotros mismos. Hay veces que nos solidarizamos con los que pecan, pero a veces el pecador va consciente,ente avanzando hacia el pecado por decisión propia. Esto es lo que ocurre con el pecado que David comete en este caso.

En primer lugar vemos que la ira estaba involucrada (pecado de ira, 2 Sam 24:1 ). Por un lado estaba la ira de Dios y la ira de David.

Dios podía estar airado contra Israel (y David contra la gente) seguramente por algunas razones:
   • La sedición de Absalom y la gente que le siguió,
   • Seba y su rebelión contra David (y contra el Señor)
   • Los corazones del pueblo se habían hinchado por las diferentes victorias. Deut. 8:10-14 habla de una profecía que podría ocurrir y que entendemos que en tiempo de David ocurrió.

Cualquiera que haya sido la razón! Dios estaba airado contra Israel, y permitió que Satanás tentara a David para que hiciera el censo. Lo que está claro es que debemos tener cuidado con la ira de Dios, y debemos tener cuidado con nuestra propia ira, porque su consecuencia son cosas que no queremos. (El que pierde los estribos, aterriza malamente) ( Ef. 4:26 )

En segundo lugar es un pecado de arrogancia. ( 2 Sam. 24:2 ). ¿Que hay de malo hay en hacer un censo? Lo mismo que hay de malo en cualquier cosa cotidiana que hagamos voluntariamente contra el Señor, por arrogancia. El contexto es lo que lo hace malo. David está actuando influenciado por su orgullo.

En tercer lugar es un pecado de agresión. ( 2 Sam. 24:3 ). A David le dicen que no era necesario hacer el censo. Que no dependían de los números. Pero este buen consejo fue desoído y David puso sus galones por encima de los de su consejero. David pecó a sabiendas que lo estaba haciendo.

— El trauma que supuso para el y para otros.
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En los versículo 5 al 16 vemos esto. El pecado de David le afectó a él y a todo su pueblo.

En primer lugar vemos el trauma de su convencimiento ( 2 Sam. 24:10 ). Al poco de recibir el censo, David se da cuenta de que ha cometido un error. Cuando pecamos, sólo hace falta un momento para darnos cuenta y tener el convencimiento de que hemos pecado. El Señor ha cambiado el corazón de David por el Espíritu Santo ( Joh.16:7ss ) Dios convenció a David. Heb 12:5ss nos habla de esto mismo. Dios es el que nos da convicción de pecado.

El Señor no sólo pone el trauma del quebrantamiento, sino que también puso las ganas de hacer algo al respecto ( 2 Sam 24:10-13). Dios le permite a David escoger su propio castigo. David no sabe qué hacer, pero sabe que el pueblo lo va a pasar mal por su culpa, porque en al menos 2 de las opciones él quedaría impune del castigo) Y David pone este asunto en manos del Señor y decide pedir la opinión del pueblo.

Dios dice en numerosas ocasiones y de diferentes maneras que "lo que el hombre sembrare eso también segará". En Hag 1:16 se nos dice que podemos tener, pero no suficiente, por culpa del camino elegido. También tenemos el caso de Job que Dios le probó y no fue por su propio camino, pero lo normal es que si no tenemos suficiente debemos considerar nuestro camino, nuestra situación.

En tercer lugar vemos el trauma del castigo. Se elige la opción de la plaga y la consecuencia fue que murieron 70.000 personas del pueblo de Dios. Este pasaje debe ser una advertencia, porque la consecuencia de nuestro pecado puede afectar a muchos.

— Enseñanzas prácticas.
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Lo primero que aprendemos es la confesión de la que se habla en 2 Sam 24:17. Por esta confesión es por lo que a David se le llama que era un hombre conforme al,corazón de Dios, no por no cometer faltad sino por la forma en la que trata sus propias faltas. David busca enseguida ponerse a bien con su Señor. No busca suavizar la situación, sino que va al Señor a confesar su pecado.

En segundo lugar vemos la contrición de David (v. 17b). David dice: Yo pequé, yo debo pagar. Pero David no busca la solución fácil, sino que busca las manos que aman, que perdonan, que abrazan....

El pecado siempre es nuestra culpa. Cuando un pecador se da cuenta de su pecado, se muestra a su Señor "contrito y humillado". No oculta su pecado.

En último lugar David conoce el alto coste del pecado ( v18-25). David va a una era a hacer el sacrificio y evita que se le regale aquello que iba a ser ofrecido ( Pro 3:9 ). Ofrecer aquello que no te cuesta nada no es agradable a Dios. David no quiere ofrecer una apariencia de sacrificio. David quiere ofrecer de sus bienes, David quiere que le cueste a él el sacrificio que iba a restaurar la paz entre él y su Señor.

¿Qué implica esto para nosotros? A veces renunciar a cosas que tenemos como muy queridas. Y cuando el Señor bendice a la Iglesia es cuando esta se sacrifica, pero Dios bendice a las Iglesias que viven conforme a su voluntad y se sacrifica.

Otra lección es que para restaurar la relación con Dios alguien debe morir, alguien inocente. En este lugar donde David hizo su sacrificio fue donde Jacob iba a sacrificar a Isaac, y donde más adelante Jesucristo moriría. David tuvo que hacer un sacrificio para restaurar su relación con Dios, pero nosotros tenemos a Cristo que murió para que por su sangre nosotros podamos tener una relación estrecha y duradera con Dios.

Diferentes actitudes ante la vuelta del Rey

Sermón de David Rivero predicado en la IBAO el 3 de Agosto de 2014.
Título: Diferentes actitudes ante la vuelta del Rey.
Lectura: 2 Samuel 19:15-20:1
Enlace al sermón en Audio.

Apuntes:
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Absalom ha muerto y David está volviendo a Jerusalem para tomar posesión de su trono. Entre el pueblo hay desacuerdo con respecto a la vuelta del Rey. A algunos le gustaba la idea de la vuelta del Rey, pero a otros no. Así, en el camino de vuelta del Rey a Jerusalem se encuentra con 5 personas que van a tener 5 actitudes diferentes ante la vuelta del Rey:

• Siba
• Simí (o Simeí)
• Mefiboset
• Barzilai
• Seba

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El estudio de hoy es para ver cómo cada uno de estos personajes salió a recibir al Rey en su regreso a su reino, y lo vamos a enlazar con la vuelta de otro Rey: Jesús, el cual murió y subió al cielo, pero prometió regresar ( Joh 14, Act 1:9, Rev 22:20 ). ¡El Rey vuelve! Esta es una promesa de bendición para los que siguen al Rey, pero puede ser promesa de calamidad para los que no lo siguen.

¿Como vas a recibir tú al Rey Jesús cuando vuelva? En los 5 personajes mencionados vemos 4 actitudes:

— Preocupados ( 2 Sam 19:15-23 )
— Con esperanza activa
— Trabajando
— Estando fuera

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— Preocupados ( 2 Sam 19:15-23 )

Siba es el que informó a David acerca de la existencia de Mefiboset cuando David preguntó si quedaba algún descendiente de Saúl. Pero Siba tenía motivos para estar preocupado. En 1 Sam 16:1ss vemos que Siba sale para dar cosas buenas a David, pero difama a su señor, que en ese momento era Mefiboset. En este punto David se precipita y cae en la artimaña de David, el cual tomó la decisión de responder ( v.4 ) dándole a Siba todo lo que era de Mefiboset. Siba había mentido al Rey, por eso ahora, que el Rey regresa, se puede descubrir todo el pastel y esta preocupado.

Aquí tenemos el retrato del hipócrita, que dicen amar a Dios y le dan aparentes regalos, pero luego saben que hay mentiras que no quieren que el Señor descubra. Por eso no podemos actuar como el hipócrita, quedándonos con la mayor parte de nuestro corazón. Por eso debemos ser santos como Dios es santo, no viniendo con hipocresía, sino con un reconocimiento sincero.

¿Vamos a estar preocupados cuando venga Cristo? Si no tenemos una vida entregada a Dios, tenemos motivos para estarlo, porque cada cual tendrá que dar cuentas de sí. ¿Entonces, no podemos hacer lo que queramos? Sí, pero luego tendremos que dar cuentas a Dios ( Ecl 11:9 ) porque Dios no puede ser burlado. Y si nuestra tendencia es a pecar, ¿soy realmente salvo?, porque si buscamos nuestros intereses y no los de Dios, ¿somos verdaderamente salvos? Junto con la salvación viene el deseo de hacer lo que él nos pide.

Junto a Siba, vemos a Simeí, que también estaba preocupado, porque había difamado y apedreado al Rey cuando salía de Jerusalem, y ahora ve que el Rey vuelve y trata de evitar la represalia pidiendo perdón, pero cada cual tendrá que dar cuentas de sí ( Rom 14:12 ). En 1 Co 3 se nos da haliento, en la imagen de los dos edificios, que estando sobre el fundamento que es Cristo, edificamos, pero ¿con que materiales? Todos daremos cuentas de las obras hechas durante nuestra vida ( Rev 13:11ss ). Dios nos llama hoy a ponernos a bien ante el Rey, y lo mejor que podemos hacer es humillarnos ante él. No debemos estar preocupados por el regreso del Rey, sino que podemos estar tranquilos, y sabemos que Jesús volverá.

— Con esperanza activa ( 2 Sam 19:24-30 )

Mefiboset, el hombre que había sido calumniado y difamado, vemos que tiene una actitud totalmente diferente. Este personaje no tenía nada por lo que temer a la vuelta de David. Había sido fiel a él y había mostrado su luto con respecto al Rey que tuvo que huir, y no siguió al Rey impostor (Absalom) que estaba en el trono.

Mefiboset, era un proscrito, un lisiado que vivía en un sitio aislado, y el Rey lo sacó de allí y lo incorporó a la familia del Rey. Ahora vuelve Mefiboset a David, y David vuelve a equivocarse en su juicio, porque la reacción de David de que se repartan las tierras es injusta para Mefiboset. En cualquier caso lo que nos importa es la actitud de Mefiboset, que estaba anhelando la vuelta del Rey. ¿Y cómo esperamos nosotros la vuelta de Jesús? En la escritura se dan promesas de bendición para los cristianos  ( 1 The 4:16, 1 Co 15:51 ).

¿Cómo estamos nosotros? ¿Estamos anticipando la vuelta de Dios con ganas y alegría, como Mefiboset? Mefiboset tenía suficiente con que el Rey hubiera vuelto, el resto le daba igual, ¿y nosotros? ¿Cómo estamos? ¿Tenemos esperanza de que Jesús vuelva y lo esperamos con gozo, con ansia y con deseo? Heb 9:28

— Trabajando ( 2 Sam 19:31-39 )

Aquí se habla de Barzilai. Este hombre estaba lleno de gozo y felicidad. A pesar de su avanzada edad salió al encuentro del Rey a su vuelta. Él era un hombre rico y se deja entrever a que durante el tiempo del exilio de David, este personaje contribuyó positivamente a la causa de David proveyendo para el Rey y sus hombres ( 2 Sam 17:27 ). Y en 2 Sam 19:32 se ve que constantemente este hombre estuvo dando provisiones al Rey. Este hombre ya ha hecho muchísimo, y aunque ya era viejo, él seguía trabajando para el Rey.

Cuando vuelva el Rey Jesús, ¿estaremos trabajando para el Rey, o estaremos tal y cómo se les describe Mat 4:4? Algunos padecen dominguitis (Morbus Sabáticus) en donde la vagancia nos lleva a no "poder" ir a los cultos, pero sí al resto de compromisos lúdicos, o también padecen "lengua negra" en donde nuestra boca habla sólo cosas malas, o la parálisis espiritual, donde no podemos hacer nada relacionado con las actividades de la iglesia, o los ojos irritados, para ver todo lo malo del resto del mundo, o la indigestión de la Palabra, que nos ataca durante los sermones, las magulladuras espirituales, que nos irrita y nos quejamos en las zonas afectadas, o la cirrosis del dador, que lleva al paciente a dar lo mínimo para la obra del Señor.

Algunos están aquejados de diferentes enfermedades en lugar de estar trabajando para el Señor y esperando a su regreso. ¿Cómo te encontrará a ti el Señor cuando vuelva? ¿Estaremos trabajando? Esto se debería decir de todos los cristianos porque debemos ser hallados fieles en aquello que el Señor nos ha mandado. El Señor nos ha dado un ministerio a cada uno.

En 2 Sam 23:11 se habla de un personaje que se llama Sama, y en la lista de los valientes de David también se le menciona. Este Sama defendió un pequeño terreno lleno de lentejas ante los filisteos y Dios le dio una gran victoria. Fue fiel incluso en los "pequeños terrenos" que tenían "escaso valor", porque era un terreno del Señor. ¿Estás tú a cargo de defender un pequeño terreno lleno de lentejas el cual debéis defender?

El Señor vendrá cuando no se le espere y cuando vuelva verá que hace cada uno de sus siervos y dará a los fieles (los que trabajan) y castigará a los que no lo son. ¿Cómo nos encontrará el Rey?

