martes, 21 de octubre de 2014

Las consecuencias de nuestros actos

Sermón de David Rivero predicado en la IBAO el 13 de Julio de 2014.
Título: Las consecuencias de nuestros actos.
Lectura: 2 Samuel 12:1-15
Enlace al sermón en Audio.

Apuntes:
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En este capítulo se empieza a ver el lado más oscuro en la vida de David. David cayó en un pecado oscuro y despreciable. Cayo ante el gigante de la Lascivia. El cap 11 termina con el pecado de David pendiendo sobre su cabeza como una nube oscura.

Hoy vemos que Dios no castigó inmediatamente a David, sino que se había propuesto un plan para llegar de nuevo al corazón de David y restaurarlo. Los pasos que siguió son los presentados en este capítulo, y son:

• La reprensión del pecado de David.
• La confrontacion del pecado en David.
• La limpieza de la vida y corazón de David.
• Las consecuencias del pecado de David.

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• La reprensión del pecado de David.

Desde el capítulo anterior (11) y el primer versículo del 12 pasó casi un año. Y aunque aquí no se dice nada hay otras partes de la Biblia que sí que lo dicen:

— Fue un periodo de silencio. David no hablaba del asunto y Betsabé sabía, al menos, del adulterio. ¿Cómo sería esa relación cuando ellos sabían que su relación había surgido del modo en que había surgido? Salmo 51:3 aclara que esta maldad y todo el dolor que habían causado, estaban atormentando a David. Esto es lo que nos ocurre a nosotros cuando pecamos. Podemos hacer mil cosas y despistarnos, pero al final el pecado estará siempre delante de nosotros. La escritura dice que el que encubre su pecado, no prosperará, y David no había prosperado espiritualmente en ese año.

— Fue un tiempo de pesar. Esta etapa fue fructífera en cuanto a la escritura de salmos por parte de David. Por ejemplo vemos en Psa 32:3-4 y Psa 51:2-3. Esto es lo que ahora componía el dulce cantor de Israél. En Psa 51:12 David pide que vuelva el gozo de Dios a él, porque no lo tenía. Dios estaba castigando a David por su pecado. El sentimiento de culpa era Dios actuando en el corazón de David. Si somos hijos de Dios, sucederá lo mismo con nosotros y el Señor reprenderá y castigará el pecado en nuestro corazón, porque el Señor al que ama, disciplina. El sentimiento de que Dios esta enfadado con nosotros cuando hemos pecado es común a los salvos, y el apóstol Juan afirmaba que si confesamos nuestros pecados, Dios es fiel y justo para perdonarlos. Cuando nos reprende la conciencia, no se trata de distraernos para dejar de oir su voz, sino que debemos reflexionar en la causa.


• La confrontacion del pecado en David.

Dios confrontó a David, pero ¿por qué no lo hizo antes? En el capítulo anterior vemos que a Urias se le presenta como un fiel seguidor suyo y de Dios, y vemos que Urias se comporta de la forma correcta. A pesar de estos avisos, David no escuchó. Ahora era necesario que David pasara por ese sequedal para que estuviera listo para aceptar la reprensión. Y Dios actúa de la misma forma en nosotros. Gal 6;7 afirma que Dios no puede ser tentado. Pero también sabemos que todo lo que el hombre sembrare eso también segará.

En segundo lugar vemos la conmoción que provocó esa confrontación. Vemos a Natán contándole una historieta a David de forma que David pudiera entender. Se hace hincapié en lo pobre que era el vecino y lo que quería a su única oveja. De hecho el propio David juzga el pecado como digno de la muerte, pero no se da cuenta que él mismo estaba en pecado. Cuando Natán le dijo a David que aquel rico era él, a David se le cae la máscara y su pecado había quedado a la vista de todos.

Dios sabe dónde escondemos nuestros pecados y los sacará a la luz llegado el momento ( Heb 4:13 ). Todo lo que hacemos está ante los ojos de Dios, y Dios confrontará ese pecado, porque Dios tiene un propósito para nosotros que ni siquiera con nuestros pecados haremos fracasar. Vayamos hoy mismo al Señor y confesemos nuestro pecado.

