lunes, 6 de octubre de 2014

La gracia sublime del Señor.

Sermón de David Rivero predicado en la IBAO el 26 de Mayo de 2014.
Título: La gracia sublime del Señor.
Lectura: 2 Samuel 9:1-13
Enlace al sermón en Audio.

Apuntes:
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Fiorentino LaGuardia, alcalde de N.Y., una vez acudió al juzgado donde estaban juzgado a una mujer indigente que había robado para comer, y al tiempo que la ponían una multa de 10$ o 10 días en prisión, él la dio los 10$ y multó a todos los que estaban en la sala con 50 centavos de multa por vivir permitir que una mujer pase hambre en su barrio.

Hoy vamos a ver este tema: la gracia, la misericordia de Dios, pagando nuestra culpa mandando a su hijo. Vamos a ver 3 puntos:


• La gracia ofrecida

   1) La razón para la gracia (v1).

Gracia: favor inmerecido de Dios hacia aquellos que son indignos de ese amor.... Amar sin ser amado. David desea mostrar esa gracia a la familia de Saúl, el gran perseguidor de David (esto es lo que lo hace sublime, inaudito, extraordinario). Y lo hace, no porque Saúl lo mereciera, sino porque David se había comprometido a esto ante el propio Saúl y ante Jonatán ( 1 Sam 20:13-17, 1 Sam 24:20-22 ). Este pacto del pasado mueve ahora a David a ser movido a misericordia con la descendencia de Saúl.

Así Dios, por un pacto hecho con el primer Adán ha sido movido a misericordia con su descendencia pagando nuestro pecado ( Rom 6:23 ). Así, si Dios tiene misericordia de nosotros es por amor de su hijo y por amor a su pacto ( 1 Joh 2:12, Eph 4:32 ).

   2) El alcance de esta gracia (v1)

Cuando David decide extender su gracia, lo hace sin límite alguno. Lo extiende a "cualquiera" de la descendencia de Saúl. La gracia no tenía límites en este sentido. Se extendía a toda la descendencia de Saúl. Y la gracia del Señor tampoco tiene límite. No depende de nada, salvo de que seamos pecadores ( Mar 2:17 ). Dios extiende su gracia a todo el que él llama y se acerque a Cristo, sin distinción ( Rev 2:17 ).

El Señor nos llama en las peores circunstancias para darnos misericordias.

   3) La respuesta de la gracia (v4 y 5)

Cuando David se entera de que el único descendiente es un lisiado, pero a David no le importa la condición del necesitado sino que lo único que le preocupa es saber dónde está y de que se lo traigan. ¿No es así también la gracia del Señor?

Dios conoce todo nuestro trasfondo, y no le importa nuestra condición, sino que lo único que le preocupa es que se los traigan.

• La gracia abrazada (v6-8)

Si nos ponemos en el lugar de Mefiboset, hemos de tener en cuenta que vivía en un lugar apartado, desierto. Es un hombre pobre y ahora el Rey lo llama. Sin duda pensaba que el Rey le llamaba para matarle. En 2 Sam 4:4 vemos cómo Mefiboset tenía este temor y trataba de ocultarse de David para evitar que le matara (por ser descendiente de Saúl).  Cuando le van a buscar, le llevan a donde él nunca hubiera querido ir, pensando durante el viaje todo lo malo que le iba a suceder. Pero en Jerusalem recibió gracia y misericordia. Y ¿cómo recibe Mefiboset esta gracia?

   1) con un corazón humilde. Le vemos humillado y postrado ante David.

   2) con un corazón feliz. David le llama por su nombre y le da la noticia de que iba a recibir toda su herencia, que le correspondía. Pero además recibe el regalo de sentarse a la mesa del Rey cada día.
   3) con honestidad. (V8) le refiere a David a la condición que él mismo asumía que tenía.

En Joh 16:7 vemos esta misma idea. La gracia se manifiesta a pesar de que el pecador es consciente de que sólo puede recibir juicio y condenación, pero el Rey habla palabras de gracia cuando nos acercamos con humildad, sencillez y honestidad. Los que hemos experimentado la gracia salvadora de Jesucristo en nuestra vida, sabemos que esto es real. Todas las cosas son cambiadas por la gracia.

• La gracia expandida.

Cuando Mefiboset llegó ante David no recibió lo que merecía, sino que recibió gracia, y junto con la gracia recibió bendiciones colaterales que no esperaba.

   1) recibió un futuro (9-11). Sus necesidades presentes o futuras quedaron cubiertas. Ahora su sustento vendría, no sólo de lo que había recibido, sino directamente de las manos del Rey. Siendo él un lisiado sin futuro esto era algo impensable para su vida. El hombre está perdido sin Dios y en su misericordia tenemos un futuro asegurado, porque el propio Dios nos dará el sustento necesario para vivir. Lo que el pecado nunca pudo darnos, ahora lo tenemos gratuitamente en Cristo. Eso es lo que el Señor nos da:
         — Seguridad. Joh 6:37, 1 Pet 1:5.
         — Un hogar. Joh 14:1-3.
         — Todas nuestras necesidades cubiertas.  Phi 4:19
         — La presencia de Dios hasta el final.

   2) recibió una familia. Ahora Mefiboset comía con la familia del Rey . Estaba cerca del Rey. Cuando un pecador cree en Cristo es adoptado directamente en la familia de Dios. Dejamos de pertenecer a la familia de pecadores y hemos sido trasladados al reino de su amado hijo. En Adán todos mueren, pero en Cristo, todos viven. 1 Jn 3:1-2.

   3) recibió una realización personal. Este hombre que era un "don nadie" y ahora estaba con los mejores. De igual modo, nosotros debemos ser conscientes de que estamos sentados a la mesa del Rey, con los mejores. Ahora, en la mesa del Señor, somos uno más a la mesa del Rey, independientemente de nuestro pasado.

Gracias a Dios por esa gracia salvadora. ¿Conoces tú esa gracia?

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