— Estando fuera ( 2 Sam 20:1 )

Aquí se habla de Seba, hombre perverso (lit. un hijo de Belial). Quería ver a David expulsado de su trono y quería llevar a la nación a ponerse en contra de David. Al final este hombre, tras huir a una ciudad, termina siendo apresado y ejecutado.

No muchos se consideran enemigos de Jesús, pero cuando no tenemos una relación con Jesús, estamos en su contra, no hay términos neutrales ( Rom 8:7 ). Este hombre no sabía el alcance de sus Palabras, porque por ellas quedó excluido del reino de David. ¿Quedaremos nosotros fuera del Reino de Dios? En Mat 25:1 tenemos la parábola de las 10 vírgenes, en las que había 5 descuidadas y otras prudentes. Las insensatas tomaron las lámparas y no aceite extra, pero las sensatas tomaron también aceite extra. Como el Señor tardó, sólo las sensatas tuvieron suficiente aceite, y para cuando las insensatas quisieron volver con sus lámparas listas, el Señor ya había cerrado la puerta.

Cuando el Señor vuelva, se hará evidente que algunos no estaban preparados y quedarán fuera. ¿Como estaremos nosotros? Velad y estad preparados para no quedar fuera, donde es el lloro y el crujir de dientes.

El regreso de Jesús no tiene por qué encontrarnos así. Hay una esperanza. Hace 2000 años un hombre fue a la cruz para pagar por nuestros pecados, y si creemos en él, tendremos vida eterna junto al Rey cuando él vuelva ( Joh 3:16 ). ¿Cómo nos encontrará? ¿A que personaje nos pareceremos? Dios ha prometido volver, y nunca ha fallado a ninguna de sus promesas.

El perdón de un hombre conforme al corazón de Dios

Sermón de David Rivero predicado en la IBAO el 27 de Julio de 2014.
Título: El perdón de un hombre conforme al corazón de Dios.
Lectura: 2 Samuel 19:16-23
Enlace al sermón en Audio.

Apuntes:
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David fue un hombre conforme al corazón de Dios, pero tuvo momentos de victoria y de derrota en su vida. Lo que es evidente es que en todas estas experiencias se puso de manifiesto que David era un hombre conforme al corazón de Dios. Esto es fácil de decir en.sus momentos de éxito, pero, ¿cómo podemos decir esto cuando estaba en sus momentos de mayor vileza? Claramente David era un hombre y por tanto, un pecador.

Pero David, aún en sus momentos más deleznables, cuando fue reprendido por Dios, no se enfadó, sino que confesó su pecado, se arrepintió y fue restaurado. Ahí se ve que era un hombre conforme al corazón de Dios.

¿Cómo podemos distinguir que David era un hombre conforme al corazón de Dios? En el pasaje de hoy veremos como se pone esto de manifiesto. En él vemos que David vuelve a Jerusalem después de la muerte de su hijo Absalom, para volver a ser Rey. En este camino de vuelta se encuentra con Simei.

David y Simei ya se habían encontrado antes, y David no tuvo en cuenta lo que allí sucedió, sino que puso de manifiesto que tenía un corazon perdonador

• El ataque que David sufrió
• La confesión que David admitió
• La amnistía que David le concedió.

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• El ataque que David sufrió
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En 2 Sam 16:5ss vemos el primer encuentro entre Simei y David. Allí David sufre el agravio de Simei y David le perdona la vida.

Simei, descendiente de Saúl, ataca a David con palabras "caústicas" y maldiciendo. Además le llama asesino y, literalmente, hijo de Belial. Pero no solo usó las palabras, sino que usó piedras también. Simei quería que quedara patente su acusación.

El caso es que algunas cosas que dijo Simei eran ciertas, pero había algunas que no lo eran. Lo que dice en el v.7 no era cierto para nada, porque David no era perverso, sino que a pesar de sus caídas era un hombre de Dios. Por ejemplo, David pudo matar a Saúl en 2 ocasiones no lo hace, porque, aunque no era digno del cargo, Saúl era "el ungido de Jehová".

Así, Simei no estaba actuando con nobleza, sino con mentiras. En 16:9 Simei usa 3 mentiras:

— "Jehová le ha dado el pago de toda la sangre de Saúl", pero Saúl murió en la batalla (se suicidó), pero David no le mató.
— "en lugar del cual tú has reinado", pero David no usurpó el puesto de Saúl, sino que fue el Señor el que le eligió cuando era pequeño.
— "Jehova a entregado tu reino en las manos de tu hijo Absalom", pero el Señor nunca dio el reino a Absalom, sino que fue Absalom el que usurpó el Reino de forma ilegítima.

Así vemos que Simei basó su acusación en 3 mentiras, las cuales estaban siendo proclamadas a voces, ¿quién es entonces el perverso?

Aplicación: A veces nosotros estamos caídos y viene alguien a pisotearnos más, ¿verdad? Es interesante ver la reacción de David.

David dejó que Simei vertiera sus acusaciones, dejando el asunto en las manos de Dios. El sabía que Simei era parte de la voluntad de Dios en su vida, y quizá lo que decía era cierto. Así dejó el asunto en manos de Dios. Nosotros deberíamos reaccionar así, según Rom 12:14-21. El Señor sabe como darnos gracia para que podamos soportar cuando nos ultrajan. ¿Qué haremos la próxima vez que nos ultrajen y nos maldigan? ¿Nos revelaremos o dejaremos el asunto en manos de Dios? Debemos tratar de manejar la ofensa en el mismo momento que se está produciendo, como hizo David, y no dejarlo para después.

David actuó en caliente, y le concedió el don inmerecido a Simei.


• La confesión que David admitió
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Han pasado unos meses del pasaje visto en el punto anterior. En 2 Sam 19:18 vemos que Simei, después de tirar piedras y acusaciones falsas a David, ahora se inclina en señal de humildad. Y en el 2 Sam 19 vemos que lo que había en Simei era sincero y empieza reconociendo que lo que hizo no estaba bien. No trata de disculparse, sino que se confiesa. Al mismo tiempo esta es una confesión esperanzada en que David iba a perdonarle.

¿Que mas podía esperar David además de la confesión de Simei? Simei venia con 1000 hombres por lo que no estaba ni solo ni desamparado.

Así que ¿cómo reaccionamos cuando nos damos cuenta que hemos hecho algo mal? Nos justificamos o pedimos perdón. El NT nos insta a confesar nuestros pecados unos a otros y a perdonarnos nuestros pecados unos a otros.

• La amnistía que David le concedió
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David primero evita una tragedia, porque Abisai vuelve a querer matar a Simei, y David lo evita. David se convierte en protector de su enemigo. ¿Y no es esto mismo lo que hace Dios con nosotros?

Vemos que para David este es un día para festejar y para el regocijo. David volvía a su trono y se sentía perdonado, por lo que el que se siente perdonado, no tiene más remedio que perdonar. Además, David hace una promesa de perdón a Simei. La misma gracia que David ha recibido, la extiende a aquel que se está humillando ante él.

¿Como reaccionamos nosotros ante alguien que viene pidiendo perdón? Decimos: "con decir perdón quieres arreglarlo todo". Pero ¿que otra cosa podemos pedir? Veamos que Mat 18:15-35 nos insta a ir a arreglar las cosas con el hermano. Vemos también que el propósito es ganar al hermano.

Vimos que en la acusación había al menos 3 mentiras. Según el pasaje de Mateo ¿hasta cuantas faltas debería haber perdonado David? (Pista: pregunta de Pedro). Además, hay una consecuencia de no hacerlo. Todos los cristianos debemos perdonar, tal y como Dios nos perdonó, porque si no no manifestaremos que somos hijos de Dios.

Y además de perdonar, debemos manifestar ese perdón. Si la persona viene humillada y pidiendo perdón, necesita escuchar que es perdonada y debe ser plenamente consciente de que ha sido perdonado. Que pasa si alguien nos hiere y no viene a tratar el asunto. Debemos ir nosotros, ¿y si no se arrepiente? No debemos airarnos, sino que debemos mostrar el corazón que mostró Cristo en la cruz, el cual oró por los que le estaban matando pidiendo al Padre que les perdonara porque no sabían lo que hacían

Tenemos que ver que aunque David perdonó, no se olvidó de lo que Simei le había hecho, y vemos que en 1 Rey 2:8 David le pide a Salomón que, aunque David había tenido misericordia en pos de su promesa hecha a Simei, el pecado no podía quedar impune! Y le pide a Salomón que haga justicia con Simei. Así Salomón le pone una restricción de que no salga de Jerusalem bajo pena de muerte, y Simei olvidándose de la restricción salió y allí murió.

David no olvidó (el olvido es involuntario), lo que hizo fue no hacer memoria, no traer el recuerdo (este es un acto voluntario). Lo que Dios (y David) hace es no hacer memoria de las faltas y pecados, pero no se han olvidado de ellas. No se trata de que olvidemos, sino que no las tengamos en cuenta (Is 18:37, Dios echa los pecados atrás, no las tiene en cuenta), de que no las echemos en cara.

¿Como lo llevas tú en este asunto del perdón? ¿Que haces con los Simei que se han cruzado en tu vida? ¿Que haces si vienen arrepentidos? ¿Y si no?

Hoy es el día para que se manifieste que en nuestro interior hay un hombre conforme al corazón de Dios. Encontremos nuestra reconciliación con Dios, experimentemos el perdón de Dios y extendamos ese perdón a nuestro prójimo.

Amigos que valen más que un hermano

Sermón de David Rivero predicado en la IBAO el 20 de Julio de 2014.
Título: Amigos que valen más que un hermano.
Lectura: 2 Samuel 15:13-23 (realmente la historia completa abarca de cap 15 al 19)
Enlace al sermón en Audio.

Apuntes:
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En el momento en el que sucede lo que leemos hoy y hasta el cap. 19 vemos que las consecuencias del pecado con Betsabé están en su máximo auge. David está en el peor momento de su vida. Aquí comienza la huida de David de su propio hijo.

David sabe ser un padre y un esposo, pero lo que aquí necesita David es un amigo que le sostenga en Prov. 18:24 dice que hay amigos que son mejores que un hermano.

Hoy vamos a ver a algunos amigos de David que le apoyaron en sus horas malas, y al tiempo debemos mirar a ese amigo que es más unido que un hermano

5 características que se manifiestan en un verdadero amigo

— Es incondicional
— Es humilde
— Es heroico
— Es servicial
— Es honesto con nosotros.

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• Un verdadero amigo es incondicional
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Hitai.

De este amigo no sabemos nada hasta este momento, pero en el v.21 vemos que se compromete a permanecer con David aunque eso le cueste la vida. ¿Cuantos amigos tenemos nosotros en Facebook?¿ Y cuantos de ellos dirían esto?

Jesús es ese amigo que está a nuestro lado incluso cuando nosotros somos infieles. Cuando estabamos exiliados del Reino de Dios, él vino para ser nuestro amigo, aunque eso le costara la vida.


• Un verdadero amigo es humilde
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Sadoc y Abiatar ( 2 Sam 15:23 ).

Estos amigos querían preservar el arca, pero, ¿como manifiestan su amistad hacia David? Vemos que estos amigos que habían salido con David y con el Arca, se les pide que arriesguen sus vidas volviendo a Jerusalem con el Arca, aunque no entendieran las razones, para ser además los "ojos" de David en Jerusalem (se jugaban el cuello por esto).

Muchos amigos, ante el peligro, lo único que quieren es correr más que nosotros para salvar el cuello. Pero cuando nosotros éramos aún pecadores Cristo murió por nosotros ( Juan 15:13 ). Este es un verdadero amigo, que nos ama aún cuando no lo merecíamos.

• Un verdadero amigo es heroico
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2 Sam 15:30 ss - Usai, el arquita.

Usai está abrumado de dolor porque David tiene que exiliarse. Pero recibe una orden rara. Tiene que ir a hacerse amigo de Absalom, el hijo de David, porque Aitofel le va a ir a dar un consejo a Absalom para que ataque a David, y Usai debía aconsejarle a Absalom algo adicional que le confundiera y que quizá diera tiempo a David a huir, pero para esto debía estar cerca del enemigo de David, jugandose su propia vida para poder dar esta ayuda en el momento adecuado.

Dios tiene misericordia de David, dándole amigos como estos para que le ayuden. Además Usai no estaría solo, porque tendría a Sadoc y Abiatar, a algunas mujeres anónimas y otra gente que estarían con él.

Nosotros tenemos a Cristo que se puso del lado del pecador para que la ira del padre no viniera sobre nosotros sino sobre él. Él saltó las murallas del infierno en nuestro lugar.

• Un verdadero amigo es servicial
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2 Sam 17:27-28 - Sobi, Maquir y Barzilai

Estos tres personajes son tres "don nadie" que entraron en la vida de David en el momento adecuado. Sobi era amonita (nación enemiga de Israel) que venía con un trasfondo de odio y enfrentamiento contra David y su pueblo. Aún así trajo alimentos y apoyo a David. Maquir fue el que había dado cobijo a Mefiboset. Este hombre que había provisto para las necesidades de un lisiado, ahora se presenta a ayudar a David y a su ejercito. Barzilai era un viejo rico que ya había ayudado a David en otro momento, pero su amistad con David le llevó a proveer para David sin buscar nada a cambio.