Con que facilidad reprendemos al hermano y tenemos un espíritu crítico con ellos, pero debemos reprender con espíritu de amor y debemos llevar las cargas los unos de los otros, con lágrimas en los ojos, como Natán.

También hubo vergüenza en la reacción de David. Para restaurar a este hombre el Señor dice: "mira lo que he hecho en tu vida", y vemos como David había respondido de una forma muy ingrata. Esto debió partir el corazón de David. Si hubiera pensado en todo lo que Dios había hecho por él, hubiera actuado de otra forma.

Natán confrontó a David preguntando ¿cómo has sido capaz? Y Dios hace lo mismo con nosotros. Dios suple para nuestras necesidades y nos da bendiciones, ¿cómo respondemos nosotros? Que Dios nos ayude a reflexionar, porque nuestros pecados entristecen a Dios porque son contra él. Nuestra vida debe buscar a Dios por encima de todas las cosas.


• La limpieza del pecado en la vida y corazón de David.

Lo primero que vemos aquí es la confesión inmediata del pecado por parte de David (v. 13) y en segundo lugar vemos que el perdón del pecado de David también fue inmediato. Recordemos que en caso de adulterio los adúlteros debían morir ( Lev 20:10 ). En lugar de escuchar su sentencia de muerte, lo que escucha es el v.13, donde se muestra que David recibe gracia sobre gracia ( Psa 32:5 ) David confesó su pecado con toda su crudeza. No se fue por las ramas ni habló ambigüedades. Dios no perdona bagatelas. Dios perdona pecados malos, horribles y crueles, y lo hace inmediatamente después de la confesión, si esta es hecha de forma sincera y rotunda. Si queremos el perdón de Dios, no hay atajos, este es el camino.


• Las consecuencias del pecado de David.

Es un hecho claro y rotundo que Dios había perdonado el pecado de David, pero Dios no eliminó las consecuencias del pecado. David tuvo que vivir con esas consecuencias.

a) Consecuencias permanentes. Lo primero es que la espada no se apartará de su casa. La violencia iría llegando a cada uno de sus hijos, incluso desde dentro de su propia familia ( 2 Sam 13:28, 2 Sam 18:14-15, 1 Kin 2:24-25 ). El mismo pecado que había provocado en las vidas de otros debía verla David en su propia familia ( 2 Sam 16:21-22 ). David, como consecuencia de su pecado, había arruinado su vida y la de toda su familia. Los mismos pecados que él cometió, se perpetuaron en su familia: "todo lo que el hombre sembrare, eso también segará".

b) Consecuencias públicas. Cuando pecamos, nuestras familias se resienten, nuestra iglesia se resiente, nuestro entorno se resiente. Dios perdonará nuestro pecado, pero quizá hemos echado a andar la rueda de las consecuencias. En Num 12:1-16 vemos como un hecho, aparentemente sin importancia (un chismorreo entre cuñados) termina con Dios apartándose de su pueblo y con María infectada de lepra. Moisés intercede, pero Dios dice que se aleje 7 días y luego que vuelva a la congregación, pero hasta que María no volvió con la congregación, el pueblo no avanzó ni un paso hacia la tierra prometida.

¿Que daño hará nuestro pecado a nuestra familia, a nuestra congregación, a otros? Todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.

c) Consecuencias dolorosas. Parte de la disciplina del Señor a David era la pérdida de aquel hijo fruto del adulterio con Betsabé. David oró e intercedió, pero el niño acabó muriendo. Fue un coste dolorosísimo para David.

d) Consecuencias profundas. (v. 14) Vemos que el pecado de David había sido contra Dios. Dios no había sido glorificado por los hechos de David, sino que su nombre había sido blasfemado, su camino había sido torcido y su ley desobedecida. Y Dios, que es celoso de su propio nombre, no podía permitir que esto quedara sin castigo.

Dios perdona nuestros pecados, pero a veces nos hace pagar las consecuencias. ¿Hay algún pecado inconfesado en nuestro corazón? Si es así, nosotros somos ese hombre que necesita arrepentimiento y perdón de Dios. Confesemos hoy nuestros pecados a Dios.

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