Además esto sucedio en Mahanahim que era el lugar donde Dios envió unos ángeles para proveer a Jacob ( Gen 32:1 ). Y este es el tipo de amigo que tenemos en Jesús, que espera el momento adecuado para aparecer y darnos la provisión necesaria.


• Un verdadero amigo es honesto con nosotros
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Joab - 2 Sam 19:1-8.

Este era un sobrino de David y un comandante del ejército. Cuando David oye que su hijo Absalom (que tanto mal le había traído) había muerto hizo gran luto. Es de notar que Absalom murió a manos de Joab, pero David hizo luto por Absalom. Fue Joab el que le dijo que lo que estaba haciendo no estaba bien, y Joab se acercó a decirle a David lo que necesitaba oir, aún a costa de poner en riesgo su amistad e incluso su propia vida (cono también lo fue Natán). Estos son los amigos que necesitamos.

Por eso no debemos ponernos en contra de Dios, aunque pone de manifiesto donde hemos fallado y nos revela las cosas que estamos haciendo mal, denunciando nuestro pecado ( Rev 3:19 )


Conclusión.
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Aunque David estaba en lo peor de su vida, Dios le dio amigos fieles que estuvieron a su lado. Tenemos que dar gracias a Dios por esos amigos que nos valen más que un hermano. Debemos identificar a esos amigos. También debemos preguntarnos si nosotros somos ese amigo que aguien necesita.

Y recordemos que Dios es nuestro amigo, que estará con nosotros hasta el fin de los tiempo. Es un amigo para toda la vida, que nos entiende y dió su vida por nosotros.

Manifestemos con nuestros amigos la amistad que Cristo tuvo con nosotros y recibamos a Cristo como nuestro Señor y Salvador.

Las consecuencias de nuestros actos

Sermón de David Rivero predicado en la IBAO el 13 de Julio de 2014.
Título: Las consecuencias de nuestros actos.
Lectura: 2 Samuel 12:1-15
Enlace al sermón en Audio.

Apuntes:
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En este capítulo se empieza a ver el lado más oscuro en la vida de David. David cayó en un pecado oscuro y despreciable. Cayo ante el gigante de la Lascivia. El cap 11 termina con el pecado de David pendiendo sobre su cabeza como una nube oscura.

Hoy vemos que Dios no castigó inmediatamente a David, sino que se había propuesto un plan para llegar de nuevo al corazón de David y restaurarlo. Los pasos que siguió son los presentados en este capítulo, y son:

• La reprensión del pecado de David.
• La confrontacion del pecado en David.
• La limpieza de la vida y corazón de David.
• Las consecuencias del pecado de David.

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• La reprensión del pecado de David.

Desde el capítulo anterior (11) y el primer versículo del 12 pasó casi un año. Y aunque aquí no se dice nada hay otras partes de la Biblia que sí que lo dicen:

— Fue un periodo de silencio. David no hablaba del asunto y Betsabé sabía, al menos, del adulterio. ¿Cómo sería esa relación cuando ellos sabían que su relación había surgido del modo en que había surgido? Salmo 51:3 aclara que esta maldad y todo el dolor que habían causado, estaban atormentando a David. Esto es lo que nos ocurre a nosotros cuando pecamos. Podemos hacer mil cosas y despistarnos, pero al final el pecado estará siempre delante de nosotros. La escritura dice que el que encubre su pecado, no prosperará, y David no había prosperado espiritualmente en ese año.

— Fue un tiempo de pesar. Esta etapa fue fructífera en cuanto a la escritura de salmos por parte de David. Por ejemplo vemos en Psa 32:3-4 y Psa 51:2-3. Esto es lo que ahora componía el dulce cantor de Israél. En Psa 51:12 David pide que vuelva el gozo de Dios a él, porque no lo tenía. Dios estaba castigando a David por su pecado. El sentimiento de culpa era Dios actuando en el corazón de David. Si somos hijos de Dios, sucederá lo mismo con nosotros y el Señor reprenderá y castigará el pecado en nuestro corazón, porque el Señor al que ama, disciplina. El sentimiento de que Dios esta enfadado con nosotros cuando hemos pecado es común a los salvos, y el apóstol Juan afirmaba que si confesamos nuestros pecados, Dios es fiel y justo para perdonarlos. Cuando nos reprende la conciencia, no se trata de distraernos para dejar de oir su voz, sino que debemos reflexionar en la causa.


• La confrontacion del pecado en David.

Dios confrontó a David, pero ¿por qué no lo hizo antes? En el capítulo anterior vemos que a Urias se le presenta como un fiel seguidor suyo y de Dios, y vemos que Urias se comporta de la forma correcta. A pesar de estos avisos, David no escuchó. Ahora era necesario que David pasara por ese sequedal para que estuviera listo para aceptar la reprensión. Y Dios actúa de la misma forma en nosotros. Gal 6;7 afirma que Dios no puede ser tentado. Pero también sabemos que todo lo que el hombre sembrare eso también segará.

En segundo lugar vemos la conmoción que provocó esa confrontación. Vemos a Natán contándole una historieta a David de forma que David pudiera entender. Se hace hincapié en lo pobre que era el vecino y lo que quería a su única oveja. De hecho el propio David juzga el pecado como digno de la muerte, pero no se da cuenta que él mismo estaba en pecado. Cuando Natán le dijo a David que aquel rico era él, a David se le cae la máscara y su pecado había quedado a la vista de todos.

Dios sabe dónde escondemos nuestros pecados y los sacará a la luz llegado el momento ( Heb 4:13 ). Todo lo que hacemos está ante los ojos de Dios, y Dios confrontará ese pecado, porque Dios tiene un propósito para nosotros que ni siquiera con nuestros pecados haremos fracasar. Vayamos hoy mismo al Señor y confesemos nuestro pecado.

Con que facilidad reprendemos al hermano y tenemos un espíritu crítico con ellos, pero debemos reprender con espíritu de amor y debemos llevar las cargas los unos de los otros, con lágrimas en los ojos, como Natán.

También hubo vergüenza en la reacción de David. Para restaurar a este hombre el Señor dice: "mira lo que he hecho en tu vida", y vemos como David había respondido de una forma muy ingrata. Esto debió partir el corazón de David. Si hubiera pensado en todo lo que Dios había hecho por él, hubiera actuado de otra forma.

Natán confrontó a David preguntando ¿cómo has sido capaz? Y Dios hace lo mismo con nosotros. Dios suple para nuestras necesidades y nos da bendiciones, ¿cómo respondemos nosotros? Que Dios nos ayude a reflexionar, porque nuestros pecados entristecen a Dios porque son contra él. Nuestra vida debe buscar a Dios por encima de todas las cosas.


• La limpieza del pecado en la vida y corazón de David.

Lo primero que vemos aquí es la confesión inmediata del pecado por parte de David (v. 13) y en segundo lugar vemos que el perdón del pecado de David también fue inmediato. Recordemos que en caso de adulterio los adúlteros debían morir ( Lev 20:10 ). En lugar de escuchar su sentencia de muerte, lo que escucha es el v.13, donde se muestra que David recibe gracia sobre gracia ( Psa 32:5 ) David confesó su pecado con toda su crudeza. No se fue por las ramas ni habló ambigüedades. Dios no perdona bagatelas. Dios perdona pecados malos, horribles y crueles, y lo hace inmediatamente después de la confesión, si esta es hecha de forma sincera y rotunda. Si queremos el perdón de Dios, no hay atajos, este es el camino.


• Las consecuencias del pecado de David.

Es un hecho claro y rotundo que Dios había perdonado el pecado de David, pero Dios no eliminó las consecuencias del pecado. David tuvo que vivir con esas consecuencias.

a) Consecuencias permanentes. Lo primero es que la espada no se apartará de su casa. La violencia iría llegando a cada uno de sus hijos, incluso desde dentro de su propia familia ( 2 Sam 13:28, 2 Sam 18:14-15, 1 Kin 2:24-25 ). El mismo pecado que había provocado en las vidas de otros debía verla David en su propia familia ( 2 Sam 16:21-22 ). David, como consecuencia de su pecado, había arruinado su vida y la de toda su familia. Los mismos pecados que él cometió, se perpetuaron en su familia: "todo lo que el hombre sembrare, eso también segará".

b) Consecuencias públicas. Cuando pecamos, nuestras familias se resienten, nuestra iglesia se resiente, nuestro entorno se resiente. Dios perdonará nuestro pecado, pero quizá hemos echado a andar la rueda de las consecuencias. En Num 12:1-16 vemos como un hecho, aparentemente sin importancia (un chismorreo entre cuñados) termina con Dios apartándose de su pueblo y con María infectada de lepra. Moisés intercede, pero Dios dice que se aleje 7 días y luego que vuelva a la congregación, pero hasta que María no volvió con la congregación, el pueblo no avanzó ni un paso hacia la tierra prometida.

¿Que daño hará nuestro pecado a nuestra familia, a nuestra congregación, a otros? Todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.

c) Consecuencias dolorosas. Parte de la disciplina del Señor a David era la pérdida de aquel hijo fruto del adulterio con Betsabé. David oró e intercedió, pero el niño acabó muriendo. Fue un coste dolorosísimo para David.

d) Consecuencias profundas. (v. 14) Vemos que el pecado de David había sido contra Dios. Dios no había sido glorificado por los hechos de David, sino que su nombre había sido blasfemado, su camino había sido torcido y su ley desobedecida. Y Dios, que es celoso de su propio nombre, no podía permitir que esto quedara sin castigo.

Dios perdona nuestros pecados, pero a veces nos hace pagar las consecuencias. ¿Hay algún pecado inconfesado en nuestro corazón? Si es así, nosotros somos ese hombre que necesita arrepentimiento y perdón de Dios. Confesemos hoy nuestros pecados a Dios.

lunes, 6 de octubre de 2014

Llamamiento

Sermón de Esteban Rodeman predicado en la IBAO el 29 de Junio de 2014.
Título: Llamamiento.
Lectura: Filipenses 3:12-21
Enlace al sermón en Audio.

Apuntes:
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Muchas personas en la vida viven como un ratón en su rueda, dando vueltas a la rutina (el mito de Sísifo). ¿Qué diferencia hace sentir que tienes un llamamiento de Dios? En el texto de hoy vemos al apóstol Pablo propone a los hermanos que cada creyente tiene un llamamiento de Dios. Esto no va sólo de profetas y apóstoles, sino que va de cada persona.

Durante toda la revelación bíblica hemos visto que Dios y Jesús han hecho llamamientos concretos a personajes importantes de la Biblia, pero ahora Pedro quiere que en Filipos, en lugar de estar enfrentados unos con otros, que piensen que cada uno tenemos un llamamiento de parte de Dios.

Lo primero que hace el apóstol es abrir su corazón, y en el 3:12 y siguentes de este libro hay tres principios:

      • Ser asido
      • Asir
      • Proseguir.


Ser asido.
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Asir es "echar mano con fuerza". En Mar 9, 1 Co 9:24, Joh 8:3 se usa esta misma palabra que significa agarrar con fuerza. Y el apóstol dice que él fue asido por Cristo Jesús en su camino a Damasco.

Entendemos los principios bíblicos y creemos en Cristo, pero la Biblia dice que cuando nos hemos convertido a Cristo es Dios el que ha echado mano de nosotros. Al final Dios nos ha asido, aunque luego nosotros tomamos la decisión libre de creer en él.

En Act 26:16-18 vemos que Dios le dice al apóstol que va a viajar por las naciones dando el testimonio de Jesús. Y Pablo dice que si lo más importante es que Dios ha echado mano de él, su decisión es avanzar en ese camino.

Propósito. Todo tiene un propósito, ¿y las personas, que? ¿Tenemos un propósito o estamos como el hamster, dando vueltas en la jaula?

El llamamiento tiene varios aspectos.

Como seres humanos tenemos un propósito que vemos en Ro 1:21: "Dar la gloria a Dios y darle gracias".
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Así parte de nuestro llamamiento es darle a Dios la Gloria y darle gracias. En Gen 1:26-28 vemos un segundo propósito: "poner orden y gestionar los recursos de este mundo, y hacerlo en comunidad". Así cuando hacemos nuestras tareas estamos cumpliendo nuestro llamamiento.

Cuando Dios nos echa mano, tenemos un nuevo nacimiento y una regeneración, fruto de nuestra nueva perspectiva y nuestra nueva relación.

Así como personas redimidas tenemos nuevos propósitos.
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En Filipenses se nos dice que debemos conocer a Jesús, y también en 1 Juan se nos da el llamamiento a tener una relación viva y constante con Dios (1 Pe 2:9). Tenemos que dar ejemplo de la vida de Dios.

Además, fruto de nuestro bagaje por la vida, vemos que Dios nos coloca en ciertos sitios en los que puedo cumplir mi llamamiento, de forma particular y específica. Nuestro transfondo y nuestra formación nos hace únicos, y es allí donde tenemos que dedicarnos a la gente que no conoce a Dios.

Pero de esto nos vamos enterando por etapas (Psa 32:8). Primero debemos convencernos de que tenemos un llamamiento, luego empezamos a dar los pasos hacia lo que podría ser nuestro llamamiento, y al final, cuando ya nos hemos enterado de cuál es nuestro llamamiento, debemos poner todos los medios para cumplir nuestro llamamiento.

En Efesios 1:11 dice que Dios hace todo según el designio de su voluntad. Nadie está en ningún sitio por casualidad. Debemos tener un corazón encendido.

Lo que vemos en Fil 3 es la paradoja de la conversión: Somos asidos y decidimos libremente. Si dios nos ha asido con un propósito, nosotros deberíamos asir aquello para lo que Dios me asió, para proseguir hacia la meta.

Prosigamos pues nuestro llamamiento verdadero, abriéndonos paso a la aventura de vivir.

Dios juzgará a su pueblo.

Sermón de David Casado predicado en la IBAO el 22 de Junio de 2014.
Título: Dios juzgará a su pueblo.
Lectura: Salmos 50:1-23
Enlace al sermón en Audio.

Apuntes:
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1. Dios es juez del pueblo.
2. Mensaje de Dios.
3. Cómo Dios reprende al impío
4. Conclusión


1. Dios es juez del pueblo.
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El Señor quiere juzgar al pueblo. Algún día todos estaremos delante del Juez para juzgar nuestra vida, pero Dios juzgará también a su pueblo.

1 Pedro dice que "es tiempo de que el juicio empiece por los de la casa de Dios". Dios va a juzgar la maldad de su propio pueblo, así que ¿cuánto más juzgará a los impíos?

Hay un enfoque muy provechoso: v3. Aquí vemos un cuadro espantoso, porque el fuego consumidor va delante. Esto es una advertencia para los que piensan que pueden engañar a Dios. Y también hay tempestad. El anhelo del salmista en el v.3 es que venga el aliento de Dios y no calle. Entonces, si es algo temible el juicio de Dios, ¿por qué lo desea el salmista? ¿Acaso piensa Asaf (el salmista) que todos sufrirán menos él? ¿Acaso Asaf piensa que lo mejor es que todos mueran? No, lo que Asaf desea es mayor santidad. Asaf sabe que Dios es misericordioso con su pueblo y con los suyos, pero aún en la misericordia sabe que en el corazón del pueblo hay pecado que necesita ser manifestado y limpiado. Lo que Asaf desea es mayor santidad para tener una mayor comunión con Dios.

Si de verdad queremos estar limpios, tenemos que empezar limpiándonos desde dentro, y de forma completa (no a medias). En cualquier otro caso no estaremos limpios. Así, si alguien desea santidad deseará ser plenamente limpio, que su vida esté completamente ordenada. Otras formas son incompatibles con lo que desea un hombre santo. La característica de la santidad es que no se establece en la mediocridad, sino que desean ser más santos y desean expulsar todo lo desagradable a Dios de sus vidas (Juan 15 - La voluntad de Dios es que Dios nos pode para que llevemos más fruto).

Debemos anhelar ser Santos como Dios es santo. Así clamamos que venga Dios y no calle, para que sepamos lo que está mal y podamos arreglarlo y  limpiarnos. Necesitamos ponernos en la luz para ver. Uestras faltas.

Hace falta entre nosotros hombres que anhelen vivir en santidad y que lo amen y que animen a otros a vivir de esa manera.


2. Mensaje de Dios.
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Aunque Dios tiene algo contra su pueblo no lo desecha, su propósito es limpiar al pueblo y que su vida sea más íntegra. Por eso escribe el v8. El pueblo presentaba los holocaustos conforme a la ley y de forma continua. En lo externo el pueblo de Dios cumplía con los mandatos de Dios, pero las demandas de Dios tienen que ver especialmente con lo interno, con nuestros pensamientos más íntimos. Es posible estar cumpliendo externamente lo correcto, pero con una actitud y una motivación incorrectas. Y esto hace que las obras que hacemos para Dios le son desagradables. Por eso debemos preguntarnos, ¿por que hacemos las cosas que hacemos? Dios ve nuestras motivaciones y sable si lo que hacemos en lo externo, responde a una actitud o motivación correctos, porque Dios puede reprendernos aunque en lo externo seamos correctos. ¿Cuales son nuestras motivaciones para vivir las vidas que vivimos? Son motivaciones correctas o no.

En la reprensión de Dios se ve que Dios reclama su señorío sobre todas las cosas. Por lo que entendemos en estos versículos, el pueblo pensaba que al cumplir lo que Dios mandaba, estaban sosteniendo la obra de Dios, y no habían comprendido el verdadero significado de los sacrificios, adoración y las obras que hacían.

Es Dios el que sostiene a sus adoradores, sino a la viceversa. No es que Dios necesite de sus adoradores. Cuando adoramos a Dios, adoramos a aquel que nos sustenta. Dios no necesita nada de nosotros. Este es un principio que debemos tener claro. Si Dios necesita o quiere algo, es autosuficiente. Pero si nosotros tenemos algo que ofrecer es porque Dios es misericordioso y nos lo ha dado. El dueño de todo nos permite participar en su adoración y tener una parte.

De hecho, no sólo no sostenemos la causa de Dios, sino que en el día de la angustia, tenemos la invitación de Dios para invocarle y él vendrá, nos librará y nosotros le adoraremos.

Si adoramos a Dios sin saber quién es Dios pecamos enormemente.

3. Cómo Dios reprende al impío.
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Aquí pasa a hablar a los impíos. Dios es presentado como el juez de los suyos, y a los impíos les reprende por proclamar sus estatutos, y en sus labios está el pacto de Dios. Este mensaje es a los impíos que viven como si fueran del pueblo de Dios, pero que en su interior no lo son. Aquí habla de aquellos que aparentemente son del pueblo de Dios, pero en su conducta son contrarios a Dios. Su conducta es opuesta a la de los verdaderos hijos de Dios.

Santiago 1 dice que el hombre natural es aquel que se mira en un espejo, pero luego se va y se olvida. ¡Cuidado con estos!.

¡Que gran peligro! Creer que pertenecemos al pueblo de Dios, pero que no vivamos la vida del pueblo de Dios. La tragedia de esto es que nosotros vivimos engañados, pero a Dios nadie le puede engañar, y lo que el hombre sembrare eso también segará.

Este salmo es un llamado de misericordia para que aquellos que viven pecados sutiles se arrepientan, y para que aquellos que viven una vida de pura apariencia y de religiosidad externa, se arrepientan.

¿Vives instalado en algún pecado? Si es así y Dios no dice nada, será porque lo aprueba y está todo bien ¿no? El pecado de los impíos es hacer a Dios igual que nosotros, y pensar que lo que nosotros toleramos, él lo va a tolerar. Si hacemos esto nos construimos un Dios a semejanza nuestra, a nuestra medida. Pero Dios dice que un día Dios nos reprenderá y pondrá de manifiesto todo lo que hacemos en nuestras vidas. Dios juzgará a su pueblo. Dios no guardará silencio para siempre. Pero Dios es un Dios de misericordia que está llamando a su pueblo al arrepentimiento y desea que vivamos vidas coherentes y que recibamos sus juicios para ponerlo por obra.

Si Dios fuese como nosotros no habría justicia. Pero Dios pondrá de manifiesto todas las obras y hará pagar a los impíos por sus vidas de falsedad.

La verdadera adoración y alabanza del pueblo de Dios es el agradecimiento por la misericordia de Dios y el deseo de andar en sus estatutos. Por eso la verdadera actitud del creyente es "que venga Dios y no calle" y nos ayude a andar el camino de santidad que lleva a la salvación.


4. Conclusión.

--- me falta el último punto, en cuanto pueda editaré la entrada y lo añado ---

La vida que agrada a Dios.

Sermón de Moncho predicado en la IBAO el 15 de Junio de 2014.
Título: La vida que agrada a Dios.
Lectura: 1 Tesalonicenses 4:1-12
Enlace al sermón en Audio.

Sermón completo:
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INTRODUCCIÓN:


Con estos versículos Pablo comienza una nueva sección en su epístola a los Tesalonicenses. Si leyéramos estos dos últimos capítulos completos notaríamos que hay 4 grandes secciones:

·         Instrucciones acerca de la conducta cristiana (4:1-12)
·         Explicaciones acerca de la venida del Señor: los muertos y los vivos (4:13-18)
·         Explicaciones acerca de la venida del Señor: los tiempos (5:1-11)
·         Instrucciones acerca de la conducta cristiana (5:12-24)

Llama la atención que los temas de “ética” y “escatología” se mezclan. La razón es que estos dos temas constituyen las características básicas de la vida del creyente. Al comienzo de esta epístola, el apóstol dijo a los Tesalonicenses que una autentica conversión proporciona dos razones por las cuales vivir: servir a Dios y esperar de los cielos al Señor Jesucristo (1:9-10)

Hoy nos vamos a centrar en uno de estos dos aspectos: el de la ética de una vida entregada a Cristo. Una lectura detallada de las secciones dedicadas a la conducta cristiana 4:1-12 y 5:12-24 muestran un gran paralelismo entre ambas secciones:

Os rogamos, hermanos (4:1)
Os rogamos, hermanos (5:12)
Os exhortamos (4:3)
Os exhortamos (5:14)
Vuestra santificación (4:3)
Que Dios os santifique (5:23)
Que os abstengáis de inmoralidad sexual (4:3)
Absteneos de toda forma de mal (5:22)
El Señor es vengador (4:6)
Que ninguno devuelva a otro mal por mal (5:15)
Dios os da su Espíritu Santo (4:8)
No apaguéis al Espíritu (5:19)
Amaros los unos a los otros (4:9)
Procurad siempre lo bueno los unos para con los otros (5:14)
Llevar una vida tranquila (4:11)
Vivid en paz los unos con los otros (5:13)


Así pues es como si las dos secciones sobre la segunda venida de Cristo formasen una cuña entre dos párrafos de exhortación con respecto a asuntos sobre la vida diaria y la conducta. Esta estructura es de por sí significativa. Sugiere que Pablo ve la buena conducta en esta vida como algo inseparable de nuestra esperanza de cara a la vida venidera. Meditar sobre los eventos del más allá no debe conducirnos jamás  a desvincularnos de las realidades de la vida presente. Al contrario, una correcta meditación en aquellos nos conducirá siempre a vivir vidas actuales más consagradas, más sanas, más justas y más comprometidas con nuestro prójimo.

El apóstol Pablo solía dedicar la segunda parte de sus epístolas a las implicaciones éticas de las enseñanzas impartidas en la primera parte (Romanos, Efesios, Colosenses…), y 1 Tesalonicenses. La primera parte ha concluido y ahora el apóstol se vuelve de lo personal a lo más práctico y exhortatorio.

Nuestra motivación para el buen comportamiento siempre gira en torno a estos dos polos: la instrucción que hemos recibido y el hecho de saber que daremos cuentas al Señor en el día final. Para conducirnos con rectitud necesitamos mirara hacia atrás a la voluntad revelada de Dios, y hacia delante al retorno de Cristo. Pero debemos recordar que las dos miradas persiguen la misma finalidad. Así, en 1 Tesalonicenses, las diferentes perspectivas de las dos partes tienen una misma intención: confirmar a los creyentes en la fe y animarles en el camino de la santidad.

Así pues, el apóstol comienza la segunda parte de su carta con una serie de exhortaciones morales que nos animan a poner en práctica las enseñanzas que acaba de darnos en la primera parte. En concreto ponemos ver 4:

1.     Exhortación general al estilo de vida que agrada a Dios (4:1)
2.     Exhortación a la pureza sexual (4:2-8)
3.     Exhortación al amor fraternal (4:9-10)
4.     Exhortación a la laboriosidad (4:11-12)

Vayamos una por una:

Exhortación general al estilo de vida que agrada a Dios (4:1)


Antes de entrar en instrucciones éticas específicas (4:2-12) necesitamos detenernos a considerar el versículo preliminar (4:1) en el que Pablo plantea el tema general de nuestra vivencia consecuente como creyentes. Se trata de un ruego encarecido a sus lectores.

“Por lo demás, …” es una sola palabra en griego y marca la transición de la primera a la segunda sección. Esta misma palabra la encontramos en otras epístolas paulinas, pero sólo en aquí el apóstol la remarca con un “pues”, que además de añadir énfasis sugiere continuidad. Al final de la sección anterior Pablo acaba de orar pidiendo que Dios les conduzca a una santidad perfecta; ahora, “pues”, les exhorta en el mismo sentido.

Además, Pablo, aunque haya pasado a un plano de exhortación con autoridad sobre los Tesalonicenses, no pierde la cercanía, para lo que usa el término afectuoso “hermanos” para referirse a sus oyentes. El apóstol está a punto de usar un lenguaje más rotundo y exigente, porque va a tocar temas personales de cada uno, y sin duda quiere volver a asegurar a sus lectores su profundo afecto fraternal.

Esto se hace necesario, porque las instrucciones morales que el apóstol está a punto de dirigir a los tesalonicenses son sumamente serias. Por esta razón también las introduce con dos verbos: rogar y exhortar.

Hay poca diferencia entre ellos en cuanto al fondo del significado (ambos introducen un requerimiento), pero sí que cambian en su forma: el verbo rogar implica que el requerimiento se expresa mediante una súplica o pregunta, mientras que exhortar sugiere una afirmación o mandato directo. El primero sugiere pedir encarecida y enérgicamente; el segundo, mandar de la misma manera.

Pablo era consciente de que era necesario que los Tesalonicenses obedecieran a estos mandatos sí o sí, pero lo intenta exponer de la forma más delicada que puede.

Pablo además no les exhorta bajo su propia responsabilidad, sino en nombre de Cristo. La exhortación de Pablo se reviste pues de la autoridad de Cristo y vendría a ser como: “Os exhortamos con la autoridad que Cristo nos concede, en representación suya y en su nombre”.

Así, la exhortación que viene a continuación nos llega con el sello de la autoridad de Cristo, además de transmitirnos una petición apasionada del propio apóstol.

¿y cuál es esa exhortación general? Pues no es otra que el que “abundemos en un estilo de vida que agrade a Dios”.

La importancia de esta instrucción general estriba en que nos resultará difícil atender a los preceptos particulares (que luego va a exponer) mientras no tengamos claro el principio general que los envuelve. Si no asumimos bien la idea de que a partir de nuestra conversión debemos vivir para llevar a cabo la voluntad de Dios y agradarle en todo, no aceptaremos de buena gana los pormenores de lo que esa voluntad significa.

El apóstol transmite esta instrucción básica por medio de tres verbos:

·        ANDAR: Este es un verbo que equivale en el N.T. a vivir, comportarse o conducirse. Todo el propósito de la vida cristiana a partir de la conversión debería ser avanzar en la senda marcada por Cristo, persiguiendo siempre la meta del supremo llamamiento de Dios (Filipenses 3:14).

Es interesante ver que este camino por el que andamos los cristianos nada tiene que ver con el camino por el que anda el resto del mundo.

·         AGRADAR: Este verbo viene a explicar el primero. La manera en la que debéis andar no es otra sino agradando a Dios. Andar con Dios y agradar a Dios son dos ideas inseparables en las Escrituras. Por esto no podemos pensar que podemos andar con Dios viviendo vidas que son desagradables para él.

Ya el profeta Miqueas lo dijo mucho antes: “El te ha declarado, oh hombre, lo que es bueno. ¿Y qué es lo que demanda el SEÑOR de ti, sino sólo practicar la justicia, amar la misericordia, y andar humildemente con tu Dios?” (LBLA - Miqueas 6:8)

En todo el N.T. se usa el término “santo” (lit. apartado) para referirse a los recién convertidos a la fe cristiana y los que han sido “apartados” para Dios deben vivir para él, no para sí mismos. En lo sucesivo sus vidas deben ser “teocéntricas” y no “egocéntricas”.

Notemos también que Pablo, antes de ir a los asuntos que eran de la incumbencia de los Tesalonicenses, se limita a dejarnos este principio general: andar de la manera en que agrademos a Dios. Sus palabras tienen el mismo carácter general que encontramos en otras exhortaciones suyas, como en Filipenses 1:27, “comportaos de una manera digna del evangelio de Cristo”; o en Tito 3:8, “ocuparse en buenas obras”.

¿Y cómo agradaremos a un Dios que no conocemos? Por tanto en la exhortación de Pablo también hay un desafío, una responsabilidad de los cristianos a conocer a Dios y lo que le agrada. Pablo no reduce la moralidad a una lista de prohibiciones y obligaciones, sino que usa un principio flexible que puede aplicarse a cualquier dilema y que nos rescatará de la rigidez impuesta por las normas (como ocurría con fariseos y judíos en su época).

·        ABUNDAR: Tras andar y agradar, viene abundar. Este verbo no suele aparecer sin mención de aquella cualidad en la que se abunda, pero aquí no hay tal mención. El apóstol se limita a decir: “así abundéis más y más”.

¿Abundar en qué? Aunque el objeto no aparece de forma explícita, creo que el contexto hace que la respuesta sea clara: abundar en cualquier clase de vivencia que agrada a Dios. Nuevamente la exhortación es genérica.

Morris dijo “Las instrucciones específicas vendrán a continuación, pero aquí a Pablo le preocupa la idea de que el creyente debe crecer continuamente”.

Y esta exhortación no les llegaba a los Tesalonicenses como algo nuevo, igual que para nosotros tampoco lo es, ¿verdad?. Los Tesalonicenses ya lo habían escuchado de labios del apóstol cuando estuvo con ellos en Tesalónica, y nosotros lo hemos leído innumerables veces en la Biblia y lo hemos escuchado en infinidad de sermones.

En realidad este versículo describe el pasado, presente y futuro de aquellas instrucciones:

a)     En el pasado las recibieron: El verbo recibir es una palabra formal que casi viene a significar “en ellas fuisteis adoctrinados”

El apóstol no está a punto de impartirles una doctrina novedosa, sino que va a confirmarles en lo que han sabido desde el principio. Gran parte del ministerio docente de la iglesia consiste en repetir lo ya sabido. Y es así porque una cosa es conocer la doctrina en teoría, y otra muy diferente es vivirla en la práctica. A causa de nuestra torpeza y lentitud en el aprendizaje, hay que volver vez tras vez a lo mismo.

Y ¿Qué era lo que ya les había enseñado en el pasado? Lo que Pablo ya les había enseñado fueron instrucciones acerca de la manera en que debéis andar y agradar a Dios.

b)     En el presente las llevan a cabo: Pablo sabe que los creyentes necesitamos un estímulo de constantes exhortaciones para seguir adelante en el camino. No está acusándoles de no haber atendido a sus instrucciones, sino reconociendo una debilidad común a todo ser humano. Por eso añade la frase: “como de hecho ya andáis”, frase que por cierto, para los que uséis RV60 observaréis que no viene en vuestras biblias, sin embargo, está presente en los mejores manuscritos que tenemos, y por eso ya se incluye en la mayoría de las versiones actuales

c)     En el futuro deben abundar más y más en ellas. Para la vida cristiana el crecimiento debe ser algo continuo, un avance sin parar. Nunca debemos pensar que ya hemos llegado. Siempre hay posibilidad de mejorar. Nunca podemos descansar en los logros del pasado (gente que mira atrás constantemente). Siempre debemos proseguir a la meta. Si no das fruto, hoy es un buen día para que comencemos a andar por este camino de forma consistente, y si estamos ya dando frutos para Dios, siempre cabe la posibilidad de dar más fruto (Juan 15:2)

Por eso, aún regocijándose en la fidelidad presente de los tesalonicenses, Pablo les exhorta a que perseveren y abunden. Para Dios, no ir a más es volver atrás.

A partir de aquí, una vez establecido el principio general, Pablo pasa a temas más concretos.

Exhortación a la pureza sexual (4:2-8)


En el versículo 2, Pablo vuelve a insistir ante sus lectores en que las exhortaciones que está a punto de exponer no son otras que las mismas instrucciones que los misioneros ya les habían impartido estando en Tesalonica: “pues sabéis qué preceptos os dimos por autoridad del Señor Jesús.”

Este párrafo referente a la pureza sexual se compone de siete frases ordenadas de manera simétrica, de forma que la primera corresponde a la última, la segunda a la penúltima, etc…

1.     Pues sabéis qué preceptos os dimos por autoridad del Señor Jesús (v.2)
a.     El ministro humano y la autoridad de Dios
b.     Preceptos dados para enseñaros la santidad
2.     Porque esta es la voluntad de Dios: vuestra santificación (v.3a)
a.     La voluntad de Dios: santificación.
3.     Es decir, que os abstengáis de inmoralidad sexual (v.3b)
a.     No a la fornicación.
4.     Que cada uno de vosotros sepa cómo adquirir su propio vaso en santificación y honor, no en pasión de concupiscencia, como los gentiles que no conocen a Dios (v.4-5)
a.     Sí al matrimonio
5.     Y que nadie peque y defraude a su hermano en este asunto (v.6)
a.     No al adulterio
6.     Porque Dios no nos ha llamado a impureza, sino a santificación (v.7)
a.     El llamamiento de Dios: santificación.
7.     Por consiguiente, el que rechaza esto no rechaza a hombre, sino al Dios que os da su Espíritu Santo. (v.8)
a.     El ministro humano y la autoridad de Dios.
b.     El Espíritu dado para capacitarnos para la santidad.

Inmediatamente salta a la vista que el meollo del párrafo se encuentra en la frase 4, una afirmación acerca del matrimonio santo y honroso como la única relación autorizada por Dios para dar cauce a la sexualidad. Esta es la pieza clave hacia la cual apuntan las demás. A cada lado de ella aparecen textos que prohíben las pobres alternativas pecaminosas al matrimonio: la fornicación y el adulterio. Más allá están las frases que enfatizan el principio que subyace en toda la ética cristiana: la santificación. Y el párrafo empieza y termina recordándonos que estas instrucciones no son de fabricación humana, sino que proceden de Dios mismo, aunque sean transmitidas por hombres.

En cuanto al v.2, está claro que anticipa la conclusión a la cual llegará el apóstol en el v.8: “puesto que los preceptos apostólicos en torno al sexo y al matrimonio proceden del Señor Jesús, quienes los desobedecen no rechazan a hombres, sino a Dios.

<Verano – impureza sexual>

En el v.1 ya vimos la solemnidad de estos preceptos para los que realmente han creído en Cristo: no son opcionales, sino obligatorios, pues proceden en última instancia del Señor Jesucristo mismo. Realmente la palabra traducida como preceptos, en el original griego, era una palabra usada en el ámbito militar, y quiere decir mandatos u órdenes.

Pablo no vacilaba en su convicción de ser heraldo y portavoz de Dios. Los mandamientos no eran suyos sino del Señor. Por eso, puede pasar de hablar de preceptos dados por medio del Señor Jesús a hablar inmediatamente después de la voluntad de Dios. Y este sigue siendo el quid de la cuestión. Las instrucciones de estos dos capítulos, ¿son para nosotros meras sugerencias dadas por un misionero del siglo primero –grande como hombre de Dios, sin duda, pero falible como todo ser humano– a una congregación determinada en circunstancias determinadas y, por tanto, de validez limitada? ¿O son verdadera Palabra de Dios, órdenes dadas por el Señor de señores, y por tanto, de validez universal e ilimitada, que deben ser obedecidas sin discusión? Esta es la cuestión que debemos resolver antes de proseguir. El apóstol lo tenía claro, sin duda. ¿y nosotros?

La voluntad de Dios es, en primer lugar y de forma global, nuestra santificación. En la vida diaria tenemos que desasociarnos de toda forma de pecado y aferrarnos a toda forma de virtud.

Para cumplir el deseo de Dios, hay que abandonar los deseos de la carne y la mente (Efesios 2:3 y Romanos 8:5-8). O, dicho de otra manera, para ser irreprensibles en santidad en el día de Cristo, debemos avanzar continuamente en el proceso de santificación a lo largo de esta vida. En cierto sentido, ya somos santos desde el momento de nuestra conversión (tomando la palabra santo como: apartado para Dios y su servicio), pero esto no quiere decir que desde ese momento seamos perfectos en nuestra vivencia, sino que hemos sido apartados verdaderamente para vivir conforme a su voluntad. A partir de aquel momento comienza un proceso en el cual las viejas actitudes y los viejos hábitos van siendo desechados más y más y reemplazados con nuevas actitudes dignas del servicio a Dios, se trata de un proceso muy largo pero también muy necesario, y buena parte del Nuevo Testamento está dedicada a enseñarnos cómo se puede promover.

Como ya hemos mencionado, aquel proceso es dirigido y perfeccionado por Dios mismo. Pero la soberanía divina no elimina la responsabilidad humana. La santificación no se logra al margen de la obediencia a los preceptos de estos capítulos. Los tesalonicenses en su época, y nosotros hoy, hemos de ser colaboradores de Dios no sólo en la evangelización de otros, sino también en nuestra propia santificación.

De la afirmación de Pablo acerca de la santificación, dependen tres frases diferentes, cada una de las cuales ilustra un área en la que los tesalonicenses deben aprender a ser santos. El principio general (vuestra santificación) ha sido positivo; pero las tres frases siguientes son negativas, enseñándonos cosas que atentan contra la santidad:

1.     Que os abstengáis de inmoralidad sexual
2.     Que cada uno de vosotros sepa cómo poseer su propio vaso en santificación y honor, no en pasión de concupiscencia, como los gentiles que no conocen a Dios
3.     Que nadie peque y defraude a su hermano en este asunto

Y a renglón seguido, Pablo añade otras tres frases que dan las razones de estas exigencias y advierten cuáles son las consecuencias de no acatarlas..

1.     Porque el Señor es el vengador en todas estas cosas, como también antes os lo dijimos y advertimos solemnemente.
2.     Porque Dios no nos ha llamado a impureza, sino a santificación
3.     Porque el que rechaza esto no rechaza a hombre, sino a Dios que os da su Espíritu Santo.

Parece ser que en todas estas frases el apóstol está contemplando diferentes desviaciones del patrón matrimonial establecido por Dios y las consecuencias que éstas acarrearán. Su tema en estos versículos es uno, no varios. La impureza sexual.

Esta, pues, es la voluntad de Dios para el creyente. Si deseamos de verdad andar de tal manera que agrademos a Dios en todo, nuestro afán será mantenernos puros, porque nuestro Señor quiere que lo seamos.

Debemos tener en cuenta que en aquel momento Pablo escribía desde Corinto a Tesalónica, dos ciudades que tenían una merecida reputación en el Imperio Romano a causa de su degradación sexual. En ambos lugares se practicaba la prostitución religiosa y los ritos de adoración a ciertas divinidades que incluían inmoralidad y fornicación sacramental.

No debe sorprendernos que Pablo comprendiera que, en su día (como también en el nuestro, el choque frontal entre una vida santa y una vida mundana se notaba principalmente en el área de la sexualidad. No es que el apostol creyera que la santificación puede reducirse a la castidad, ni mucho menos que tuviera una especial fobia al pecado sexual; sino que comprendía que por ahí es donde se libraban las batallas más crudas para los recién convertidos.

La palabra traducida aquí como fornicación es “porneia”. Y aunque en su origen se refería a la práctica de la prostitución, llegó a aplicarse a toda clase de relación sexual ilícita, que no cumpliera el mandato de Dios. Conforme a las Escrituras, sólo es lícita la unión sexual dentro del matrimonio entre un hombre y una mujer. Por tanto, para los cristianos, el concepto de “poneia” incluye las relaciones sexuales prematrimoniales (lo que llamamos fornicación), las relaciones sexuales extra-matrimoniales (el adulterio) y también las relaciones sexuales con alguien de tu mismo sexo.

Es posible que Pablo esté pensando sobre todo en el adulterio del que va a hablar a continuación, pero conviene recordar que Pablo empezó con un llamamiento general a vivir una vida conforme a la voluntad de Dios, la cual es nuestra santificación, y en ese contexto, podemos extender su mensaje también a todas estas formas de “porneia”.

En la vida pagana, la promiscuidad se consideraba casi normal. La abstinencia les resultaba irrazonable. No se concedía mucha importancia a las relaciones sexuales fuera del matrimonio, más bien se las trataba como inevitables y normales al ser parte de sus rituales de adoración religiosa pagana.

Vivir una vida santa en medio de esa clase de sociedad era ir contra corriente y ser tenido por excéntrico, fanático o reprimido. Pablo sabía perfectamente que lo que estaba pidiendo –mejor dicho, exigiendo– chocaba frontalmente con la ética reinante de su día

¿No os resulta familiar esta descripción? – Ministerio entre los adolescentes y situación de los jóvenes en la sociedad actual.

Pero no por saber que su enseñanza iba a ser chocante, Pablo suaviza sis exigencias. El pueblo de Dios es un pueblo aparte, un pueblosanto. Precisamente se caracteriza por no dejarse arrastrar por los criterios del mundo, sino por la voluntad de Dios….. y la inmoralidad sexual provoca la ira de Dios y quedará impune. Los recién convertidos deben saberlo.

Por eso la primera instrucción del apóstol en torno a la sexualidad del creyente es que éste debe romper taxativamente con toda forma de inmoralidad.

En nuestra congregación, como en la de Tesalónica, hay casados y solteros, niños, adolescentes, adultos y ancianos, hombres y mujeres, nacionales y extranjeros, … pero Pablo no hace distinción, y el Señor tampoco. Este mandato es para todos, tengamoslo en cuenta.

A continuación Pablo usa una frase que a nosotros nos resulta algo ambígua: “… que cada uno de vosotros sepa como poseer su propio vaso en santificación y honor, no en pasión de concupiscencia, como los gentiles que no conocen a Dios”.

La ambigüedad surge de la interpretación del verbo griego “ktaomai” que traducimos por “poseer”, pero que también puede ser traducido más literalmente por “adquirir” y del sustantivo “skéuos” que traducimos por “vaso”, y cuyo significado metafórico usado en muchas otras partes de la propia Biblia es “esposa” o “cuerpo”.

Así, eligiendo una u otra opción en ambos casos podríamos traducir: “Que cada uno de vosotros sepa poseer su cuerpo con santidad” o “que cada uno de vosotros sepa adquirir/tener su propia esposa en santidad”, sin violentar el original griego.

Hay argumentos a favor de ambas interpretaciones, pero la segunda opción está más avalada tanto por la evidencia interna (contexto en el propio párrafo y contexto general del uso de la palabra “vaso” como “esposa” en otras partes de la Biblia) como por la evidencia externa (es el uso convencional de la palabra “ktaomai”)

Así pues, Pablo, ante las diversas formas de inmoralidad sexual practicadas en el mundo, exhorta a los tesalonicenses a que abracen el matrimonio cristiano: que cada uno adquiera su propia esposa y mantenga con ella una relación de santidad y honor, en contraste con la promiscuidad, impureza y vergüenza que caracteriza el comportamiento sexual del mundo.

Mencionar que las solteras deben estar contentas en base a 1 Corintios 7:32-35: “Yo preferiría que estuvieran libres de preocupaciones. El soltero se preocupa de las cosas del Señor y de cómo agradarlo. Pero el casado se preocupa de las cosas de este mundo y de cómo agradar a su esposa; sus intereses están divididos. La mujer no casada, lo mismo que la joven soltera, se preocupa de las cosas del Señor; se afana por consagrarse al Señor tanto en cuerpo como en espíritu. Pero la casada se preocupa de las cosas de este mundo y de cómo agradar a su esposo. Les digo esto por su propio bien, no para ponerles restricciones sino para que vivan con decoro y plenamente dedicados al Señor.”)

En brutal contraste con el camino de la santidad matrimonial trazado por el Señor está el camino de desenfreno sexual seguido por los gentiles.

Según el apóstol, el mundo gentil se caracteriza por su pasión de concupiscencia. La palabra traducida como concupiscencia es literalmente deseo; pero, con en el caso de la palabra pasión, Pablo la emplea siempre con sentido peyorativo. Por ejemplo:

·        No reine el pecado en vuestro cuerpo mortal para que no obedezcáis sus lujurias (Romanos 6:12)
·        Los que son de Cristo Jesús han crucificado la carne con sus pasiones y deseos (Gálatas 5:24)

Tal y como sugiere esta cita de Gálatas, la palabra pasión casi es sinónima de deseo. Pero mientras que deseo nos habla de apetitos ilícitos, pasión nos habla de apetitos desorbitados.

Es lógico que los que no conocen a Dios vivan en impiedad, injusticia e impureza, empleando el sexo como instrumento de gratificación egoísta. Pero es impensable que un creyente viva así. De la misma manera  que la idolatría y la inmoralidad van cogidas de la mano, así también la adoración al Dios vivo y verdadero debe ir acompañada por una sexualidad santa y pura.

Hasta aquí la inmoralidad sexual ha sido contemplada como:
·        Una ofensa contra Dios: Si Dioses quien nos ha llamado a la santificación, pecamos contra él cuando cometemos impurezas. Recordad las palabras de David que veíamos la semana pasada cuando hubo cometido adulterio con Betsabé (Salmos 51:3-4a): “Porque yo reconozco mis rebeliones, Y mi pecado está siempre delante de mí. Contra ti, contra ti solo he pecado, Y he hecho lo malo delante de tus ojos;”
·        También Pablo ha reconocido, aunque sólo sea de una manera implícita que la inmoralidad del marido es una ofensa contra su esposa.
·        Ahora nos recuerda que la inmoralidad atenta también contra los intereses y derechos de terceras personas. Atenta contra la integridad de otro hogar.

El adulterio, pues, además de ser una ofensa contra Dios y al esposa, es un agravio vergonzoso y un perjuicio engañoso contra el hermano.

Seguramente Pablo está pensando en primera instancia en el terrible daño que el adulterio causa cuando ocurre entre dos miembros de la iglesia. Sin embargo, no debemos restringirlo sólo al hermano en Cristo, sino que debemos incluir a todo ser humano. Aunque Pablo esté pensando principalmente en las relaciones dentro del seno de la iglesia, sus palabras tienen valor universal.

Antes hemos mencionado que Pablo está pensando sobre todo en el adulterio, sin embargo, en base al principio general y universal mencionado al comenzar la sección, sus palabras son válidas para otras clases de inmoralidad. Aplicando el mismo criterio de contexto, ahora podemos decir que este principio no sólo aplica a las relaciones dentro del seno de la iglesia.

Así pues, habíamos visto que Pablo daba tres frases de exhortación a la pureza sexual:

1.     Que os abstengáis de inmoralidad sexual
2.     Que cada uno de vosotros sepa cómo poseer su propio vaso en santificación y honor, no en pasión de concupiscencia, como los gentiles que no conocen a Dios
3.     Que nadie peque y defraude a su hermano en este asunto

Ahora pasa a dar tres razones por las que no debemos practicar la inmoralidad sexual, que son:

1.     Porque el Señor es el vengador en todas estas cosas, como también antes os lo dijimos y advertimos solemnemente.
2.     Porque Dios no nos ha llamado a impureza, sino a santificación
3.     Porque el que rechaza esto no rechaza a hombre, sino a Dios que os da su Espíritu Santo.

La primera razón es que El Señor es Vengador en todas estas cosas.

Todos los pecados de inmundicia sexual recibirán su pago. Hay muchas infidelidades sexuales que no salen a la luz pública. El marido ofendido o la familia afectada pueden desconocer el engaño practicado contra ellos. Y aún en el caso de que salgan a la luz, una sociedad como la nuestra puede perdonarlos y aún aplaudirlos en vez de condenarlos y castigarlos. Pero Dios lo ve todo y es vengador aún de las cosas hechas en secreto. Y porque el vengador es Dios, para el pecador no hay escapatoria.

Por supuesto la venganza de Dios no alcanzará su culminación hasta el día que nos presentemos ante Él, pero las Escrituras nos enseñan que, aún ahora, Dios obra para ejercer venganza y retribución sobre los que desobedecen sus mandamientos.

Lo que más debe provocar en nosotros una seria reflexión es el hecho de que Pablo no escriba aquí a los inconversos, sino a los convertidos; y que no contemple las caídas morales de los incrédulos, sino de los creyentes. El mismo Dios que en tiempos del Antiguo Pacto no perdonó las fornicaciones de su pueblo (1 Corintios 10:8) tampoco perdonará la inmoralidad sexual de los crsitianos. La justicia de Dios es la misma ahora que entonces.

Escuchad con atención la solemne advertencia de cartas dirigidas a creyentes del Nuevo Pacto:

·        No os dejéis engañar, de Dios nadie se burla; pues todo lo que el hombre siembre, eso también segará (Gálatas 6:7)
·        Conocemos al que dijo: Mía es la venganza, yo pagaré. Y otra vez: El Señor juzgará a su pueblo. ¡Horrenda cosa es caer en las manos del Dios vivo! (Hebreos 10:30-31)

Por lo tanto, nuestra meta debe ser la santidad. Y no sólo porque mirando hacia adelante vemos que Dios juzgará a los que practican tales cosas, sino que si miramos atrás veremos que “Dios no nos ha llamado a impureza, sino a santificación”, y si miramos presente, veremos que “Dios nos da a su Espíritu Santo” para capacitarnos para la santidad.

Así, no debemos abstenernos de la inmoralidad sólo por temor al juicio, sino también por gratitud y asombro al considerar que Dios nos ha llamado y separado del mundo para que seamos su propio pueblo y reflejemos aquella imagen moral de Dios que ha quedado maltrecha por el pecado. La santidad no debe considerarse una triste represión, sino un alto privilegio.

Esto es lo que los misioneros han predicado y lo que los tesalonicenses habían recibido y creído: La Palabra de Dios.

Pero las cosas no acaban aquí. El llamamiento de Dios no es solamente un llamamiento a una expresión de conversión y regeneración en el pasado y a una entrada en su reino eterno y en su gloria en el futuro, sino que es un llamamiento también a una vivencia justa, pura y santa en esta vida.

Debe existir, por tanto, una radical diferencia entre los estilos de vida del creyente y del incrédulo. Nos compete a cada uno de nosotros examinarnos y decidir a cual de las dos opciones pertenecemos, porque o seguimos la santidad conforme a la voluntad y el llamamiento de Dios; o seguimos la inmundicia conforme a los deseos de la carne, el mundo y el diablo.

Si aún no le has entregado tu vida al Señor, debes tener en cuenta lo que pedirá Dios de ti, y si Dios ya te llamó, piensa que fue con un propósito; y ese propósito no era que vivieras en inmoralidad, sino que fueras santo como él mismo lo es.

La tercera razón por la que la inmoralidad no debe tener cabida en el creyente es porque atenta contra la voluntad expresa de Dios mismo. Más aún, hace violencia a Dios, a su ley y a su Espíritu.

El verbo traducido aquí por rechazar significa tener en poco, despreciar, descuidar, por lo que aquí se tratar de las personas que tratan con ligerenza el pecado sexual.

Es como si os oyera: “Cualquiera puede tener un desliz, ¿no?” “Ya sabes cómo somos los hombres. Por algo tenemos apetitos”….

Estas actitudes de disculpa, o tolerancia o justificación de la inmoralidad pueden parecer razonables; pero de hecho hacen violencia a Dios y su Palabra. Ya hemos dicho que nuestra sociedad trata el pecado sexual como una trivialidad, pero para Dios es un asunto sumamente serio. El creyente que resta importancia a la inmoralidad desestima la voluntad revelada de Dios y comete un serio agravio contra su Señor.

Más específicamente, según Pablo, tal creyente no rechaza a hombre, sino al Dios que os da su Espíritu Santo. Y es interesante observar que no dos dice “dio”, sino “da”. El don del Espíritu Santo, una vez recibido ha de ser aprovechado continuamente. Cristo, que nos bautizó en el Espíritu cuando creímos en él, ahora nos da de beber constantemente de aquel mismo Espíritu (1 Corintios 12:13)

La persona que se niega a seguir los preceptos de santidad establecidos en la Palabra de Dios atenta no contra lo humano, sino contra lo divino. Muchas veces, estos preceptos nos llegan a través de algún mensajero humano: por medio de sermones, conferencias o libros. Por supuesto, necesitamos tener cuidado, porque no todo lo que se predica os e escribe es Palabra de Dios. Pero si el predicador es fiel a su Señor y a las instrucciones reveladas, entonces su mensaje debe ser recibido no como la palabra dehombres, sino como lo que realmente es, la palabra de Dios.

Es especialmente importante recordar las enseñanzas de estos versículos en una época como la nuestra, en la que se está desarrollando mucho el ministerio de la consejería.

Cuanto más profesional y más estudios tenga el consejero, mejor será su consejo para determinados asuntos, pero al final, los consejos humanos podemos aceptarlos o rechazarlos a nuestro antojo. Pero no es así con los mandamientos divinos. Es importante hacer esta distinción. Hay lugar para los consejos humanos. Hay momentos en los que un consejero debe decir “Digo yo, no el Señor”. Pero hay otros en los que debemos hablar con plena autoridad diciendo “instruyo, no yo, sino el Señor” (1 Corintios 7:12, 10).

Al finalizar esta sección cabe plantearnos la pregunta: “¿Es realista esta enseñanza del apóstol? ¿Acaso puede alguien mantenerse santo en medio de las enormes presiones de su propia carne y las seducciones y tentaciones del mundo en el que nos ha tocado vivir? La fuerza del apetito sexual puede variar en distintas personas, así como en diferentes edades o etapas de la vida; pero para muchos hombres y no pocas mujeres llega a tener dimensiones aparentemente insaciables e incontrolables. Muchos creyentes se dan por vencidos y acaban practicando una doble vida caracterizada por la piedad de cara a la galería y la profunda suciedad en secreto.

Si la fuerza de nuestra carne es así, aún en la mejor de las condiciones, ¿Cómo esperar que viva una vida pura aquella joven creyente que es señalada por sus compañeros como la única chica de su clase en el instituto que aún es virgen? ¿Cómo podemos mantenernos puros cuando el erotismo (por no decir la pornografía) nos asalta en los anuncios publicitarios, en las revistas, en los quioscos, en la televisión, en internet…?

El diablo mismo nos tiende la trampa y nos ataca por los cuatro costados, y luego se ríe y nos acusa de no servir como instrumentos válidos en el servicio de Dios. A muchos les parece utópico practicar la santidad hoy en día. Quizá hace 100 años, antes de la revolución sexual, era posible, pero ahora…

Sin embargo, Dios no es un Dios que nos exija lo imposible o lo absurdo, sino lo justo, lo alcanzable y lo que es para nuestro propio bien. Evidentemente, al apóstol Pablo le parecía verosímil y razonable exigir santidad sexual a los tesalonicenses, aún a pesar del desenfreno de la sociedad en la que vivían. Y estas mismas enseñanzas son razonables y practicables en nuestros días también.

Podemos decir que hay factores que hacen posible una vida de santidad, aún en el S. XXI. Estos factores son los que ya hemos visto:

·        El temor de Dios
·        La llamada de Dios
·        El poder del Espiritu Santo

Pero hay más factores aparte de estos. Y eso es lo que va a presentar el apóstol en los siguientes versículos: el amor fraternal y el no estar ociosos.

Exhortación al amor fraternal (4:9-10)


El tono del texto cambia. Pablo procede de las demandas de la castidad a las de la caridad, del amor ilícito al amor imprescindible. Si acaba de hablar acerca de aquello de lo cual los tesalonicenses deben abstenerse, ahora habla de aquello en lo que deben abundar.

Este cambio de tema no es fortuito. En cierto sentido, el amor fraternal es la respuesta cristiana a la inmoralidad del mundo, pues la dureza de una vida de castidad vivida en medio de una sociedad promiscua se suaviza cuando recibimos el apoyo de una comunidad caracterizada por su amor.

Si el cristianismo nos exige pagar el precio de la santidad sexual, nos recompensa abundantemente mediante los ricos dones y las sólidas experiencias de la comunión fraternal.

Esto se veía muy claramente en la iglesia primitiva. Los primeros creyentes se caracterizaban por dos cualidades que les distinguían de sus contemporáneos incrédulos: la pureza y el amor. No se entregaban a la promiscuidad de sus conciudadanos, pero, por otra parte, tenían fama de ser personas que practicaban el amor fraternal.

Tertuliano, en su “Apología”, pudo hablar de la admiración expresada por los incrédulos al ver cómo los cristianos se amaban los unos a los otros, mientras que el escéptico Luciano de Samosata testificó a principios del S.II: “Es increíble ver el fervor con que la gente de esa religión se ayudan unos a otros en sus necesidades; no retienen nada para sí mismos; su primer legislador (Jesucristo) les ha hecho creer que todos ellos son hermanos”

¿Es así como la gente nos ve a nosotros? Está bien que nuestro prójimo nos conozca por nuestro repudio a la inmoralidad, pero sólo si a la vez pueden envidiar la calidad positiva de nuestras relaciones.

El amor cristiano “ágape” es un amor generoso, desinteresado, benévolo y abnegado, y debemos extenderlo a todos los seres humanos, sean creyentes o no, sean amables y dignos, o no. Es el amor que Dios nos ha mostrado a nosotros en Cristo, un amor inmerecido.

Ágape aparece en nuestro versículo pero no como sustantivo, sino en la forma verbal “amaros”. Al decir “en cuanto al amor fraternal” Pablo emplea otro vocablo: “Filadelfia”. Esta palabra se refiere al amor especial que une a los miembros de una familia, es un amor cuyos vínculos brotan de una relación familiar. Debe ser tan generoso y abnegado como ágape, pero con más sentido de obligación y de cariño, porque lo ejercemos sobre uno que pertenece a mi familia y es una parte mía.

¿Sentimos esa obligación, esa preocupación y ese cariño? Debería ser cierto que los creyentes somos conocidos por nuestro amor fraternal. A fin de cuentas nuestro Señor nos lo manda y su espíritu nos capacita para ello, por lo cual podemos decir que quien no ama a sus hermanos da evidencias de no ser de Dios ni de conocerle (1 Juan 3:10; 4:8)

Pero, ¿cómo podemos amar a nuestros hermanos en Cristo de esta forma? Dios suele reunir en su familia a personas que, según los criterios del mundo, tendrían que estar enfrentadas.

Pablo dice que el secreto está en que habéis sido enseñados por Dios a amaros unos a otros.

¿En qué sentido nos enseña Dios? En al menos tres sentidos diferentes: Mediante la amonestación, el ejemplo y el Espíritu Santo. Veamoslo:

1)     Dios nos enseña por su amonestación. Amarás a tu prójimo como a ti mismo; yo el Señor (Levítico 19:18). Pablo sabía muy bien que la ley refleja fielmente la enseñanza de Dios acerca del amor fraternal.
2)     Dios nos enseña por su ejemplo.
a.     En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados. Amados, si Dios nos ha amado así, debemos también nosotros amarnos unos a otros. (1 Juan 4:10-11)
b.     Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados. Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante. (Efesios 5:1-2)
c.     Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado. (Juan 15:12)
3)     Dios nos enseña por su Espíritu. Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu. (Gálatas 5:22-24)

¿Amas pues a tus hermanos en Cristo? Si no, sométete a la enseñanza de Dios, presta atención a sus mandamientos, medita en su ejemplo, y no te resistas a la obra de su Espíritu, sino entrégate para que él te llene del amor de Cristo.

Y si los amas ya de esta forma, ¿te puedes relajar?

En el caso de los Tesalonicenses Pablo ha alabado el amor fraternal que ya practicaban, y ahora vuelve a hacerlo. Estas palabras no son una mera fórmula de cortesía, sino que Pablo sentía lo que les decía, de hecho lo sentía tanto, que lo puso por ejemplo a los Corintios (2 Corintios 8:1-5).

En la descripción que hace a los Corintios, vemos que el amor que profesaban los Tesalonicenses no era un brote excepcional de amor, sino una práctica habitual y continuada. Tampoco era un amor discriminatorio (todos sentimos afecto por algunos hermanos), pero ellos practicaban el amor fraternal con todos. Y además no se limitaba sólo al ámbito de su iglesia local, sino que lo extendían a todas las congregaciones de Macedonia (su provincia). De hecho sabemos que existían nuevos creyentes en toda Macedonia por la evangelización que ellos habían llevado a cabo, y que los tesalonicenses habían entablado una relación de amor fraternal con todos ellos.

Desde luego, aunque el amor fraternal deba ser algo profundamente sentido, se expresa no sólo en sentimientos y palabras, sino también en hechos:

“Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él? Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad.” (1 Juan 3:17-18)

Pero a pesar de este derroche de amor fraternal, los tesalonicenses no deben dormirse en los laureles. Nosotros tampoco. Siempre hay espacio para que el amor crezca y vaya a más. Nunca debemos quedarnos satisfechos con lo que ya hemos alcanzado, sino que debemos abundar más y más.

De hecho debería ser así en todas las áreas de nuestra santificación, porque sabemos que nuestra justificación, redención y la obra de salvación, ya se han llevado a cabo una vez para siempre (Hebreos 10:10, 12, 14). Pero en cuanto a nuestra santificación y transformación, la idea es debemos abundar y crecer más y más.

Mientras estemos en esta vida nunca llegaremos a la meta de la perfección ética; siempre tenemos que avanzar. Por eso, Pablo ahora dice: “Os instamos hermanos, a que abundéis en ello más y más”.

Los hombres somos poco constantes en lo que hacemos y por eso el diablo introduce abundantes motivos de desánimo y disgusto que hacen que dejemos de practicar el amor fraternal.

Esforcémonos, pues. La lógica bíblica no es: “Puesto que Dios es quien obra en vosotrso tanto el querer como el hacer, no necesitáis preocuparos pur vuestra slavación”, sino: “Precisamente porque Dios obra, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor (Filipenses 2:12-13). No debemos decir: Puesto que Dios me enseña y su Espi´ritu me fortalece, no necesito esforzarme por amar a mis hermanos; sino: Precisamente porque estas cosas son ciertas, vale la pena esforzarme; por la gracia de Dios, abundaré en amor fraternal más y más hasta que el Señor me llame a su presencia.


Exhortación a la laboriosidad (4:11-12)


Pablo acaba de exhortar a los tesalonicenses en torno a las obligaciones del amor fraternal. Ahora aborda el tema de las obligaciones de la laboriosidad. Aparentemente, son dos temas bien diferentes. Pero el hecho de que las frases de los versículos 11 y 12 dependan del mismo verbo “instamos que” empleado en el versículo anterior indica que, para Pablo, la dedicación al trabajo no es más que una extensión del amor. Ganar el sostenimiento propio es una forma de amar, porque quien se sostiene trabajando no necesita depender de otros. En cambio, quién se dedica a una vida de ocio suele ser egocéntrico y vivir como un parásito social.

El que ama a su prójimo desea trabajar, porque mediante su trabajo sirve a su prójimo y mediante su salario que percibe recibe recursos con los cuales poder atender a las necesidades de los demás. En este sentido, el amor fraternal y el trabajo honesto van asidos de la mano.

Por otra parte, parece que el amor fraternal practicado por los tesalonicenses había llegado a ser tan generoso que algunos se estaban aprovechando de él. Vivían a cuenta de los demás. Pablo no quiere que su exhortación de abundar más y más en amor se convierta en un aumento de aquel abuso. Por tanto, procede a hablar en contra de los que sacaban tajada de la situación.

<ejemplo de las ecuatorianas>

Se ve, por lo que el apóstol dirá más adelante en el 5:14, que existían en la iglesia de Tesalónica ciertos creyentes a los que él llama “ataktoi”. Esta palabra que provenía del mundo militar, se refería a los soldados subordinados, desordenados o indisciplinados. Con el tiempo adquirió otros matices más amplios, entre ellos el de referirse al trabajador ocioso y vago. En el caso específico de los tesalonicenses parece referirse a personas que habían dejado de dedicarse al trabajo y que vivían a expensas de otros miembros de la congregación. De ahí que en ambas epístolas Pablo tenga que dedicar espacio al tema de la obligación de trabajar.

Casi todos los comentaristas asocian este grupo a personas obsesionadas por las ideas erróneas a las que Pablo contesta un poco más adelante. Básicamente pensaban que la segunda venida de Cristo ya había ocurrido, o estaba tan próxima a ocurrir que los creyentes debían dejar sus empleos y dedicarse solamente a los asuntos del reino eterno. Así las cosas, debemos entender que el problema de los “ataknoi” no era la pereza, sino un error doctrinal y ético. Así habían dejado de trabajar por sostener ideas aparentemente espirituales y como consecuencia, estaban viviendo como parásitos. Dependían de la caridad de los demás creyentes. Esto, lejos de ser señal de una gran madurez y entrega al Señor demostraba una clara falta de amor fraternal. Abusaban de sus hermanos cuando el Señor les pedía que lso cuidasen. En vez de seguir estando ociosos, debían cumplir fielmente con sus obligaciones laborales.

Así el problema de los “ataknoi” era doble: Habían sucumbido a una especie de “histeria escatológica” y esta creencia en la inminente venida de Cristo les había conducido a abandonar el trabajo. En segundo lugar no habían entendido la voluntad del Señor en torno al trabajo.

Pablo emplea 5 frases para intentar dilucidar este asunto:

1)     Que tengáis por vuestra ambición el llevar una vida tranquila
2)     Que os ocupéis en vuestros propios asuntos
3)     Que trabajéis con vuestras manos, tal y como os hemos mandado
4)     A fin de que os conduzcáis honradamente para con los de afuera
5)     A fin de que no tengáis necesidad de nada (o de nadie).

Las tres primeras frases dependen del mismo verbo, tengáis por vuestra ambición, e indican cuáles deben ser las aspiraciones del creyente en cuanto a su vida laboral. Las dos restantes dependen de la conjunción a fin de que e indican la finalidad que el creyente debe perseguir en sus prioridades laborales.

Así, lo primero que el apóstol les pide es que tengan ambición por llevar una vida tranquila. Para eso emplea deliberadamente una frase que parece ser contradictoria, algo así como que vuestra lucha consista en no tener luchas, que vuestra ambición sea no tener ambiciones o que os inquietéis por vivir quietos. Se trata de una frase sumamente gráfica.

Los indisciplinados estaban causando mucha perturbación en la iglesia, quizá predicando acerca del inmediato fin del mundo o animando a los demás a dejarlo todo para esperar la llegada del Señor. Sea como fuere, constituían un foco de entusiasmo emotivo y de desconcierto eclesial.

En lugar de esto deberían desear ser conocidos como personas estables y maduras que, lejos de causar trastornos innecesarios, sois ciudadanos útiles, pacíficos, solidarios y responsables.

Así el efecto de saber que Cristo volverá pronto, lejos de ser el de provocanos agitación interior, impaciencia e irresponsabilidad, debe ser el de darnos paciencia, serenidad y seguridad, además de hacer que nos entreguemos con mayor fidelidad a nuestras obligaciones sociales. La mejor situación en la que Cristo nos puede encontrar en el momento de su venida es viviendo tranquilamente ocupados en nuestro trabajo cotidiano y dando buen testimonio en nuestro lugar de empleo.

Lo segundo que el apóstol les pide, tras pedir que lleven vidas tranquilas, es que se ocupen en sus propios asuntos.

La vida ociosa suele provocar que nos metamos en donde no nos importa, es decir, en la vida de los demás. Se vuelve crítica, chismosa y quisquillosa. Fijaros lo que menciona en su segunda carta a los Tesalonicenses: “Porque oímos que algunos entre vosotros andan desordenadamente, sin trabajar, pero andan metiéndose en todo” (2 Tesalonicenses 3:11).

Por eso los indisciplinados deben dejar de inmiscuirse en los asuntos de los demás y atender debidamente sus propios asuntos. Tenemos que recordar que nuestro Señor ha encomendado a cada creyente una tarea y si alguien se encuentra sin un trabajo formal (por haberse jubilado), debe ocuparse en no entrometerse en las vidas ajenas, sino en cumplir con aquellas buenas obras que Dios prepara para los suyos, atendiendo las necesidades de los hermanos.

En tercer lugar el apóstol pide que trabajen con sus manos, tal y como él los ha mandado.

Cuando los misioneros estaban en Tesalónica, no solamente dieron buen ejemplo a los creyentes trabajando duramente de día y de noche (1 Tes. 2:9, 2 Tes 3:7-9, cf. 1 Cor 4:12) sino que mandaron a los creyentes que hicieran lo mismo (1 Tes 4:11; 2 Tes 3:10; cf. Efesios 4:28). Los tesalonicenses debían haber tenido clara, pues, su obligación como creyentes de trabajar y no estar ociosos. Pero algunos no habían hecho caso y necesitaban una nueva exhortación.

El hecho es que el trabajo por obligación no es agradable. ¡Preguntemos a cualquier adolescente! El esfuerzo en el trabajo va en contra de nuestros gustos egoístas que reclaman comodidad, ocio y diversión. El verbo empleado por Pablo no disfraza este aspecto desagradable, pues se refiere a un trabajo duro, fatigoso y esforzado, llevado a cabo con el sudor de nuestra frente (citando Génesis 3:19).

A causa de los aspectos desagradables del trabajo manual, en el mundo griego éste se contemplaba con desprecio como algo indigno de hombres de bien y apto sólo para los esclavos y los pobres.

Pero no es así en el mundo cristiano: (Hechos 20:34-35): “Antes vosotros sabéis que para lo que me ha sido necesario a mí y a los que están conmigo, estas manos me han servido. En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo:Más bienaventurado es dar que recibir.”

Pablo añade finalmente dos frases que indican las razones por las que los tesalonicenses deben ser laboriosos:

1)     Que os conduzcáis honradamente para los de fuera.

La primera es nuestro testimonio ante los incrédulos. El impacto sobre ellos de nuestra manera de vivir es siempre una consideración importante. Por amor al testimonio, debemos estar dispuestos a prescindir de comportamientos legítimos pero que pueden conducir a malentendidos. Somos embajadores de Cristo y debemos vivir en la sociedad de tal manera que nuestra conducta sirva para glorificar siempre a nuestro Señor (Mateo 5:16)

Sin duda, la práctica del amor fraternal en la iglesia de Tesalónica había sido motivo de asombro y admiración para sus vecinos inconversos. No así la indolencia y el abuso fraternal por parte de los vividores que aprovechaban la generosidad de la iglesia para justificar su abandono del trabajo. Éstos eran motivo de escándalo.

En un sentido el cristiano tiene que vivir sin preocuparse por la opinión del mundo, dado que sus pautas y sus normas son las de su Maestro y no las de la sociedad. Pero, en otro sentido, el creyente siempre tiene que pensar en el efecto que sus actos pueden tener sobre otras personas. Debe tener cuidado de no desacreditar la fe por descuidar las apariencias.

Un holgazán da muy mal testimonio de la fe que profesa, mientras que un trabajador honesto, cumplidor, fiel se gana el respeto de todos.

2)     Que no tengáis necesidad de nada.

La persona que se esfuerza en el trabajo tiene lo suficiente para cubrir sus propios gastos, contribuir a la iglesia y ayudar a los necesitados. Así disfruta de una independencia honorable. No tiene necesidades materiales y no tiene que ser una carga para nadie. Estos últimos matices están presentes en el texto griego, porque la frase traducida como “de nada” puede ser traducida también como “de nadie”.

El deseo normal de todo cabeza de familia debe ser el de ganar su propio sustento con el fin de poder cuidar adecuadamente de los suyos sin tener que depender de ayudas externas. Pero la Palabra de Dios va aún más lejos y nos pide que proveamos no sólo para los nuestros (1 Tim 5:8) sino también, si es posible, para los necesitados (Hechos 20:35, Efesios 4:28, Timoteo 6:18).


Antes de concluir nuestra meditación sobre este texto tengamos en cuenta las siguientes consideraciones:

En primer lugar Pablo dirige nuestra atención a dos áreas de comportamiento reprensible asociadas condos de las ordenanzas dadas por Dios en el momento de la Creación: el matrimonio y el trabajo. El apóstol empieza su enseñanza ética en el mismo punto en que lo hace el génesis.

En segundo lugar, notemos que la enseñanza de Pablo supone el fin de nuestro egocentrismo y el comienzo de una vida entregada a los demás. Si lo que determina nuestro comportamiento es nuestra propia comodidad y placer o nuestro afán de defender nuestros propios derechos e intereses, nunca entenderemos los mandamientos bíblicos en torno al sexo y al trabajo. Por eso, el llamamiento a agradar a Dios y a amar a nuestros hermanos constituye el marco en el cual se inserta el llamamiento a la pureza y al trabajo esforzado.

En tercer lugar, una palabra sobre el problema actual del paro, porque es como si os estuviera escuchando.

Debemos extremar la precaución en el momento de aplicar la enseñanza de estos versículos a aquellos hermanos que se encuentran sin trabajo. Debemos comprender que el problema que aborda el apóstol no es el de aquellos que desean trabajar pero que no encuentran empleo, sino el de los que, teniendo la posibilidad de trabajar en algo, lo desechan con argumentos pseudo-espirituales y luego viven de la generosidad de los cristianos.

La gran mayoría de creyentes que se encuentran sin empleo no son perezosos. Al contrario, están pasando por una situación traumática que atenta contra su autoestima y les da la sensación de no valer para nada. Necesitan de toda la comprensión y solidaridad y todo el amor fraternal que la iglesia pueda darles. Lo que menos necesitan es la torpe aplicación a su situación de este texto, el cual nada tiene que ver con ellos.

En cuarto lugar, una aclaración en cuanto al ministerio cristiano como “trabajo” legítimo. La intención de Pablo al hablar en contra de los que dependen de la caridad de los creyentes no puede ser cuestionar que la iglesia, en la medida de sus posibilidades, tenga el deber de sostener a sus pastores, o que lso que siembran lo espiritual puedan legítimamente cosechar lo material, porque esto sería negar lo que él mismo enseña explícitamente en 1 Corintios 9:13-14:

“¿No sabéis que los que trabajan en las cosas sagradas, comen del templo, y que los que sirven al altar, del altar participan? Así también ordenó el Señor a los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio.”

Pero es de suma importancia distinguir entre lo que es un verdadero llamamiento de Dios al ministerio cristiano y lo que sólo es una decisión humana determinada por la reticencia a trabajar, y que busca en el ministerio una salida más “fácil”.

Lo cierto es que para la gran mayoría de creyentes, la voluntad de Dios es que cumplan con el mandato de trabajar seis días de la semana. La llamada a dedicar todo el tiempo al ministerio cristiano es para pocos y debe ser refrendada por una clara indicación de la voluntad divina. Asimismo, es cierto que Dios llama normalmente a su servicio a personas ya formadas en su profesión e involucradas en su trabajo secular.

Es interesante considerar el llamamiento de los discípulos de Jesús: Mateo (cobrando impuestos); Pedro y Andrés, Jacobo y Juan (echando o remedando las redes) o el de Pablo mismo, ya formado en el oficio de fabricar tiendas.

Un hombre que no ha sido capaz de defenderse como cristiano en un mundo laboral, difícilmente servirá para las luchas del ministerio pastoral. El hombre que nos ha demostrado fiel en el cumplimiento de las instrucciones en estos dos versículos, ¿Cómo podrá enseñarlas a otros?

Denney comentó: “Si no podemos ser santos en nuestro trabajo, no vale la pena que hagamos el esfuerzo de ser santos en ningún otro lugar… Tal vez algunos de nosotros anhelemos más tiempo libre a fin de estar disponibles para hacer trabajos espirituales y nos digamos que si tuviésemos más tiempo podríamos hacer mayores servicios a Cristo y a su causa… Pero esto es extremadamente dudoso. Si la experiencia nos ha enseñado algo es que no hay nada peor para la mayoría de los seres humanos que el no tener nada que hacer excepto ser religiosos… la vida diaria de trabajo… no nos roba la vida cristiana; en realidad la pone a nuestro alcance.”